Barco en Kamchatka

 Cuando un barco deja de tener vida en el mar y no ha sido arrastrado al fondo del oceano, suele pasar a algun tipo de «cementerio». Pero a veces es la propia naturaleza la que «acoge» los restos de estos navíos naufragados o retirados. Y gracias a Internet se descubren dos escenarios tan poco convencionales como impactantes para ser cementerios marinos: el hielo y el desierto. 

En la peninsula rusa de Kamchatka, vecina de Alaska, el lecho del cementerio en el que descansan los barcos permanece casi todo el año helado. Eso deja unas preciosas imágenes de las carcasas y estructuras sobre la nieve y los tempanos. [FOTOS]

En el extremo opuesto, en Namibia existe un lugar llamado la Costa de los Esqueletos. Se extiende a lo largo de más de 1.000 kilómetros que lindan con un inmenso desierto. Y la adversidad hizo que a lo largo del siglo XX multitud de navíos naufragaran precisamente en este lugar. Por eso hoy, entre el mar y la arena, se pueden observar los restos de decenas de barcos, algunos incluso han sido ya casi engullidos por el desierto. [FOTOS]

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