Marc Bassets, corresponsal de La Vanguardia en Washington:

«El presidente Obama quiere recuperar la nation building, pero no para regiones turbulentas sino para Estados Unidos. La idea es que las fallidas invasiones de Afganistán e Iraq han distraído a la superpotencia mientras el resto del mundo, con la ascendente China a la cabeza, no esperaba.

Mientras China, e incluso Europa, desarrollaban trenes de velocidad, energías alternativas, e infraestructuras modernas, Estados Unidos se resignaba a tener trenes, carreteras y puentes anticuados, o a ver cómo quedaba rezagada en rankings educativos y cómo viejas capitales industriales del rust belt, el cinturón del óxido, caían en el abandono. En la última década Detroit, donde a principios del siglo XX se fraguó la revolución del automóvil, ha perdido uno de cada cuatro habitantes. El centro es un paisaje ruinoso, deshabitado.

«No tiene ningún sentido que China tenga un sistema de trenes mejor que el nuestro, ni que Singapur tenga mejores aeropuertos que nosotros. Y acabamos de saber que ahora China tiene la supercomputadora más rápida de la tierra. Eso éramos nosotros», dijo el presidente Obama en noviembre del 2010.

El periodista Thomas Friedman y el politólogo Michael Mandelbaum han usado esta frase ??»Eso éramos nosotros»?? para titular un ensayo que acaba de publicarse y que sintetiza el espíritu de la época, una mezcla de fatiga bélica y pesimismo sobre la capacidad de EE.UU. para mantenerse como superpotencia mundial.

«Hemos visto algo que representa una amenaza mayor a nuestra seguridad nacional y a nuestro bienestar que Al Qaeda», escriben Friedman y Mandelbaum. «Hemos visto un país con un potencial enorme cayendo en el deterioro, en el desorden político, en una inquietud palpable sobre su actual condición y sus perspectivas futuras».

El artículo «EE.UU. entra en una nueva era en la que el enemigo es el paro, no Al Qaeda», muy recomendable.

Richard Cohen

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«El profesor permanece en pie delante de un aula de jóvenes caballeros. Está flanqueado por ventanales abiertos. Un desfile militar discurre por los exteriores del centro escolar y la música castrense llena el aula. El profesor, un tal Don Kantorek, insta con vigor a sus estudiantes a alistarse. «Estoy seguro de que será una guerra rápida», dice, «y de que habrá muy pocas bajas». Corre el año 1914, la guerra duró cuatro años y las bajas fueron sobrecogedoras. Así es como empieza la película «Sin novedad en el frente occidental». Así es como empezó la jornada del 11 de septiembre de 2001.

Décimo aniversario de los atentados terroristas contra el World Trade Center y el Pentágono que provocaron una enorme pérdida de vidas y un horror todavía emotivamente imposible de gestionar. Me encontraba en el Bajo Manhattan aquella jornada, y durante mucho tiempo después el triste y desanimado llanto de las gaitas — los inevitables temas «Danny Boy» y «Amazing Grace» — tiñeron la isla, un sepelio tras otro. La circulación puntual de un camión de bomberos, para aplauso espontáneo, fue una experiencia emotiva. En ese sentido tantos otros y yo debemos de ser como esos estudiantes teutones. Nos íbamos a la guerra.

Han pasado ya 10 años y la guerra no ha terminado aún. Seguimos luchando en Afganistán y en Irak, guerras ya sin sentido ni, en el caso de Irak, razón. Como esos estudiantes, nos contagiamos de la fiebre bélica y desfilamos encabezados por caballeros — un presidente y su vicepresidente — igual de incompetentes por lo pronto que el káiser alemán o, en el otro bando, esa manada de estadistas y mariscales de campo que permitieron que Europa se viera sacudida por un conflicto cuyos efectos todavía se sienten.

