La noticia de que Barack Obama ha sido premiado con el Nobel de la Paz ya ha generado muchísimos comentarios en internet. En lugares como Menéame la noticia tiene casi 300 aportaciones… «No sé si será merecedor o no del Nobel, pero sí es verdad que este hombre puede cambiar algunas cosas», dice uno de los comentarios.

Nacho Escolar ha publicado un breve post en el que dice: «Obama, Nobel de la paz a los ocho meses y medio de llegar a la Casablanca. ¡Ni los premios Príncipe de Asturias!». Sus comentaristas discuten sobre el tema: «Que alguien como Barack Obama sea premiado con el Nobel de la Paz es genial, porque sus pequeños gestos han colaborado sino a pacificar el mundo, a replantear algunas conductas que eran normales en Occidente».

En Facebook, también muchas reacciones. El alcalde de Sant Cugat del Vallés, Lluis Recoder, actualizaba hace unas horas su perfil con un enlace a la información y diciendo que se trataba de «¡una noticia esperanzadora!» a lo que algunos le contestan que ha sido «precipitado» y que «las intenciones de Obama son muy positivas, pero solo son intenciones».

«Podéis decirme que es muy pronto o que todavía no ha hecho nada… Pero una persona de color en la Casa Blanca y sus esfuerzos en favor del multilateralismo, la distensión y la lucha contra el cambio climático para mi son razones más que suficientes para este golpecito en la espalda que el Nobel representa», añade Recoder.

También ha opinado sobre el tema el blogger Alberto Sotillos que dice que está preparado para recibir insultos pero que «el Nobel de la Paz selo merece más Zapatero que Obama».

Por último, Gonzalo Gayo considera «que es un mensaje de apoyo que el mundo quiere dar para que Obama tenga la fuerza necesaria para afrontar los cambios que necesita el mundo».

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Hemos hablado en alguna ocasión de él. Jaume Sanllorente, el periodista que cambió su vida por la de los demás, coordina la ONG Sonrisas de Bombay. A través de internet se puede conocer de cerca la actividad de esta organización que lleva un poco de esperanza a las calles de la capital de la India…

«La primera vez que vine a Bombay, recuerdo que vi la ciudad de los bultos grises. Veía objetos grises que iban por toda la costa de Bombai y al día siguiente me di cuenta de que esos bultos que vi por la noche al llegar, eran personas que estaban viviendo allí», cuenta Sanllorente.

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Si el mar de Bombai hablara, se quejaría de que no se le mima, que lo utilizan para que trabajen niños o para que se tire basura… Si el mar de Bombai hablara, su opinión no sería positiva.

 

Francisco Polo, uno de los fundadores de YoPolitico.Org, habla de su nuevo proyecto en radiocable.com… Según cuenta, la iniciativa que promueve es «lo contrario a un lobby.  Somos ciudadanos que no nos coformamos con ser meros observadores de lo que ocurre».

Vamos a promover ciberacciones, a través de campañas o videos que ayuden a crear un debate sobre determinados temas.

Polo, que también es asesor político, nos cuenta que en Internet «cada politico asume un compromiso diferente».

Hay algunos que gestionan sus pefiles de Facebook, que escriben sus blogs y atienden a los comentarios. Hay otros  que no, pero son claramente identificables.

«Si fueras político, yo te diría que no te metieras en el mundo de internet, sino que vivieras en internet. Es un campo más y cualquier político tiene la obligación de gobernar escuchando a los ciudadanos y esto le ofrece una vía directa», cuenta.

¿Está sirviendo internet para generar ideas?, le preguntamos. «En España hay claros ejemplos de líderes que generan opinión solo en internet. De hecho, la opinión en internet cada vez cuenta más y en el futuro será determinante».

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Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, ha ganado el Premio Nobel de la Paz 2009 «por estimular el desarme nuclear, por sus extraordinarios esfuerzos por reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos», ha dicho el Instituto Nobel de Noruega.

Ha sido toda una sorpresa. Habrá quien diga que quizá es pronto: ¿El galardón premia una conducta o una promesa?.

«La visión de un mundo sin armas nucleares ha estimulado el desarme y las negociaciones para el control de armamento. Gracias a la iniciativa de Obama, Estados Unidos está desempeñando un papel más constructivo para hacer frente a los retos del cambio climático que afronta el mundo» -dicen desde la Institución.

En efecto es, como ha dicho Javier Valenzuela, la recompensa a «una nueva visión del mundo», pero también es algo más. Con esta decisión, el Instituto Nobel da un impulso a esa conducta, reconoce la importancia histórica del personaje, y avergüenza a todos aquellos que defienden la unilateralidad y la imposición militar como forma de resolver los conflictos.

