Un fragmento de «Speedy«, una antigua película de Harold Lloyd grabada en Nueva York durante los años 20 ha reaparecido en Internet. En el video se aprecia como ya entonces el tráfico era intenso en la ciudad de los rascacielos. Pero eso no impidió que los «conductores especialistas» de la época grabaran unas cuantas acciones temerarias y locuras por las calles. Primero con un taxi y luego con un coche de caballos y un autobus.

Dicen que Harol Lloyd planificaba minuciosamente las escenas calculando cada segundo de acción. Tenía un estilo rápido, aparentemente loco e improvisado pero no dejaba nada al azar. La película mezcla imágenes reales con otras aceleradas o grabadas en estudio, pero refleja uno de los primeros intentos serios de Hollywood por transmitir escenas de acción y persecuciones… no exentas de riesgo. Algo que luego se generalizaría hasta convertirse en «marca de fábrica».

El video también permite contemplar paisajes y aspectos de la vida de Nueva York en 1928, ya que se rodó como homenaje a la ciudad.

Asi sería 3030 con respecto a los periodicos clásicos

(Foto: Flickr/ JLori)

Aunque ahora mismo el sector está debatiendo si los medios impresos tienen futuro o están abocados a la desaparición, una consultora ha mostrado lo que considera puede ser el prototipo de diario del futuro. Se llama 3030 y es un es un híbrido de periódico y revista, a todo color, con formato pequeño y estrecho que apuesta por el aspecto más visual para sus informaciones.

El concepto lo ha desarrollado la consultora hispano-americana Innovations junto a Berner & Company y se presentó en el reciente Congreso de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN). Y aseguran que no sólo es una propuesta de formato, sino de ideas y conceptos, ya que la innovación en el diseño y los contenidos es lo único que puede salvar al papel de la muerte que muchos le vaticinan.

Otros como Rupert Murdoch creen que los medios impresos seguirán incluso 20 años después de su propio fallecimiento, aunque se irá transfiriendo cada vez más contenidos a Internet. También considera que los periódicos han reducido al máximo sus gastos de producción… pero no los del periodismo y augura recortes en este aspecto.

En 3030, las fotografías y los gráficos serían el eje fundamental del periódico que tendría además, una doble portada de información general y deportes similar a lo que hace Público, aunque en este caso iría invertida. Y sobre el contenido, los creadores de 3030 se han limitado a una concisa lista de adjetivos: corto y profundo, informativo, inteligente, punzante, con más de menos y menos de más, analítico, fácil de leer, práctico y con periodismo caviar.

Apostar por un medio como 3030 supondría, como se recoge en el blog Cuatro Tipos, aumentar significativamente los costes de impresión, ya que esta debe ser de alta calidad y también aumentar la plantilla de maquetación grafismo. Pero es una de las vías que se baraja dentro del periodismo para superar la crisis. Otra es volver a la esencia y sobre todo a las buenas historias.

La política con la inmigración de nuestro país es un ejemplo, según The New York Times. España, dice el artículo, se sitúa a la vanguardia en lo que a regularización de inmigrantes se refiere. A la hora de legalizar a millones de indocumentados, EE.UU debería mirar hacia el sur de Europa, afirma el prestigioso rotativo.

The New York Times cree que esta política ha favorecido el fortalecimiento de la economía y la promoción de la diversidad de culturas en el seno de la sociedad española. Asimismo, refleja los beneficios económicos y sociales para los inmigrantes y la posibilidad de reagruparse con sus familiares

«A pesar de los rápidos cambios experimentados apenas se ha producido conflicto político, las legalizaciones se han producido bajo gobiernos socialistas y conservadores y España incluso ofrece sanidad gratuita a los extranjeros, sean regulares o no»,

«La aceptación social de los inmigrantes tiene que ver, con la prosperidad económica, la necesidad de mano de obra, el crecimiento progresivo de una cultura «post franquista» y el hecho de compartir idioma con los inmigrantes suramericanos. Todo ello puede ahorrar a España un importante foco de tensión en los Estados Unidos»

Camiones bloqueando una carretera durante la huelga

El martes tuvo lugar la segunda jornada de la huelga de los transportistas que provocó problemas en el tráfico y en las gasolineras. Se trata sin embargo de un paro que está resultando confuso para la sociedad. En la blogosfera española hay muchas críticas y argumentos en contra de las motivaciones de los huelgistas, pero también reflexiones y puntos de vista diferentes que amplían el debate.

Josu Mezo, del Ruido y las nueces, valora este paro como una huelga contra la realidad y critica la poca discusión pública que existe sobre las motivaciones. Explica que la subida del gasoleo es una realidad… pero que ya se viene dando desde hace años y hasta ahora los transportistas han ido subiendo los precios para compensarla. Sin embargo ahora no lo han hecho y para Mezo, parte del problema puede ser la competencia que les llega desde países del este. Sin embargo sus peticiones son absurdas o ilegales.