Es el mismo caso del desastre en Irak. No fue Saddam Hussein quien nos atacó y no era Saddam Hussein el que tenía arsenales de armas químicas y biológicas ni un programa nuclear. Ninguna de estas cosas existía — no un simple error del espionaje, como se dice ahora, sino un error provocado por las ideas preconcebidas, la insistencia en ver fantasmas en cada esquina, un programa nuclear en el débil destello de la esfera de un reloj y el apetito lujurioso por la cabeza de Saddam. Ostras, desfilamos con astucia camino del conflicto equivocado.

Corre una estación melancólica en Washington, gran revuelo acerca del declive de América y de cómo se ha averiado nuestro vanagloriado sistema. Yo no voy a poner reparos. Pero la avería de mayor repercusión de nuestro sistema se plasma en emprender una guerra innecesaria y luego — historia, prepárate — con la reelección de los incompetentes que la habían emprendido. ¿Es posible que a pesar de todos los discursos emotivos acerca de «los caídos» y de todos los respetos a las tropas, nos importen tan poco que como si tal cosa concedemos segundas legislaturas a las mismas personas que derrocharon sus vidas?

Esta falta de transparencia no se limita a nuestras empresas militares desafortunadas. Después de todo, el sistema económico se derrumbó, pero después no hubo ajusticiamientos metafóricos. La gente de recursos modestos, los imbéciles inducidos a creer que una casa en propiedad era el regalo que va con la ciudadanía, lo perdieron todo, pero los tipos en la cima pasaron un par de ejercicios malos y luego recibieron las primas a las que estaban acostumbrados. La Comisión de Valores y Cambio permitió que Bernie Madoff desplumara a los donantes de caridad y a sus organizaciones de caridad, y de nuevo el verdugo se quedaba sin alguien al que ajusticiar. Somos una nación de superación, que siempre sale adelante.

Aun así, Irak era diferente. Se perdieron vidas, no casas — y Oriente Próximo se ponía patas arriba. Cuando las cosas se calmaron, nuestro enemigo Irán era más fuerte, crecida su influencia incluso dentro del propio Irak. A la guerra contra al-Qaeda y sus aliados talibanes de Afganistán se le daba escasa importancia. El paso del tiempo difuminó su objetivo y de esa forma luchamos, como Aníbal en Italia, porque no se nos ocurre qué otra cosa hacer. Extraña razón para morir.

Me marché a casa el 11 de Septiembre con los zapatos llenos del polvo de los escombros del World Trade Center. Sentí un odio que me era totalmente novedoso. Poco después empezaron los ataques con ántrax y estaba listo para la guerra — contra al-Qaeda y los talibanes, claro, pero también contra Saddam Hussein. Me equivoqué, y de eso tengo la culpa yo, pero culpo a todos los otros por asumirlo y luego recompensar la incompetencia con otra legislatura. Estoy seguro de que será una guerra rápida, dijo efectivamente nuestro profesor.

El 11 de Septiembre es la jornada interminable.

Richard Cohen
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El complejo de Marcoule

La explosión en un horno de un almacén de residuos en el complejo nuclear de Marcoule cerca de Nîmes (Francia) está copando todas las portadas de los medios españoles y buena parte de los europeos. La información está siendo confusa, pero se sabe que ha habido un muerto y se ha investigado la posibilidad de fuga radiactiva. Las últimas noticias descartan esta posibilidad, pero la alerta se mantiene, especialmente tras lo sucedido en Fukushima. Twitter está siendo la herramienta que con mayor inmediatez está contando las novedades. Estás son algunas de las cuentas que mejor están informando sobre el incidente. (Foto: Flickr/Seriadcit@)

El Consejo de Seguridad Nuclear español está haciendo un seguimiento del suceso y divulgando los comunicados de los reguladores franceses.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (IAEA) ha activado su Centro de Incidentes y Emergencias y también informa vía Twitter de las novedades.

La cuenta de Greenpeace España analiza la información desde el punto de vista medioambiental

Foro de la Industria Nuclear Española recoge comunicados y datos de la empresa.

Accuaverde, un experto en Protección Radiológica Operacional y escéptico declarado con la industria ofrece datos de gran interes.

