Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Haga la prueba: Palinismo. ¿Qué es? Es una versión actualizada del macartismo, que debe su nombre al difunto Senador Joseph McCarthy, el embustero y demagogo de Wisconsin aficionado a la botella, y consiste, según Wikipedia, en «lanzar acusaciones irresponsables e infundadas, así como ataques demagogos, contra la imagen o el patriotismo de los adversarios políticos». Hasta donde sabemos, Sarah Palin no le da a la botella.

Pero ella comparte los demás atributos de McCarthy – y también éste: capacidad para conducir el debate. En los tiempos de McCarthy, se trataba de la lucha contra el comunismo, junto con la seguridad nacional, y nunca importaba que con frecuencia no tuviera fundamento en sus acusaciones. De todas maneras era objeto de una enorme atención.

Con Palin, el tema es la sanidad, que en muchos aspectos es la Amenaza Roja de nuestros días y se presta a cierto tipo de pornografía política. Por puro desconocimiento de los hechos, sus declaraciones acerca del «tribunal de eutanasia» del Presidente Obama están a la altura del anuncio de McCarthy diciendo «Tengo en mi mano una lista de 205″ (ó 57 ó 72 o los que sean) nombres de comunistas dentro del Departamento de Estado. Ambas eran falsas – McCarthy por autoría, Palin probablemente por omisión. Pocas veces sabe de lo que está hablando.

Lo más deprimente de la carrera de McCarthy no fueron sólo los excesos del propio tipo, sino la negativa de los demás – sobre todo sus compañeros Republicanos – a ponerle coto o defender a sus víctimas. Ahora vemos algo parecido con Palin. Puede pensar lo que quiera de cualquiera de las propuestas sanitarias, que ninguna sugiere la creación de un «tribunal de eutanasia» facultado para ahorrar servicios de atención a ancianos o discapacitados. Sugerir que existe es censurable. Decirlo abiertamente es puramente demagógico o simplemente demencial.

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Sin embargo, puede remover Roma con Santiago que sólo va a encontrar dos Republicanos de nivel – los Senadores Johnny Isakson y Lisa Murkowski – que tuvieron el valor o la decencia de decir que Palin no sabe de lo que está hablando. Ciertamente, no es el caso de Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara, que de hecho prácticamente secundó a Palin. Esto no se debe solamente a que Gingrich tienda a no ser fiel a los hechos, sino a que su necesidad de ser políticamente escandaloso supera a menudo a sus convicciones.

Algo similar podría decirse del Senador Charles Grassley, un Republicano del Senado clave en la atención médica. Pronunció una débil repetición de la mentira de Palin y, a continuación, con valentía, miró hacia otro lado. Lamentablemente, la lista de los mansos incluye a Geppetto Palin, John McCain, que la creó de la desesperación política y aún no la ha tallado. En una actualización del cuento popular, me gustaría pensar que cada vez que elogia a Palin, su nariz crece.

Al igual que el macartismo, el Palinismo es un producto de la época. McCarthy explotó el temor de la opinión pública a los comunistas y el comunismo. No sólo los había en el extranjero, sino aquí en América – espías, compañeros de viaje, rojillos, apologistas, intelectuales y minorías menudas con gafas de pasta. Era su propia ubicuidad e invisibilidad lo que les hizo tan peligrosos.

La reforma del sistema de salud proporciona a Palin la misma oportunidad. La torpeza del esfuerzo de Obama – la gente cree saber lo que puede perder pero no tiene idea de lo que puede ganar – despierta de nuevo el fantasma de las fuerzas invisibles que cogen, pero no dan, dictan pero no escuchan, gravan pero no cubren. Pero como casi siempre es el caso de los populistas de derechas, a la interesada le sale el tiro por la culata. Los comentarios del «tribunal de eutanasia» de Palin tumbaron o ayudaron a tumbar la oferta de atención a terminales. Las víctimas serán los pobres, los desinformados y los ideológicamente ciegos que se descubrirán incapaces de hacer una salida elegante. Los ricos tienen sus testamentos y similares. Los pobres tienen sólo su dolor.

