El video se llama «Lavar, enjuagar y centrifigar» y retrata de forma minimalista y brillante los devastadores efectos que la crisis y el paro provocan en un español usando una lavadora como metáfora. La BBC lo ha elegido como ganador de un concurso que pretendía dar una imagen de cómo es la vida en distintas partes del planeta. El autor del corto se llama Federico Teixeira de Sampayo y se ha impuesto a más de 500 de mini-documentales más.

«Nadie ve el mundo igual que tú. La BBC quiere verlo desde tu perspectiva y crear una imagen única de nuestras vidas en todo el planeta. Queremos que utilices cualquier cámara a su disposición ??la del teléfono celular, una portátil, la de un amigo o amiga, etc.- y hagas un documental de dos minutos con el tema «Mi Mundo» para participar en la competencia MyWorld.» Estas eran las bases del concurso de la BBC que se anunció en el Festival de Sundance y el objetivo era conseguir un «mosaico de la humanidad«.

El corto de Federico Teixeira resume en dos minutos los sentimientos de la mayoría de los cuatro millones y medio de parados que hay actualmente en España a la vez que critica a los políticos. Y lo hace además consiguiendo aportar un valor estético notable. El jurado que le ha dado el primer premio considera que ha sido capaz de crear «una metáfora visual combinada con un relato poético. Ese estilo proporciona un telón de fondo apropiado para una historia poderosa y universal que muestra cómo escapar de los momentos más difíciles en la vida.»

Como finalistas de Myworld quedaron cortos de Venezuela, Perú y Chile. Y la presidenta del jurado del premio cree que «el motor de todas estas historias son sueños abandonados y el ser humano universal luchando por algo mejor.» (Fuente: Meneame)

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[22-3-2010] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Obama ya no es el que creyó que no debía haber una sociedad republicana y otra demócrata, una rica y una pobre, una blanca y una negra, sino sólo una sociedad americana.

Ya no es el que creía que con el voto de los ciudadanos le correspondía tener todo el poder. No. Ahora ya sabe que el poder democrático es sólo una parte del poder real, y que hay un modelo de América que no acepta ser modificado.

Superada la desilusión que padeció y la que provocó se ha puesto el cuchillo entre los dientes y ha sacado adelante la reforma sanitaria. Parcial pero, así y todo, histórica. Los republicanos le habían declarado la guerra, los grandes consorcios aseguradores también. Y Obama ha ganado. Le aguardan batallas durísimas pero el presidente, ahora, ha tirado la ingenuidad a la basura.

En Francia, Sarkozy también intento ser mas que un líder de partido. Reclutó a sus ministros incluso en las filas adversarias. Fue otro modelo de ingenuidad, una especie de sobre astucia, pero tampoco le ha funcionado. Y soplan a su alrededor vientos de fronda. Villepin, su gran enemigo, va a crear un partido.

Moraleja: gobernar es elegir. El amor universal no existe. La democracia es un sistema tan cruel que, quien gana las elecciones, ya sabe que desde el primer día tiene a millones de personas en su contra».

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Mitch McConnell tiene razón. El líder Republicano del Senado, un hombre cuya visión consiste en negar a los demás la suya, decía al New York Times que la propuesta sanitaria del Presidente Obama forma parte de un intento de «convertirnos en un país de Europa Occidental», lo cual, si Dios quiere, es lo que va a suceder. A mi, por mi parte, no me importaría parecerme un poco a Alemania, donde hay algo así como 200 planes privados de seguro sanitario y en donde todos están cubiertos y nadie se arruina a causa de una salud delicada. Es estupendo estar sano en América, pero para muchos estadounidenses caer enfermo es mejor hacerlo en otro lado.

Francia o Suiza también me valdrían, pero sobre todo me gustaría Japón, que integraré en Europa Occidental en interés del argumento y en donde la atención médica es tan buena (o mejor) que aquí, y mucho menos cara. Lo que todos estos países tienen en común es el reconocimiento de que la salud es, como la comida o la educación, un derecho universal. Estados Unidos, para evidente disgusto de McConnell, está avanzando en este sentido.

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No subestime la importancia de la votación del domingo en la Cámara. Es trascendental y no va a ser derogada por los resultados de las elecciones de noviembre. Contra la esperanza y la insistencia del Partido Republicano, América no suspendió la seguridad social (que se remonta a la administración de Eisenhower nada menos, siendo el ferviente deseo del ala derecha del partido) ni Medicaid. El valor de estos programas se hizo patente y por tanto políticamente sagrado. Cuando los estadounidenses entiendan que las aseguradoras ya no pueden negarles la cobertura porque, como suele pasar, la necesiten con urgencia, cuando descubran que sus hijos pueden seguir asegurados hasta los 26 años y que pueden permitirse por primera vez pagar un seguro, esta ley se volverá intocable. El interés propio prevalece sobre ideologías.

