En efecto. Es mucho peor. Así lo explica Público hoy.

…La trama de Francisco Correa cuenta con casi el doble de imputados (Gurtel 73 por ahora y Filesa 39)

…recaudó casi cinco veces más dinero (27 millones de euros Gurtel, 6 mll.euros Filesa),

…actuó durante casi una década (Filesa actuó durante 3 años)

….y, además de favorecer los intereses financieros del PP, repartió cuantiosos sobornos entre parlamentarios y alcaldes del PP así como entre sus familiares más próximos para asegurarse adjudicaciones públicas….  [sigue] […y el cuadro comparativo no tiene desperdicio…]

 

Este texto será leído este jueves 8 de abril a las 20:00 de la tarde en la concentración en memoria de José Couso, que tendrá lugar frente a la embajada de Estados Unidos en Madrid

Esta semana ha salido a la luz pública un vídeo que muestra cómo el ejército estadounidense dispara contra dos periodistas desarmados, mata a uno en el acto y remata al otro cuando se arrastra herido por el suelo, dispara contra varios civiles más que llegan para socorrer al herido, entre ellos dos niños a los que altos mandos estadounidenses optan por entregar a la policía iraquí en vez de trasladarlos a un hospital militar norteamericano, demorando de este modo su atención médica y negándoles atención médica de primera calidad.

Al ver este vídeo es inevitable recordar  lo ocurrido el 8 de abril de 2003, cuando el ejército estadounidense mató al cámara español José Couso.

Y es probable que sea más fácil entender por qué la familia Couso y los periodistas testigos del ataque seguimos teniendo dudas razonables sobre la versión de los hechos ofrecida por el Pentágono.Aquél día, hace ya siete años, unos doscientos periodistas europeos y estadounidenses nos alojábamos en el hotel Palestine de Bagdad, una circunstancia que conocían perfectamente los altos mandos del ejército de Estados Unidos.

Esa mañana del 8 de abril de 2003 estábamos en los balcones del hotel grabando las imágenes de los carros de combate norteamericanos que se encontraban en uno de los puentes sobre el río Tigris. Filmamos durante horas. Igual que nosotros vimos y registramos sus movimientos, los ocupantes de dichos carros de combate observaron durante horas cómo decenas de periodistas con sus cámaras trabajábamos en los balcones del hotel, algunos de nosotros con chalecos en los que se podía leer PRESS, prensa en inglés. Estábamos por tanto perfectamente identificados por los militares estadounidenses.

Sin embargo, uno de los tanques pidió permiso para disparar. No había combates en la zona, pero aún así giró su cañón hacia el hotel y esperó a que sus superiores le dieran el visto bueno. La respuesta tardó en llegar diez minutos. Durante esos diez minutos no hubo ninguna batalla, ni un solo disparo. Tras ello el soldado del tanque recibió el OK y disparó. Así lo ha reconocido el propio alto mando estadounidense. No fue por tanto un disparo motivado por el nerviosismo que puede causar el fragor de una batalla. Fue un disparo estudiado y meditado durante diez minutos.

El proyectil lanzado alcanzó los pisos catorce, quince y dieciséis del hotel. En el balcón del piso catorce estaba José Couso, que resultó gravemente herido y murió dos horas después. En el balcón del piso quince estaba el periodista de Reuters Taras Prosyuk , quien murió en el acto. Del balcón piso dieciséis, por pura casualidad, acabábamos de salir hacia la habitación un cámara mexicano y yo misma, salvando así nuestra vida o evitando graves heridas.

Poco antes de este ataque el ejército estadounidense había disparado contra la sede de Al Jazeera, donde murió un periodista, y contra las oficinas de la televisión de Abu Dhabi. De este modo en el plazo de menos de tres horas el ejército estadounidense atacó las tres sedes de la prensa independiente internacional que había en Bagdad, matando a tres periodistas e hiriendo a varios más. La consecuencia, buscada o no,  fue que ningún reportero pudo filmar la ocupación de Bagdad llevada a cabo esa misma mañana por el ejército norteamericano, ya que todos estábamos tratando de ponernos a salvo y de ayudar a nuestros heridos.

