¿Cómo están cambiando los glaciares y cuáles son las consecuencias de la actividad humana y del cambio climático en las montañas y en particular en la cima del planeta? Con este el objetivo de responder a estas cuestiones y documentarlas, entre abril y junio de 2019, un equipo multidisciplinar de 34 investigadores llevó a cabo la expedición más grande jamás realizada al monte Everest. Sus resultados acaban de publicarse, un año después, acaban de publicarse en la revista One Earth y ponen de relieve que el impacto de las acciones humanas en el Himalaya son claras en aspectos como el retroceso de los glaciares, deshielo o la perdida de biodiversidad. Pero además la expedición ha revelado otra huella menos previsible: la presencia de contaminación por microplásticos n la cima del Everest.

(Foto: Flickr/Christophermichel)

La misión fue bautizada como National Geographic and Rolex Perpetual Planet Everest Expedition y estuvo conformada por glaciólogos, geólogos, meteorólogos, biólogos y cartógrafos, y tuvo como objetivo analizar las consecuencias de la actividad humana sobre el entorno y su población. «El gran objetivo de este proyecto es recopilar información científica sobre el cambio climático y cómo están cambiando los glaciares», según explica, y recoge la Agencia Sinc, Paul Mayewski, científico climático de la Universidad de Maine (EE UU) y líder de la expedición.

Y como «los glaciares no mienten», la magnitud de la expedición ha permitido a los diferentes equipos estudiar múltiples efectos de la acción del hombre en el Himalaya: desde el deshielo de los glaciares -los científicos han documentado un adelgazamiento constante desde los años 60 y a un ritmo de cerca de un metro al año en los glaciares una altitud de unos 5.000 metros- y el riesgo de desprendimientos, hasta la pérdida de la biodiversidad y agrodiversidad, pasando por el aumento de la presión atmosférica o los cambios en los patrones de las precipitaciones. Pero además se ha detectado incluso microplásticos en las zonas más altas del Everest.

Este aspecto no está vinculado con la crisis climático, pero sí con la actividad humana. Y aunque a menudo este tipo de contaminación se vincule con el océano, se está haciendo omnipresente en el medio ambiente y ha llegado incluso al techo del planeta. Mediante la toma de muestras de nieve y agua los investigadores encontraron partículas de plástico de menos de 5 milímetros de grosor en cada muestra de nieve tomada. La cantidad hallada osciló entre 3 y 119 microplásticos por cada litro de nieve y la mayor concentración se detectó en el Campo Base del Everest -donde se reúnen los escaladores- con 79 microplásticos por litro.

Los responsables de este estudio señalan de hecho que el grueso de la contaminación hallada procede del material que se emplea en las expediciones de montañismo, como fibras de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno. Por ello defienden la necesidad de buscar soluciones tecnológicas más profundas que se centren en los microplásticos, como cambiar el diseño de las telas e incorporar fibras naturales en lugar de plástico

 

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