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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Un juez del Reino de Dinamarca, ha dictado prisión preventiva para Juan López de Uralde, el director de Greenpeace España. Si nadie recupera la sensatez permanecerá en una cárcel danesa hasta el 7 de Enero y no podrá pasar las navidades con su familia. Si la insensatez se convierte en absurdo podrían condenarle a 6 años de cárcel. Uralde cometió el gravísimo delito de ponerle voz e imágen a la protesta de los ciudadanos ante la inacción política.

Serán 21 días en un centro penitenciario por desplegar una cartulina. Se introdujo sin invitación, vestido de etiqueta (vídeo), en la cena de gala que ofrecía la monarquía danesa a los brillantísimos «negociadores» de Copenhague. Allí, en la puerta, de forma pacífica y pausada abrió un cartel que llevaba en el bolsillo y lo mostró a las cámaras: «Los políticos hablan, los líderes actúan». Fue detenido. No hubo resistencia, ni duró más que unos segundos. Pues según parece, el orgullo danés considera esto una ofensa a la realeza y, aunque no lo dicen, a la seguridad del evento.

Las acusaciones que recaen sobre él y sobre los otros activistas son esperpénticas: falsificación de documentos, entrada sin permiso a una propiedad privada y suplantación de la autoridad. Lo hizo en un evento de la Casa Real, lo que agrava el delito, -cuestión de orgullo, según parece.

Y este es un aspecto bien interesante. No hace ni dos semanas que Mohamed VI el Rey de Marruecos pedía insitentemente la claudicación pública de Haidar. Pues resulta que el orgullo Real, tan cuestionado en aquella ocasión, crece en todas partes del mundo, como los tomates. Del Sur de Europa al Norte, como el frente frío.

Es inquietante que se hable de falsificación de documentos, pues obviamente nunca se utilizaron tales, al igual que resulta extraño que se hable de suplantación, pues se anunció como Jefe de Estado de Greenpeace, autoridad que, en efecto, representaba.

Hay algo que está quedando claro tras la cumbre de Copenhague: Dinamarca es incapaz de gestionar un evento de esta naturaleza. El caos organizativo, los excesos policiales, la descoordinación y el esperpento posterior -ilustrado en la detención de Juan y el resto de activistas- dejan al pais con una imagen lamentable. Eso por no hablar de los resultado de un cumbre cuyo mayor logro ha sido el del despilfarro.

Hoy o mañana sabremos si López de Uralde y el resto de activistas pueden volver a su casa en Navidad, sí. Pero sabremos también si además de la pedrea, Dinamarca se lleva el premio gordo al exceso judicial. Porque cuando el orgullo y la justicia se anuncian de la mano… malo

 

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Actualización: vídeo íntegro de la rueda de prensa de Greenpeace.

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