En la primera ola de la pandemia, España pareció registrar una de las mortalidades más altas por el coronavirus del mundo en comparación con otros países. El asunto llegó a ser usado como arma arrojadiza en la política española e incluso líderes internacionales como Donald Trump lo comentaron para descargar responsabilidades y presiones por su propia gestión. Pero dos años después del inicio de la pandemia y los datos de exceso de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud (que no se basan en los registros oficiales nacionales de fallecidos por COVID, sino en la diferencia entre el número de muertos según los antecedentes y medias históricos y los producidos en este periodo) evidencian que España no estuvo entre los países con mayor mortalidad, ni de forma general, -está con un 12%, un punto por debajo de la media global-, ni tampoco entre los más desarrollados, en cuya lista figura en 8ª posición.

La OMS empezó a elaborar registros por exceso de mortalidad -que consiste an la diferencia entre el número real de muertes registradas en periodo y el número que cabría esperar en ese mismo intervalo de tiempo según los datos de años anteriores- para detectar un aumento inesperado de la mortalidad por factores como gripes u olas de calor. Pero el método ha servido ahora para medir el impacto real de la pandemia, más allá de las cifras oficiales.

Y el balance es que entre el 1 de enero de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021 hubo un exceso de mortalidad de 14,9 millones que según la OMS pueden asociarse directa o indirectamente al Covid19. Una cifra que contrasta y casi triplica los aproximadamente 6 millones de fallecimientos confirmados en las estadísticas oficiales. Y sitúa el exceso de mortalidad mundial en un 13% de media.

En esta clasificación España figura con un 12% de exceso de mortalidad, un punto por debajo de la media global. Los países con mayor exceso de mortalidad porcentualmente en estos dos años han sido latinoamericanos: Perú (97%), Ecuador (51%), Bolivia (49%) o México (41%). Aunque el país, con mayor número de fallecimientos, es la India con 4,7 millones que suponen casi una tercera parte de todas las muertes causadas por la pandemia y un exceso de mortalidad del 26%.

El estudio de la OMS también diferencia entre los países por niveles de renta: altas, medias y bajas. España figura en 8ª posición en el ranking de exceso de mortalidad de los países desarrollados, que encabezan Rumanía, Polonia y Chile. En naciones como EEUU o Italia, siempre según este ranking, el exceso de mortalidad también ha sido porcentualmente mayor que el español, que empata con Reino Unido. Alemania -ha pesar de que inicialmente tuvo una muy baja mortalidad- ha quedado justo por debajo de España, con 11%, mientras que Portugal ha tenido un 9% y Francia, un 7%.

Los países africanos no figuran en estos rankings de la Organización Mundial de la Salud por falta de datos. Pero llama la atención lo sucedido en Australia, Sri Lanka y Japón donde el número de muertes en 2020 y 2021 fue más bajo de lo normal y China que tuvo un 0% de exceso de mortalidad. Los científicos consideran que algunos países pueden haber visto una disminución de la mortalidad por otras causas como resultado de las medidas de control de Covid-19, como los confinamientos que redujeron contagios de gripes y otras enfermedades infecciosas o accidentes de tráfico.

 

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