La versión global del New York Times recoge en un artículo de su corresponsal Raphael Minder algunos de los «elefantes blancos» españoles: costosas infraestruturas que «suplican ser utilizadas». Y para el International Herald Tribune, el caso paradigmático es el  del aeropuerto de Castellón impulsado por Carlos Fabra, del PP.

Carlos Fabra en la inauguracion del Aeropuerto
(Foto: Flickr/Aeropuerto de Castellón)

El artículo empieza explicando como «el mes de marzo pasado, las autoridades locales inauguraron un flamante aeropuerto en Castellón, pequeña ciudad de la costa mediterránea española. Todavía están esperando su primer vuelo».

Y luego se menciona al polémico lider del PP: «para justificar la inauguración, Carlos Fabra, presidente del gobierno provincial, sostuvo que se trataba de una oportunidad única para convertir un aeropuerto en una atracción turística, ofreciendo a sus visitantes acceso completo a zonas que habitualmente están prohibidas. Este domingo, será utilizado como punto de partida de los campeonatos nacionales de ciclismo y en él participará Alberto Contador, ganador por tres veces del Tour de Francia».

«El aeropuerto de Castellón, cuyo costo se elevó a los 150 millones de euros, no es el único elefante blanco que ahora salpica el paisaje de infraestructuras español. El primer aeropuerto privado, en Ciudad Real, entró en bancarrota hace un año por una similar carencia de tráfico aéreo. Ha habido otros proyectos que han podido sobrevivir solamente con una constante financiación pública, lo que ha hecho que se suscitaran dudas en el mercado de la deuda soberana europea», destaca el IHT.

El reportaje explica que la crisis internacional y el estallido de la burbuja inmobiliaria obligaron al gobierno a introducir medidas de austeridad y reducir el gasto en infraestructuras: «eso ha hecho que algunos proyectos se dejaran en el limbo, a pesar de las promesas políticas de mantenerlos vivos. En las dos últimas décadas, España ha construido redes de transporte a un ritmo al que escasos otros paises europeos se han acercado». Y citan también el desarrollo del tren de alta velocidad, las autovías o infraestructuras de transporte aéreo.

Pero advierten que «al igual que con el Aeropuerto de Castellón, no todos los proyectos fueron necesariamente bien pensados. Algunos expertos sugieren que el enfoque de desarrollo que siguió España durante los años del boom primó la velocidad por encima de la evaluación de riesgos». Y ahora: « la crisis de la deuda y el hundimiento del sector de la construcción han dejado España empantanada con edificios a medio construir o museos, estadios, bibliotecas públicas, oficinas administrativas o centros comerciales que están desiertos».

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