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Por Nacho Corredor Solà

La ex ministra de Sanidad, que dice ser la «progre» del PP, repasa su trayectoria política y confiesa que «no» le hizo «mucha gracia» ser ministra.

En la entrevista, Celia Villalobos habla de otros aspectos de la actualidad como de las reformas estatutarias o de las políticas sociales. Al hilo de las recientes declaraciones de Mayor Oreja dice que «ya» condenó el franquismo «en su momento» y añade que lo hizo «cuando te partían la cara por ello».

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Hay una profesora tuya que dice que eras la típica colegiala revoltosa, que te hacías notar y que eras la famosa niña de los cuentos: temperamental, indomable, de carácter fuerte, monilla y muy agradable. ¿Qué queda de esa Celia?

Intento seguir siendo un poco rebelde (ríe).

Desde luego, porque todo el mundo dice que eres la rebelde del PP.

Me gusta pensar por mí misma y decir lo que pienso, cosa que a veces tiene sus problemas.

Tu primer contacto con la política fue con el PCE, ¿no?

Sí, soy malagueña y en la época de Franco allí existía el PCE frente al franquismo. No había otra cosa.

¿Y qué hace una persona para pasar del PCE a Alianza Popular?

Evolucionar.

¿En qué sentido?

Una sigue defendiendo determinadas cuestiones políticas y sociales, pero donde mejor se pueden defender hoy es en el centro-derecha y por eso estoy ahí.

¿Cómo se produjo tu llegada al Ministerio de Sanidad? Porque lo cierto es que políticamente vivías un buen momento en Málaga.

Yo pertenezco a un Partido y el presidente del Gobierno y del Partido me llamó y a ver como le decía que no, aunque no me apeteciera mucho.

¿No te apetecía mucho?

¡Pues no! (ríe)

¿Por qué?

Porque estaba muy a gusto en Málaga, estaba con una mayoría que me había costado mucho trabajo conseguirla y estaba muy ilusionada con muchas cosas que había que hacer.

¿Y qué valoración haces de tu paso por el Ministerio de Sanidad? Algunos se quedan con tus disputas con Javier Arenas, otros con las que tuviste con Arias Cañete, otros se quedan con la crisis de las vacas locas?

Con Javier Arenas he tenido pocas disputas, la verdad. Pero es cierto que fueron dos años muy activos y en los que hicimos muchas cosas y me quedo con ello: con las transferencias a las diez Comunidad Autónomas, de acabar con más de 60.000 trabajadores interinos que había en el Sistema Nacional de Salud con los problemas que ello tenía, con el Instituto de Investigaciones Cardiovasculares? Fueron ideas sobre investigación que pusimos en marcha y me siento satisfecha con el trabajo hecho en el Ministerio. Algunas cosas se malinterpretaron?

Algunas valoraciones acerca de la crisis de las vacas locas, por ejemplo.

A mí lo de las vacas locas es algo que siempre me ha llamado la atención porque me puse a favor de los consumidores y no en contra de los ganaderos, sino de algunos que estaban cometiendo un fraude que podía provocar enfermedades. Traían unos piensos sabiendo que estaban en malas condiciones, se lo daban a los animales y los animales tenían una enfermedad que se la podían transmitir a los humanos. ¡Defendía que la carne tenía que estar absolutamente garantizada! Tal vez utilicé un lenguaje demasiado coloquial para una Ministra y aquello me arreó bastante fuerte. Creo que si hubiera sido un hombre no hubiera sido tan fuerte, ¡pero bueno!

¿Crees que fue porque eras mujer?

Hubo una serie de señores que no tenían nada mejor que hacer que meterse con la «progre» del PP. Uno tiene siempre compañeros que están deseando que te tropieces con una piedra y se dieron una serie de cosas. Lo cierto es que a raíz de aquello se creó la Agencia de Seguridad Alimentaria y políticas en Europa contra ese tipo de enfermedades.

De hecho, ASAJA se querelló contra ti y no sé si tuvo alguna consecuencia o, simplemente, se archivo la causa.

Se archivó, pero no fue ASAJA. Fue un sindicato? Precisamente el de Moraleda, fíjese usted (ríe) ¡Y dice unas tonterías?! ¡Si yo se las contara! Total? Se querellaron contra mí, pero el Juez dijo que utilicé un lenguaje excesivamente coloquial.

