El anuncio de que el gobierno nacionalizará 9 autopistas, entre ellas las radiales de peaje de Madrid, en quiebra ha sido acogido con indignación generalizada en la red por periodistas, economistas, ingenieros y ciudadanos. Se resalta que los 5.000 millones de dinero público que se destinarán para ayudar a las empresas constructoras mandan un mensaje de que en las adjudicaciones públicas en España, las ganancias son privadas, pero las pérdidas se pueden socializar. Algunos ironizan con que es una muestra del «liberalismo español». Y se enfatiza que el problema ha sido la mala gestión y las garantías que dio el Estado hace 15 años, en la época de Aznar y del boom, cuando concedió las obras. Por ello se pide una investigación pública y que alguien se haga responsable.

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