Los dos principales periódicos de Polonia y uno italiano han recogido el visto bueno del Consejo de Ministros español a la Ley reguladora de los derechos de las personas ante el proceso final de la vida. Consideran que garantiza la muerte digna, pero elude pronunciarse sobre la eutanasia.

Leire Pajín, Ministra de Sanidad
(Foto: Flickr/Partido Socialista)

Gazeta Wyborcza recoge que «España permitirá morir dignamente». El  artículo de Maciej Stasinski explica que «los enfermos terminales podrán reclamar que no se les prologue la vida y solicitar cualquier sedante incluso si su aplicación puede provocar la muerte ?? ha decidido el gobierno socialista de España. El proyecto de ley está listo desde hace medio año, pero el gabinete del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha retrasado su aprobación para que no se le acusara de buscar tareas sustitutivas cuando España está sufriendo una dramática crisis económica. Tampoco ha querido enfrentarse a la Iglesia Católica que considera el proyecto como una eutanasia encubierta».

Rzeczpospolita habla de ??Menos sufrimiento, pero sin eutanasia?. El texto que firma Malgorzata Tryc Ostrowska destaca que «el gobierno socialista de España asegura que la ley sobre los derechos de los pacientes en situación terminal no legaliza la muerte a la solicitud del paciente. Según la ministra de Sanidad española, Leire Pajin que ha presentado el proyecto de ley al gobierno, la eutanasia y el suicidio asistido siguen siendo ilegales, no obstante, gracias a la nueva ley los pacientes ganarán más derechos y garantías. Antes de las elecciones del 2004 los socialistas prometieron un debate sobre la muerte a solicitud del paciente. Sin embargo, no ha habido ningún debate y en el proyecto de ley aprobado no se menciona la palabra eutanasia.

«Según el proyecto de ley que en junio será presentado al parlamento los enfermos terminales, si quieren, pueden enterarse de su verdadero estado de salud, de lo que se puede hacer para ellos y de cuánto tiempo les queda. Pueden aceptar el tratamiento o rechazarlo, mientras que los médicos tienen que respetar su voluntad, aunque esta sea contradictoria con su visión de la ética profesional. Todos los pacientes tienen derecho a reclamar analgésicos que palien su dolor y a que se les garantice la intimidad en los últimos días de vida, explican.

Il Fatto Quotidiano titula «De España y Suiza, más derechos para la dulce muerte». La crónica de Alessandro Oppes dice «sí a la ??dulce muerte?? para los extranjeros, sí al suicidio asistido. Con un doble referéndum, los suizos han rechazado con mayoría amplísima las iniciativas de una pequeña formación de derecha y del Partido Evangélico con las cuales se quería barrer de la legislación las normas sobre el fin de vida, sólo 48 horas después de que ?? en España ?? el gobierno de Zapatero hubiera emanado el proyecto de ley sobre la ??muerte digna?. Con un proyecto de ley presentado el pasado viernes en el Consejo de ministros, el gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero ha entrado en el reducido grupo de países que han decidido afrontar el tema del fin de la vida».

La ha llamado, en términos en cierto sentido ambiguos, «ley reguladora de los derechos de la persona en el proceso final de la muerte?, sobre todo para tratar de atenuar el impacto de una previsible polémica política. A pesar de que, en realidad, en la prensa ultraconservadora y en ambientes cercanos a la Conferencia Episcopal se comienza ya a hablar de ??eutanasia camuflada??. La norma emanada por el ejecutivo socialista reglamenta la ??muerte digna??: a los enfermos terminales se les garantizará el derecho a una sedación paliativa que permita morir sin dolor y sin ensañamiento terapéutico. Se respetará la voluntad del paciente, que podrá renunciar a someterse a un tratamiento médico que le alargue artificialmente la vida. El enfermo también tendrá derecho a recibir el apoyo emocional de psicólogos y un apoyo espiritual según sus convicciones religiosas».

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