La carrera de McCarthy fue misericordiosamente corta. Pronunció su famoso discurso de 1950 y fue censurado por el Senado cuatro años más tarde. En 1957, estaba acabado. Su ascenso fue el producto de una cultura de prensa ya anticuada, pero su caída fue incitada por la llegada de la televisión. Los norteamericanos vieron y se horrorizaron. Estaba acabado.

Palin, en el sentido en que McCarthy no lo estaba, está ya hecha para la televisión. Sin embargo, ha pasado de un 57 por ciento de calificación favorable poco después de que McCain la escogiera como su compañera de lista a un 39 por ciento hoy – un descenso negativo de proporciones justificables. Antes de que se desvanezca en la marginalidad, hará una obra buena y otra mala – perjudicará a las mismas personas que defiende supuestamente, y evidenciará el terrible oportunismo de los líderes Republicanos.

Tengo en mi mano una lista de sus nombres.

 

Richard Cohen

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E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Es cierto que la política es el arte de lo posible, pero también es cierto que los grandes líderes amplían el alcance de las posibilidades. Barack Obama tomó posesión de su cargo comprometiéndose a ser un presidente transformacional. La suerte que corra la opción pública de seguro médico será una de las primeras pruebas de su capacidad de poner fin a la manera en que la política de los intereses y grandes donaciones de Washington ahoga la verdadera reforma política.

Sin esta opción, lo que Obama llama ahora «reforma de la protección sanitaria» todavía será mejor que no reformar nada, creo. Pero, francamente, es cada vez más difícil de explicar. Tantas reformas auténticas se han descartado ya – la cobertura universal integral, la capacidad de negociar los precios de las especialidades con las farmacéuticas – que las esperanzas decrecen casi a diario.

Renunciar a la opción produciría apoplejía a muchos progresistas partidarios de Obama, pero la administración ha dado señales claras de que es éste el camino más fácil que está dispuesta a seguir.

«La opción pública, tanto si la tenemos como si no, no constituye la totalidad de la reforma sanitaria. Es sólo un aspecto mínimo de la misma, una faceta de ella,» dijo Obama el sábado durante una asamblea en Grand Junction, Colo. Kathleen Sebelius, secretario de Salud y Servicios Sociales, decía a la CNN que la opción pública «no es el elemento esencial» de una reforma integral.

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Pero, ¿cuál es el «elemento esencial»? ¿En qué punto, caso de que lo haya, traza Obama el límite irrenunciable? Para que la reforma tenga sentido, debe de haber algunos componentes que el paquete final debe incluir por fuerza. ¿Cuáles podrán ser?

Obama fue inteligente al evitar cometer el error central de la tentativa fallida de reforma sanitaria de Bill Clinton, que fue presentar al Congreso un paquete completamente elaborado y decir «lo tomas o lo dejas». En cambio, Obama fijó amplias – y francamente, terriblemente borrosas – directrices políticas y dejó al Congreso los detalles. Pero siguió esta estrategia incondicionalmente, permitiendo que el esfuerzo fuera secuestrado por grupos de presión de intereses decididos a impedir una auténtica reforma.

El enfoque de dejarlo al Congreso significa que varios proyectos de ley se redactarán en los comités de ambas cámaras del Capitolio, lo que proporciona a los lobistas de la sanidad y las farmacéuticas un entorno rico en objetivos. Podrían rascar un poco por allí, un poco por allá, encontrar debilidades y explotarlas. Los Republicanos podrían encontrar oportunidades para la demagogia – la propuesta de disponer de tratamiento para terminales dentro de Medicare, por ejemplo, que fue retorcida en opción de eutanasia para ancianos y enfermos. Los detractores podrían redactar un libreto para el caos en las asambleas, diseñado para dar la impresión de que los estadounidenses adoran su sistema de atención médica tal como está.

Evidentemente, la Casa Blanca se siente a la defensiva. Pero… ¿porqué?

