Alana Moceri es la presidenta de Democrats Abroad Spain, la sección del Partido Demócrata en nuestro país y una organización que trata de conseguir que los norteamericanos residentes en el extranjero voten. En esta entrevista para radiocable.com explica cómo funciona y se articula el voto de los expatriados y donde se contabiliza, habla de las garantías del sistema electoral para que no haya fraudes, del número de americanos que votan desde España, etc. Y cree que Obama va a ganar «por mucho».

Alana Moceri
(Foto: Flickr/Mas Consulting Group)

Alana Moceri explica que los norteamericanos que viven en el extranjero deben mandar su voto no sólo al Estado en el que se registraron, sino al distrito mismo en el que vivían la última vez que votaron. Ella por ejemplo es de California y su voto cuenta exclusivamente en ese lugar. Asi lo establece la ley electoral para tratar de evitar que los expatriados quieran registrarse o participar en las elecciones en aquellos estados claves que se presumen que puedan ser decisivos -como Ohio, Florida, Pensylvania…-.

Las estadísticas dicen en cualquier caso, que la mayoría de los norteamericanos que viven fuera de su país son de California y Nueva York, aunque la representante demócrata explica que en España también tienen votantes de otros muchos estados. Sin embargo será difícil saber cuantos estadounidenses habrán participado en estas elecciones. Desde su organización calcula que se habrán registrado unas 5.000 personas, pero existen otros grupos y gente que va por libre y no hay informes, ni recuentos generales.

Es un número pequeño en relación a la cantidad de americanos que viven en España, pero es que es muy difícil llegar a ellos», asegura. Alana Moceri defiende en cualquier caso el sistema electoral de EEUU como riguroso y fiable, aunque reconoce que se producen irregularidades puntuales. En este 2008, sin embargo explica que la campaña de Obama tiene abogados en todos los estados vigilando que el proceso sea limpio. «Si votas, puedes confiar que van a contar tu voto», asegura

El grupo que ella dirige en España empezó en 2004 con 100 personas principalmente en Madrid y Barcelona. Ahora en cambio son más de 3.000 y tienen oficinas también en sitios como Sevilla y Granada. Y para la noche electoral del 4 de noviembre hay previstas fiestas demócratas en ciudades como Valencia, Castellón, Bilbao…

El 30 de octubre de 1938, un programa de radio ideado por un entonces desconocido Orson Welles desató la paranoia colectiva en EEUU. Era una dramatización en directo de la novela «La guerra de los mundos» del británico H.G. Wells. Durante 60 minutos, periodistas, militares, científicos e incluso el secretario de Estado, describieron en antena cómo unos alienígenas, dispuestos a conquistar la Tierra, desintegraban todo aquello que se cruzaba en su camino desde Nueva Jersey a Nueva York, propagando muerte y destrucción.

Miles de personas creyeron que aquello estaba ocurriendo de verdad y se desató el pánico. Para la radio fue un momento histórico quedemostró el poder de comunicación de las ondas. Hoy cuando se cumplen 70 años de aquel mítico programa, la Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas quiere rememorarlo y ha convencido a locutores como Luis del Olmo, Juan Ramón Lucas o Toni Garrido para que participen en una reedición del relato. El programa se podrá seguir también en la red a partir de las 21h. [ESCUCHAR RADIO 3]

 

Portada de un disco con el programa
(Foto: Flickr/Jonathan Lerhfeld)

Orson Welles ideó el programa como una adaptación del libro en la que los hechos se relataban como si fuera un informativo. Se narró la caída de los meteoritos que luego resultaban ser las naves marcianas y como los alienígenas usaron «rayos de calor» y gases venenosos para derrotar a los humanos. La retransmisión fue en el Mercury Theater que tiene una copia del programa original en audio. [DESCARGAR]

También existe una versión que puede verse en Youtube, aunque no tiene imágenes. Pero en el portal de videos, también está la declaración de Orson Welles al día siguiente del programa dando explicaciones en una conferencia de prensa.

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Además en la red pueden encontrarse analisis sociológicos que tratan de determinar a cuanta gente afectó realmente el programa y webs que cubren todos los aspectos del fenómeno.

Federico Mayor Zaragoza, Francisco Altemir, José Saramago, Roberto Savio, Mario Soares y José Vidal Beneyto suscribieron hace unos días el texto titulado «¿Un nuevo capitalismo?». Es una llamada de atención, -dice José Saramago en su blog- una protesta, la expresión de la alarma que sentimos ante la crisis y las posibles salidas que se barajan. No podemos ser cómplices:

 «…Es una ocasión histórica única para redefinir el sistema económico mundial en favor de la justicia social.

