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El cambio de rumbo en la historia también iba acompañado de música. Mstisla Rostropóvich, famoso violoncelista ruso,  improvisó junto al Muro de Berlin un concierto «mientras los ruidos de martillos y golpe derribaba el Muro».

 

El maestro y exiliado ruso, se sentó al mediodía del 11 de noviembre de 1989 y sin aviso, para dar según algunos testigos, el que fue el concierto más feliz y sentido de su vida.

 

El músico «interpretó la suite número 2 para violonchelo de Johann Sebastian Bach» y «la melodía, llegó a reunir a transeúntes hipnotizados por el sonido del violonchelo. Apenas habían pasado dos días desde que el Muro comenzaba a caer y transformarse en ruinas». Fue la nota musical que puso a fin a uno de los muchos muros de la vergüenza que siguen separando a las personas… En Gaza, en Chipe o en Cisjordania sigue habiendo algunos, pero no son los peores. El peor muro, es mental, y es el que Occidente pone a la inmigración…

A lo largo de la semana  se van a celebrar en España varias jornadas dedicadas a conmemorar el 20 aniversario de la caída del muro de Berlin. La Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, por ejemplo, ha organizado un ciclo de conferencias con historiadores para el próximo miércoles donde se analizarán las impresionantes consecuencias que tuvo la caída del Muro…

 

 

 

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