El pasado 12 de abril, el Twitter de la Policía Nacional anunciaba la desarticulación de una banda que falsificaba documentos y proporcionaba padres falsos a inmigrantes subsaharianos para regularizaciones. 52 personas fueron detenidas, uno de los cuales es un ciudadano español originario de Guinea Ecuatorial, que en ocasiones se hizo pasar por uno de los supuestos progenitores.

Tarjeta residencia
(Foto: Flickr/Andres Rueda)

Según han explicado la Policía y la Guardia Civil, la red facilitaba unos «padres ficticios» a los «indocumentados» con el objetivo de acreditar su relación de parentesco con ciudadanos comunitarios. A cambio de 3.000 ó 4.000 euros, los extranjeros obtenían certificados de nacimiento y pasaportes falsos para vincular ese parentesco.

En algunos casos, los progenitores y los supuestos descendientes ni eran del mismo país ni hablaban el mismo idioma. Y algunas madres falsas tenían dos hijos ficticios nacido con apenas tres o cuatro meses de diferencia.

Los presuntos delincuentes establecían contactos con inmigrantes subsaharianos en situación irregular y el cabecilla les ofrecía la posibilidad de obtener un permiso de residencia. Tras llegar a un acuerdo económico con la víctima, el responsable del grupo buscaba a una persona que se hiciera pasar por padre o madre del ciudadano irregular y se ocupaba de falsificar los documentos que acreditaban esa relación familiar.

Una vez que ya tenían en su poder la documentación manipulada, los inmigrantes, junto a sus falsos padres, acudían a las oficinas de extranjeros, donde presentaban la solicitud de permiso de residencia como hijos de ciudadanos comunitarios.

La operación ha sido desarrollada por agentes del Grupo II de la Brigada Central de Redes de Inmigración de la UCRIF Central, Servicio de Procedimientos Especiales de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, GOE VIII de la UCRIF de Madrid, UCRIF de Valladolid, Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Oviedo y Comisaría Local de Móstoles

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