Schumacher-Matos

Empresario y Periodista de EEUU, de origen colombiano. Ha sido editor fundador del Wall Street Journal Américas y formó parte del equipo de Philadelphia Inquirer que recibió el Pulitzer.

 

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Edward Schumacher-Matos / Boston. El final de Lou Dobbs en la CNN puede estar a la vista, y ya va siendo hora. No va a haber sin embargo muchos motivos para alegrarse.

En comparación con Fox News y la MSNBC, las audiencias de la CNN se han derrumbado drásticamente desde las últimas elecciones. Pero las audiencias de Dobbs no han bajado en la misma medida desde que el pasado julio estallara el escándalo causado por su desagradable imposición de la teoría ??birther? que afirma que el Presidente Barack Obama no es ciudadano estadounidense auténtico. Hacia septiembre, sus seguidores ascendían más o menos a la mitad de los que fueron el pasado noviembre. No está claro que se esté viendo arrastrado por la tendencia de CNN o por las campañas de grupos hispanos y progresistas que quieren obligar a los anunciantes y a la CNN a «retirar a Dobbs». Además de su repulsa a las teorías del nacimiento, protestan por los comentarios a veces incorrectos de Dobbs y la demonización que hace de los inmigrantes ilegales.

Sea como sea, la publicidad en sus programas parece escasa, y los interesados cuentan que sus tarifas han bajado. Los iniciados con los que he hablado discretamente en la CNN afirman que los jefes de Dobbs discuten si todavía vale la pena el quebradero de cabeza o no. El Presidente de la CNN estadounidense Jon Klein decía públicamente que desaprobaba las teorías del nacimiento de Obama. Dobbs, ampliamente rechazado por sus colegas de la CNN por ser muy ácido, ha contraatacado en directo con lo que puede y no puede decir.

Un enfrentamiento similar entre Dobbs y el ex Presidente de la CNN estadounidense Rick Kaplan se saldó con la dimisión de Dobbs en 1999 para iniciar una empresa de Internet. Pero cuando Kaplan abandonó la cadena, Dobbs volvió triunfante en 2001.

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Ahora, cuenta The New York Times, Dobbs está dialogando con Fox News acerca de la posibilidad de mudarse a la filial de la cadena que es el canal Fox Business. Fue a cenar con el Presidente de Fox News Roger Ailes el mes pasado, según afirma el diario. La Fox dice que no hay comentarios.

Una mudanza a la Fox significaría que Dobbs no va a desaparecer. Más fundamentalmente, también subrayaría una tendencia en los informativos del cable a estar cada vez más marcados por la opinión y el partidismo de manera imparable. Esto sucede en un momento en que los informativos del cable son la única franja económicamente saneada y creciente de los medios de comunicación informativos.

La polarización entre la Fox a la derecha y la MSNBC a la izquierda alimenta – y es alimentado por – una acusada división política en el país. Según una encuesta de 2008 realizada por el Pew Research Center for the People and the Press, por ejemplo, las dos terceras partes de la audiencia del programa «The O’Reilly Factor» de Fox News se identificaba como conservadora.

La CNN ha luchado por restringir la opinión haciendo hincapié en las noticias y las figuras relevantes de máxima audiencia como Anderson Cooper o Larry King. La estrategia sólo ha tenido un éxito limitado. Más espectadores recurren a la CNN para echar un vistazo rápido a la actualidad a lo largo del día que motivados por importantes sucesos. En la mayor parte de las noches, sin embargo, sus competidores partidistas se llevan las audiencias mayores.

Dobbs es la excepción en la cadena CNN. En directo no es partidista, pero expresa opiniones marcadamente populistas autoproclamándose «el Sr. Independiente.» Según la encuesta de Pew, el 38 por ciento de su audiencia el año pasado se identificaba como conservadora. El 18% decía ser de izquierdas. Atrajo conservadores a la CNN, pero en Fox Business podría estar como pez en el agua.

Tras muchos años en los que Dobbs y King marcaron las franjas de máxima audiencia de la CNN, Dobbs acabó en cuarto lugar por detrás de King, Cooper y Campbell Brown el pasado noviembre con 1.238.000 espectadores, según Nielsen. Hacia septiembre bajaba hasta apenas 616.000. Al mismo tiempo, el pase de su programa en la cadena hermana de la CNN, la HLN, fue recientemente cancelado.

Una de las campañas de cartas que piden «Retirar a Dobbs» está dirigida por una poderosa coalición de grupos nacionales latinos como el Consejo Nacional de La Raza o la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, así como el Southern Poverty Law Center y el colectivo izquierdista de supervisión de los medios Media Matters for America. Las organizaciones cívicas de 25 ciudades de todo el país están acompañadas de otro colectivo, llamado BastaDobbs.com.

Ambos afirman que el menosprecio que hace Dobbs casi todas las noches de los ilegales genera un clima en el que la discriminación contra los latinos es aceptable y los delitos de odio, aunque de escaso número, están creciendo según el FBI.

Que Dobbs mezcle sus opiniones con noticias de actualidad en su programa resulta particularmente insidioso. Ello hace que sus opiniones parezcan objetivas cuando muy a menudo son sencillamente erróneas. No es cierto, como señala, por ejemplo, que los inmigrantes mexicanos cometan los delitos o transmitan enfermedades de manera desproporcionada o que quieran reconquistar el suroeste.

Pero como demuestran los claros datos de audiencia de Fox News o la MSNBC, la opinión pública parece preferir los programas de opinión en lugar de los informativos objetivos. Dobbs aún puede prosperar.

Edward Schumacher-Matos
© 2009, The Washington Post Writers Group

Sección en convenio con el Washington Post

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