Esta batalla nunca fue del todo por la sanidad. La indignación de la oposición – no hay un solo voto Republicano – es tan significativa históricamente como la aprobación de la propia legislación. Hay algo cociéndose en este país, algo representado en la elección de Barack Obama – el cambio mismo que prometió o con el que amenazó, lo que más le guste – y la hiper-exageración de la amenaza ideológica que representa. Caricaturizado como un socialista, un radical, un progre de la extrema izquierda y hasta como un inmigrante, en realidad es la encarnación misma de la moderación del centro-izquierda, prudente hasta la exageración.

Lo mismo ocurre con el paquete de la sanidad. Sea lo que sea, socialismo no es. A pesar de todas las maldiciones del sistema estadounidense de libre empresa, las aseguradoras siguen siendo privadas. El gobierno no hace lo que hacen los gobiernos de todo el mundo — proporcionar seguro o prestar la propia atención. ¿Prevé la legislación un papel público? Sí. Pero hay un papel del gobierno en casi todo – ¿o no han notado la etiqueta de su almohada?

La razón de que esta lucha llevara tanto tiempo es que la guerra ideológica está dividida equitativamente. No es que el sistema político esté averiado. Por el contrario, no está diseñado para funcionar sin consenso. Hizo aquello para lo que está diseñado — permaneció en su sitio y aguardó hasta que el domingo se desplazó un poco. Considere el tiempo que ha llevado. Harry Truman quería este proyecto de ley.

La ira proviene del miedo. Lo que antes era una nación protestante blanca está cambiando de tono y de religión. No es casualidad que se lanzaran insultos raciales a los legisladores negros el sábado en Washington y que un tipo de veneno llegara a verterse exclamado desde el estrado del Congreso: «¡Miente! «¡Asesino de bebés!» Los manifestantes protestaban contra la legislación sanitaria. Pero temían estar perdiendo el país.

Desde los tiempos del New Deal, el Partido Republicano ha sido el Partido del Pasado. Dijo no al New Deal. Dijo no a la Seguridad Social. Importantes líderes – Barry Goldwater, por ejemplo – dijeron no a los derechos civiles igual que ahora dicen no a los derechos de los homosexuales. El partido interpreta el papel de chinche, el aguafiestas que avisa de tal o cual grave consecuencia — no siempre equivocado – y a continuación es adelantado por el progreso. El Partido Republicano se recompone y reanuda su lucha contra la próxima innovación. Por lo general gana algunas batallas; por lo general, pierde la guerra.

McConnell tenía algo de razón. Europa va por delante de nosotros en compasión por los enfermos. Sus sistemas, sin embargo, distan de ser perfectos y la deuda pública es permanente motivo de preocupación. Sin embargo, ahora sabemos por qué camino vamos. Las guerras ideológicas continuarán, pero el resultado, Mitch, ya no es motivo de duda.

Richard Cohen
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E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. «Este es el aspecto del cambio», dijo el Presidente Obama tras triunfar donde Bill Clinton, Lyndon Johnson y Harry Truman fracasaron. El domingo, a medida que la reforma integral de la sanidad se hacía realidad, algunas personas no podían soportar lo que veían.

Por la tarde, una concentración de detractores de la política fiscal se había congregado en los exteriores del Capitolio y empezado a corear su familiar, «Kill the Bill!» Allí estaban los carteles habituales de socialismo, tiranía y la amenaza percibida para todo lo bueno y verdadero. El movimiento afirma tener seguidores afroamericanos e hispanos; puede que sí, pero yo no los vi por ninguna parte.

Un reducido grupo más diverso se había reunido en las inmediaciones para manifestarse en apoyo a la legislación sanitaria. Los organizadores dijeron haber preparado la concentración de manera improvisada para demostrar que los detractores no son los únicos estadounidenses en tener opiniones firmes en la materia.

El sábado, el epíteto vil llamado eufemísticamente «la palabra que empieza por ene» había sido lanzado al Representante John Lewis, D-Ga., uno de los grandes héroes del movimiento de los derechos civiles, mientras pasaba junto a la multitud de manifestantes contrarios a la política fiscal. Al Representante Emanuel Cleaver, D-Mo., que también es negro, le escupieron. El congresista Barney Frank, Demócrata de Massachussets, que es homosexual, fue insultado con el epíteto que creo debería llamarse «la palabra que empieza por efe».

