El porcentaje de niños del mundo que viven en zonas de conflicto se ha duplicado desde 1990
El exponencial aumento de la desigualdad y los conflictos, junto con la amenaza del cambio climático y la tecnología crean un época de incertidumbre para los niños en todo el mundo. Lo ha advertido UNICEF resaltando que el porcentaje de niños que viven en zonas de conflicto se ha duplicado desde 1990 y exigiendo reforzar los sistemas diseñados a mitigar el impacto de todos esos fenómenos.
El porcentaje de niños del mundo que viven en zonas de conflicto se ha duplicado desde 1990.
No es la única amenza para el futuro de los niños, advierte @UNICEFhttps://t.co/Ko2R7ybBvD— Noticias ONU (@NoticiasONU) January 13, 2025
El mundo ha entrado en una nueva era para los niños en la que el cambio climático, los conflictos, la desigualdad y sus interconexiones están perturbando sus vidas y limitando su futuro, advierte un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
A principios de cada año, UNICEF examina los riesgos a los que probablemente se enfrentarán los niños y sugiere formas de reducir los posibles daños. El último informe, Perspectivas de la infancia 2025: Construir sistemas resilientes para el futuro de los niños», exige reforzar los sistemas nacionales diseñados para para garantizar que tengan acceso al apoyo que necesitan y desglosa las principales tendencias que habrá que tener en cuenta en 2025:
Se duplica el número de niños que viven en zonas de conflicto
La intensificación de las guerras seguirá planteando graves riesgos para los niños. Los conflictos también están aumentando en intensidad y violencia. Alrededor de 473 millones de niños, más de uno de cada seis en todo el mundo, viven actualmente en zonas afectadas por conflictos, y el mundo experimenta el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial.
El porcentaje de niños del mundo que viven en zonas de conflicto se ha duplicado: de alrededor del 10% en la década de 1990 a casi el 19% en la actualidad. En medio de las crecientes rivalidades geopolíticas y la parálisis de las instituciones multilaterales, los actores estatales y no estatales parecen cada vez más dispuestos a incumplir las leyes internacionales diseñadas para proteger a la población civil, y los ataques contra infraestructuras civiles como escuelas y hospitales son cada vez más frecuentes.
Este desmoronamiento de décadas de esfuerzos para proteger a la población civil se está cobrando un alto precio entre los niños. Además de los riesgos para sus vidas, los niños se enfrentan al desplazamiento y a la amenaza del hambre y las enfermedades. También existen riesgos sustanciales para su bienestar psicológico.
Además UNICEF identifica otros riesgos para los niños de todo el mundo: el sistema financiero no funciona y dificulta las inversiones clave en la infancia; la crisis climática tiene consecuencias que pueden ser irreversibles en desarrollo, salud, educación y bienestar; la gobernanza mundial está bajo presión y las nuevas tecnologías y servicios digitales van a seguir configurando todas las esferas de la vida de los menores de edad. En este contexto, las conclusiones del informe son que los derechos de la infancia deben seguir siendo prioritarios adoptar y promover sistemas que mejoren la vida y las perspectivas de los niños.
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