El Wall Street Journal publicaba ayer, contra su corriente editorial principal un articulo que relata la verdad del barquero…

La receta económica de la política que nos han vendido hasta ahora, y que Mariano Rajoy dice que va a aplicar, nos puede sumir en una nueva recesión. Muchos son los que insisten en la austeridad, no es nuestro problema principal, si no una política monetaria que solamente beneficia a Alemania.

Está en inglés, conviene leerlo, sobre todo por que el editor no es sospechoso de nada (quizás los malos tiempos de Murdoch estén dejando hacer un buen periódico).

La investigación por presunta corrupción contra Iñaki Urdangarín está afectando a la imagen exterior de la corona española. Der Tagesspiegel es uno de los diario extranjeros que informa del caso. El artículo se titula ??Ningún ??viva´para el Rey» y en el sostienen que las investigaciones contra el yerno de Juan Carlos están haciendo que «la monarquía española pierde prestigio.

La crónica de Der Tagesspiegel es de Ralph Schulze y asegura: «es un mal año para el Rey de España, Juan Carlos I. No goza del mejor estado de salud, hay desavenencias en la familia real y el prestigio de la monarquía desciende. Para colmo de males, ahora un grave caso de corrupción pesa sobre la Casa Real, que posiblemente obligará a Juan Carlos a dar portazo a su yerno Iñaki Urdangarín (43), Duque de Mallorca.»

Y explican que «aunque la Casa Real y el gobierno español intentan limitar los daños entre bastidores mediante conversaciones discretas, cada vez resulta más probable que Urdangarín acabe en el banquillo de los acusados. ??Un miembro de la Casa Real delante de un juez, eso puede ser devastador?, advierte ya José Apezarena, experto en realeza. Los conocedores de la Casa Real parten de que Juan Carlos tendrá que cortar en breve formalmente las relaciones con Urdangarín y excluirle de la familia real, para evitar así un mayor perjuicio para la Corte.»

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Mitt Romney se postula a presidente con el ojo del inversor de riesgo. No ve rentabilidad en determinadas posiciones, descarta las que ya no le son rentables, y sigue adelante. Fue partidario del aborto cuando le convenía, implantó una reforma sanitaria que ahora denuncia, y en tiempos apoyaba la amnistía de parte de los inmigrantes ilegales. Ricardo III ofrecía su reino por un caballo. Romney ofrece sus principios por unos cuantos votos en Iowa.La amnistía se ha convertido en el tótem Republicano y motivo de cierta pasión entre los que concurren a los comités Republicanos de Iowa — alrededor del 0,05% del electorado nacional. Los caballeros razonables han caído víctima de — los aún menos razonables. John McCain pasó gran parte de la campaña de 2008 bajándose del burro de un plan de amnistía que antes había apoyado, y es concebible que eligiera a Sarah Palin como compañera de lista sólo para que la gente hablara de otra cosa. No viene a la cabeza ninguna otra explicación.

Bloomberg News informa como era de esperar que Romney mantuvo en tiempos una postura así a tenor de la amnistía. «Hemos de iniciar un proceso de inscripción de esa gente, siendo algunos deportados e iniciando otros el proceso de solicitar la regularización y la ciudadanía», dijo Romney durante una entrevista en marzo de 2006. Esto está peligrosamente próximo a la postura que demarcaba Newt Gingrich la pasada semana durante el debate presidencial Republicano.

Casi instantáneamente, a Gingrich le colgaba el sambenito de «amnistía» de su inconsistente jeta. Michele Bachmann, todavía en campaña por algún motivo inefable, pronunciaba la vulgaridad y también Romney. «El principio es que no vamos a tener ningún sistema de amnistía», decía. Este infrecuente maridaje entre Romney y un principio no se acompañó de lo que habrían deseado escuchar los 11 millones de inmigrantes en situación irregular: la promesa de que no se van a adoptar medidas draconianas. Romney, presidencial de tono pero no de legislación, nunca nos garantizó que nadie fuera a perseguir a esta gente, a reunirlos — abuelos y nietos por igual — en centros escolares, armeros de la Guardia Nacional y centros comerciales Wal-Mart, subirlos a autobuses con destino a campamentos de tránsito y arrojarlos después al otro lado de la frontera con México: dicho y hecho.