Felix Soria de Im-pulso también reflexiona sobre las reclamaciones de los camioneros al gobierno por la subida del precio del crudo y se muestra sorprendido de hasta qué punto la simpleza idiotiza . «¡Los gobiernos no pintan nada en el aberrante sistema internacional que regula el mercado de los hidrocarburos! Los gobiernos son responsables, ¡pero no de la carestía!, sino de haber cedido graciosamente sus competencias a los especuladores y al mercado.»

Antonio Avendaño de Res Pública cree que se trata de una huelga confusa contra un patrón inexistente: «Una huelga que no es una huelga contra un patrón que no es un patrón y cuyos huelguistas que no son huelguistas le exigen al patrón que no es un patrón que baje unos impuestos que no puede bajar, suba unas tarifas que no puede subir y prohíba unas prácticas desleales que no puede prohibir. También apunta que las otras huelga de este sector se saldaron con rebajas fiscales, pero en este caso todo es más complicado.

Ricardo Royo Villanova de A sueldo de Moscú y Pedro Manuel Herrera, de La fantasía del super saltamontes, coinciden en que no se trata de una huelga sino de un paro patronal, ya que no existen sindicatos detrás de los camioneros.

En cambio Javier M de Moscas en la Sopa critica que se ponga en duda que se trata de una huelga de trabajadores y se pregunta «¿Un autónomo ya no es trabajador? Los camioneros que protestan hoy no son las grandes flotas, sino los pequeños autónomos que tienen un camión como herramienta de trabajo. Son autónomos porque producto de la subcontratación no han tenido más remedio que acogerse a ese régimen laboral. Si a estos les consideramos patrones es que estamos locos.»

Hugo Martinez Abarca de III Republica, por su parte reflexiona sobre uno de los «efectos colaterales» de la huelga: el desabastecimiento que se está produciendo no por el paro, sino por «la histeria colectiva con la que reaccionamos miles y miles de ciudadanos que consciente o inconscientemente obedecimos a la instrucción general: ??Ciudadano, vaya a comprar hoy o se quedará sin café mañana??. Cada uno de nosotros, buscando el interés individual contribuimos al vicio colectivo.»

Aunque muchos consideran que el Pong de Atari es el primer videojuego de la historia, en 1958, William Higinbotham, un científico que trabajo en el desarrollo de la bomba atómica, desarrollo un intento anterior: el tenis para dos. Utilizó un osciloscopio con dos mandos de control para «golpear» la pelota. Fue la primera vez que se usaban computadoras para entretenimiento. Su idea era hacer algo llamativo para el «día de los visitantes» en el laboratorio de Brookhaven National. Y allí conservan un vídeo de aquel invento. (Fuente: Neatorama)

 

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Hasta 1981 nadie supo de la existencia de este videojuego. Un abogado que trataba de revocar una patente sobre videojuegos encontró rastros de el. En el juicio posterior incluso apareció un videjuego anterior «OXO«, una especie de tres en raya electrónico, creado por Alexander S. Douglas en 1952.

 

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La UE acaba de aprobar una polémica directiva que permite una jornada laboral de 65 horas semanales. Hasta el momento la legislación contemplaba un máximo de 48h, unas nueve horas y media diaria trabajando 5 días por semana. La Organización Internacional del Trabajo consideró en un informe de 2007, «excesiva» la jornada laboral que supera las 48 horas semanales. Ahora con el cambio, si se pactan semanas con 65 horas laborable, esto supondría un incremento de un 35% con respecto a lo que ya se venía considerando excesivo.

La OIT también informa que según sus estudios trabajar un mayor número de horas no aumenta la productividad. De hecho España es uno de los países donde se trabajan más horas, pero estas generan menos rendimiento. Y lo que siempre se da es una mayor siniestralidad. En 2007, los paíse con más casos de jornadas de trabajo extensas eran Perú, Corea, India, Thailandia o Pakistán. Todos ellos reflejan altos índices de incidentes laborales.

El estudio sobre horas de trabajo en 50 países «Working Time Around the World: Trends in working hours, laws and policies in a global comparative perspectiva» estima que más de 600 millones de personas, alrededor de 22% de la fuerza de trabajo mundial, tienen jornadas de duración «excesiva». Y defiende los efectos positivos de las de menor duración: beneficios para la salud y la vida familiar, la reducción de accidentes en el lugar de trabajo, así como mayor productividad e igualdad entre los sexos.

