Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: �??Los que hemos vivido íntegra la historia de ETA, desde sus orígenes hasta nuestros días, hemos comprobado que hay una constante: ETA mantiene siempre su rumbo, pero lo que combaten a ETA no. En su irracionalidad criminal los terroristas parecen tener el instinto de los pájaros cuando emigran, nunca pierden la formación, nunca se confunden de ruta.

Pero los enemigos de ETA, por el contrario, vamos de bandazo en bandazo. A un ciclo de dureza le sucede otro de signo contrario y viceversa. Ha ocurrido con Suárez, con González, con Aznar, con Zapatero. Es un zig-zag que es comprensible, pero definitivamente ineficaz por previsible. ETA sabe qué viene después de la tempestad y qué viene después de la calma, así ha desarrollado una capacidad camaleónica extraordinaria. En nuestro bando además, dice la tradición que tendemos a pasarnos de frenada en algunos momentos especialmente inoportunos. En Euskadi es muy frecuente oír esta frase que es muy triste, pero que mucha gente dice: �??Hay personas interesadas en que no se resuelva nuestro problema�?� y lo creen. Es un recelo que han ido incubando en decisiones que se robaron en los últimos años, decisiones que, incluso muy bien intencionadas, en las que parecía actuar una especie de mano que oxigenaba al terrorismo en el momento en el que estaba al borde del caos, por exceso, alimentando la bulimia victimista del radicalismo adversale y dándole aire a la cómoda indefinición ética de demasiada gente en Euskadi. El encarcelamiento de la alcaldesa de Arrasate va a ser entendido así, como otro momento más en este juego de la montaña rusa. Lo cierto es que nunca hemos entendido por qué en este combate los terroristas son los que ponen más constancia y perseverancia y porqué nosotros creemos que nos basta con tener razón. Porqué vamos a brincos. Por qué no hemos logrado mantener nunca una estrategia policial y judicial invariable más allá de un año.�?�

Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Para la política española, el día ha tenido algo de inaugural, de capítulo nuevo. Se celebraba la primera sesión parlamentaria tras las elecciones, Rajoy presentaba a los agraciados en la pedrea, los premios de consolación de las presidencias de comisiones, lo que algunos llaman pomposamente su gobierno en la sombra…. y, sobre todo, porque se iba Zaplana.

Un político ambicioso, que fue de menos a más. En sus primeras etapas fue casi una caricatura del trepador, un �??killer�?? sin disimulo, que cultivaba intencionadamente la apostura del adorable sinvergüenza, capaz de engañar a su sombra, pactar con el diablo y no perder nunca de vista sus intereses. Es decir, la materia prima ideal para convertirse en lo que se convirtió: un profesional imprescindible, un tiburón de primera categoría. Incluso, una vez sabido por todos que no era de fiar, llegó a ser muy fiable. Sin Aznar se le notaba menos feliz, pero hizo lo que pudo para apoyar a Rajoy y hacer irrespirable la última legislatura. Su mutis tuvo gran clase. Se quitó de en medio con una elegancia que no se le conocía. Y que fue elogiada por todos. Se va al departamento europeo de Telefónica. Algunos dicen que no sabe idiomas, pero nadie duda de que se hará entender. Se va de la política sin que sepamos por qué sobra en el PP; si es por la reforma de las ideas o de las personas. Se lleva una tupida y contradictoria red de amigos, y más secretos que las tumbas de los faraones.»