En un primer momento el Pentágono justificó el ataque al Palestine asegurando que había hombres armados en el hotel. Cuando todos los periodistas que estábamos allí -europeos y estadounidenses- aseguramos que en aquél lugar no había personas armadas ni amenaza alguna para las tropas norteamericanas, el Pentágono cambió su versión y afirmó que si el tanque disparó fue porque había un hombre con unos prismáticos -un ojeador, le llamaron- que podía estar transmitiendo información sobre las posiciones del ejército estadounidense. Es decir, según la versión de Washington, la única amenaza que justifica el ataque es que había un hombre con unos prismáticos.

La posición de las tropas estadounidenses era visible desde diversos puntos del centro de la ciudad. No hacía falta un hombre con prismáticos para localizar las coordinadas del ejército norteamericano. Todos veíamos los tanques a simple vista. Todos éramos ojeadores. Por tanto, siguiendo el razonamiento del Pentágono, habría sido legítimo disparar y matar a todos los habitantes de Bagdad que estuvieran viendo las posiciones de los militares estadounidenses, algo absolutamente condenable por la ley internacional.

Hay más puntos oscuros: Hace un par de años la ex sargento Adrianne Kinne explicó en un canal de televisión norteamericano que en 2003 ella trabajaba para el servicio de inteligencia militar estadounidense. Una de sus tareas consistía en escuchar todas las conversaciones telefónicas por satélite procedentes del hotel Palestine. De ese modo esta militar escuchó día tras día las palabras que los periodistas intercambiábamos por teléfono con nuestros jefes, con nuestros amigos o con nuestros padres. Un día la sargento recibió un listado de los posibles objetivos militares estadounidenses en Bagdad. Entre ellos estaba el hotel Palestine. Acudió a su superior para recordarle que en ese hotel solo había periodistas: así lo comprobaba ella día tras día escuchando nuestras conversaciones. El superior le ordenó que se ocupara solo de sus asuntos. Días después el hotel Palestine fue bombardeado.

Para licenciarse en la carrera militar, los futuros soldados estudian las reglas de la guerra, porque incluso en las guerras hay normas, y la más importante es evitar la muerte de civiles. Sin embargo, en los últimos años se ha disparado de manera escandalosa el número de inocentes que mueren en los conflictos. Lamentablemente algunos de ellos fallecen a causa de las acciones de ejércitos que representan a Estados presuntamente adalides de la libertad, la democracia y la justicia.

Han pasado siete años y la muerte de José Couso, como la de tantos otros, sigue sin ser investigada de manera adecuada. Las relaciones políticas y comerciales de España con Estados Unidos parecen pesar más que la defensa de los derechos de un ciudadano español como José Couso. Aún así el caso no está completamente cerrado y la lucha por la justicia continúa, no solo por José Couso, sino por la libertad de información, por la protección de los periodistas, por el respeto de las leyes internacionales y por la protección de todos los civiles víctimas de ataques injustificados, civiles cuyos familiares no tienen la suerte de poder escapar de la guerra sin más ni de disponer de un altavoz como éste.Estados Unidos y sus aliados europeos deberían demostrar que quieren un mundo más justo. Mientras sus ejércitos tengan comportamientos condenables como éstos, estarán dando argumentos a sus enemigos.

Volvamos al vídeo del que hablaba en un principio: Si casos como el ataque al hotel Palestine hubieran sido juzgados quizá lo que este vídeo muestra nunca habría ocurrido. Es probable que los militares estadounidenses se lo hubieran pensado dos veces antes de solicitar disparar contra periodistas, civiles y niños. Es probable que sus superiores hubieran preguntado antes si los objetivos eran personas armadas o civiles. Quizá hubieran intentado comprobar si esas personas suponían realmente una amenaza.