Considere el panorama político. Los Demócratas controlan la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso. No importa lo disciplinados que sean los Republicanos a la hora de oponerse a cualquier reforma – incluso si las objeciones Republicanas son escuchadas – no tienen los votos necesarios para tumbar el proyecto final.

Si los Demócratas conservadores «Blue Dog» tienen éxito cancelando la opción pública y rebajando las demás reformas, los votantes progresistas tienen derecho a preguntar porqué llegaron a tales extremos para elegir mayorías Demócratas y un presidente Demócrata. Pero el Senado todavía tiene la opción de recurrir a una maniobra parlamentaria que requiere sólo 51 votos, haciendo irrelevantes la mayoría de las objeciones pertinentes. Las tendencias históricas indican que es poco probable que los Demócratas amplíen sus mayorías en el año 2010. Políticamente, por tanto, no es probable que haya un mejor momento para reformar la sanidad.

También es cierto, políticamente, que el hecho de no sacar adelante ninguna medida de reforma sanitaria supondría un duro golpe a Obama – y un mal augurio para el resto de su ambicioso programa de revolucionar la política estadounidense en energía y educación. Sería comprensible que la Casa Blanca decidiera que lo importante, en este momento, es obtener una «victoria» a toda costa. ¿Es esto lo que marca el aparente retroceso de la vía de la opción pública?

Si es así, no sólo sería erróneo, sino también – hasta en este punto – innecesario o, al menos, prematuro. Lo que el presidente no ha hecho es lo obvio: decir al Congreso y a la opinión pública estadounidense, con claridad y firmeza, lo que hay que hacer y por qué. Tomar el control del debate. Consultar menos e insistir más. Recordar a los Demócratas conservadores que el presidente es el presidente.

Renunciar a la opción pública puede ser conveniente. Pero no elegimos a Obama para ser un presidente conveniente. Le elegimos para ser uno grande.

Eugene Robinson

 

Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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La empresa de investigación de mercado Pear Analytics ha elaborado un informe, analizando cerca de 2000 mensajes, sobre el uso que se le da a Twitter y ha concluido que «el 40% de los mensajes resultan inútiles«, tal y como señala P?BLICO.

Según el estudio, realizado en EEUU, tan solo el «8’7% de las actualizaciones» tenían valor, ya que «pasaron a convertirse en noticias de interés». En el informe, además, se observa que el 3’75% del contenido generado en la red de microblogging es Spam, el 3’60% son noticias, un 5’85% es autopromoción y un 37’55% son conversaciones.Tal y como apunta la BBC, los resultados del informe han sorprendido a la propia compañía, ya que había crecido el interés de diferentes empresas por tener presencia en Twitter y el número de actualizaciones de autopromoción comercial, por lo que esperaban que el porcentaje de entradas en este área fuera mayor.

Para el fundador de Pear Analytics, Ryan Kelly, «será interesante ver si, con la nueva faceta que se está intentando potenciar en Twitter, las noticias empiezan a tener mayor peso o si la red social continúa siendo una fuente donde la gente comparte sus actividades cotidianas.

En la red, comentarios diversos: «el 90% de las noticias de los diarios son patrañas e inservibles», comenta Corvido.

Por otro lado, el blog de Loretahur, que explica qué usos puede tener la red de microblog, añade: «Que el Dios digital perdone nuestros pecados por no estar emitiendo constantemente información de interés (que por cierto, ¿cuál es el criterio objetivo para definir lo que interesa o lo que no? ¿hay algo que interese a todos los usuarios de Twitterland?)».

 

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Se nos dice que la economía va camino de recuperarse, pero seguimos viendo cifras de pérdida de empleo de seis ceros. El debate de la sanidad se ha galvanizado tanto que incluso si acaba en una legislación histórica, las probabilidades indican que los detractores seguirán estando enfurecidos y los partidarios más agotados que entusiasmados. El déficit es colosal, el bipartidismo inexistente, la cárcel de Guantánamo sigue abierta y la guerra de Afganistán se parece a un Vietnam potencial. El verano se ha transformado en decepción. Pero cualquiera a punto de caer en una depresión grave debería ver las cosas en perspectiva. Casi a diario, se produce algún recordatorio de lo lejos que hemos llegado desde la investidura del Presidente Obama — y de lo mucho peor que podrían ir las cosas.