Motivos tiene para ganar el Nobel. Tal y como describe EL PAIS, nada más llegar Obama firmó una orden que invalidaba todas las instrucciones impartidas por Bush en relación con el uso de la tortura, las escuchas ilegales y otras medidas de dudosa legalidad puestas en marcha durante la guerra contra el terrorismo. No han sido los únicos pasos. En su histórica visita a Egipto, el presidente estadounidense estrechó lazos con el Islam. Poco después anunció que EE UU abandonaba el proyecto de escudo antimisiles ,pidió a los líderes mundiales trabajar por intereses comunes, ha intentado reabrir el diálogo en Oriente Próximo, ha conseguido compromisos en la lucha contra el cambio climático .

Pero incluso aunque los pasos de Obama hubieran sido más pequeños, el mensaje que se envía al mundo con esta decisión es importantísimo. Es una manera sin precedentes de decirle a Obama que no está solo, que puede seguir adelante.

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Caso Gürtel. El PP nos ha ofrecido hoy un variado surtido de decisiones. Esperanza Aguirre actúa. Rajoy anuncia que actuará en su momento. Cospedal dice que ya se ha actuado. Hago, haré, hice. Tres formas verbales distintas y una única ensalada verdadera: el caso Gürtel está sirviendo para que conozcamos mejor la política de toma de decisiones en el partido que nos quiere gobernar.

Si los populares no llegan a ponerse de acuerdo consigo mismos a gran velocidad, el caso Gürtel, del que nos falta muchísimo por saber, puede convertir el puesto de mando de ese partido en el camarote de los hermanos Marx.

Caos también en el terreno de la doctrina. Dice Rajoy: nuestro partido es inocente, los culpables son dos sinvergüenzas que nos han venido a corromper. ¿Qué quiere decir, que si nos han tentado, ya no es pecado pecar?. Una teoría revolucionara, que deberían consultar con la Santa Madre Iglesia.

Como vemos, el principal partido de la oposición está confuso y difuso. Y asustado, añadiríamos, porque sabe que hasta el momento apenas ha asomado la punta del iceberg. Esta mañana, Josep Ramoneda decía en «El País» que a Rajoy le está ocurriendo lo que le ocurrió a Zapatero. El presidente negó la crisis en el momento clave y, cuando la crisis estalló, sus decisiones no inspiraron confianza.

Rajoy ha ido tomándose a chacota el caso Gürtel y ahora ha sido desbordado. Y en varios terrenos, a cual mas peligroso: desbordado por el escándalo, desbordado por Esperanza Aguirre y desbordado por Camps, que ha declarado la independencia de su virreinato.

En fin, que nos quedan muchas cosas por ver y muchas por entender. Por ejemplo, esta curiosidad. ¿Qué hace en la calle el Bigotes?. ¿No se han fijado ustedes que Álvaro Pérez, el número dos de la trama, el que sale en todas las conversaciones que prueban la corrupción, está tan ricamente en libertad, fotografiado cada día en dulces escenas de ocio, como tomando el aperitivo en una terraza?. ¿No les parece a ustedes raro?. ¿Eso es normal?.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston.  Mi momento favorito hasta ahora en el debate de la sanidad fue cuando el Senador de Arizona Jon Kyl argumentó en contra de promulgar prestaciones a la maternidad como parte de un seguro básico. «Yo no necesito seguro por maternidad», espetó. Momento en el cual bromeó Debbie Stabenow, de Michigan: «Creo que probablemente su madre sí.»

Por lo demás, también su esposa y su hija. Pero no importa. Tuvimos una breve muestra de la mentalidad de un político que no acaba de ver las preocupaciones sanitarias de las mujeres a la misma altura que las suyas.

Michelle Obama se refería a esta conexión entre sanidad e igualdad cuando decía a un grupo de mujeres que reformar el sistema era «el siguiente paso» en el avance de las oportunidades para la mujer. Las mujeres no sólo están menos aseguradas en el puesto de trabajo sino que son más propensas a sufrir discriminación por parte de las aseguradoras. También, agregó, se les puede negar la cobertura justa por la condición anterior a la firma de la póliza de haber sufrido una cesárea.