Como pasa a veces durante estos debates, uno cualquiera de los candidatos revela a sus congéneres algún rasgo sentimental. El primero en mostrar esta moderación fatal fue Rick Perry. Dio su apoyo a conceder a los hijos de inmigrantes irregulares las mismas ayudas a la matrícula en centros públicos que tienen los demás residentes de Texas. Fue instantáneamente atacado por su inexplicable humanidad, castigado en los sondeos y todavía se está recuperando. Fue, como suele decirse, un momento del que aprender.

Después fue turno de Gingrich. Demostró estar familiarizado con las intimidantes complejidades de la inmigración ilegal (cosa que nunca es buena), pero todavía peor es que mostrara una cantidad ínfima de simpatía, empatía y — ¿me atreveré a decirlo? — caridad cristiana hacia los ilegales que llegaron aquí hace años, encontraron empleo, fundaron hogares y familia y que, según los diversos planes, serán obligados a volver a sus países de origen, México normalmente.

«Si usted lleva 25 años aquí y tuvo tres hijos y dos nietos, viene pagando impuestos y respetando la ley, formando parte de la iglesia local, no creo que vayamos a tener que separarle de su familia, expulsarle por la fuerza y darle la patada». El negro corazón del Partido Republicano se volvía púrpura de ira.

Llamativamente o de forma ridícula a lo mejor simplemente, Romney había sugerido con anterioridad la fórmula «excepcionalidad estadounidense», dejándola caer al estilo PowerPoint en su presentación. Se supone que el término sugiere un país escogido por Dios y adorado por los conservadores sentimentaloides. Romney lo decía de esta forma: «Estoy convencido de que América es un país excepcional y único».

Probablemente, sí. Pero si el término tiene algún significado cualquiera, es el de referirse a la tolerancia nacional hacia las minorías. A diferencia de Europa, América no ha tenido guerras de religión. Y con la sorda excepción del racismo y el asentamiento de los nativos americanos en batustanes en el límite del Oeste — que no es baladí, se lo reconozco — hemos evitado las duras medidas que han hecho tan pacífica a Europa a una factura tan horrorosamente elevada. Las deportaciones multitudinarias dejarán de hacernos excepcionales.

Como el inversor de riesgo, Romney crea empleo y lo destruye. Todo es lo mismo para él. Sólo la rentabilidad importa — el fin, no los medios. Pero una clase media progresivamente contraída va a exacerbar las tensiones étnicas y raciales, y América no es ninguna excepción a las realidades desagradables de la naturaleza humana. Gingrich reconocía esto, diciendo que América nunca dará la patada a 11 millones de personas. Romney, una vez ofrecida la oportunidad de convenir, miraba para otro lado simplemente, con la vista puesta siempre en el balance final de cuentas. A corto plazo, la moderación no es rentable.

Richard Cohen
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No permitamos que el miedo nos atenace.

Gabriela Cañas escribía el pasado 6 de diciembre un artículo en el país titulado «Líderes ¿mejores los de antes?» donde analizaba los retos que afrontan los mandatarios europeos hoy: electorados más euroescépticos y una coyuntura más compleja que la que sufrieron sus alabados predecesores. Es un texto muy recomendable, pero Cañas explicaba sutilmente algo que nos ayuda a entender con distancia el proceso que vivimos:

«La primera crisis del euro se vivió mucho antes de que estuviera en los bolsillos de millones de europeos. Sucedió entre 1991 y 1993, cuando la parálisis de las economías europeas amenazó gravemente la puesta en marcha de la moneda única. También entonces los medios hablaban de abismos, de catástrofe y de la Europa insolidaria y a varias velocidades…

Y en efecto, un breve paseo por la hemeroteca nos situa frente a ese peculiar retrato. Ni somos los primeros ni los últimos que nos enfretamos a los «abismos, catástrofes…»:

17 octubre 1992 Rechazo a una Europa de dos velocidades

10 diciembre 1992 Delors: «Si la construcción europea no es posible a doce, habrá que encontrar otra solución» Advierte que la CE se juega en Edimburgo su supervivencia o declive.