El jueves se producían dos ayudas a la memoria así. La primera era una información aparecida en The Washington Post de que Dick Cheney, en su próximo libro, planea dar detalles de sus enfrentamientos a puerta cerrada con George W. Bush. La noticia, firmada por el reportero del Post Barton Gellman — cuyo libro «Angler» constituye el relato definitivo de cómo Cheney, en calidad de vicepresidente, intentó básicamente gobernar el mundo — cita una fuente solvente que dice que Cheney está seguro de que Bush perdió los papeles con él durante su segundo mandato.

Fue cuando Bush ordenó detener el interrogatorio por ahogamiento de los sospechosos de terrorismo, cerró las cárceles secretas de la CIA en el extranjero, hizo gestos diplomáticos a estados hostiles como Irán o Corea del Norte, y en general empezó a comportarse de formas que Cheney consideraba al parecer demasiado racionales.

Gellman informaba que Cheney, en su próximo libro, también va a abordar lo que la revista Time ha informado fue una agresiva campaña sin paliativos por convencer a Bush de conceder una amnistía a Lewis «Scooter» Libby, el ex jefe de gabinete de Cheney procesado bajo cargos de perjurio. Bush se negó, y se dice que Cheney aún se la guarda. Es útil que se recuerde que durante ocho años, hasta el 20 de enero, tuvimos un vicepresidente que pensaba que su título apropiado debía ser el de César.

La otra lección a poner en perspectiva la recibimos el jueves de la mano del New York Times, que daba nuevos detalles del tipo de América que nuestro César en funciones quería crear. En una noticia firmada por los cronistas del Times David Johnston y Mark Mazzetti, Kyle «Dusty» Foggo, el funcionario de la CIA que montó aquellas cárceles secretas, relata cómo lo hizo. Foggo cumple tres años de cárcel por su papel en un escándalo de adjudicación no vinculado directamente con los centros de detención «secretos,» que debían su existencia a las habilidades logísticas de él.

Foggo desplazó los materiales para construir tres cárceles secretas — una en Bucarest, Rumania; otra en otra ubicación no revelada en el antiguo Bloque Oriental; y otra en Marruecos, según el relato que hace el Times. Fueron diseñadas idénticas para que los detenidos se desorientaran al pasar de una cárcel a otra. Entre los extras que proporcionaba Foggo estaban las paredes cubiertas de madera terciada que es menos probable que provoque heridas graves cuando los detenidos eran empujados contra ellas.

Sí, hasta hace poco teníamos una administración que no creía en detalles tales como el respeto a la ley o el estado de derecho. Nuestra nación reclamaba no sólo el derecho a detener indefinidamente a los sospechosos, sino también a violar sus derechos, a torturarlos, a hacer que «desaparecieran» igual que las víctimas de alguna junta militar de república bananera.

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Sé que no soy el único en desear que Obama no pierda tiempo en limpiar la mancha dejada por los excesos Bush-Cheney en nuestro honor nacional. Me gustaría que Guantánamo ya estuviera cerrado — pero Obama sí puso una fecha concreta al cierre del lugar y promete cumplirla. Me plantea problemas que no haya rechazado de plano el concepto de detención indefinida — pero por lo menos reconoce que debe de haber en juego algún tipo de respeto a lo que dicta la ley.

Me plantea problemas sobre todo la resistencia de Obama a llevar a cabo una investigación integral de las transgresiones Bush-Cheney. Sólo cabe esperar que el presidente entienda el error de su planteamiento — o por lo menos que la investigación de las técnicas de interrogatorio de la CIA que podría abrir el Fiscal General Eric Holder pueda seguir sin obstáculos el rastro de pruebas hasta cualquier delito que pueda revelar.

Pero eso era entonces y el pasado es pasado, dirá usted. Bush y Cheney son historia. Iban a abandonar la administración en enero de todas formas, sin importar quién les reemplazara.