Manuel Fernandez Ordoñez, doctor en física nuclear está publicando gran cantidad de información incluyendo una fotografía del horno antes de la explosión.

Emilio Rey, meteorólogo explicó las predicciones de vientos en caso de fuga

Imagen de previsualización de YouTube

El diario ruso Novie Izvestia se hace eco de la polémica en España tras hacerse públicos los ingresos de los políticos. La crónica es de Serguei Manukov y se titula «Los millones de los servidores del pueblo».

Fachada del Congreso
(Foto: Flickr/Fmpgoh)

Novie Izvestia explica que «para apaciguar a las acciones de protesta, los 614 miembros del Parlamento español, por primera vez en un tercio de siglo de existencia de la democracia española, han rendido cuentas ante los electores sobre sus ingresos y propiedades».

«Los balances han provocado una ola de indignación entre los millones de habitantes del país. Resulta que los diputados electos viven muy bien, no como sus compatriotas que sufren la crisis. La declaración de bienes e ingresos no ha sido completa, pues a los políticos españoles se les ha permitido no declarar objetos de valor, tales como cuadros o joyas» recogen.

«La ley sobre la declaración obligada fue adoptada en julio, bajo presión de los indignados, que protestaban contra el alto desempleo y los errores de la economía. Los «indignados»,cuyo número se acercó a casi un millón, levantaron campamentos y durante semanas ocuparon las principales plazas de Madrid y otras ciudades españolas. Una de sus principales exigencias fue justamente la transparencia de los legisladores, enfangados en escándalos de corrupción. Los diputados esperaban que las pasiones se calmaran tras la
publicación de sus ingresos. Pero ha resultado de otro modo».

«En el Parlamento español hay un mínimo de ocho millonarios, eso sin tener en cuenta el coste de sus propiedades. De acuerdo con una encuesta del diario El Mundo, el 60% de los consultados declaran estar desagradablemente sorprendidos por el nivel medio de los ingresos de los parlamentarios. La más rica es la ex ministra Mercedes Cabrera, que sólo en acciones tiene más de 6 millones de euros. Francisco Javier Darmendrail, del Partido Popular, le va a la zaga: tiene 22 casas y apartamentos» recoge Novie Izvestia.

Y sobre el patrimonio de los principales líderes politicos dicen «el primer ministro, José Luis Rodríguez Zapatero, ganó el año pasado 67.427 euros, 30.000 menos que Mariano Rajoy, el líder opositor, cuyos ingresos en 2010 fueron de 98.223 euros. Zapatero aún tiene que pagar una hipoteca de 34.925 euros. Rajoy, quien dentro de dos meses es muy probable que releve a Zapatero, tiene invertidos 597.442 euros y tiene cuatro casas en Madrid y Pontevedra. Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a las elecciones de noviembre posee una casa en la capital y 1,22 millones de euros».

La recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio que planea el Gobierno y que defiende el canditato socialista Rubalcaba ha provocado un gran debate en la blogosfera. Luis Solana, de Debate tras la línea roja, explica en radiocable.com que es un impuesto que «nunca debió suprimirse» y que más allá de lo que pueda recaudar, su valor principal para el Gobierno es que le «permite investigar donde está la riqueza«.

Luis Solana

Luis Solana considera que el impuesto sobre el patrimonio no se ha explicado bien: «no debería llamarse impuesto porque es más bien un sistema para poder investigar donde está la riqueza. Luego vendrá el impuesto o no, pero es vital saber donde están los núcleos de riqueza. Permite al gobierno conocer quien es rico, se está haciendo rico o lleva camino de hacerse rico».

También niega la crítica de que se trate de una doble imposición como dicen desde la derecha: «podía ser hasta mínimo, de céntimos, es igual. Lo importante es que te permite saber quien es rico». Por eso defiende que se recupere cuanto antes, para luego «poder tomar las decisiones sobre impuestos: si se suben, a qué colectivo, etc».

En la red pueden leerse otras reflexiones y analisis tanto a favor como en contra de recuperar el impuesto sobre patrimonio.