29/08/1993 Solana y Kinkel esperan superar los obstáculos para construir una Europa unida

10/10/1993 España propone revisar los objetivos de convergencia

21/11/1993 Barcelona y Amsterdam piden un ‘plan Marshall’ para las ciudades europeas, ¿Por qué? «Porque las administraciones locales son las que están sufriendo más directamente la crisis económica».

Pues eso, no permitamos que el miedo nos atenace.

Jesus de la Fuente

España está a la vanguardia de la fabricación y desarrollo de este material. El grafeno es un material nuevo «de apenas un átomo de grosor», transparente, ultra duro y el mejor conductor térmico conocido. Con él, se cree que serán posibles en el futuro dispositivos que hoy parecen de ciencia ficción. Jesus de la Fuente fundador de Graphenea, una compañía puntera en el sector detalla en radiocable.com qué es el grafeno, cómo sus aplicaciones pueden revolucionar la electrónica y el éxito de esta pequeña empresa vasca que compite con EEUU.

Jesús de la Fuente explica que el grafeno es un material apenas descubierto en 2004: «es una malla de carbono de solo un atomo de grosor y es el primer material que se considera bidimensional porque practicamente no tiene grosor». Pero lo más revolucionario son sus propiedades: «es 97% transparente, 200 veces más duro que el acero y el mejor conductor térmico que conocemos hasta ahora».

La combinación de todas estas propiedades hace que se abra la puerta a posibilidades impensables en electrónica con los materiales conocidos hasta la fecha como el silicio u otros metales. De la Fuente habla de dispositivos que «ahora nos parecen de ciencia ficción como baterías que puedan almacenr 100 veces más energía que las actuales y que se carguen en segundos, electrónica más veloz, paneles solares más eficientes y nueva aplicaciones que ahora ni imaginamos».

Por todo ello, este emprendedor vasco fundó en 2009 Graphenea, una empresa pionera en la fabricación de film o láminas de grafeno con tanta pureza y calidad que «somos el único fabricante con esta tecnología en Europa y solo hay dos compañías en Estados Unidos que compiten con nosotros». Jesus de la Fuente trabajaba en una empresa relacionada con la energía cuando oyó hablar del grafeno. En 2008 detectó la necesidad de tecnología para fabricar el material. Y consiguió reunir el capital de 3 millones de euros y el personal científico necesario, con la colaboración del Centro Vasco de Nanotecnología.

Hoy son una compañía de referencia a nivel europeo y por ejemplo son suministradores de Nokia. De hecho España en general ocupa una posición muy destacada en el sector: «por un lado tenemos unos grupos de investigación científica muy punteros y muy relevantes sobre todo en el parte de fisica y que desde los inicios han sido mujy competitivos a nivel internaciponal. Y además, que yo conozca somos un total de tres compañias que fabricamos grafeno en España. Nosotros, Avanzare y Graf, aunque ellos lo hacen en un formato distinto: en polvo.»

Jesus de la Fuente resalta que en todo el mundo habrá unas 20 compañías que se dedican al grafeno en el mundo y tres de ellas están en España:

«es una cuota importante y en Europa concentramos la mayor capacidad u oferta. Creo que hemos sido ágiles y rápidos en ponernos a trabajar».

De la Fuente apunta que el grafeno aun está en fase de desarrollo y que todavía tardaremos un tiempo en ver aplicaciones comerciales. Pero asegura que ya se han logrado producir transistores que funcionan a teraercios y baterías mucho más eficientes. De hecho cree que las primeras aplicaciones que veremos será batería de ultracapacidad que permitan cargar el móvil o el coche eléctrico en segundos en vez de en horas. Y hay también desarrollos conceptuales que plantean dispositivos tan futuristas y revolucionarios como este.

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El diario aleman analiza en una crónica de su corresponsal Javier Cáceres como «España sigue la corriente» sobre los planes de reforma de la Unión Europea que podría desembocar en una Europa a doble velocidad. El Süddeutsche Zeitung también destaca que Mariano Rajoy sigue «atrincherado» en su despacho y negándose a responder a cualquier tipo de pregunta.