Eso es cierto. Pero contemple las espectrales salidas de tono casi cotidianas de Sarah Palin — acerca de paneles imaginarios de la muerte y similares — y extrapole cómo sería el verano si ella estuviera ocupando el puesto de vicepresidente de los Estados Unidos.

No sé usted, pero yo me siento mucho más cómodo con todo.

Eugene Robinson

Premio Pulitzer 2009 al comentario político.

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Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – CASCO BAY, Maine – Estoy de vuelta en mi puesto. Pies plantados en la barandilla del porche. Espalda relajada contra el familiar contorno de la silla Adirondack.

En el comedero de aves que tengo delante, jilgueros nerviosos compiten por la misma percha como si no hubiera un montón de salientes vacantes en su banquete de semillas de girasol. Un valiente colibrí deja de perseguir a sus enemigos mayores para ver si me merece la pena su tiempo y después sigue.

La casa está tranquila esta mañana. Un chaparrón veraniego ha dado paso, por fin, al sol. Un verano familiar ha dado paso a la soledad. Los superhéroes a los que hay que obedecer y los mini-médicos que buscan un paciente adulto han guardado su imaginación y nos han dejado en paz para difrutar del paisaje. La algarabía de nietos es sustituída por el zumbido de la motora del vecino en la cala.

Escardar, dice el dicho, es el programa de pleno empleo del jardinero. Pero los niños son el programa de pleno empleo de los abuelos. El cultivo de uno ha dejado libre el otro. La mala hierba se ha convertido en la producción más fiable de nuestro jardín.

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Así que dedico mi atención al jardín y después me dedico a mi escarda.Es hora de seleccionar las fotos familiares de mi portátil. La foto de nuestro payaso del Cuatro de Julio. Los cangrejos en el balde. La épica guerra de agua. Los primos de picnic en un extremo rocoso que antes sólo podían navegar con ayuda adulta y ahora suben con soltura en solitario.

Elijo la mejor – un álbum de posados felices en días soleados – aunque no sin preguntarme por mi papel como editora. Las Brownie y Kodachrome de mi infancia y maternidad han sido sustituidas por la cámara digital y el omnipresente teléfono móvil como abuela.

Estos vienen con sus botones de instantánea y borrado que dejan constancia de la infancia como una gran sonrisa. Hay hasta una cámara con un detector de sonrisas que toma la foto automáticamente al despuntar el blanco de los dientes. ¿Ahora se editan los ceños fruncidos de las fotos de la infancia igual que antes se eliminaban las fotos con el flash reflejado en los ojos?

Pero estoy aquí como abuela, no como editora. Así que voy a transformar el álbum de fotos de experiencias en recuerdos, y los voy a añadir a la galería de recuerdos familiares que hace cola en el pasillo de nuestra casa. Hay primos que pueden verse a sí mismos y su infancia en una especie de animación.

Es, supongo, oficio de los abuelos crear recuerdos y el vínculo de los recuerdos: las tradiciones. Queremos presentar momentos, como instantáneas, en el video del momento fugaz. Queremos ampliar la zona de confort de rutinas emocionales.

Sospecho que ésta es una forma de formar vínculos con unos nietos que hacen propias las tradiciones con la misma facilidad natural con la que, paradójicamente, juegan al último juego de ordenador.

Mi nieta de 7 años ya tiene lista de tradiciones estivales. Ella llega en el ferry con su Tamagotchi y una lista de cosas que hacemos en la isla. El paseo a la tienda de helados. La recogida de vidrio y conchas de mar que se ordenan cuidadosamente sentadas en la misma piedra de clasificar. Ella viene también con recuerdos para los que no hay fotografías. El día del gusano de la tomatera. La noche de los murciélagos.

Mi nieto de 6 años espera la «comida del cóndor» de la abuela para desayunar y un cuento al acostarse. Memoriza auténticas «historias de la abuela» de mi repertorio, e insiste en otra variación del cuento protagonizada por «una mano siniestra y otra amiga». Junto a los juegos electrónicos que tememos se hayan apropiado de su capacidad mental, hay espacio para todas las historias de travesuras infantiles de su abuelo.

