El diario británico ha dedicado varios artículos a detallar y analizar las pinturas del dictador español. Y su crítico cultural del Telegraph asegura que comparten similitudes artísticas con las del Fuhrer. «Ambos eligen temas clásicos que ejemplifican un orden con el que se identifican» dice. Y califica la obra de Franco como «kitsch», aunque alguna pintura dice más de él que lo que pretendía.

Franco
(Foto: Flickr/Isluisvelez)

En el artículo que firma Mark Hudson, crítico cultural del diario se asegura: «Hitler era un competente aunque mediocre semirofesional que tuvo esperanzas de tener una carrera artística, Franco un ingenuo amateur que se tomó la pintura como una terapia. Pero ambos eligieron temas relacionados con géneros habituales que ejemplifican un orden, con el que se identifican, pero que sigue estando tranquilizadormente fuera de su propia experiencia.»

El Daily Telegraph explica que: «las pálidas acuarelas de Hitler favorecían edificios grandiosos, representados en un estilo ultra-conservador, en el que sus formas se mantenían contenidas y distantes. En el arte de Franco, lo más característico son las escenas de caza, un género asociado con la masculinidad filistea – la clase de arte de los grandes del pasado a los que que no les gustaba el arte.» Y además apuntan que otro tema recurrente para Hitler y Franco fueron los barcos de vela.

Y sobre el estilo del dictador español afirma: «si el kitsch ha sido descrito como la imitación de estilos históricos desprovista de ironía, entonces la pintura de Franco es kitsch con letra muy gorda. Pero aunque me gustaría poder decir que es completamente inútil, esto no es del todo el caso. Lo mejor de ella tiene una vitalidad primitiva que recuerda a los pintores populares de América Latina.»

«Pero es en sus escenas de caza, donde Franco parece más él mismo. Su lechuza con la presa combina la literalidad con ojos abiertos del pintor del siglo 19 francés Douanier Rousseau, con una fiereza animal – Franco se identifica claramente con el pájaro. La escena más terrible de un oso atacados por perros, aunque una vez más seauna copia, es  arte como terapia en la que el sujeto revela más de sí mismo de lo que pretende. Los surrealistas habrían tenido un día intenso con él».

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