Rajoy con Merkel y Sarkozy
(Foto: Flickr/Mariano Rajoy)

El Süddeutsche Zeitung recoge: «El traspaso de poder en España se resiste a prosperar. Esto se debe, no en último término, a que Mariano Rajoy se ha atrincherado en su despacho en la séptima planta de la sede central de su partido desde que ganó con mayoría absoluta las elecciones generales anticipadas del 20 de noviembre. Sigue pendiente una conferencia de prensa (sería la tercera del año en curso).»

«En un evento de partido celebrado el pasado fin de semana en Galicia, región de la que es oriundo, Rajoy se negó a responder cualquier tipo de pregunta. Pero el martes ya no pudo esquivar los micrófonos. Durante las horas de celebración con motivo de la aprobación de la Constitución de 1978, es tradición que los políticos españoles pronuncien unas palabras. Así pues, Rajoy aprovechó la ocasión para mandar sus mejores saludos a la canciller federal Angela Merkel y al presidente francés Nicolas Sarkozy» explican.

El diario aleman destaca que «las reformas de los Tratados de la UE, sugeridas el lunes por Alemania y Francia, corresponderían completamente con la voluntad de España; y él, Rajoy, espera que se apliquen cuanto antes. Porque eso significa ??credibilidad?. Con ello ha desaparecido también el último acento limitador del discurso que ha mantenido hasta ahora el Partido Popular. Hace tan solo unos días, el PP aún decía que en principio estaba en contra de una Europa de dos (o tres) velocidades, antes de subrayar con entusiasmo que ??si se da el caso? el partido está dispuesto a seguir el ritmo más rápido ??es decir: el ritmo germano-francés.»

La tertulia de corresponsales extranjeros del canal 24h de TVE contó con Fiona Maharg-Bravo, columnista de Reuters, Santiago Pérez, corresponsal del Wall Street Journal y François Musseau del diario francés Liberation.

Los temas sobre los que debaten los corresponsales extranjeros son los últimos datos del paro en España y EEUU y en general la situación del mercado laboral. También comentan los ajustes y recortes aprobados en Castilla La Mancha por el gobierno de Dolores de Cospedal.

La tertulia del pasado 2 de diciembre
[Ver video a partir del min 15:00]

[Mas: visite nuestra sección Corresponsales extranjeros en España]

El prestigioso diario estadounidense recoge la posibilidad de que Mariano Rajoy trate de acelerar el saneamiento del sector financiero español con medidas agresivas como la creación un «banco malo». El Wall Street Journal explica que una actuación así podría costar hasta 100.000 millones de euros y «romper las finanzas del país». Aunque también aseguran que el riesgo de no actuar podría ser mayor.

Mariano Rajoy
(Foto: Flickr/Partido Popular)

El Wall Street Journal asegura: «el primer ministro entrante español, en un intento de sanear el sector bancario del país en crisis, está considerando planes de limpieza que podrían empequeñecer el coste de los esfuerzos anteriores, incluyendo la creación de un «banco malo» financiado por el Estado para adquirir activos tóxicos o un movimiento para obligar a los bancos a incrementar drasticamente sus reservas para préstamos incobrables, segun han revelado personas cercanas.»

«El primer ministro electo, Mariano Rajoy ha dicho que quiere acelerar el proceso de hacer frente a 176.000 millones de euros por la alteración de activos inmobiliarios de la burbuja en España… Los activos tóxicos están interrumpiendo el flujo de crédito y haciendo que los inversores internacionales desconfien de la cuarta mayor economía de la zona euro» recogen.

El diario apunta eso si que «una respuesta más agresiva no será barata. Los analistas estiman que una solución rápida, como la creación del banco malo u obligar a los bancos a aumentar drásticamente sus reservas para préstamos incobrables asi como el suministro de capital del gobierno para apoyarlos, podría costar al estado español hasta 100.000 millones de euros. Esa suma hace temer que el esfuerzo podría romper las finanzas del gobierno, como sucedió con el gobierno irlandés cuando recapitalizó sus bancos y explotó su déficit al 32% del PIB en 2010.»

«Sin embargo, un creciente coro de economistas y responsables políticos creen que los riesgos de no actuar con decisión ahora son aún mayores. Una nueva recesión podría aumentar el stress sobre los bancos y las preocupaciones de los inversores sobre los problemas de deuda en la zona euro amenazan con hundir la moneda común» aseguran.