Ignacio Escolar: «28.000 millones regalos fiscales«. Sostiene:»se recupera en la recta final de la legislatura, cuando será Rajoy quien presumiblemente gane las elecciones y cuando al PP le bastará con otro decreto ley para tumbar lo que ahora levante, tarde y mal, el Gobierno socialista. Pero hay algo que agradecer a la campaña de Rubalcaba: que por fin en España se hable de impuestos, ese tabú. A lo largo de la década de 2000 hemos perdido, por sucesivas bajadas de impuestos, 28.000 millones al año, en cifras constantes».

Jesus Rivases en La otra crónica del director: «Populistas, demagogos y la orquesta del Titanic en España«. Cree que el impuesto: «es confiscatorio y no existe en ningún país desarrollado, salvo en Francia. El impuesto sobre el Patrimonio grava dos veces el mismo dinero. Penaliza el ahorro, porque quien gasta en lugar de acumular patrimonio, no tiene que tributar… Rubalcaba, necesitado de votos a cualquier precio, quiere resucitarlo para contentar a su clientela más radical o para evitar que se vayan a Izquierda Unida«.

Jesus Fernandez Villarde en Nada es gratis: «El Impuesto de patrimonio es una mala idea«. Asegura: «El impuesto del patrimonio es un impuesto particularmente distorsionante ya que no grava las rentas del capital sino el nivel del mismo En presencia de IRPF e impuesto de sociedades, la inclusión de un impuesto sobre el patrimonio implica que: se grava la renta que originó el patrimonio, se grava la tenencia de capital yse grava la renta que genera ese capital . Esta ??triple? imposición es, sencillamente, una mala idea.»

Jose Manuel Valbuena en Retorcida realidad: «Robin Hood era millonario«.  Recoge: «recaudará sobre 1.400 millones de euros más. Bien, desde luego sí se quiere actuar sobre este tipo de rentas es lo mejor que se puede hacer. El IRPF ha demostrado ser completamente ineficaz. Las grandes fortunas ??Botín paga menos que sus ejecutivos- se lo saltan a la torera declarando cantidades irrisorias. Los ricos españoles muestran 7.000 euros de ingresos anuales medios por renta, mientras que la media está en 24.000.»

Borja Prieto en Desencadenados: «El impuesto para los ricos«. Defiende que «no es un impuesto para que los ricos paguen más, sino un impuesto para beneficiar a los ricos… El patrimonio de los ricos está en SICAVs y otros instrumentos similares. El hecho de que alguien que consigue ahorrar, comprar un piso, alquilarlo, ganar un dinero, comprar otro, aumentar el patrimonio, y así durante años y años de esfuerzos y sacrificios vea mermada esta progresión por el impuesto de patrimonio es un alivio para los verdaderamente ricos, que tienen así menos competencia».

Bartolomé Borrego: «Se prepara una importante reforma fiscal«. Sobre el Impuesto de Patrimonio dice:  «además de no tener sentido, los ingresos obtenidos por él derivarían hacia las Comunidades Autónomas, pues se trata de un Impuesto transferido. Pero lo peor de todo es que en alguna como la de Madrid, que tiene muchos más ??ricos?, en términos absolutos y relativos que otras, encima éstos no pagarían por el Impuesto, ya que Esperanza Aguirre aprobó una bonificación sobre la cuota estatal de este Impuesto del 100%, y que provocaría la huída definitiva hacia Madrid de los pocos grandes capitales que aún siguen en algunas autonomías».

En Una bitácora de Jomra: «De impuestos a ricos y otras mentiras del PSOE«. Destacan que «recuperar Patrimonio o algo que se le parezca, solo ese impuesto ya hubiese evitado el recorte en pensiones de hace un tiempo, hay que decir que su función era más de control y policía sobre las grandes fortunas, para que no se escaquearan en otros impuestos, que de recaudación.

En Ideas y contra ideas: «Diez medidas impositivas buenas para la economía y/o la sociedad«. Subrayan: «El impuesto sobre el patrimonio penaliza las grandes fortunas inactivas (como los latifundios) y en cambio a penas afecta a los patrimonios productivos. Las personas que han tenido la suerte de lograr una gran fortuna es lógico que puedan colaborar en mayor medida sobre la sociedad».

