Hoy se cumplen 40 años desde que un humano pisó la luna por primera vez, y parece como si de una locura transitoria se hubiese tratado.

Son múltiples las voces que hoy se alzan para significar que no tenía más sentido que ganar una nueva competición con la entonces URSS, sin ningún rédito específico científico, tecnológico o ecómico, solamente por ganar. Y se ganó. Pero no la luna, se ganó, o mejor, se dió un importante paso para ganar la Tierra.

La luna en sí misma importaba poco, y eso nos hace una especie de vikingos postmodernos, y sin embargo, el mundo ha progresado mucho -no podemos negarlo- desde los vikingos. La llegada a la luna fue uno de los primeros eventos globales modernos que generó muchas esperanzas, y sin tirar un tiro se avanzó mucho.

Tuvo como maestro de ceremonias a Walter Cronkite. Su muerte al tiempo que este aniversario me ha hecho pensar en que siempre se progresa, a lo mejor al cabo de los cientos de años, pero se progresa. Sobre todo cuando uno se lo propone.

¿Verá nuestra generación llegar un Colón?

Imagen de previsualización de YouTube
Print Friendly, PDF & Email