«Dimisión en Valencia»
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Una dimisión esperada, tras la denuncia de posibles irregularidades, que deja un sordo rumor de navajas afiladas. ¿Quién las afiló?. […]
El hecho es que nadie puede sustraerse al juego de las adivinanzas, en este tiempo preelectoral, donde cada cual recela de los propios casi más que de los ajenos. La cosa es que, al margen de este asunto, la batalla política se ha presentado hoy más relajada, como si se hubiera ido al recreo y se tomara un rato de respiro. Sólo las exageraciones reglamentarias para mantener el tipo, concentradas en una frase del ministro Fernández Bermejo que, convenientemente sacada de quicio, ha permitido algunos lucimientos a favor de querencia.
Total, para detectar las intenciones traidoras de Zapatero tampoco hace falta gran cosa. Basta con la propia obsesión. No ha sido mal día para que el PSOE presentara un vídeo promocional, en el que se nos muestra un presidente muy próximo y jovial, capaz de reírse de sí mismo, cuando aún tenemos en mente la imagen polvorienta que nos ofreció Rajoy, como de daguerrotipo de su bisabuelo. Pero en fin, en general, no ha habido hoy grandes asperezas entre partidos.
Fuera de nuestras fronteras llamamos su atención sobre el vuelo del águila Vladimir Putin. Cada nuevo acto, cada nuevo discurso, cada nuevo gesto, confirma su vocación de máster del universo, su sueño de gran potencia. Presenta constantes credenciales: ayer, su poder energético, hoy, sus nuevas armas. Putin no neutraliza el miedo que nos da Bush. Lo multiplica por dos.»



Juan Pedro Quiñonero es correponsal en Paris del diario ABC y además, en la red, es el responsable del blog 
Había un cámara de la CBS, otro de la NBC y un tercero de la ABC. Los tres son entrevistados y cuentan como vivieron el intento de asesinato. Estaban pegados al agresor, justo detrás del cordón policial, y las tres víctimas que resultarons heridas, a parte del presidente, cayeron justo delante de sus ojos y sus objetivos. 

Los pequeños parques o «huertos» solares son el blanco preferido de este tipo de delincuentes. Entre otras cosas porque suelen tener gran cantidad de paneles en una zona aislada y poco protegida. Hasta allí llegan con camiones y probablemente en equipos de entre 10 y 20 personas. Cada placa solar puede pesar entre 12 y 25 kilos y los tamaños están entorno a los 1,70 metros de largo por 1m de ancho.
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El documental «