El titular procede de un diario ruso, aunque es el italiano Il Sole 24 Ore el que mejor describe hoy la encrucijada ante la que se encuentra la UE: ??Una Europa que renquea, en busca de consenso?. «Un país europeísta como Irlanda, que de la UE ha recibido sólo beneficios a mansalva, podría rechazar el Tratado de Lisboa provocando un tsunami institucional de consecuencias políticas imprevisibles», señala…

??Sin la UE, el hiperbólico encarecimiento del petróleo y la subsiguiente inflación habrían crucificado la economía del continente. No obstante, cuando los camioneros bloquean las carreteras de España y los pescadores franceses e italianos se manifiestan en Bruselas contra la carestía de los carburantes, en el banquillo de los acusados acaba siempre y puntualmente Europa. Un país europeísta como Irlanda, que de la UE ha recibido sólo beneficios a mansalva, podría rechazar el Tratado de Lisboa provocando un tsunami institucional de consecuencias políticas imprevisibles. Y otro país ampliamente beneficiario, además de fundador de la UE, como Italia, no lo ha ratificado aún y se prepara a hacerlo en medio de las dudas de la Liga Norte.

Sin embargo, hoy sería más necesario que nunca un mensaje de cohesión comunitaria. La legitimación de los orígenes de la UE, la pacificación continental, se han perdido en las nieblas de su arrollador éxito. Precisamente porque se da por descontada, Europa puede ser denigrada, criminalizada y santificada, y hasta repudiada. Precisamente por eso se ha perdido su verdadera razón de ser, sobre todo en las jóvenes generaciones. Hoy Europa necesita una legitimación democrática. Para salir del rincón, Europa y sus gobiernos tienen que echarse a la calle, escuchar a la gente, comprender y hacerse comprender. Porque en la era global la integración ya no es una opción, sino una necesidad vital e irrenunciable. Y para sobrevivir, Europa necesita recuperar el consenso perdido?.

Los transportistas necesitan cobrar más dinero, eso es un hecho. Ahora bien ¿quien les paga? ¿quien debe subirles el sueldo? ¿por qué no se manifiestan contra ellos, los intermediarios?

Portada de

Cory Doctorow es un escritor de ciencia ficción y uno de los bloggers del mítico Boingboing. Y sobre todo un firme defensor de la liberalización del copyright e impulsor de las licencias . Todos sus libros han sido escritos bajo esta licencia y además se publican en la red para ser descargados libremente. Su última obra, «Little Brother» ha seguido todo este guion… y sin embargo ha alcanzado también las grandes listas de ventas comerciales. Lleva 4 semanas nada menos que en la del New York Times.

Las licencias Creative Commons (CC) son una alternativo al modelo clásico de derechos de propiedad intelectual en Internet. Mediante unos modelos de licencias estandarizadas, las CC facilitan que el autor autorice el uso y la explotación de su obra. Son un modelo alternativo para la gestión clásica de los derechos de autor y el logro de Doctorow demuestra que es también viable comercialmente.

Cory Doctorow ha publicado sus libros con estas licencias, que le permiten la difusión tradicional en papel y también en Internet de forma gratuita. Siempre ha defendido que ambas vías son complementarias y ahora su «Little Brother» se ha convertido en la primera novela con licencia CC que alcanza la prestigiosa lista del New York Times.

El cree que esto demuestra que el sistema habitual de distribución de cultura no es el único posible. Y de hecho considera que esto no se habría producido si la gente no se hubiera descargado el libro de la red, ni se lo hubieran regalado y distribuído gratuitamente.

Doctorow de hecho defiende una estrategia de propagación de ideas basada en la filosofía del diente de león. En un artículo reciente comparaba el modo de reproducción de los mamíferos, que invierten mucha energía en el cuidado de cada descendiente, con el del diente de león, que producen enormes cantidades de semillas, y las distribuyen de manera completamente indiscriminada pero para estar presente en cada hueco disponible. La primera es una estrategia lógica cuando la reproducción es cara y compleja. La segunda, lo es cuando la reproducción es prácticamente gratis, como ocurre en Internet.

Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «La reunión del Gobierno con los transportistas ha concluido sin acuerdo. La reunión continuará mañana. Mientras, seguirán el paro y las protestas.

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Hoy ha provocado retenciones en el tráfico de las principales ciudades. No hay problemas de desabastecimiento en productos alimenticios, pero sí en las gasolineras, algunas de las cuales se han quedado sin combustible. En torno a este asunto, dos observaciones. Primera: el Gobierno no tiene la culpa de la subida del precio del petróleo y su maniobrabilidad es limitada. Pero, segundo: el marketing gubernamental de la crisis está siendo un error. Al resistirse a reconocer la seriedad del momento, excita contra él a los sectores en dificultades. Hubiera debido adelantarse y ponerse al frente. Y otra cosa, entre paréntesis: ¿no es curioso que de todos los perjudicados por la actual conmoción económica mundial, sólo se haya podido ayudar -y de forma fulminante- a los bancos en problemas?.»