Robinho nunca encontró su sitio en el Real Madrid. Llegó con todos los honores, y se marcha por la peor puerta, ni la de atrás. Nunca superó que el club quisiera comerciar con él para traerse a Cristiano. No supo tragarse el orgullo. Cómo soñaba Schuster que eso pasara. Pero le pudo más la ira, su falta de madurez hizo el resto. Sin Cristiano, Robinho tenía la oportunidad de brillar de una vez en el Real Madrid, pero no ha querido intentarlo. Ha preferido marcharse a un club mediano. De nuevo, se ha dejado llevar, ha hecho lo que le pedía el cuerpo, sin pensar. Y qué pasará cuando en frío, medite esta decisión. Que se dará cuenta de lo que ha dejado atrás…Atrás ha quedado el Madrid, y la pregunta es, qué ha ganado con el cambio? Sí, Robinho se siente vencedor en el pulso que ha mantenido con Ramón Calderón. Pero en realidad no lo ha sido. Ese sentimiento va a desaparecer. Y será entonces cuando Robinho se dé cuenta de la tontería que ha hecho. ?l solito se ha cerrado la puerta que sólo se abre para los elegidos. Entonces, ¿quién ha perdido en toda esta historia?. El Real Madrid seguirá siendo el mismo. Robinho, con la camiseta del Manchester City, lucirá menos. Mejor hubiera sido que esa rabia que le provocó la posible llegada de Cristiano, la hubiera aprovechado para crecer como jugador. Y estaba en el mejor equipo para hacerlo. 

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