Cuando estuviste en el Ministerio de Sanidad, como se viene haciendo últimamente, se habló del derecho a la muerte digna y de la eutanasia.Lo cierto es que el Estatuto andaluz ha dado un paso adelante en esa cuestión.

Con el consenso de todo el Parlamento se aprobó el testamento vital, que alguna Comunidad Autónoma tenía como Andalucía o Galicia. El Estatuto andaluz lo recoge, pero no va más allá de lo que ya estaba en marcha.

¿Pero el testamento vital se puede solicitar en todas las Comunidades Autónomas?

La Ley es aplicable para el conjunto del Sistema Nacional de Salud y por lo tanto todos los ciudadanos que no quieren que se vaya más allá de lo que es razonable pueden hacer una declaración ante un notario. El Ministerio de Sanidad guarda un listado de las personas que han firmado y si mañana yo entro por un accidente en un Hospital y estoy medio muriéndome y no puedo hablar, el médico mirará si estoy en ese listado y si lo estoy lo que no puede hacer es mantenerme en vida de una forma artificial.

Algunos apuntan a la doble vara de medir que ha utilizado el PP a la hora de valorar artículos concretos del Estatuto catalán y el andaluz. Por ejemplo, lo que le comentaba del derecho a la muerte digna está impugnado por inconstitucional en el caso del Estatuto catalán y no en el del andaluz.

Nos hubiera encantado que el PSOE se hubiera sentado con nosotros a negociar, como lo ha hecho con el andaluz. Nosotros en el Estatuto andaluz introdujimos 220 enmiendas y se trabajó de forma importante. El propio PP de Cataluña dijo que si hubiera dejado hacer el mismo Estatuto que el de Andalucía las cosas hubieran ido muchísimo mejor. Creo que se equivocó el PSOE, porque le hubiera venido mucho mejor cara al futuro pactar el Estatuto catalán con el PP.

¿Pero el recurso de inconstitucionalidad está planteado por la forma de haberlo negociado o por los artículos?

Las leyes sabemos usted y yo que son un poco complejas y hay un artículo del Estatuto andaluz que dice que esas serán las normas aplicables a Andalucía salvo que una ley nacional diga lo contrario, cosa que no pasa en el Estatuto catalán. En el Estatuto catalán se dice que Cataluña es un Estado, España es otro y nos hablamos de tú. A partir de ahí, todo es diferente.

¿Si el Estatut fuera considerado inconstitucional que pasaría?

No creo que el Estatuto catalán sea considerado inconstitucional, ni muchísimo menos. Se han recurrido determinados artículos y el Tribunal Constitucional considerará lo que considere oportuno.

Si, pero esos artículos que están recurridos en el caso del catalán no lo están en el andaluz. El Consejo de Justicia catalán rompe la unidad judicial y el Consejo de Justicia andaluz no rompe la unidad judicial.

Todo está sometido a las normas nacionales y el que tiene que decir lo que es o no constitucional es el Tribunal.

¿Crees que al PP le falta apostar por políticas sociales? De hecho, cuando se votó el matrimonio entre homosexuales votaste a favor de ello y te multaron.

Las leyes sociales son las relacionadas con las pensiones, con los malos tratos, con el empleo, con las condiciones laborales, la ley de dependencia, la ayuda a los mayores, a los discapacitados. No ha habido una quiebra de esos derechos sociales desde hace muchos años. El PP llevó leyes sociales muy importantes: el tema de los malos tratos, en el ámbito laboral de las mujeres? De lo que hablas son leyes que afectan al conjunto de la sociedad, no son de protección social. (sic) En esas leyes sociales, en el sentido de la sociedad? En esa ley de matrimonios gays yo tomé una posición y como mi Grupo parlamentario tiene un reglamento se me aplicó, lo acepté y no pasa nada. Pagué mis 500 «lauros» y se acabó.

Esta semana se ha hablado de la estrategia que seguirán los distintos partidos. El PP dice que apostará por la bajada de impuestos, cosa que no ayuda a sostener la Sanidad pública, la educación pública? En este sentido, no son políticas sociales.

