Cuando se cumplen 40 años del golpe de estado de Chile que derrocó a Salvador Allende y llevó al poder a Augusto Pinochet, Baltasar Garzón ha rememorado en Democracy Now los detalles de cómo se gestó la orden de detención contra el dictador que le tuvo contra las cuerdas en Londres en 1998. El juez revela sus enfrentamientos con el fiscal de entonces que se opuso ferozmente a su investigación «casi llegamos a la manos» y cómo la orden de detención la enviaron él y un único funcionario a punto de salir de fin de semana.

El Juez español empieza su relato señalando que el auténtico artífice de la detención de Pinochet fue el abogado Joan Garcés. Y añade: «Su iniciativa, junto con otros factores convergieron en un momento histórico para que un país concreto no demasiado importante como es España, tuviera en ese momento la oportunidad de aplicar el principcio de jurisdicción universal».

Garzon recuerda que se iniciaron en España dos investigaciones judiciales. Una sobre el caso de Argentina y otra que fue en paralelo con el de Chile, que es la que él llevó: «El caso de Argentina fue siempre un poco por delante y marcando el paso. Las decisiones iniciales sobre la aceptación de la competencia fueron en el caso de Argentina y de hecho la detención de Pinochet se produce dentro del procedimiento de Argentina en la llamada Operación Condor.»

«En octubre de 1998, tengo que advertir que la Audiencia Nacional no se había pronunciado a favor de la competencia de la jurisdicción española. Es más, el fiscal estaba en contra. Activamente, decididamente y combativamente en contra. Casi llegamos a las manos. Resolvi entonces más impugnaciones del fiscal que en mis anteriores 38 años de carrera» revela.

Pero el Juez español relata como unos días antes del 16 de octubre de 1998, Juan Garcés le informó de que Pinochet se encontraba en Londres. Garzón respondió que pediría la declaración del dictador chileno y el juez encargado del caso de Chile también lo hizo y se cursó la comisión rogatoria: «El acuerdo al que llegue con Juan Garcés es que mis acciones no se darían a conocer. De modo que toda la presión mediática estaba en el Juzgado numero 6. Yo lo que hice fue preguntar a las autoridades británicas si Pinochet estaba alli. Y al respuesta de la policía fue algo asi como `¿y a yusted que le importa?´»

Sin embargo explica que gracias a la mediación del Ministro Consejero de la embajada británica en Madrid -con el que Garzón trabó relación tras una polémica sobre Gibraltar-, Londres vuelve a contestar confirmando la presencia de Pinochet y preguntandole al juez qué quiere: «La causa principal contra él estaba en otro juzgado pero yo tenía una pieza que era la Operación Condor y le dije a Juan Garcés que por ahi podíamos continuar».

El 16, ante las noticias de que Pinochet quería irse, yo había preguntado por la posibilidad de mandar la comisión rogatoria con las preguntas para tomarle declaración. Era un viernes a las 13h. Y a las 14h me contesta la policía británica diciendo que Pinochet se va manaña y que no podrán entregarle la comisión. Y me dicen que tome yo la decisión que corresponda. Solo quedaba una persona en el juzgado a punto de irse. La retuve y le di el papel escrito con la orden. Me preguntó si estaba seguro de ello. Y le contesté que se limitara a escribir. Y asi emitimos la orden contra Pinochet»

Garzón rememora que tras esto se marchó a Jaen, que celebraba sus fiestas patronales. Y alli en medio de una corrida de Curro Romero recibió una llamada del Minsitro Consejero John Hughe diciéndole que la policía estaba llevando la orden de detención al domicilio del juez británico: «Y sobre las 22h me volvió a llamar y me dijo `Pinochet está detenido´.»

El Juez español revela que aunque la primer orden la emitieron él y un único funcionario un viernes a mediodía, al día siguiente llamó a Juan Garcés: «Le comenté que teníamos que completar la orden porque, como yo no tenía todo el sumario, solo habíamos incluido un caso. Y en 24 horas, con su ayuda, 18 traductores, sin dormir desde el juzgado, conseguimos completar la orden con 104 casos. Y gracias a esa orden, Pinochet quedó detenido. Porque en la primera, el juz inglés se equivocço y puso que era asesinato en vez de desapariciones. Asi que la Corte anuló la primera y continuó con la segunda.»

Baltasar Garzón
(Foto: Flickr/Ukberri)

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