«Los esfuerzos previos de limpieza del gobierno saliente del primer ministro socialista José Luis Rodríguez Zapatero se quedaron cortos, en gran parte debido a que fueron diseñados para repartir el costo en el tiempo y evitar un gran golpe de una sola vez a las finanzas del gobierno.»

El texto además subraya: «no se espera que el señor Rajoy revele públicamente sus planes para hacer frente a la caída del boom de la vivienda antes de tomar posesión de su cargo en torno de 19 de diciembre. Sin embargo, algunas personas cercanas a la situación dicen que la manera más rápida para hacer frente al problema sería la creación de un banco malo que compre los activos deteriorados de los prestamistas a precios reducidos. Esto obligaría a las instituciones a reconocer pérdidas. También es probable que suponga un perjuicio para sus ratios de solvencia y requieran más fondos para reforzar sus bases de capital.»

Pilar Urbano participó ayer en el programa de Toni Garrido, Asuntos Propios, en RNE. Durante la entrevista se produjo un momento que ha pasado desapercibido y que tiene una gran importancia. Urbano afirmó que Urdangarín ya tiene abogado: el juez Prego.

 «El señor que quiso empapelar a Garzón, que es Adolfo Prego, ahora exmagistrado del Tribunal Supremo, ha pedido la excedencia y ahora me parece que va a ser el abogado defensor del Señor Urdangarín, es decir que este país es, no para que se decepcione el Rey, sino para que nos volvamos locos todos de no entender el parchis (…) Me parece que ha aceptado….Sé que lo ha aceptado, vamos,  salvo que lo haya soltado hace un cuarto de hora, había aceptado la defensa, la posible defensa…  (min 16:30)» [escuchar aquí]

Cabe recordar que, en efecto, el juez Adolfo Prego, es el Magistrado que admitió la querella contra Garzón. Y en efecto, hoy ya no trabaja en el Tribunal Supremo, se incorporó al despacho de abogados Ramón Hermosilla y Gutierrez en el mes de octubre. Dejó el Supremo  tras pedir una excedencia voluntaria. Que Prego se ha incorporado a ese despacho de abogados me lo han confirmado allí telefónicamente, pero sobre los «casos que lleva el despacho o sus profesionales», no han querido pronunciarse.

Si se confirma, la noticia traerá polémica porque Prego no es un magistrado que pase desapercibido a la prensa. Por ejemplo: dos noticias publicadas sobre él, en el periódico Público:

La primera: (6/8/2009) El juez Prego carga contra la Ley de Memoria Histórica El magistrado del Tribunal Supremo (TS), Adolfo Prego de Oliver y Tolivar, ponente del auto que admitió a tramite la querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias contra el juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo, ha arremetido hoy contra la Ley de Memoria Histórica. Y es que, a su juicio, no se puede hacer historia a «golpe de ley» ya que es un «producto de estudio» de archivos y de historiadores. En el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid…

La segunda: (21/6/2009) El juez Prego alabó el «alzamiento» de Franco en público. El magistrado que admitió la querella contra Garzón justificó el golpe de Estado del 36. Juez y parte. El magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego de Olíver, ponente del auto que admitió a tramite la querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias contra el juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo, ha intervenido en los últimos años en, al menos, dos actos públicos en los que justificó el golpe militar de 1936.

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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No, esta mañana no es un nuevo día como dijo Reagan. No, los Republicanos del supercomité legislativo no ofrecieron concesiones significativas elevando la recaudación fiscal. Y no, «ambas partes» no son igualmente responsables del fracaso a la hora de llegar a un compromiso.

Como es normal, las dos formaciones empezaron con ideas enormemente distintas de lo que significa negociar. Los Demócratas imaginaban encontrarse en algún punto del término medio, mientras los Republicanos anticipaban no moverse un milímetro. Esto no es solamente mi versión de los hechos, es cuestión de hemeroteca: antes de que los 12 integrantes del supercomité se hubieran reunido, el presidente de la Cámara John Boehner advertía que mejor no acceder a ningún impuesto nuevo.

