Para luchar contra la banalización informativa de la violencia de género en Reino Unido y presionar a los medios, especialmente los sensacionalistas, para que se autocontroles, varias organizaciones han publican Dignity for Dead Women un código de conducta para tratar este tipo de información. Entre las medidas que contempla está desterrar expresiones concretas, priorizar la privacidad de la familia y la dignidad de la víctima o calificar de violencia machistas los asesinatos y no de «horror» o «tragedia».

(Foto: Flickr/Janerc)

Según detalla un artículo de Conxa Rodríguez en Publico, los grupos Level Up, Advocacy After Fatal Domestic Abuse –AAFDA-, Femicide Census y YES Matters UK, entre otros) han conseguido que el cuerpo profesional que acoge los medios impresos y online (Ipso –Independent Press Standards Organisation– e Impress –Independent Monitor for the Press–) haya aprobado un código de conducta para tratar la información sobre violencia machista.

El código ético se ha marcado cinco objetivos: respetar la privacidad de la familia de la víctima; priorizar la dignidad de la fallecida (teniendo en cuenta que los artículos serán leídos, en la red, por sus hijos o nietos); comprobar los datos, calibrar el contexto de las relaciones sentimentales, culturales o religiosas y permitir a la familia leer los textos antes de ser publicados; evitar fotos del asesino, alusiones a su estado mental o indicaciones que justifiquen sus actos; y prescindir de insinuaciones y señales que coloquen a la víctima en una posición que concluya en «se lo buscaba».

Entre las medidas que los medios se han comprometido a seguir destaca el destierro del uso de un determinado vocabulario habitual, especialmente entre las publicaciones sensacionalistas. Así por ejemplo dejarán de no utilizar titulares o expresiones como «butchered from behind» (masacrada por la espalda), «bludgeoned to death» (matada a palos) o «axe killer» (el hacha asesina),a demás de calificar de violencia doméstica los asesinatos de este tipo en lugar de llamarlos «tragedia» u «horror».

La prensa británica se ha comprometido también a no publicar especulaciones sobre relaciones amorosas o parejas de la víctima y a incluir al final de cada artículo el número de teléfono de alguna organización de apoyo a las mujeres víctimas de la violencia machista.

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