No había dinero para los fondos del Sida, ni de la alimentación mundial? y ahora ha resultado que, en un auténtico torrente financiero, sí que había fondos para no acabar de hundirse los mismos que, favoreciendo excesivamente las burbujas informáticas y de la construcción, han hundido el andamiaje económico mundial de la ??globalización…» [sigue José Saramago]

 

Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Era, como hoy, un 29 de octubre. 29 de octubre de 1929. Era martes, el día del gran colapso en la Bolsa de Nueva York, el crack, el comienzo de la gran depresión, la mayor crisis de la historia del capitalismo.

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 La había precedido una época dorada, de gran crecimiento, grandes fortunas y prosperidad de cristal. Se pagó con grandes dramas sociales y se resolvió modificando la economía desde la política. No es la de ahora una situación como aquella y esperamos que no llegue a serlo. Pero, como entonces, no saldremos de la actual crisis mientras no partamos de una idea, una idea política de la que se deriven planes de futuro. Hasta el momento, presos de enorme nerviosismo, nos estamos sacudiendo las avispas a manotazos. Los responsables políticos y económicos del mundo están desplegando una actividad frenética. La Reserva Federal Americana acaba de bajar los tipos de interés, el Banco Central Europeo se dispone a hacer lo propio el próximo jueves, el Consejo Europeo anuncia un plan de reformas que presentará el 26 de noviembre. Los gobiernos no paran, han demostrado estar dispuestos a lo que sea, incluso a subvertir sus doctrinas más sagradas. Pero todo, desde las monumentales operaciones rescate hasta ahora, suena a improvisación y, lo que es peor, a experimento. Nadie confía en lo que se ha hecho porque todos saben que están disparando a boleo. No nos faltan herramientas, nos falta un nuevo paradigma, un nuevo modelo. Se precisan objetivos de largo alcance y de profundidad social. Hoy el economista Jean-Paul Fitoussi ponía un ejemplo. Bajo un nuevo liderazgo, despedir las frivolidades financieras y poner a todos los estados en acción, respaldando con su dinero inversiones en conocimiento, desarrollo, investigación, energía, infraestructuras, de lo gaseoso a lo sólido, de las pompas de jabón a las personas.»

Se llama Jon Favreau y es la pluma detrás de muchas de las palabras con las que el candidato demócrata ha logrado inspirar a millones de personas y colocarse al borde la presidencia. Con apenas 27 años es el director de los speechwriters (redactores de discursos) de Obama y ha captado la atención del NY Times o Newsweek que le han dedicado reportajes. Se licenció en Ciencias Políticas pero muchos se refieren a él como «el poeta» porque creen que aporta lirismo al mensaje político. Se llama igual que un actor de Hollywood y, aunque no tiene ninguna relación con él, su historia sí que tiene tintes de un guión cinematográfico.

Jon Favreau
(VIDEO EN WBZTV)

Recien licenciado, formó parte de la campaña de John Kerry en su equipo de redactores de discursos. De hecho su primer encuentro con Obama tuvo que ver con esto y fue un tanto abrupto. En la Convención Demócrata de 2004, Jon Favreau fue el encargado de acercarse a Barack Obama para pedirle que cambiara una frase de su discurso. Era un razonamiento que el propio Kerry quería incluir en el suyo.

Algunos dicen que el hoy candidato a presidente se lo tomó con mucha elegancia… y otros que se enfadó bastante. El propio Favreau ha contado que cuando le habló de cambiar la frase, el senador por Illinois le miró incrédulo como preguntándose «¿Pero quien es este crío?» Al fin y al cabo, para el senador afroamericano con nombre raro se trataba de la gran oportunidad para darse a conocer al mundo. Algo que aprovechó.

Ese primer encuentro no ha impedido que en estos días, Jon Favreau y Obama escriban codo a codo el discurso con el que cerrará la campaña. El tema será de nuevo aquel con el que empezó todo: una llamada positiva al cambio. Algo parecido al discurso que pronunció tras ganar las primarias de Iowa y detrás del cual estaba la mano de «Favs», su apodo dentro del equipo demócrata.

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Jon Favreau escribió el discurso de final de carrera para su promoción de 2003 en el Holy Cross College de Worcester en Massachusetts. Ya entonces había conseguido una beca para trabajar en la oficina de John Kerry, entonces tan solo senador del Estado. Cuando éste lanzó su candidatura a la presidencia, Favreau hizo todo lo posible para que le incluyeran en el equipo. Y lo logró.

Allí coincidió con Robert Gibbs, un hombre que cambiaría su destino en 2005. El propio Favreau contó en la revista de su universidad como le llamó el ahora director de comunicaciones de Obama para proponerle ser su redactor de discursos. El senador solía escribir sus propios textos, pero si la campaña tenía éxito necesitaría que los días tuvieran 48 horas o ayuda, mucha ayuda.