En Economía mundial: «¿Es útil recuperar el impuesto de patrimonio?». Consideran que :»es verdad que el Estado recaudaría más dinero, pero siempre a costa de perder inversores en España, dar sensación de inestabilidad jurídica, fuga de capitales, empeorar la situación con los mercados… y lo que habría que estudiar es si realmente compensaría perder todo esto por la recaudación que habría. Muchas veces quizá sea más conveniente bajar esos gravámenes para recaudar más, a subirlos y perder muchas inversiones.»

En Twitter también se han pronunciado sobre el impuesto de patrimonio muchas personas:

Jordi Sevilla apunta: «Cuanto  más baja el IRPF, menos ricos pagándolo (sociedades) y más paraisos fiscales, mas hace falta un impuesto sobre grandes patrimonios».

Melchor Miralles critica: «es un impuesto confiscatorio, supone doble imposición y no se va a apllicar en 11 CCAA»

Carlos Bardem: «La reactivación del impuesto del patrimonio sin meter mano a las SICAVs se queda en un gesto vacio.Los muy ricos no tienen nada a su nombre.»

Pepo Jimenez: «Las ventas de coches caen mes tras mes. Menos los de lujo, que suben hasta el 30%… Pero el impuesto de patrimonio es una burrada… ¿Eh?»

Kiko Rosique: «El Impuesto sobre el Patrimonio sólo sería injusto si todo el mundo tuviera las mismas posibilidades y facilidad para ahorrar.

Soldado de EEUU

Se acaban de cumplir 10 años de los atentados de Nueva York y Washington. Unos ataques que cambiaron el orden mundial y desencadenaros dos guerras. Sin embargo, pese a todo la primera década del siglo XXI pasará a la Historia como una de las menos violentas registradas nunca. El blog Cooking Ideas recupera varios estudios que ayudan a desmontar ideas preconcebidas sobre la violencia en el mundo de hoy. (Foto: Flickr/US Army)

Por ejemplo un informe del Human Security Report que contabiliza los muertos en conflictos bélicos desde 1945, recoge que la violencia en las guerras no ha dejado de reducirse, década tras década, hasta alcanzar su mínimo en los albores del siglo XXI. Y un historiador, Adamson calculó que en torno al 90% de los soldados que participaban en las guerras griegas fallecían, un porcentaje que se redujo al 20% en la II Guerra Mundial y al 16% en la Guera de Corea.

Tampoco se sostiene la idea de que la violencia se ha trasladado del campo de batalla a las calles, ya sea por ataques de terrorismo, o crimen organizado. Ssegún ha documentado el criminólogo Manuel Eisner, las tasas de homicidio en los países en los que existen datos (occidente, principalmente) no han dejado de reducirse continua y progresivamente desde la Edad Media hasta la actualidad.

Y la revista Foreign Policy desmitifica otra percepción extendida: que cada vez es mayor el número de bajas civiles en los conflictos. Según su investigación, el porcentaje de militares y civiles muertos (50/50) en guerras se ha mantenido casi invariable desde hace siglos.Y hoy además, la atencióna las víctimas es infinitamente mejor que la de épocas pasadas.

El mundo no es el mismo desde que se produjo el atentado del 11 de septiembre, pero EEUU tampoco.  EE.UU se hizo consciente de su vulnerabilidad y paralelamente comenzó a experimentar una lenta difuminación de su hegemonía, tanto cultural como económica.

El atentado de las Torres Gemelas fue el gran fracaso de la política frente a la violencia como motor para la resolución de conflictos.

Las tropas norteamericanas siguen en Irak (desde 2003) sin razon, y en Afganistan (desde el 7 oct. 2001) sin sentido. Han pasado diez años y la guerra no ha terminado pero ¿han logrado los EE.UU un mundo más seguro?