Es cada vez más obvio que tener un sistema reproductor femenino es una enfermedad anterior a la firma de la póliza en lo que respecta al debate sanitario. La punta de la polémica que se avecina es el aborto. El Comité de Economía del Senado limitaba algunas restricciones, pero la cuestión ante el Congreso sigue siendo si la ??reforma» que en teoría amplía la cobertura la va a reducir en su lugar. ¿Terminarán perdiendo la cobertura del aborto en los planes privados las mujeres que la tienen?

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En los días antes de Roe vs. Wade, tuvimos una mezcolanza de diferentes leyes estatales que regulaban el aborto. El argumento en favor del derecho al aborto no sólo era la igualdad entre hombres y mujeres, sino la igualdad más allá de diferencias económicas. Es injusto, decían muchos, tener un sistema en el que las mujeres ricas se pueden pagar un aborto seguro mientras que las mujeres pobres tienen que poner su vida en peligro.

Después de Roe, los detractores del aborto se reagruparon y se pusieron a buscar una restricción atractiva para el ambivalente indeciso. Se aferraron a la idea de que el dinero del contribuyente no debe sufragar abortos. Esto no sólo estigmatiza el aborto, sino que lo aísla de la «sanidad legítima», volviendo a implantar un sistema de salud de dos velocidades para las mujeres pobres en Medicaid.

Hoy en día, esa diferencia de velocidades se ha ampliado. Las mujeres en Medicaid sólo pueden tener cobertura del aborto cuando los estados asuman la factura. Las mujeres en las fuerzas armadas no tienen ninguna cobertura, ni siquiera si fueron violadas. Los médicos en la nómina del ejército no están autorizados a practicar abortos ni siquiera a las soldados que pueden pagarlos. Tampoco hay cobertura para los empleados federales.

¿Y ahora qué? Nos dijeron que la reforma sanitaria sería «indiferente al aborto,» que no iba a alterar el inestable estatus quo ni sacar de quicio a las tropas de las guerras del aborto. Un compromiso en la Cámara propuesto por la Representante de California Lois Capps lo dejaría en esa situación. El aborto no sería ni promulgado ni prohibido. No habría fondos federales en los planes de protección subsidiada destinados a las personas de renta modesta; el dinero sería segregado.

Pero resulta que encontrar neutralidad en la contienda del aborto es difícil. Ahora tenemos Republicanos y Demócratas contrarios al aborto — sobre todo el Representante de Michigan Bart Stupak — que exigen que cualquier plan de salud que incluya el aborto tenga prohibido el acceso al recién creado mercado de seguro médico supervisado por el gobierno.

¿Y adivina lo que eso significa? Más del 80 por ciento de los planes de seguro privados cubren los abortos. Sin embargo, cualquier plan de protección que quiera tener derecho a la enorme oleada de clientes nuevos tendrá que prescindir de la cobertura del aborto que ofrece.

Así que hay que reagruparse. El primer objetivo eran las mujeres pobres de Medicaid, después vinieron las mujeres del ejército, y ahora las mujeres que necesitan planes subsidiados. ¿Y después? «Los millones de mujeres que actualmente tienen seguro privado lo perderán si se implanta con éxito una prohibición integral,» explica Nancy Keenan, de NARAL Pro-Choice America.

Esto no debe suceder. El presidente favorable al aborto dijo, «Si le gusta su seguro, puede conservar su seguro». No, si la gente como Stupak se sale con la suya.

Ninguna mujer espera tener que abortar. Pero una de cada tres mujeres sufre un aborto antes de los 45 años. Eso son un montón de mujeres que estigmatizar… o ignorar.

La ironía es que este intento de imponer una norma moral federal a la salud de todo el mundo sale precisamente de la gente a la que más enfurece la idea de una socialización de la sanidad.

Esto me lleva a mi segundo momento favorito del debate de la reforma sanitaria: cuando el Republicano de Kentucky Jim Bunning criticó en voz alta, «Yo no apoyo una socialización del sistema sanitario» y luego se quedó dormido.

Estoy segura de que está asegurado en caso de narcolepsia.

Ellen Goodman
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??Se trata de colocarlo, esperar a ver qué pasa y qué debate se genera?, comenta uno de los responsables de la iniciativa. La idea, desde hoy realidad, consiste en la instalación en pleno centro de La Coruña de un dispositivo, el «mosquito», que emite unas ondas que imposibilitan a los menores de 25 años estar en la zona donde el aparato tiene radio de acción. ¿El objetivo? Evitar el botellón.

El «mosquito» se ha usado ya en algunos países de Europa y tiene su origen en el propietario de una tienda de alimentación que quería evitar las «gamberradas» de los jóvenes. En cualquier caso, no es que el ayuntamiento haya decidido poner así fin al ocio nocturno, sino que el proyecto «se incluye dentro de un taller sobre acústica y de la exposición «Outonarte 09″», tal y como cuentan en La Información.