La Seguridad Social en 1996 tenía una crisis profunda, una deuda de 500 mil millones de pesetas, por lo que no cubría las pensiones y se creó el fondo de las garantías de la Seguridad Social. Pero lo que mejor garantiza un sistema de protección social es el empleo. Si hay una familia de 2 o 3 personas trabajando, esas están pagando impuestos, consumiendo? En el ámbito de las políticas públicas, que duda cabe que si hay más gente pagando impuestos al final se recauda más y por lo tanto, si usted baja los impuestos, como ya hizo el PP en sus ocho años de Gobierno, la familia tiene más dinero de que disponer a lo largo del año y eso significa que puede consumir muchísimas más cosas. Imagínate una familia que sólo tiene una persona trabajando, que salía antes a cenar dos veces al mes y ahora, como le han subido la hipoteca, solamente va una. En ese restaurante ya hay una mesa que se ha quedado vacía y, posiblemente, tengan que despedir a un trabajador porque ya no cubren sus necesidades. Sin embargo, si usted ajusta el mercado de manera que el empleo siga creciendo, usted conseguirá que se siga creando empleo y con eso va a mantener la protección social. Como no se mantiene la protección social es con más desempleo. Hasta este año y desde el año 2000, no se habían incrementado las partidas presupuestarias para el desempleo? No porque lo hubieran bajado el PP o el PSOE, sino porque había menos desempleados.

Pero, ¿bajar impuestos mejora la Sanidad y la Educación pública? Porque una persona con un sueldo alto si se le bajan los impuestos podrá seguir pagando Educación y Sanidad privada, pero las que no puedan, tendrán que acceder a un sistema más precario.

Lo que se hace es una bajada de impuestos sobre la renta, es decir, lo que tenemos que hacer numeritos en mayo y tenemos que pagar. El impuesto se bajará, evidentemente, en función de la renta (ríe). No es lo mismo bajar el 10% de 2 millones de euros, que de 2.000.

¿Cómo resumes esta legislatura? Algunos dicen que ha sido muy agitada.

Creo que ha sido una legislatura anómala, diferente e insegura.

¿Por qué?

Estábamos acostumbrados al PSOE de Felipe González con mayorías absolutas, en las que no necesitaba a nadie. Después llegó José María Aznar con una política de pactos, pero absolutamente transparente y de hecho firmó un acuerdo con el PNV y CIU. Sin embargo, Zapatero podría haber optado por eso, pero no lo ha hecho. Ha tenido a unos socios, ERC e IU, que le han hecho forzar en función de cada instante. No se sabía hasta dónde iban a llegar, de hecho han anunciado 6 enmiendas a la totalidad de los próximos presupuestos. Si se mantuviesen esas enmiendas, no se aprobarían los presupuestos y eso quiere decir que el ministro de Economía los está negociando como sea y eso no es bueno: resta estabilidad, credibilidad?

Hoy decía Mayor Oreja en una entrevista que no consideraba pertinente condenar el franquismo porque muchas familias lo vivieron «con naturalidad y normalidad». Imagino que tú sí condenas el franquismo.

Lo que es la reconciliación que se produjo en este país es un tema muy complejo. Ni todos los miembros del PSOE son hijos de los que perdieron la Guerra Civil. ¡Es normal! ¡Nosotros no podemos pagar los platos rotos que rompieron nuestros abuelos! En mi familia había de todo? Hubo situaciones muy duras. Volver a rememorar eso, creo que no es bueno y en ese sentido me da la sensación que lo decía Mayor Oreja. Yo tengo amigos socialistas que me dicen que a qué viene esto, me dice? «¿Qué culpa tengo yo de que tuviera la camisa azul?». Es una situación que no es buena para nadie. Todas las ayudas económicas, que hay que dar las que hagan falta y más, ya estaban contenidas y hay leyes en las que sólo hacía falta reformar algún artículo. Además, eso crea una inseguridad jurídica que no satisface a nadie. Anular en un país 40 años es un poco complicado en la historia, eso significaría que yo desaparecería porque soy del año 49.

Pero al margen de la ley de Memoria histórica, condena el franquismo.

Ya lo hice en su momento. Cuando te partían la cara por hacerlo.

Dicen que tu nombre es seguro en las listas para la próxima legislatura.

Hombre? yo pienso que sí (ríe).

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