Además de oro y joyas en los barcos hundidos se suelen recuperar botellas de alcohol. Y el mito dice que el contenido gana gracias a la exposición subacuática. Para comprobar si eso es cierto y experimentar con la evolución de las bebidas bajo el mar, una empresa española ha creado la primera bodega submarina Crusoe Treasure en la bahia de Plentzia, al norte de Bilbao. (Foto: Flickr/Triskopio)

Uno de sus responsables, Borja Saracho explica en Yorokobu: ??Hicimos un estudio de la evolución de las bebidas en profundidad y su potencial como producto con un gran valor diferencial. Llegamos a la conclusión de que, con nuestras instalaciones, podíamos crearlo?.

Borja Saracho
(Foto: Flickr/Tiriskopio)

En colaboración con el enólogo Antonio Palacios han creado, de  momento, dos vinos envejecidos bajo el mar: Passion, un tinto con 6 meses en barrica roble y casi un año de atesoramiento submarino y Classic, otro tinto con el doble de tiempo en roble. Las botellas se almacenan en el arrecife artificial que ellos mismos han creado con materiales no contaminantes en la costa de Vizcaya. Y alli reposan en condiciones casi de ingravidez, con escasa luz, temperatura baja y mecidas por las olas.

Se trata de productos de lujo que se lanzan en series limitadas. Cada botella lleva un libro que cuenta su historia, el recorrido de la botella bajo el mar y sus características. ??Vendemos sobre todo en Asia?, cuenta Saracho. ??En Rusia, por ejemplo, estamos vendiendo las botellas a 500 euros cada unidad. En España el precio se reduce a 185 euros?.

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