En buena medida el debate sobre la sucesión de Zapatero se ha mantenido gracias al propio Presidente. �?l alimentó las dudas al declarar en la copa de navidad que alguién de su entorno conocía su decisión de si iba a presentarse de nuevo o no.

Es lo que vino a decir Felipe González en su crítica, que quizá el debate no debió abrirse ahora. González dijo en realidad que la decisión de presentarse no le correspondía ni al Presidente ni a quien él decidiera, sino al PSOE. Que él solo podía decidir si se retiraba. Pero con ello, además de especular sobre la inoportunidad del debate, González insinuaba que Rubalcaba es mejor candidato. En una de las dos cosas no se equivocó.

Rubalcaba es sin duda un tipo brillante aunque representa un gran cambio sobre el modelo de política y de políticos que ha defendido Zapatero. Patxi López o Carmen Chacón sintonizarían mejor con ese espíritu que parecía regir los movimientos de Zapatero, porque Rubalcaba forma parte del frente político más clásico del PSOE. Su visión, pragmática, le hace amoldarse con inteligencia y de forma camaleónica a cualquier escenario pero ¿tiene una visión jacobina del Estado? ¿es descentralizador? ¿cual es su visión sobre la energía nuclear? ¿y sobre el copago en Sanidad? ¿y sobre la propiedad intelectual? ¿se puede ser de todo y de nada a la vez? ¿defender una cosa y la contraria?

Rubalcaba debería hacer un esfuerzo por explicar quién es, por qué está ahí y cuál es el tipo de sociedad que defiende, antes de ser candidato. Y no porque le sea imprescindible. En tiempos de crisis la sociedad busca valores seguros, conocidos, pragmáticos y que se adapten. Pero no son esas las características de los hombres y mujeres que figuran en las páginas de la historia.

Todo indica que Rubalcaba está siendo, por tanto, postulado para tal responsabilidad -tanto de forma exógena como endógena-. Por ejemplo, EL PAIS, hace un esfuerzo hoy  por su candidatura : «Rubalcaba moviliza al PSOE» dice el titular, que en la portada de la edición digital lleva una contundente entradilla : «La mayoría de los votantes socialistas cree que Zapatero no debe repetir, según el sondeo de Metroscopia», lo cual es toda una ráfaga de metralla. Sea como fuere yo no pondría las encuestas como argumento para legitimar nada ante los socialistas, que ya se vio lo que pasó con Tomás Gómez.

Es probable que Zapatero haya decidido no presentarse ni presentar a candidatos más coherentes con su filosofía política, aunque yo no me confiaría por su predilección por las sorpresas. Pero es lo único que explicaría que sea él quien esté chocando de cabeza contra todos los muros, haciendo frente a todas las malas noticias, inmolándose para emprender las transformaciones que dice necesarias. Y mientras tanto Rubalcaba allí está, esquivando, de lo más presidenciable en la foto de EL PAIS.