Los padres – me acuerdo muy bien – están atrapados en la cotidianeidad de la educación de los hijos. Sin embargo los abuelos, imbuidos de un sentido diferente del tiempo, crean un arco narrativo a través de generaciones. Si los padres son el impulso de la vida de un niño, nosotros nos convertimos en los conservadores de las tradiciones.

Qué extraño, pienso mientras ordeno las fotografías, que de todas las generaciones, la mia acabe como tradicionalista. ¿No éramos los que cuestionábamos toda la cultura, las relaciones entre maridos y mujeres, las ideas preconcebidas sobre la familia? ¿No somos los que nacieron antes de la televisión y, en un abrir y cerrar de ojos, tengo tarjeta de Medicare y iPhone al mismo tiempo? ¿No éramos los agentes de cambio declarados de nuestro país?

Sin embargo, aquí estamos después de todo este tiempo, con los hijos de nuestros hijos. Nos hemos convertido, de todas las cosas, de todas las personas, en los coleccionistas de recuerdos y constructores de las tradiciones familiares. Esto es lo que hacemos con la gente menuda en una pequeña isla, una imagen, una historia, y un verano tras otro.

Ellen Goodman
© 2009, Washington Post Writers Group
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El periódico norteamericano The Washington Post publica un artículo firmado por la agencia Reuters en el que sostiene que ??la recesión que afecta a España produce un descenso de inmigrantes?. Según el texto la inmigración desde África occidental se ha reducido cerca de un 40%…

??El número de inmigrantes africanos ilegales que intenta llegar a España ha descendido a medida que la economía española ha ido cayendo, según mostraron el viernes los datos hechos públicos por el Ministerio del Interior. Durante los primeros siete meses del año, se detectaron aproximadamente 4.500 inmigrantes que intentaban alcanzar las costas de España, en su mayoría procedentes del África occidental y del norte, lo que significa un descenso del 40% en comparación con el mismo período del año pasado y casi un cuarto del número registrado en el año 2006?.

??En 2006, abundaban los puestos de trabajo en el entonces boyante sector inmobiliario. En la actualidad, los africanos que los desempeñaron dependen de las ayudas destinadas a los sin techo que obtienen a cambio de la distribución de periódicos?.

«¿Son las redes sociales el movimiento más grande desde la Revolución industrial? Bienvenidos a la revolución de los social media«, dice Erik Quanman en la última entrada de su blog. Según él los social media, o las redes sociales, son ya en estos momentos más solicitados en internet que el propio «contenido para adultos«. «Lo que queda claro es que internet «es para hablar y para el porno«», dicen en la blogosfera.

Imagen de previsualización de YouTube

En el video, donde argumenta la afirmación con estadísticas de algunos motores de búsqueda, señala además que «una de cada ocho parejas de EEUU se conocieron a través de una red social», o que «si Facebook fuera un país, sería el cuarto más grande». Asimismo, según apunta Quanman, a modo de curiosidad, el actor «Asthon Cutcher» y la actriz «Ellen Degeneres tienen más seguidores de Twitter que la población total de Irlanda, Noruega y Panamá».

En internet la noticia ha generado diversos comentarios. Tiempo atrás ya se había hablado de esa cuestión, afirma el autor del blog Mangas Verdes en Netoraton, pero lo que queda claro es que internet «es para hablar y para el porno«. De hecho, la red social española Tuenti, fue una de las más buscadas en Google durante el 2008.