La justicia sienta precedentes. Exijámosla para evitar futuros crímenes y la impunidad de los mismos. Para que las leyes internacionales sean algo más que tinta sobre papel.

Contraprogramar informativamente consiste en tapar una información con otra más impactante. En la sociedad mediática es la única forma efectiva de atacar una crisis. Lo hacen empresas, políticos y artistas. Si quieres que lo tuyo pase rápido: no expliques, no respondas, no comparezcas…. contraprograma. ¿Es eficaz? No. Es lo siguiente.

Fachada principal de la Sede del PP, ayer, sobre las 17:00. Esa mañana se habían conocido 50.000 folios de corrupciones y pruebas diversas que salpican al partido. Hay silencio. Solo faltan bolas del desierto, rodando, empujadas por el viento. ¿Alguna cámara de televisión a la vista? ¿algún fotógrafo? ¿algún plumilla?

Entonces, ¿donde estaban los periodistas?

 

Es eficaz.

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Es importante o simplemente interesante que William Golding dedicara su obra clásica «El Señor de las Moscas» a su madre y a su padre. Es precisamente la ausencia de padres, o cualquier adulto en realidad, lo que permite que los muchachos de la isla caigan en el comportamiento salvaje, y es la repentina aparición de un adulto al final lo que restaura lo que ahora llamaríamos ley y orden. Este relato fue un anuncio, mucho antes de su época, de lo acaecido en el Instituto de South Hadley (Massachusetts) y de la muerte por suicidio de Phoebe Prince. Era la única forma que tuvo de abandonar la isla.

Después de una larga investigación, la fiscal del distrito, Elizabeth D. Scheibel, ordenó la detención y presentó cargos penales contra nueve estudiantes. Al mismo tiempo, resolvió que aunque los menores habían atormentado a Phoebe hasta el punto de ahorcarse, los maestros y la dirección del centro eran de alguna manera cómplices del delito porque ellos sabían – o deberían haber sabido – que Phoebe estaba siendo acosada por una pandilla de aspirantes a fascista. Phoebe era la nueva venida de Irlanda, y por tanto, como cualquiera con una mínima afición a la novela sabe, la desconocida sin defensores, protectores y, en su cabeza, sin vía de escape.

Esta terrible historia, que parece inventada para la audiencia de vuelta de todo del programa «Today», ha suscitado por supuesto un escándalo con todas las letras porque está relacionada con la crueldad, que no entendemos, la falta de empatía, que nos parece aterradora, y la conformidad y la coacción. Pero por encima de todo tiene que ver con lo poco que conocemos a nuestros hijos, pequeños gamberros que viven entre nosotros y que pueden dormir con un osito de peluche por la noche y acosar por la mensajería instantánea a una muchacha de 15 años de edad por el día hasta su suicidio. ¿Quiénes son estos niños?

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Observará que durante todo el ejercicio de búsqueda de culpables — los menores, los profesores, el personal del centro — ni un dedo acusador se levanta contra los padres. Sus hijos están acusados de acosar a una compañera hasta su muerte y al parecer los padres no tenían ni idea. No sólo eso, de alguna forma se espera que ellos supieran algo. Se supone que los profesores debían saber lo que estaba pasando. El director. Tal vez incluso la enfermera del centro. ¿Pero los padres? No. Ellos están fuera de toda sospecha.

No en lo que a mí respecta. Esta tendencia a culpar al personal docente o al personal del centro de todo lo que sucede dentro de las escuelas es injusta e irreal en la misma medida. Jaime Escalante, que falleció hace poco, demostró que un gran maestro puede suponer una gran diferencia (fue la inspiración de la película «Stand and Deliver»). Y conocemos, también, la importancia fundamental de los buenos directores. Pero los padres también son importantes – lo más importante – pero ellos, por supuesto, no puede ser despedidos. Ellos tienen plaza fija.

