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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El periódico francés Le Monde publica un texto de Jean Jacques Bozonnet sobre el despido del polémico locutor de radio Federico Jiménez Losantos. El titular es elocuente: ??La radio del episcopado español reniega de su ??pequeño talibán de las sacristías?.

No es la primera vez que el locutor traspasa nuestras fronteras: Alemania, y Francia ya habían hablado de él. Liberation llegó incluso a titular: «Jimenez Losantos ??panfletario y calumniador?.  Eran tiempos festivos y de excesos para el periodista español pero todos los reinados tienen su ocaso. Ahora es Le Monde quien lo cuenta:

??Federico Jiménez Losantos, la voz más famosa del paisaje radiofónico español va a callarse. Este sulfuroso periodista ya no animará la franja matinal de la COPE, segunda radio española en audiencia. Se acabaron las injurias, las calumnias, las imprecaciones y difamaciones en directo: el tono de las mañanas de la COPE parecerá insípido a los fieles de Federico Jiménez Losantos que lucha contra todo lo que no sea la derecha nacional: Zapatero en primer lugar y la izquierda en general, los nacionalistas vascos y catalanes, la derecha moderada, e incluso el rey Juan Carlos, acusado de colaboración con los socialistas y cuya destitución ha reclamado repetidas veces?.

??La jerarquía católica ha mantenido durante mucho tiempo un silencio aprobador sobre los excesos de su amigo en la medida en la que el periodista también ponía sus habilidades al servicio de causas como la lucha contra el aborto, la eutanasia o el matrimonio homosexual?.

Si. Federico ha sido despedido pero ha hecho un gran daño por el camino. Durante el tiempo que la emisora de los Obispos le ha mantenido en antena, pagándole un sueldo millonario, Losantos ha puesto en marcha una verdadera maquinaria de injurias. Sus insinuaciones sobre la autoría del 11-M apuntando a los socialistas como responsables, pasando como una apisonadora sobre las instituciones, reescribiendo la historia española,  han sido nefastas para la convivencia en este país. Losantos ha sido el gran negacionista, el agitador del neoconservadurismo, el inquisidor de la paz. El periodista se ha marchado, pero deja un reguero de odio que tardará años en ver crecer la hierba.

Aunque haya sido despedido ahora, no hay que olvidar tampoco la responsabilidad de la Iglesia Católica en la creación y alimentación del fenómeno. De una parte ha sido una excelente ingenuidad pues Losantos estaba creando su propia estructura empresarial sirviéndose de la COPE, pero de otra, como señala Le Monde, ha sido puro interés político, que consistía en sacarle jugo a la maquinaria del frentismo.

Losantos lo representaba todo, todo aquello por lo que Jesucristo jamás habría apostado.

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