Hoy se ha producido una gran alarma en los informativos de televisión por un informe que denuncia el «bajo nivel» educativo de los escolares españoles.

Lo de que la nueva generación es más bruta, insolente e incontrolada que la anterior es un tema recurrente en los conflictos intergeneracionales. Sócrates lo denunciaba, 400 años antes de Cristo, con una elocuente sentencia: «Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan el respeto a sus maestros». 

Vivimos, sin embargo, una era de grandes transformaciones. La acumulación de  conocimientos deja paso al acceso a los mismos. Hoy cualquier chaval tiene más posibilidades de realizar un correcto diagnóstico médico que cualquier doctor de hace 125 años. Es más, dicen los neofilósofos «yo no quiero ser el mejor médico del mundo, sino tener acceso a los mejores médicos del planeta».  La era de los conocimientos se ha transformado para siempre. Enterremos la «acumulación», demos la bienvenida al «acceso».

Digo esto, en sintonía con personas más inteligentes como Vicente Verdú, para que aparquemos este alarmismo tan conservador. La educación cambia. Pero voy a aportar, además otras conclusiones del mismo informe PISA, tan mencionado hoy, pero que no han recogido los medios. El informe también dice:

1) Que los alumnos españoles tienen un rendimiento en ciencias (488 puntos) similar al de la media de la OCDE, prácticamente igual que el de EE.UU (puntos) y muy por encima de la media internacional (460 puntos).

2) Que el rendimiento de los alumnos españoles en matemáticas (480) es aceptable, en el rango de la media de la OCDE (484).

3) Que en la comprensión lectora nuestros alumnos alcanzan una puntuación 461, 15 puntos por encima de la media internacional pero 24 puntos por debajo de la media total de la OCDE, que es de 484.

4) Que el sistema educativo español goza de bastante buena salud, teniendo cuenta el freno que supone el histórico retraso social, económico y cultural del país, en relación con el resto de países ricos de la OCDE
En España la enseñanza obligatoria hasta los 16 años se implantó en los
años 90.

En un 36% de los hogares españoles los estudios más altos de los padres no pasan de ser los secundarios obligatorios. Ese dato en la OCDE es del 15%.

Así que ni la cosa está tan mal ni tiene gran importancia, habida cuenta del mundo que les toca vivir.

Vemos en el blog de César Calderón las caras de quienes insultaron ayer a los miembros del PSOE y se ensañaron con Zerolo. Decía César el día anterior:

«..entre 50 y 300 personas, trufado de lo más granado de la ultraderecha española, conspiranóicos y jubiláutas con mucho tiempo libre, que van de entierro en entierro, y de un acto público en contra del terrorismo en otro y se dedican, no a llorar por el asesinado y presentar sus respetos a la familia, sino que aprovechando que en estos actos hay prensa, insultan al gobierno, dan vivas a España y al presidente de la AVT. Importándoles un carajo el luto y el dolor de los familiares..»

Es interesante conocer esas caras. Son el rostro de la intolerancia, la cara de un sociedad débil. Pero no nos engañemos: son los autores materiales, ¿donde están los intelectuales?

Público desvela en «El PP vuelve a las andadas«, algunas de las consignas que el PP está dando a sus políticos, tanto a nivel nacional como regional: 

«En su último argumentario, el PP hace un repaso al estado actual de ETA. Con Aznar, dicen, «se encontraba más debilitada que nunca». Ahora, «está crecida» porque «el mandato de Zapataro ha resultado muy perjudicial para la lucha contra el terrorismo».  No es el único ataque. En este «papel», que una fuente oficial del PP atribuye a una dirección regional, se puede leer que «la arrogancia de Zapatero le impide reconocer que se equivocó, pero los españoles se preguntan: ¿Cuántas víctimas son necesarias para que Zapatero rectifique y vuelva con el PP al Pacto Antiterrorista?»…

Es un argumentario que les permitirá salir airosos de las preguntas de los periodistas, -creen. Sin embargo su pregunta-argumento tiene una respuesta boomerang:

¿cuantas víctimas son necesarias para que Rajoy haga examen de conciencia sobre su comportamiento durante la legislatura?

Miguel Ángel Rodríguez , que no es un simple tertuliano sino todo un exportavoz del gobierno del PP, comparó ayer en 59 Segundos la investigación con células madre con el nazismo. La desmesura del PP no tiene límites.

La anestesia o la penicilina fueron objeto en el pasado de las protestas de los sectores más reaccionarios. Hoy, naturalmente, no hay ser humano sensato que se permita cuestionar esos avances médicos.

Mezclar el debate con el asunto del aborto, como trató de hacer ayer, es también muy demagógico porque la investigación está amparada por un heterogéneo y académico Comité de �?tica. No se trata de cuatro amiguetes a los que les ha parecido bien jugar al Quimicefa. De sus resultados puede depender la vida de los hijos, primos y amigos del propio Miguel Ángel Rodríguez.

Pero de acuerdo. No se le puede exigir sensatez personal al exportavoz del gobierno. Sí puede exigírsele, por el contrario, sensatez de cara a la sociedad. Comparar esta investigación, tan elogiada en todo el mundo, con el nazismo -aunque sea de una forma tangencial- es además de un disparate un asunto bochornoso e insultante para todas las víctimas del holocausto. 

Quizá algún día, -esperemos que no sea así-, Miguel Ángel Rodríguez se vea obligado a beneficiarse de estos avances. Veremos si firma o nó la autorización.

Ayer, durante la presentación del libro de Víctor Manuel, volvió a la mesa una recurrente pregunta que le persigue, ¿Cómo alguien como tú escribió una canción alabando a Franco?. La preguta resurge -contó él- cada cierto tiempo, especialmente si las elecciones están cerca. 

Víctor Manuel explicó de nuevo: Siendo críos, como era el caso, «mucha gente de este país no sabíamos en que país vivíamos». Y no pudo ser hasta tiempo después, cuando empezó uno a darse cuenta de ciertas cosas. Es decir que le habían dicho que era militar, no carnicero.

Lo de la canción es un dato anecdótico, y poco relevante, en mi opinión. La desinformación nunca puede considerarse un viaje ideológico y, desde luego, sobran los casos de travesías ideológicas entre quienes le acusan. No era Víctor Manuel, en todo caso, sospechoso  de antidemócrata.

Porque aunque hubiera sido así, yo, personalmente, prefiero  a todos aquellos que hicieron la navegación en esta dirección, y no en la contraria. Y no veas si hay de esos entre quienes le acusan.