Inmigrantes en una reunion

Los jóvenes adolescentes pertenecientes a la llamada «segunda generacion» de inmigrantes -los hijos de quienes vinieron a España en busca de una vida mejor- no tienen claro que su futuro pase por quedarse para siempre en nuestro país. Tres de cada cuatro, segun un estudio, no se siente español y prefiere marcharse a EEUU, Reino Unido o Francia, donde ven más oportunidades.

El Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset y el Centro de Migraciones y Desarrollo Universidad de Princeton han elaborado un estudio «pionero en Europa» que sigue la evolución en nuestro país de las familias con hijos e hijas de origen inmigrante. En 2009 entrevistaron a len 200 colegios de Madrid y Barcelona a los hijos ??unos 7.000 adolescentes con una edad media de 14 y 15 años y la mayoría, con nacionalidad española??, y en 2010 preguntaron a los padres que proceden de 63 países diferentes. [VER ESTUDIO EN MADRID PDF]

Y el resultado de la investigación revela que hay una disparidad de expectativas entre los padres y los hijos. Así, el 85 %de los adultos quiere que sus hijos viva en España en el futuro, pero sólo el 25% de los adolescentes es de la misma opinión. A un 74% le gustaría irse a otro país.

«Los adolescentes tienden a ver España como una especie de plataforma. Dicen que están siendo educados aquí, pero que en un futuro se querrían ir», ha explicado, Alejandro Portes, codirector de la investigación y director del Centro de Migraciones y Desarrollo de Princeton. «Ven que el país está bien, pero que no da muchas oportunidades».

Inmigrantes en un curso en Extremadura
(Foto: Flickr/Mcuartoplan de Juventud Extremadura)

Portes ha recordado que «España rara vez ha sido el primer destino elegido por los padres». «Suele ser el segundo y los hijos mantienen esta idea». «Muy pocos quieren volverse a sus países de origen», ha añadido Rosa Aparicio, investigadora del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset y coautora del estudio. Generalmente, prefieren EEUU, Reino Unido, Alemania o Francia.

Rosa Aparicio ha recordado que una investigación parecida se realizó en EEUU y «prácticamente ninguno» de los inmigrantes dijo que quería marcharse del país norteamericano.

El estudio también repasa el nivel de integración. Ocho de cada 10 padres creen que sus hijos deben educarse de acuerdo a las costumbres españoles. Sólo uno de cada 10 entrevistados está en contra de esta afirmación. La inmensa mayoría, por otro lado, piensa que es importante que los descendientes conozcan el país de donde proceden. Es decir, integración sí, pero asimilación no.

Y en cuanto a las expectativas de educación, los padres tienen una más altas que sus descendientes. El 79% desea que éstos vayan a la universidad, aunque sólo el 55% cree que realmente lo conseguirán. Cuando se les pregunta a los hijos, los porcentajes descienden: el 46% de los adolescentes sueña con tener estudios universitarios y apenas el 35% piensa que lo va a lograr. Según el estudio, los ciudadanos de origen chino tienen un nivel de ambición «más bajo», que se explica por que «han creado un grupo muy autorreferenciado y muy orientado hacia la creación de la pequeña empresa».

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