Todo empezó con el impactante video de la última campaña de los ecologistas contra la multinacional por usar el aceite de palma de una empresa que contribuye a la deforestación de Indonsesia. En el spot, un ejecutivo abría una de las famosas chocolatinas de Nestlé y le daba un bocado sin darse cuenta que se trataba del dedo de un orangutan, animal especialmente perjudicado por la desaparición de la selva.

 

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La sociedad civil decidió reaccionar al guante lanzado por Greenpeace y aprovechando la interactividad que permiten hoy las redes sociales, se generó un enorme movimiento de protesta en el propio grupo de Nestlé en Facebook.  El «muro» -el lugar en el que se acumulan los mensajes enviados- de este perfil que la empresa puso en marcha para promocionarse en esta red social ha sido, como recoge el blog Yorokobu, el punto de encuentro de innumerables detractores de la marca.

El sitio tiene más de 94.000 fans la mayoría de los cuales está aprovechando para criticar con mucha dureza a Nestlé por usar el aceite de palma y contribuir a la extinción de los orangutanes. Lo que en teoría era un espacio para «alabar» los productos de la multinacional pasó de pronto a convertirse en un escaparate de reproches, denuncias e insultos.

La «manifestación de protestas» se agravó porque el responsable de mantener el grupo de Nestlé en Facebook decidió «contestar» a los mensajes enfrentándose con los seguidores. Unas veces con actitud despectiva animando a la gente otras justificando sus respuestas «nosotros tenemos que ser educados todo el tiempo, pero es totalmente aceptable que vosotros os refiráis a nosotros como idiotas y hasta hijos de Satán».

Aun hoy, casi una semana después de que se lanzara la campaña, la página sigue copada por mensajes en contra de Nestlé. «La ignorancia es una bendición verdad Nestle» o «¿alguien tiene una lista de productos que no hay que comprar de esta desgraciada compañía?». Incluso hay quien aprovecha para dar voz a otras denuncias: «Nestlé también mata bebés«.

La respuesta de la compañía es ahora de silencio total en su grupo de Facebook, aunque en un comunicado Nestlé ha anunciado que rompía relaciones con uno de sus proveedores de aceite de palma en Indonesia. De momento sin embargo sigue la reacción negativa contra ellos. Y no está claro lo que van a hacer en Facebook. Lo que si ha quedado demostrado es que las redes sociales están cambiando las normas del marketing y la comunicación empresa-cliente, hasta ahora en una sola dirección. Estos han descubierto que tienen voz y una herramienta con la que pueden llegar a las marcas para bien o para mal.

Anuncio de Greenpeace contra Nestle
(Foto: Flickr/Skip-rat)

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