Bolsas de plásticoEn este mes de enero, el Gobierno quiere aprobar el Plan Nacional Integrado de Residuos que tiene entre sus objetivos prohibir en el año 2010 las bolsas de plástico de un solo uso no biodegradables. Como era previsible la industria se opone a la medida y asegura que es inviable, pero se trata de una campaña a nivel mundial contra estas bolsas, cuya durabilidad -tardan hasta 400 años en descomponerse- suele terminar constituyendo un grave problema para el medio ambiente.

España es el primer productor de bolsas de plástico de un único uso y el tercer consumidor en Europa. Cada año se distribuyen 10.500 millones de bolsas de plástico en España, lo que equivale a 96.000 toneladas. El 62% de las bolsas de plástico se reutiliza como bolsa de basura y el 10% se recicla a través de los contenedores amarillos. Pero la mayor parte de ellas acaba su vida en vertederos o lo que es peor en el mar.

El problema es tan serio que, según Greenpeace, en pleno Oceano Pacífico existe un «basurero» del tamaño de la Península Ibérica, donde en donde hay seis veces más plásticos y desechos no biodegradables que plancton. Muchos cetaceos, peces o mamiferos marinos acaban comiendo ese plástico y mueren con el estómago obstruido o asfixiados. Además del impacto natural, también de denuncia el despilfarro de energía que este producto supone.

El Gobierno pensaba en un principio imponer unas medidas para sustituir el 75% de las bolsas de plástico en 2015 pero finalmente han optado por la prohibición. Algo que no será fácil de alcanzar, ya que, según los fabricante, no hay un sustituto real del plástico, ni materia prima suficiente para otra opción. Hay otras sugerencias como hacer bolsas más grandes que sean reutilizables o las biodegradable.

Y en Uganda han encontrado un modo de darle una nueva vida a estas bolsas. Las recogen de vertederos y contenedores de la capital Kampala y fabrican con ellas cestas, zapatos o tejas.

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