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La mayoría de los detractores Republicanos de la reforma sanitaria tuvieron la decencia – y la cordura política – de condenar los ataques racistas y homófobos. Increíblemente, algunos no lo hicieron.

El Representante de California Devin Nunes declaraba en C-SPAN: «Sí, bueno, yo creo que cuando se utilizan tácticas totalitarias, la gente, ya sabe, se pone nerviosa. Creo que, ya sabe de, hay gente que tiene todo el derecho a decir lo que quiera. Si quieren insultar a alguien, pueden hacerlo». Y el Representante de Iowa Steve King despreciaba como si tal cosa el incidente: «No creo que sea nada… Hay un montón de lugares en este país en los que yo no puedo ir por la calle. No llegaría vivo al otro extremo de la misma».

Si el intento de intimidación surtió algún efecto fue al parecer el de reforzar la resolución de los Demócratas. El domingo, después de escuchar un llamamiento de Lewis, la dirección Demócrata recorrió el mismo camino congregada mientras los manifestantes abucheaban y se burlaban. La presidenta de la Cámara Nancy Pelosi, que caminaba junto a Lewis, llevaba el martillo de gran tamaño que se había utilizado décadas atrás para conmemorar la aprobación final del proyecto de ley que creó Medicare. Siguiendo literalmente el consejo de Theodore Roosevelt, el primer presidente en pedir atención sanitaria universal, habló en voz baja y llevó un garrote contundente.

Cuando la Cámara inició su último debate, ya reinaba la impresión de que se estaba a punto de hacer historia. En uno de sus muchos viajes entre el pleno de la Cámara y la presidencia, la Representante Debbie Wasserman Schultz, D-Fla. – superviviente del cáncer – dijo que la lucha por la reforma sanitaria era uno de los motivos de que se presentara al Congreso. «Va a ser difícil olvidar este día», dijo.

Cuando pedí al Representante Bobby Scott, Demócrata de Virginia, que pusiera en perspectiva la votación, sonrió y dijo: «Dentro de unos años, todos vamos a mirar atrás y decir que éste fue uno de los días en que nos lucimos».

A cada hora que pasaba, los ánimos de la zona Republicana del hemiciclo — estimulados la mayor parte del tiempo por el griterío de los manifestantes fiscales congregados fuera — parecían desinflarse.

En la Casa Blanca hubo euforia después de la votación final. La tan criticada estrategia de Obama de sacar adelante la sanidad a pesar de la crisis económica se vio recompensada con una victoria histórica. Su táctica de dejar que el Congreso diera forma a la legislación había sido reivindicada. Su promesa de cambio había recibido nueva confirmación.

Incluso con las «soluciones» que ahora tienen que ser aprobadas por el Senado, la ley sanitaria es una especie de ensalada. Pero es una ensalada gloriosa, ya que consagra el principio de que todos los estadounidenses tienen derecho a la salud — una avance extraordinario que hará de éste un país mejor.

Puede llevar años rematar los detalles. Las reformas de implantación novedosa van a necesitar ser reformadas o por lo menos afinadas, y las batallas no serán fáciles. Pero los movimientos sociales que permitieron a Obama alcanzar la presidencia y a Pelosi ser presidente de la Cámara demostraron que el arco de la historia se templa por la Justicia y la inclusión.

El cambio necesario no debe ser frustrado, incluso si algunas personas lo encuentran difícil de aceptar. La sentencia de Obama estaba en lo cierto: «No temimos al futuro. Lo modelamos».

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Periodismohumano.com es un nuevo medio de comunicación con enfoque de derechos humanos y sin ánimo de lucro. Lo dirige Javier Bauluz que explica para radiocable.com que pretenden «recuperar el periodismo como servicio público al servicio de los ciudadanos y lo humanos y no de los poderes variados y del dinero» como considera que sucede ahora con la mayoría de los medios. No tiene ánimo de lucro pero sí necesita apoyos económicos y para ello han ideado un sistema por el que aquellos que crean que el periodismo es un bien público necesario se asocien igual que lo harían con Greenpeace o Medicos Sin Fronteras.

