El diario de EEUU analiza la decisión del Supremo de absolver a Garzón por la investigación del franquismo como «una victoria para el juez de las cruzadas, pero no para la amnistía a la que la España contemporánea debe tanto». El WSJ sostiene que la Ley de Amnistía se aprobó «para asegurarse de que los pecados de los culpables no engendraran nuevos conflictos entre los inocentes, ni fueran explotados con fines políticos».

Garzon en el Supremo

El Wall Street Journal considera que: «La decisión decisión de la corte del lunes es un golpe preocupante a la amnistía de 1977 que cubre las fechorías sangrientas del periodo autoritario en España, el deliberado «olvido» del pasado al que la España contemporánea debe mucho.»

«El fallo admite que el Sr. Garzón se excedió en su autoridad y pasó por encima de la Ley de Amnistía, aprobada por el primer Parlamento español de la era democrática y que impide procesamientos relacionados con la dictadura de cuatro décadas de Francisco Franco. Pero el tribunal dictaminó por seis a uno que el Sr. Garzón lo había hecho en la búsqueda de un fin justo, y de acuerdo a una interpretación «expansiva» de las leyes internacionales de derechos humanos. El tribunal además alienta a otros órganos del gobierno español a emprender la «búsqueda de la verdad» sobre los crímenes del franquismo» recogen.

El texto resalta: «la apertura de las fosas comunes puede ser un consuelo para algunos familiares de ejecutados o desaparecidos durante el franquismo, en cuyo nombre el Sr. Garzón inició su investigación en 2008. Pero eso no justifica darle la vuelta a como juzgaron y consideraron los fundadores de la democracia española que debía el país hacer las paces con su pasado. La Comisión Sudafricana para la Verdad y la Reconciliación fue capaz de dilucidar la época del apartheid, sin instigar venganzas legales que hubieran desestabilizado la joven democracia. Si el Sr. Garzón se hubiera salido con la suya en ese país o en Chile o Argentina, un pueblo cansado de conflictos podría haberse visto de nuevo atascado en la discordia.»

El WSJ asegura también: «El propósito de la amnistía no es deshonrar a las víctimas de atrocidades o  reivindicar a los autores. Es para asegurarse de que los pecados de los culpables no engendren nuevos conflictos entre los inocentes, y que esos pecados no sean explotados con fines políticos. Nunca fue el sitio para que un juez amante de las cruzadas sustituya su política sobre la voluntad de un país que busca mirar hacia adelante.»

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