Filadelfia ha sido la afortunada anfitriona de una serie de mini-disturbios. Se les denomina «flash mobs», durante los que una multitud de jóvenes se reúnen a través de mensajes SMS para poder desfogarse a continuación con impunidad por áreas del centro, saquear y agredir hasta quedar satisfechos. Como era de esperar, algunas personas no creen que los menores ni sus padres (si los hay) sean los responsables. Señalan en su lugar los problemas de financiación de los programas suficientes de prevención de la violencia juvenil. El mío, por lo que recuerdo, consistía en una mirada fulminante de mi padre.

No hay fiscal de distrito que vaya a convocar una sesión para escarnio de los padres por desconocer lo que se traían entre manos sus sádicos vástagos. Eso sería políticamente peligroso y, además, de alguna manera los maestros tienen la obligación contractual – ¿no remuneramos sus servicios? – de saber lo que hacen los menores mientras los padres están ocupados. Las madres son madres, después de todo, y por tanto son sagradas. En cuanto a los padres – ¿y dónde demonios están, de todos modos? Suspendemos a centros enteros, pero nunca a los padres.

Soy el padre emérito de un ex adolescente y por tanto conozco las dificultades de primera mano. Adolescente es sinónimo de imprudente, y su mundo es con frecuencia desquiciado – superficial, cruel, conformista, hedonista y ensimismado, convencido de la virtud de su poder adquisitivo, de su importancia y de su juicio. (Eximiré a su propio hijo de esta sentencia general). Pero al margen de en qué terminen los cargos presentados, los Nueve de South Hadley necesitaban claramente algún tutor – alguna intervención decidida o tal vez, probablemente incluso, que uno de los padres hicieran lo que su hijo quería todo el tiempo: obligarles a parar en seco.

El libro de Golding reflexiona sobre el mal. Los niños pueden ser malos. Quieren encajar. Confunden debilidad con la fuerza de la empatía. Necesitan atención. Un cordón umbilical invisible que les conecte a un ente maduro. En el Instituto South Hadley, los niños gobernaban la isla y los adultos brillaban por su ausencia. ¿Dónde estaban los profesores? ¿Dónde estaba el director? Pero sobre todo, ¿dónde estaban los padres?

Richard Cohen
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Sección en convenio con el Washington Post

Es uno de los mayores casos de corrupción de la historia de la democracia española. Y en cuanto el juez hizo públicos los 50.000 folios del sumario, el caso fue escrutados por los periodistas de todo el país. Todos los medios le dedicaron titulares a cinco columnas, primero en las ediciones on line y luego en las impresas.

Resulta interesante comparar la «evolución» de los titulares con el paso de las horas. Los redactores y jefes de sección de los medios on line se apresuraron a sacar una primera conclusión de la lectura del sumario y publicarla. Sin embargo a la hora de preparar la edición en papel, casi ningún medio repitió el mismo enfoque. Con los primeros datos, cada medio «apuntó» hacia un objetivo y luego lo fue modificando o matizando en mayor o menor medida.

El País en su versión digital primero se centró en la persona del ex-tesorero del PP Luis Barcenas, para luego ampliar el círculo y asegurar que «Gurtel corrompió el núcleo del PP».

La portada de El País

La portada de El Pais en papel

En el caso de El Mundo, inicialmente abrieron mucho el «ángulo de enfoque» señalando a consellers, altos cargos y familiares de Camps. Luego la edición impresa «concretó» mucho más el titular centrándose en la persona de Correa y el cobro de 27 millones en comisiones a constructoras.

La portada de El Mundo

 La portada de El Mundo en papel

Para el ABC lo más «destacable» en las primera horas fue la descripción: «Asi lavaba el dinero la trama de Correa». Y luego dedicó su portada íntegramente al fallecimiento de Guillermo Luca de Tena, uno de sus editores.