El aparto en cuestión, que cuesta unos 700 euros, genera un ??sonido agudo pulsátil? y sólo es perceptible para los menores de 25 años.

??Si tú estás en una plaza y alguien emite el sonido de la matanza del cerdo por unos altavoces?, explica Longina, ??te aseguro que nadie hace botellón en ella?. La única diferencia, matiza, está en que ese sonido estridente sólo será escuchado por los más jóvenes, con la discriminación que esto conlleva.

Las críticas que han surgido en Europa han obligado a regular estos dispositivos. Sin embargo, en España hay un vacío legal al respecto que permite experimentar, de momento, con este aparato…

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Lo peor de la corrupción es que es contagiosa. Corrompe por afinidad. Llevamos muchos años comprobando, con gran decepción, cómo nos solidarizamos con los corruptos, si son «de los nuestros». Las últimas elecciones lo han puesto de manifiesto: ni la denuncia, ni la denuncia con pruebas, ni la denuncia con evidencias, ha perjudicado a ningún corrupto. Los suyos le han seguido apoyando, incluso con más fuerza.

En algunos casos, pase el tiempo que pase, esa fraternidad se mantiene. Contra los hechos, contra la lógica, contra todo. Es un disparate y un pecado mortal democrático. Es curioso qué claro lo vemos en el caso del terrorismo. Decimos, hemos de hacer una raya. Y alinearnos, a un lado, todos los que rechacemos la violencia, sean cuales sean nuestras posiciones políticas. Y dejar al otro lado de la raya, sólos, a los que defiendan el terrorismo.

Nos parece elemental y hemos pasado años escandalizándonos de que no todo el mundo lo viera tan claro. Sin embargo, en treinta años de democracia no hemos conseguido que la sociedad toda, todos los partidos, todos los líderes y todos los medios de comunicación nos hayamos agrupado, sin la menor fisura, en el lado de la ley, dejando sólos a los corruptos.

Nuestros corruptos siempre han sido más nuestros que corruptos. Exceptuamos a los corruptos individuales, a los cuales fulminamos con toda la severidad de nuestra decencia. Conde, de la Rosa? Pero a los corruptos de marca, les miramos primero la etiqueta. Pues bien, hora de es de decir que, así como todos los terroristas son nuestros enemigos, sean de ETA o sean del GAL, o aunque sean de nuestra familia, los corruptos no son nunca de los nuestros. Así pues, ante el caso Gürtel, hay dos bandos y las posiciones son inequívocas. Nos alineamos contra toda la gente indecente del PP y nos alineamos con toda la gente decente del PP. Esperamos que Rajoy y Cospedal también.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Cómo proceder en Afganistán será una de las decisiones más difíciles y de mayor repercusión que el Presidente Obama tome nunca. Pero es él quien tiene que decidir, y no sus Generales. Los hombres de las estrellas en los hombros – y lo digo con enorme respeto a su patriotismo y servicio al país ?? tienen que callarse y cumplir órdenes. El General Stanley McChrystal, mando de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN destacadas en Afganistán, tiene derecho a tener su opinión de la mejor manera de avanzar. Pero no pinta nada emprendiendo una campaña pública para conseguir apoyos a su opción preferida, que consiste en enviar decenas de miles de soldados más a un país conocido otrora como «el cementerio de los imperios».

La opinión de McChrystal – que una estrategia que emplee menos recursos en aras de objetivos más limitados sería «miope» – es algo que la Casa Blanca necesita oír. ?l es, después de todo, el hombre que Obama puso a cargo de Afganistán, y sería absurdo no tomar en cuenta su análisis de la situación. Pero McChrystal está fuera de lugar tratando de vender su posición públicamente, como hizo la semana pasada en un discurso en Londres.

El Secretario de Defensa Robert Gates hizo bien en llamar al orden. Gates dijo el lunes que es «imperativo» que líderes militares y civiles «ofrezcamos nuestro mejor consejo al presidente, honesta pero reservadamente». Creo que eso es jerga del Pentágono para decir: «Calladito estás muy guapo, Stan.»

Las declaraciones de McChrystal llegaron en un momento crucial en el que la Casa Blanca está inmersa en un examen fundamental de la política de Afganistán. Algunos funcionarios, incluyendo al Vicepresidente Biden, han abogado por un enfoque minimalista en términos de metas y recursos. Obama ha llamado a Afganistán una «guerra de necesidad», pero ahora debe enfrentarse a las consecuencias de la escalada abierta.