Piense en esto un minuto. La idea entera del ejercicio del supercomité consistía en empezar a bajar la disparatada deuda nacional, por encima de los 15 billones de dólares hoy. Cerrar un agujero de este tamaño con recortes del gasto público sólo es posible en el universo paralelo habitado por los ideólogos del Partido Republicano, un lugar donde las matemáticas no tienen validez.

Aquí en el mundo real — donde los tributos son los más bajos como porcentaje del producto interior bruto desde 1950 — es ridículo pensar en solucionar el problema de la deuda a largo plazo sin sustanciales fuentes de recaudación nuevas. Pero la postura adoptada por los congresistas Republicanos es que los tipos impositivos sólo bajan, nunca pueden subir. Para respetar este principio absolutista han llegado a amenazar con declarar en concurso las arcas públicas.

Ahí es básicamente donde se quedaron las conversaciones del subcomité — los Demócratas dispuestos a dar y tomar, los Republicanos dispuestos a recibir exclusivamente — hasta última hora, cuando el Senador Republicano de Pennsylvania Patrick Toomey presentó a sus colegas en la instancia una propuesta de reforma tributaria que algunos elogian como progreso. No fue, en realidad, nada parecido.

El plan de Toomey rebaja en la práctica los tipos fiscales, incluidas las rentas altas, con la promesa de volverlos a subir si es lo que hace falta para elevar la recaudación pública 250.000 millones de dólares a la próxima década.

Venga ya.

Mientras que 250.000 millones suena a barbaridad, es mucho menos impresionante cuando se compara con el objetivo general del supercomité de rebajar la deuda 1,2 billones. Esto seguiría traduciéndose en cuatro dólares de recortes del gasto público por cada dólar de recaudación nueva.

Y la cifra de Toomey es calderilla cuando se examina la deuda total de 15 billones de dólares — o incluso los 4 billones en reducción de la deuda que la mayoría de los analistas están seguros marcarían realmente la diferencia. Con tan escasa recaudación nueva, tendríamos que realizar recortes draconianos en el programa Medicare de la tercera edad, el programa Medicaid de los pobres y la seguridad social que alterarían de forma radical el contrato social en este país.

La propuesta de Toomey en materia tributaria sólo es progreso si calificamos mediante curva — dando a los Republicanos un punto extra por moverse, simplemente por haber sido tan inflexibles manteniéndose firmes. Los Demócratas, en tanto, son acusados de ser intransigentes por poner límites tras moverse muchísimos kilómetros.

Es útil recordar que no todos los Republicanos son tan tercos. Muchos se dan cuenta de que un enfoque equilibrado entre recortes del gasto público y subidas tributarias hará falta para abordar el problema de la deuda — y que estos ajustes no deberían de hacerse de forma demasiado súbita teniendo en cuenta la fragilidad de la recuperación económica. Pero cualquiera que mencione estas verdades en público es tildado de hereje en círculos Republicanos, donde las bajadas de los impuestos no son cuestión legislativa sino de confesión.

El acuerdo que dio lugar al supercomité especifica que si los integrantes no alcanzan un acuerdo, se llevan a cabo recortes presupuestarios por valor de 1,2 billones a principios del ejercicio 2013. ¿Es esto mejor en serio, desde el punto de vista progresista, que alguna especie de «compromiso» escorado que incorpore la recaudación de Toomey reduciendo los dólares de recortes del gasto público que hacen falta para alcanzar el objetivo de los 1,2 billones?

Sí, no tener acuerdo es casi seguro mejor que tener un acuerdo malo. Los recortes automáticos serán dolorosos, pero no tocan el gasto social — y de esa forma no evitan el debate serio que nos hace falta tener en torno a garantizar que los programas Medicare, Medicaid y la seguridad social son sostenibles.

En su lugar, el Pentágono se lleva la peor parte de los recortes de Damocles. Ahora mismo, los Republicanos empiezan a decir a gritos que tenemos que encontrar alguna forma de evitar perjudicar a nuestra seguridad nacional. La solución está clara: si queremos un ejército que traslade la influencia estadounidense en todo el mundo, tenemos que pagarlo.

A lo mejor los Republicanos reconocen que la grandeza estadounidense no es gratis. ?se es el progreso que nos hace falta.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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