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«La investigación del caso Gürtel, la trama de corrupción vinculada a una decena de gobiernos del PP, mantiene una vía abierta sobre una supuesta operación de emisión de facturas falsas por parte de la red empresarial que dirigía Francisco Correa para justificar gastos electorales del partido de Mariano Rajoy que rondan los 600.000 euros», señala hoy EL PAÍS. Mientras tanto, el PP sigue denunciando persecuciones del Gobierno a todos los niveles y el IDEAL de Granada titula: «El PP denuncia una campaña de acoso en Gójar e implica a la Guardia Civil«. Todo ello también está siendo analizando por los blogs en internet…

Nuria Alonso Mateos ha enlazado al perfil de Facebook de Esteban González Pons (PP) una nota en la que advierte que no es la primera vez en la que el Gobierno espía al PP ya que Rubalcaba»vivió en primera fila las escuchas del CESID de las que fueron objeto, en palabras de Esperanza Aguirre, ??del Rey para abajo, todo el mundo?. Aún más recientemente, el entonces presidente de Endesa, Manuel Pizarro, fue objeto de seguimientos ilegales».

Mientras los «populares estudian denunciar ante el Parlamento Europeo la persecución que sufren«, según apunta LA VANGUARDIA, Manolo Saco insistía días atrás que en el «PP ya no existe el control de calidad«. «Parece ser que, según el perdedor de todas las elecciones a las que se ha presentado, ??solamente en las dictaduras se persigue a la oposición?», comenta. «En las dictaduras no se ??persigue a la oposición? por la sencilla razón de que ya está en la cárcel, o está exiliada, o está en la tumba (…) la oposición, como él la conoce hoy, sólo existe en las democracias. Y son los mecanismos nacidos de ellas -policía, jueces, fiscales- los que persiguen a los chorizos, estén o no en la oposición, estén o no en el gobierno, con la apoteósica excepción de Italia que es gobernada por un presunto delincuente», sentencia.

El propio Miquel Iceta, viceprimer secretario del PSC, ha actualizado en plenas vacaciones su blog para denunciar que el PP «se ha embarcado en una renovada teoría de la conspiración, inspirada en las tácticas que se utilizaron con el 11M, intentando presentar la trama Gürtel y sus escandalosas derivaciones como una conspiración contra el PP dirigida por el Gobierno socialista en connivencia con muchos medios de comunicación y utilizando todos los poderes del Estado», afirma. Luis Solana añade que «Rajoy y su equipo han leído mucho Poe este verano y ven por todas partes escenas de terror. La policía les espía, la guardia civil les sigue, los jueces (todos los jueces) están preparando actuaciones próximas contra ellos, los fiscales preparan denuncias bajo el calor de agosto. Un horror.»

En la blogosfera conservadora no se han hecho muchos comentarios al respecto y, de hecho, la cuenta de Twitter del PP no registra ninguna entrada desde hace una semana. A modo de ejemplo, en el perfil de Facebook de la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, tan sólo hay algún comentario de apoyo a Cospedal; en la página de Jose Luis Ayllon, adjunto a Santamaría, un amigo pide «contundencia en el tema de las escuchas ilegales» en caso de que fuera «cierto»; y en los perfiles de los dirigentes del PP catalán, siguen más preocupados por la «persecución lingüística» que por la de su propio partido.

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Los tres grupos de trabajo que coordinaban el operativo de rescate del alpinista decidieron de mutuo acuerdo suspender las tareas de rescate. Oscar Pérez llevaba diez días atrapado a 6.300 metros en el Latok II, de 7.108 metros de altitud.Sebastian Álvaro que participaba en las tareas de rescate explicó en el programa «Carrusel de Verano de la Cadena Ser» -dirigido por Alberto Granados- que al mal tiempo se sumó la complejidad técnica de la ruta y las «pocas probabilidades de encontrar a ?scar con vida». En esta conversación, que se emitió el mismo día en que se suspendió el rescate y que ahora les ofrece radiocable.com-, Sebastián Álvaro describió el lugar y las razones por las que se tomó esa decisión. La operación, incluso, suponía un alto riesgo para la seguridad de los porteadores de altura y de los escaladores.»Analizando fríamente la situación» -relató tambien el presidente del Club de Montaña Peña Guara, - se «ha dado orden de suspender la operación» y así se ha comunicado a Sebastián Álvaro en Skardu, al embajador español en Islamabad, Gonzalo Quintero y a Jordi Corominas en el Campo Base dando las instrucciones pertinentes para que el grupo de rescate regrese a España.