Jon Favreau y Barack Obama

En la entrevista para el puesto Obama le preguntó a Favreau cual era su método teórico para escribir discursos. ??No tenía una gran teoría. Le conté que cuando le vi en la Convención de 2004, lo que realmente me maravilló fue que contó una historia desde el principio hasta el final del discurso -una historia de su vida y de como encajaba en la historia general de America-  y lo construyó hasta un punto en el que la gente quería aplaudir, sin tener que recurrir a frases forzadas para generar aplausos. Y los demócratas no habían hecho eso. Eso es lo que quería hacer».

La conexión fue automática y el joven escritor pasó a ser el hombre que ponía en orden y por escrito los pensamientos del senador para crar su voz. «Me siento con él durante media hora. El habla y yo tomó notas de todo lo que dice. Le doy forma y lo escribo. El luego lo relee y reescribe y así logramos tener el producto final. Es un modo bastante íntimo y colaborativo de escritura de discursos».

Jon Favreau no esta sólo. Lidera el equipo de redactores de discursos del demócrata en el que destacan otros dos jóvenes: Adam Frankel, que trabajó con Theodore C. Sorensen, el speechwriter de JFK y Ben Rhodes,  el experto en política exterior que colaboró en la redacción del Iraq Study Group como ayudante de Lee H. Hamilton.

Asegura que sus grandes influencias son Robert Kennedy, J.F.K. y Martin Luther King. El asegura que más allá de la política lo que le gusta es escribir. Y en cierta forma ahora está ayudando a escribir la historia.

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«Todo el mundo habla de crisis pero aquí nadie pone soluciones y eso tiene que acabar. Mientras los gobiernos de medio mundo salvan a la banca con miles de millones de euros la ciudadanía no puede quedarse sentada y tiene que ponerse en marcha para poner su granito de arena.» [sigue en Salvemos el capitalismo]

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La llaman La Princesse y es una creación artístico-tecnológica que simula ser una araña de proporciones descomunales, nada menos que 13 metros y 37 toneladas de peso. Es obra de la compañía francesa de ingenieros teatrales La Machine que lo opera. A principios de septiembre, pudo verse este artilugio «paseando» por las calles de Liverpool, capital europea de la cultura 2008. El video de semejante acontecimiento está en Internet.

La araña es un proyecto del director artístico de la compañía François Delarozière. Está hecha de acero, madera y complejos sistemas hidraulicos y tardaron un año en construirla. Para hacerla funcionar y moverse por las calles son necesarios 12 operarios montados en el artilugio, 16 gruas, seis carretillas elevadoras, ocho plataformas aéreas y un equipo de 250 personas en total.

Y además del simple espectáculo que supone verla recorrer las calles, La Princesse también puede crear siete tipos de efectos especiales: lluvia, fuego, humo, viento, nieve, luz y sonido.

Además del video, en Flickr pueden verse muchas fotos de la performance. En algunas la araña gigante incluso escala un edificio.

La Princesse escalando un edificio en Liverpool
(Foto: Flickr/No Comply)

Google ya ha presentado la versión española de su herramienta Street View, que muestra fotografías de enorme calidad -se reconocen incluso rostros- de calles de cuatro grandes ciudades españolas en su Google Maps. Para crear este servicio, varios coches equipados con cámaras especiales, fueron tomando imágenes hace unos meses por la geografía española. Esos coches fueron fotografiados por muchos internautas o usuarios pero a su vez en ciertos casos las cámaras captaron a esas mismas personas.

Una de ellas es Gumersindo Lafuente, ex director de El Mundo.es y actual responsable de Soitu, que aparece hablando por teléfono en las imágenes de la calle donde se encuentra su redacción.

GUmersindo Lafuente en Google Street View

El sistema Street Views permite desde los mapas de Google, observar fotografías tomadas a pie de calle y moverse por su espacio con visión de 360 grados. Pero las imágenes tienen tanta calidad que han supuesto para la empresa problemas por cuestiones de privacidad.

En teoría, en nuestro país, la Agencia Española de Protección de Datos  aseguró en abril  que tenían «garantías por parte de Google de que ‘Street View’ contaría en España con un sistema que «anonimizara» los rostros y matrículas de vehículos para evitar que los ciudadanos pudieran ser identificados». Pero parce que o el compromiso se está incumpliendo o el sistema automático esta fallando.

Y el del periodista Gumersindo Lafuente no es el único caso, también afecta por ejemplo a las prostitutas de la calle Ballesta. [VER EN GOOGLE MAPS]

Sigue resultando demasiado fácil identificar a conocidos. De hecho en sus primeras versiones se hicieron famosas las escenas de gente orinando entre unos arbustos o saliendo
de un sexshop. Incluso se vió un hombre huyendo por una ventana. Pero además esta violación de la intimidad plantea debates sobre cuestiones más serias ¿Que pasa por ejemplo si tu coche aparece en la puerta de la casa de una ex-amante? ¿que sucede con las prostitutas que trabajan en la calle Ballesta? ¿Y si fueron fotografiadas durante una «negociación»?