La portada del ABC

Portada ABC papel

El primer titular del diario Público se centró en un genérico: la «confirmación» de financiación irregular en el PP de Valencia y Madrid. Con el paso de las horas apuntaron más en detalle: «Barcenas hundido, Rajoy tocado».

La portada de Publico

La portada de Publico en papel

La Razón en principio optó por la obviedad: anunciar simplemente que el sumario se había hecho público. Posteriormente para su edición en papel, se «mojaron» mucho más, asegurando en su titular que el sumario no muestra una financiación irregular del PP.

La portada de La razón

Portada de La razon en papel

Los medios puramente digitales también dedicaron sus portadas a la publicación del sumario del caso Gurtel. El Confidencial se fijó en la vinculación de cargos del PP con  paraísos fiscales, mientras que El Plural destacó sobre todo una acusación contr Esperanza Aguirre.

La portada de El confidencial

Portada de El plural

Una aplicación llamada Football-Real Kick convierte el teléfono móvil de Apple en una especie de «jugador» de futbolín. El sistema muestra una vista aérea de un futbolista e incluye dos botones que impulsan aire por los altavoces del iPhone. Asi se empuja una «pelota» -muy ligera,eso sí- por un campo de futbol improvisado y evitando a otro jugador con iPhone. (Fuente: Microsiervos)

Imagen de previsualización de YouTube

La popularidad del iPhone es tan grande que se han desarrollado aplicaciones para dotarlo  de muchas otras funciones. Se ha utilizado para dibujar, como instrumento y existe incluso una banda musical que sólo utiliza el teléfono en sus conciertos.

…Impresionante contraprogramación. Para que luego digan que la justicia no está politizada:

El juez Varela sentará a Garzón en el banquillo por su causa al franquismo

Bueno. Si ayer teníamos corrupción, hoy también tenemos dosis de Franquismo.  Este pais está precioso.

La corresponsal de Il Mattino explica en radiocable.com que considera preocupantes los últimos casos de corrupción -Gurtel o el juicio a Jaume Matas- en la política española y cree que debería haber más vigilancia. Para Paola Del Vecchio sería importante por lo menos «dar señales de voluntad de hacer limpieza porque hasta ahora no se ha dado, sigue el PP con una defensa corporativa del partido como si el interes del ciudadano no fuese el interes de los votantes del partido popular».

Paola Del Vecchio

Paola Del Vecchio explica que de momento en Italia los casos de corrupción en España no están interesando, pero ella advierte señales de alarma similares a las que ha vivido su país: «cuando la corrupción se hace generalizada en los partidos politicos luego hay una desafeccion cada vez más grande en los ciudadanos hacia la política en general».

Considera que algunas de las investigaciones han puesto de manifiesto que a nivel local, «las comisiones y las recalificaciones de suelos públicoss son una forma de financiación de los municipios» y cree que «esa corrupción puede llevar a la financiación ilegal de los partidos».

La corresponsal cree que debería haber más vigilancia especialmente en el PP. Con respecto al caso Gurtel, valora la línea de investigación abierta por los jueces buscando capital y transacciones al exterior y cree que de ahí podrían emerger sumas «mayores de los 1,3 millonbes hasta ahora atribuída al tesorero Bárcenas».

Ayer practiqué un interesantísimo deporte consistente en ver todas las tertulias radio-ciber-televisivas que trataban sobre el caso Gurtel. Me detuve especialmente en las tertulias más conservadoras.

Escuché con atención y bloc de notas a la bateria de tertulianos y presentadores de esos y otros canales (intereconomía, libertaddigital, telemadrid -y casi todas sus emisoras de radio-)  Por algunos platós y radios desfilaron también políticos del PP como Carlos Floriano (LibertadDigital tv)  y  Rafael Hernando (VeoTv) , aunque por supuesto de Rajoy no se tuvo noticia.