McChrystal, en su defensa pública de un mayor número de efectivos, parecía estar tratando de limitar las opciones de Obama. Pero lo que queremos conseguir en Afganistán es una cuestión política, y no pagamos a nuestros Generales para que hagan política. Esa es la labor del presidente y el Congreso – y si nuestros líderes electos deciden marcharse mañana o quedarse 100 años, el trabajo de los Generales es hacerlo posible.

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Para que conste, ésta sería mi postura incluso si McChrystal estuviera discutiendo la posibilidad de una retirada inmediata – o incluso si George W. Bush, en lugar de Obama, fuera el presidente cuya autoridad estuviera siendo socavada. En octubre de 2006, cuando el jefe del Estado Mayor del ejército británico dijo públicamente que Gran Bretaña debe retirarse de Irak debido a que la presencia de tropas extranjeras estaba alimentando la insurgencia – una opinión que comparto de todo corazón – sostuve que debía ser despedido. Escribí que no me gustaban «los Generales en activo que se entrometen en política, ni siquiera cuando estoy de acuerdo con ellos». Si los mandos militares quieren concebir y aplicar una estrategia geopolítica, deben abandonar sus puestos de trabajo y concurrir al cargo.

En un informe confidencial al presidente – filtrado hace dos semanas a Bob Woodward, del Washington Post – McChrystal abogó por una estrategia de contrainsurgencia que básicamente consiste en proteger al pueblo de Afganistán de los talibanes y Al Qaeda, y ganando así los corazones y las mentes de la población. Para ello se requiere mucho más que las 62.000 tropas estadounidenses destacadas hoy en el país. Así que, lógicamente, McChrystal quiere más efectivos – y los quiere cuanto antes.

Pero constituiría una dejación de sus funciones que el Presidente no considerara las alternativas. Me parece que hay una contradicción evidente en el análisis de McChrystal. Si la historia apunta algo en torno a Afganistán, es que la presencia de un gran número de tropas extranjeras tiende a exacerbar la resistencia nacionalista. Sin embargo, poner en práctica el plan de McChrystal exigirá muchas más tropas estadounidenses — los informes dicen que el General quiere hasta 40.000 efectivos, lo que hará la «presencia norteamericana» casi tan considerable como la de los militares durante la ocupación soviética de la década de los 80.

Una alternativa sería la de centrarse únicamente en la eliminación de la posibilidad de que Al-Qaeda pueda volver a utilizar alguna vez Afganistán como trampolín de ataques contra los Estados Unidos o sus aliados. Pero eso significaría tolerar e incluso negociar con los odiosos talibanes, que están resurgiendo. Y con un Pakistán dotado de armas nucleares al este de Afganistán, y un Irán con aspiraciones nucleares al oeste, calibrar la presencia estadounidense adecuada puede ser un ejercicio de alto riesgo.

En privado, Obama necesita escuchar los consejos de McChrystal. Públicamente, tiene que escuchar una simple frase del General: «Sí, señor Presidente.»

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.

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El periódico francés Le Monde publica un artículo de Jean-Jacques Bozonnet titulado: ??Baltasar Garzón, el súper-juez español, acusado?. Según el diario, ??El súper-juez ha sido acusado de ??prevaricación??. Hace un año, abrió una investigación sobre la desaparición de 114.000 republicanos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista???¿Quién quiere el pellejo de Baltasar Garzón?», -se pregunta el periódico.

«La carrera del magistrado estrella español -que se hizo famoso en el mundo entero por ordenar, en noviembre de 1998, la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet por ??genocidio, terrorismo y torturas??- pende de un hilo. El Supremo español está a punto de enviarle ante un tribunal por ??prevaricación en el ejercicio de sus funciones??. ¿Su delito? haber abierto, el 18 de octubre de 2008, a petición de las familias, una investigación sobre la desaparición forzosa de 114.000 republicanos. Una iniciativa que provocó, como era de esperar, la cólera de la derecha, preocupada por que se ??reabrieran heridas del pasado??, pero también de una parte del partido socialista, que lo consideró un ataque a las carencias de la ley sobre Memoria histórica?.

??Sin duda alguna, Baltasar Garzón no estaría arriesgando su futuro profesional con este asunto si no fuera por el celo de algunos de sus colegas magistrados. A la dimensión ideológica se suma la sospecha de un ajuste de cuentas relacionado con la personalidad del juez Garzón, cuyo gusto por la notoriedad y los métodos espectaculares molesta a toda la corporación?.