La crisis humanitaria con el centenar de refugiados rescatados por el Open Arms se ha resuelto tras 19 días de bloqueo en el mar por parte de Roma, gracias a la decisión de un fiscal italiano que ha ordenado el desembarco en el puerto de Lampedusa y la incautación del barco. Poco antes, la actividad política, prácticamente inexistente durante dos semanas se disparó, con la decisión del gobierno de Pedro Sánchez, ante la pasividad de la UE y tras criticar tanto a Mateo Salvini como a la propia ONG, de ofrecer los puertos españoles y luego un buque de la Armada para recoger a los inmigrantes.

La reacción del ejecutivo español es analizada y valorada en la red por periodistas, políticos, escritores y ciudadanos con una mezcla de críticas y elogios. Se destaca que aunque tarde, España ha sido de los pocos países europeos que ha planteado algún tipo de solución a la crisis y ha contribuido a resolverla. Pero muchos enfatizan que lo ha hecho señalando e incluso atacando a Open Arms y tratando de desprestigiar su labor de rescate y actuación en este caso. Además hay críticas generalizadas al gobierno italiano y Salvini, algunas también a Oscar Camps y cierta sensación de que la gestión de esta crisis ha sido un «desastre» por parte de casi todos los implicados.

 

 

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