Las consecuencias del terror no solo las sufrieron los norteamericanos. Los muertos inocentes derivados de los conflictos del 11 de septiembre se cuentan por cientos de miles en diversos lugares del mundo. Inocentes. Una palabra que dejó de tener sentido. Tan inocentes en Nueva York, como bajo las bombas de Bagdad.

Con una diferencia. A Bin Laden, terrorista confeso, se le presupone la maldad, pero ¿no debieron las democracias aliadas salvaguardar los derechos fundamentales de miles de víctimas inocentes? ¿no debieron protegerse de los abusos arbitrarios?

Tras el 11-S, perdimos conquistas civiles y recuperamos los espacios de impunidad extrajudicial y la tortura.

Bin Laden consiguió golpear nuestra cultura, pero nosotros no supimos responder adecuadamente.

 

La dimisión de Stark en el BCE -considerado un halcón en las políticas antiinflación- debería haber calmado al mercado español, habida cuenta de que se ha impuesto la tesis más beneficiosa para nuestro país. Starck, siempre fue reacio a la compra de deuda soberana por parte del BCE, lo que suponía un impedimento para las necesidades españolas.

Con la caida de Stark y la luz verde del Constitucional alemán al rescate de Grecia, el mercado debería haberse tranquilizado, pero el abismo sigue pareciendo más atractivo y las bolsas -incluida la española- reaccionan en dirección opuesta volviendo al pánico. De nuevo se constata que ni los recortes funcionaban, ni los escenarios favorables a la solidaridad intercomunitaria son capaces de poner fin a este periodo de inestabilidad.

No todo, sin embargo, son malas noticias. Tanto la salida de Stark e incluso las políticas de recortes que nos impone el BCE, son una muestra de las tensiones que vive la UE en su lucha por mantenerse viva, llegando incluso a la extenuación. Nadie quiere apuntarse el discutible logro de haber acabado con ella durante su mandato, ni siquiera Merkel. Y el esfuerzo por conciliar políticas e ideologías -que a menudo por eso llegan a ser contradictorias (recortes Vs compra de duda)- está siendo titánico.

Y eso, en un tiempo en un tiempo como el que vivimos, es en sí un gran logro de la conciencia de solidaridad que vió nacer esta unión…aunque ahora a España le resulte dolorosa.

Die Tageszeitung y Jornal de Noticias han publicado dos editoriales en los que critican con dureza el fondo de una medida como la «regla de oro» aprobada en España. El diario aleman la considera «profundamente injusta» y que provoca «falta de perspectivas, mientras que el portugués cree que es «solo maquillaje».

Merkel y Zapatero
(Foto: Flickr/La Moncloa)

El Die Tageszeitung publica un texto de Rudolph Hickel titulado «Protesta contra la producción de miseria» que asegura: «el gobierno alemán ofrece un producto de exportación de política financiera para los presupuestos deficitarios de los países en crisis de la zona euro: El tope de deuda, fijado en la Constitución en 2009, deberán ser adoptado por las constituciones de todo los Estados que usan la moneda comunitaria. Pero esto eclipsa tanto las experiencias negativas como la posibilidad de un fracaso. No en vano, está claro que, en países con un endeudamiento público extremadamente alto en comparación con su potencia económica, el tope de deuda conduce a graves rechazos sociales y económicos ?? y, con ello, a daños políticos.

Esto ya se está poniendo de manifiesto en Grecia: El país primero fue obligado a reducir masivamente sus gastos estatales, así como a subir los impuestos sobre los ingresos masivos. La falta de demanda que resultó de ello doblegó definitivamente a la economía interior, de por sí afectada. Visto así, las manifestaciones contra los topes de deuda en España e Italia son completamente comprensibles, puesto que esta receta es simplemente estúpida a nivel social y macroeconómico. Toda estos sacrificios son profundamente injustos y provocan una falta de perspectivas para las personas que disponen de unos ingresos escasos y de poco patrimonio?.

