Junichi Sato y Toru Suzuki, activistas japoneses de la ONG, han sido condenados por un tribunal nipón a tres años de libertad condicional por robar carne de ballena. La Greenpeace ha tachado la sentencia de «injusta» porque asegura que trataban de denunciar el escándalo de corrupción existente con la carne de ballena en Japón. Y considera que la Justicia puede estar «acortando los derechos de la sociedad a denunciar los escándalos que afectan a la naturaleza».

Junichi Sato y Toru Suzuki
(Foto: Flickr/Grenpeaceat)

El juicio contra Sato y Suzuki había levantado mucha expectación. Ambos se apoderaron de una caja con 23 kilos de carne de ballena para demostrar que se estaba vendiendo ilegalmente. Pero las autoridades japonesas consideraron su acción como robo. Podían haber sido condenados a 10 años de carcel. Al final parece que evitarán pasar por prisión, aunque su sentencia es de 3 años de libertad condicional y hay algunas condiciones que deberán cumplir y que aun no se han dado a conocer.

Greenpeace ha calificado de «injusta» la sentencia y ha anunciado que estudian apelarla. Junichi Sato ha explicado lo irónico del caso «aunque el Tribunal reconoce que existen prácticas cuestionables dentro de la industria ballenera, no se reconoce el derecho a denunciarlas, como así garantiza el derecho internacional». Para Toru Suzuki la sentencia es «totalmente desproporcionada e inmerecida».

En cuanto se ha conocido la sentencia varios activistas ecologistas han organizado vigilias y manifestaciones en embajadas de Japón por todo el mundo para mostrar su rechazo. En Madrid, la protesta fue retransmitida en directo por el blog de Greenpeace.

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