La naturaleza de las protestas desatadas tras la sentencia del 1-O en Cataluña y algunos incidentes violentos podrían indicar que el «tradicionalmente pacifico» movimiento independentista puede haber cambiado de cara y de estrategia. Es el análisis que hacen varias cabeceras de la prensa internacional tras ver como durante toda la semana Cataluña se ha paralizado por la indignación y la frustración y ha vivido escenas más propias de una revuelta. Se mira en concreto al grupo Tsunami Democratic, primer abanderado de las nuevas tácticas de protesta en Cataluña y se subraya que defiende la no violencia. Pero se apunta que a pesar de que el pacifismo ha sido siempre la seña de identidad de los independentistas catalanes, tras siete años de manifestaciones y protestas tradicionales «sin apenas frutos», la frustración ha ido creciendo en muchos independentistas, especialmente en las nuevas generaciones.

The Guardian habla de «nueva generación, nuevas tácticas» y del cambio de cara de las protestas catalanas. El diario británico, en un reportaje que firman Sam Jones y Stephen Burgen, recuerda que hasta ahora las imágenes del movimiento independentista había sido grandes y coloridas multitudes reuniéndose y pidiendo de forma entusiasta, pero sin frutos, la república. Pero enfatiza que desde el lunes y con la ocupación del aeropuerto la «historia ha cambiado». Apunta que tras la sentencia del Supremo la «paciencia con las tradicionales formas de protesta» de algunos independentistas catalanes parece estarse acabando, especialmente entre los jóvenes.

El reportaje detalla como las protestas como la ocupación del aeropuerto han sido organizadas por un nuevo y secreto grupo llamado Tsunami Democratic, que usa una app y las redes sociales para coordinarse. Señala que algunos creen que esta organización está vinculada con los CDR, pero ellos lo niegan e insisten en que pretenden defender sus reivindicaciones desde la no violencia. Añade que los incidentes y enfrentamientos de los últimos días podrían indicar que Tsunami ha perdido su capacidad de mantener a la gente en este camino. Y apunta que aunque el pacifismo ha sido siempre la marca de los independentistas catalanes, «tras siete años de protestas pacíficas sin apenas frutos, la frustración está llevando a algunos actos de violencia».

En Europe 1 destacan que un «tsunami democractic sacude Cataluña» pero alertan del riesgo de que «ahogue al país». Un comentario de Vincent Hervouët señala que hace dos años, era la revolución de las sonrisas, pero tras las condenas de cárcel a los líderes del procés «las sonrisas se han congelado, los manifestantes se han puesto máscaras». Y considera que el movimiento «pacífico y hablador» se ha vuelto hacia la revuelta. Y apunta con ironía que el nombre de las protestas es «Tsunami Democrático» y pretende ser un golpe de marea para sumergir a las instituciones, a la policía, la justicia, las fuerzas del orden. Pero advierte de que el tsunami «es el pueblo en armas que se apropia de todos los derechos, especialmente el derecho a la independencia» y añade que esta situación deja a Cataluña en ebullición y a España averiada y el resultado puede ser «que el país se ahogue».

Die Zeit señala un «cambio de estrategia» en el pacífico movimiento independentista. En un artículo que firma Julia Macher y que se titula «Queremos ver arder nuestra ira», se explica que durante los últimos días, los independentistas catalanes se han «amotinado» en protesta por las altas penas de prisión para sus líderes y han generado imágenes «nuevas» hasta ahora de barricadas, contenedores en llamas y enfrentamientos con la policía. Señala que estas protestas han alcanzado un nuevo nivel que indica que el movimiento independentista catalán «hasta ahora pacífico» ha cambiado de estrategia. Resalta que tras la sentencia del Supremo el estado de ánimo es muy tenso y hay una frustración «profundamente arraigada» entre los cerca de 2 millones de partidarios de la independencia. Añade que las protestas de Barcelona no tienen un propósito, ni están planificadas estratégicamente pero satisfacen la necesidad de atención.

Le Monde señala que una parte del movimiento independentista se radicaliza. La información del rotativo francés es de su corresponsal Sandrine Morel destaca que tras las pesadas condenas de cárcel infligidas por el Supremo a los ex líderes catalanes, ha habido actos de violencia minoritarios pero que se han producido cada día de las manifestaciones. Y plantea que ha surgido de la duda de si el movimiento independentista que se ha caracterizado en los últimos años por la no violencia podría estar metamorfoseando. Advierte que que la tentación está ahí para una parte de los manifestantes que insisten que las grandes revoluciones no se han hecho pacíficamente.

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