Jornal de Negocios en un artículo de opinión de Nuno Garoupa sostiene: «Limite al endeudamiento público en la Constitución: pura demagogia.  En pleno agosto, los dos mayores partidos españoles negociaron una reforma constitucional a espaldas de todos, evitando el referéndum al que están obligados y sin ninguna discusión publica. Transparencia, ninguna. Democracia, todavía menos. Y el texto final es absolutamente surrealista? El nuevo artículo 135 de la Constitución española empieza diciendo que ??una ley orgánica determinará el déficit máximo permitido en relación al PIB. O sea, cualquier mayoría parlamentaria puede en cualquier momento ajustar el tal déficit estructural? Nada de nuevo? Solo maquillaje. Evidentemente que podrá engañar a la señora Merkel o al señor Sarkozy, pero no a los mercados financieros que como hemos visto sencillamente ignoraron esta reforma constitucional?

La segunda parte del nuevo artículo 135 de la Constitución española habla sobre el endeudamiento público. Dice que los limites del déficit estructural y volumen de la deuda publica pueden ser excedidos cuando existan catástrofes naturales, recesión económica, en situaciones de emergencia extraordinaria, fuera del control del Estado y cuando la sostenibilidad financiera, económica o social del Estado estén fuertemente perjudicados. ¿Y quien decide estas ??excepciones??? Una mayoría absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados?.

??Pero hay todavía más? Queda expresamente delegado a ley orgánica la distribución de los límites del déficit y de la deuda entre las diferentes administraciones publicas, las circunstancias excepcionales para excederlos y la forma y el tiempo para corregir las desviaciones, la metodología y el procedimiento para el cálculo del déficit estructural, y la responsabilidad de cada gobierno cuando exista un fracaso para cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria. O sea, todo lo que es relevante para la eficacia de semejante

truco de derecho constitucional queda en realidad remetido a quien gobierna?

 

Es curioso el revuelo que ha montado todo esto de la transparencia en los bienes de los diputados y senadores. Pero que no se preocupen sus señorías. Seguro que a medida que se repita en el tiempo los ciudadanos nos iremos acostumbrando y la web volverá a la normalidad. Son cosas de la novedad.

El ejercicio en todo caso es un tanto ficticio. Se trata de una declaración (El firmante «manifiesta que recoge fielmente sus rentas y bienes») a la que no tienen que aportar prueba alguna, y que no incluye ni los bienes de familiares -salvo copropiedades-, ni serviría como prueba de nada ante un juicio. ¡Si hasta la valoración que hacen de sus inmuebles se hace sobre el precio catastral, que no de tasación!

«el método tendrá que ser depurado, porque cada parlamentario utilizó el criterio que quiso para dar cuenta de sus bienes, especificando o no, por ejemplo, el valor de sus viviendas ??la mayoría no lo hizo??. Una veintena de parlamentarios se quejó de que los datos publicados no eran correctos. Jesús Caldera, por ejemplo, dijo que le habían puesto ??una casa de menos? -explica EL PAIS

Pero bueno, es un primer paso.

Dicho esto, conviene añadir que de las declaraciones presentadas no se puede deducir nada raro. Ha llamado mucho la atención, por ejemplo, que Fraga tenga un patrimonio de cerca de un millón de euros. Pero es el valor de mercado que tienen hoy dos casas cualquiera, gracias a la burbuja inmobiliaria en la que seguimos metidos. Y no es extraño que cualquier padre de familia después de 60 años en activo pueda reunir dos propiedades. No digo que suceda en todo el país, pero además no se excluyen herencias, etc…

A algunas de sus señorías les ha parecido incómodo tener que hacer este ejercicio. No lo dicen en público abiertamente pero lo insinúan. Celia Villalobos, por ejemplo, decía ayer en la SER «¿Y qué pasa con los secretarios de Estado, el poder judicial y la prensa?» , extendiendo la transparencia a todos aquellos que manejan los resortes de poder de un país.

Es falta de cultura sobre lo público porque se trata de saber qué uso se hace del dinero p-ú-b-l-i-c-o, del que pagamos los ciudadanos a nuestros representantes, no de demostrar que este país tiene más de un caradura. Que eso está bastante claro.