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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El juez tiró para atrás esta semana la demanda que presentó De Cospedal contra Luis Bárcenas, por haberla acusado de cobrar en B.  Se absuelve a Bárcenas porque parece que no fue él -o no se puede acreditar- quién facilitó a ‘El País’ los papeles, por lo que no puede acusársele de estar detrás de tal «campaña difamatoria», que el juez añade que existió.

Pero Cospedal dice estar satisfecha. La Presidenta de Castilla La Mancha trata de presentar como una victoria esa sentencia cuando en realidad el juez ha rechazado su demanda.

Pero -tanto ella como el PP- lo hace dialécticamente de forma inteligente porque argumenta que la sentencia especifica la «difamación» de la que afirma haber sido objeto. Y haber sido difamada, claro, es que suena muy fuerte.

Lo que no explica la presidenta es que «Difamación» no significa que el hecho denunciado -que ella cobró dinero B- sea verdadero o falso :

«La difamación es la comunicación a una o más personas con ánimo de dañar, de una acusación que se hace a otra persona física o moral de un hecho, determinado o indeterminado, que pueda causar o cause a ésta un menoscabo en su honor, dignidad o reputación. -explica la wikipedia.

Por otra parte, cabe recordar, que el juez Jesús Yunta que ha tumbado la sentencia de Cospedal, forma parte del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Toledo. Lo que quizá explique la contundencia que ha utilizado para calificar y retratar a Bárcenas en una sentencia que hablaba del honor y la publicidad, no de la corrupción.

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