Pues bien, no tuve que tomar muchas notas. Esperaba una cierta disparidad retórica en la defensa del PP, pero no hubo un solo mensaje original. Son 4 los titulares que se repiten como un mantra: lo hacen presentadores, tertulianos, políticos, e invitados. A saber :

 - «Esto no es Filesa. No hay financiación ilegal».
Vale, ¿y?..No es Filesa. Es peor. Por lo menos en Filesa cometían la generosidad de dárselo a un partido, no de llevarselo a casa en carretillas.
Muy bien digamos que no había un Roldan que había muchos Roldanes…tampoco es muy gratificante. Y en todo caso…a mi me da igual: como si los vuelven a meter en la cárcel. Pero ¿y que van a hacer ustedes con lo suyo? Pero no se confíen tanto…hasta Pedro J. lo llama «Filesillas».

- «El sumario no aporta nada nuevo. Todo se conocía».
Falso:  Podiamos saber que habia un informe que hablaba de «L.B», pero no que  habia un informe tan contundente en el Sumario que decia sin ninguna duda que era Luis Bárcenas. No sabíamos que -según la policía- Juan Villalonga -amigo de pupitre de Aznar- había hablado con el Bigotes para que organizara su campaña a Pte. del Madrid. Tampoco sabíamos que según el sumario Bárcenas, presuntamente,  igual que recibía dinero lo daba y tampoco sabíamos que la mujer de Bárcenas -que no tiene oficio conocido- había ganado en Bolsa un millón de Eurazos, según el sumario…ni sabíamos que todo era tan abrumador. Y nadie se ha leido todavía el sumario completo…

- «Esto no es corrupción generalizada del PP. Son una panda de chorizos que se aprovecharon del Partido».  ¿50.000 folios de pruebas no parece grave? De acuerdo pongamos que no hubiera tantos…¿25.000 folios le parecerían poco graves?…No,no, perdón ¿10.000 folios le parecerían pruebas suficientes?…pues multipliquen por cinco. Me remito al titular de Pedro J. (que no es precisamente sospechoso): «La trama Gürtel contrató más de 500 veces con el PP en Madrid»

- «El PP ya actuó contra ellos. Muchos han sido expulsados y en el 2004 Rajoy dejó de contratarles. Aguirre actuó de forma contundente«.  ¿Me puede explicar alguien por qué el PP siguió pagando el sueldo de Jaume Matas? ¿Me puede explicar alguien por qué el PP sigue pagando el despacho, coche oficial, y abogado a Luis Bárcenas? Aguirre es la que ha actuado más contundente por una cuestiónde proporciones…tiene muchos más casos.

Son las 8 de la mañana y Mariano Rajoy todavía no ha dimitido.

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Después que el Presidente Obama y su familia asistieran al servicio de Semana Santa en el barrio más pobre, más negro y más dominado por la delincuencia de Washington, su caravana de 22 vehículos aceleró de vuelta a la otra orilla del río Anacostia hasta la parte de la ciudad sacada de postales y cerezos en flor. Atrás quedaba un desgarrador panorama de delincuencia – junto a decenas de miles de personas que se han vuelto tan invisibles como fantasmas.

Es raro en estos tiempos que dos sucesos destacados, en una sola semana, desplacen la atención brevemente por lo menos al amplio segmento de la población afroamericana que permanece sumida en la extrema pobreza y la disfunción autosostenible. El segundo suceso fue la visita de la primera familia al Templo Allen de la Iglesia Africana Metodista Episcopaliana para asistir a una celebración alegre y animada de la Semana Santa. El pastor, el Reverendo Michael Bell, describía la visita como «un momento monumental para nosotros como comunidad».

El primer suceso tuvo lugar al caer la tarde del 30 de marzo. Hombres armados a bordo de una camioneta conducida por un menor de 14 años abadonaron el vehículo delante de un pequeño edificio de apartamentos decrépitos, una guarida popular lugar entre los adolescentes del barrio, y dispararon indiscriminadamente a los inquilinos con armas ligeras y rifles de asalto réplicas del AK-47. Cuatro jóvenes perdieron la vida y cinco más resultaron heridos de consideración. Fue el episodio de violencia gratuita más impresionante que Washington había visto en años.

La policía dice que el móvil aparente está relacionado con un complicado ajuste de cuentas. Voy a señalar sólo dos detalles: muchos entre la multitud de víctimas acababan de volver del funeral de un varón de 20 años que había sido abatido una semana antes. Y ambos incidentes – cinco muertos en total – parecen haber sido provocados por el presunto robo de un único nomeolvides de caballero chapado en oro.

La tragedia ha ocupado portadas y cabeceras de informativos. Es igual que si se hubiera caído una venda y ahora la ciudad pudiera ver la devastación que debería haber sido evidente desde el principio. El distrito 8, la jurisdicción que incluye tanto la iglesia a la que asistió Obama como el lugar del tiroteo indiscriminado, sufre una tasa de paro del 28,5 por ciento y un índice de pobreza del 40 por ciento. Tiene el mayor porcentaje de hogares monoparentales de la ciudad, sus centros públicos tienen problemas crónicos y sus calles son escenario de frecuentes reyertas entre bandas violentas.

Pero pronto, todo eso será olvidado – precisamente el mismo tiempo de desesperación se desarrolla sin que nadie se acuerde en barrios similares de Atlanta, Detroit, Baltimore, Filadelfia y cada ciudad estadounidense importante. La pobreza persistente entre los negros, con todas sus causas y consecuencias, apenas ocupa espacio en el debate de actualidad en estos tiempos.

Un motivo importante, puede que  el más importante, es que los índices de delincuencia han caído acusadamente durante las dos últimas décadas por todo el país. En 1990 se produjeron 472 homicidios en Washington, el año pasado sólo 143, y la estadística de asesinatos este año es aún menor. La visión de un grupo de adolescentes negros en el centro no despierta automáticamente el temor en los demás como sucedía antes, lo que es algo bueno. Pero no es bueno que las personas que viven en barrios más acomodados, o en las afueras, parezcan pensar ahora que no tienen que reparar en esos adolescentes para nada. La gente mira a través de ellos.

El crimen violento que perdura ha sido confinado casi íntegramente a los vecindarios deprimidos en donde conviven autores materiales y víctimas. Gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro, iglesias y demás instituciones hacen lo que pueden, pero sus esfuerzos ni se acercan a la escala del problema. Lo que hace falta es la intervención masiva en todos los frentes. Sería un gran logro, por ejemplo, corregir de verdad los centros escolares. Pero, ¿qué bien pueden hacer instalaciones con todo lo necesario y docentes motivados y cualificados cuando los estudiantes llegan afectados por familias disfuncionales y una tóxica cultura de grupo – y cuando no hay empleo que les aguarde cuando acaben?

Una de las víctimas del tiroteo, Brishell Jones, de 16 años, quería ser chef. Acababa de salir por casualidad la noche del martes, y nunca volvió a casa.

Antes de dedicarse a la política, Obama trabajó en comunidades en situación igualmente desesperada de Chicago. ?l tiene los conocimientos, y el poder, de iniciar el proceso de curación de lugares como el distrito 8. Pero va a necesitar la voluntad política – y el peso político – para implantar políticas dirigidas específicamente a la clase obrera afroamericana. Odio esa palabra, clase obrera, y casi nunca la uso. Pero la derrota final que implica parece alarmantemente próxima.

El lunes, en la esquina donde nueve personas perdieron la vida, había osos de peluche, flores, notas de pésame, una colección de botellas de alcohol debajo de una señal de «no aglomerarse». Dentro de poco, el monumento improvisado de recuerdo se desvanecerá. El barrio y sus habitantes serán invisibles una vez más.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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