Javier Bauluz
(Foto: Flickr/Antonio Rull)

Javier Bauluz, Premio Pulitzer 1995 y Premio Periodismo y Derechos Humanos 2008, considera que ahora los periodistas pueden «recuperar el control de su oficio» y escribir sobre historias de gente que «interesan a mucha gente, más allá de lo que le sucede al Banco Santander». Hoy se puede «producir y transmitir periodismo de alta calidad con una infraestructura muy básica». Por eso defiende que un proyecto como Periodismohumano.com es posible y asegura que sólo necesitan

Este martes 23 de marzo a partir de las 11, la presentación oficial de periodismohumano.com se retransmitirá por vídeo, en directo por Internet en la web y se podrá participar con preguntas y sugerencias.

Logo de Periodismo humano
(Foto: Flickr/Eifonso Lagares)

Hay un equipo de redacción profesional y además corresponsales, colaboradores y analistas en diferentes partes del mundo. Nacen sin ánimo de lucro, pero conscientes de la realidad, asi que para asegurar la estabilidad económica del medio proponen un nuevo «ecosistema»: que los ciudadanos, organizaciones e instituciones públicas y privadas asuman la necesidad y utilidad pública del periodismo que proponen y lo financien, haciendose socio o mediante una donación económica.

«Sin complejos, con humildad, con muchas ganas de hacerlo funcionar. Te pedimos dinero para poder hacer el periodismo que tanta gente reclama.» Además piden a sus lectores que sean re-distribuidores de la información y la muevan en la redes sociales, blogs, amigos.

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Amnistía Internacional denuncia en un informe que una serie de lagunas legales permiten que empresas de la Unión Europea, incluídas dos españolas, exportan lo que consideran «instrumentos de tortura». El informe, «De las palabras a los hechos» en colaboración con Omega Research Foundation menciona en concreto a la empresa española NIDEC y a otra con base en España, Grupo TDS, como responsables de poner a la venta y promocionar esposas paralizantes de 50.000 voltios fabricadas en EEUU por Myers Enterprises.

 

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En total la ONG calcula que unas 150 empresas europeas comercian con dispositivos de tortura considerados ilegales dentro de la Unión Europea. Se trata de esposas con sujeción a la pared, ??esposas para pulgares? metálicas, ??mangas? y ??esposas? de electrochoque que administran descargas de 50.000 voltios, bastones policiales eléctricos…  Y eso a pesar de los controles que se establecieron en la UE en 2006 para evitar el comercio con estos instrumentos.

Con respecto a España el informe dice «proveedores de material destinado a hacer cumplir la ley de Italia y España han publicitado la venta de esposas o mangas de electrochoque de 50.000 voltios para su uso con personas detenidas. Una laguna legal permite su comercio a pesar de ser, en esencia, semejantes a los cinturones paralizantes eléctricos cuya importación y exportación se prohíbe en todo el territorio de la Unión Europea».

La empresa española NIDEC es, al igual que la mayoría de las que cita la ONG, una distribuidora legal de productos para fuerzas policiales y de seguridad, pero entre su oferta hay dispositivos para el maltrato humano, según AI, en concreto las esposas paralizantes Stun-cuff de Myers Enterprises. Un video de Youtube muestra las descargas que recibieron varios policías que las probaron voluntariamente.

 

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NIDEC tiene página web, perfil en Facebook (con más de 230 fans) y Twitter e incluso canal en Youtube. Venden buena parte de su catálogo a través de la red, aunque en su tienda electrónica no publicitan los grilletes que critica Amnistía Internacional. En ninguno de sus espacios multimedia han comentado tampoco las acusaciones.

La otra empresa española mencionada en el informe es el Grupo TDS, que tiene base en España. Se les considera responsables de promocionar las esposas de Myers Enterprises. También se hace referencia a Larrañaga y Elorza, empresa española que fabrica esposas de gran tamaño que incluyen el ??modelo 5050′, bajo el nombre comercial «Alcyon». La compañía asegura que ya no fabrica material de retención para la pierna completa. Sin embargo, segun Amnistia al menos, dos empresas de otros países continúan ofreciendo restricciones para piernas y cadenas para la cintura que incorporan «esposas Alcyon».

Además de España, Amnistía menciona entre los países que «han hecho la vista gorda» en mayor o menor medida a Alemania, la Republica Checa, Italia, Francia, Hungría, Belgica, Finlandia, Chipre y Malta.

Esposas para piernas y pulgares

«Además, sólo siete Estados han cumplido sus obligaciones legales en cuanto a informar públicamente de sus exportaciones en virtud del Reglamento.Tememos que algunos Estados no se estén tomando en serio sus obligaciones legales? ha afirmado Brian Wood, director del equipo de trabajo sobre Transferencias Militares, de Seguridad y Policiales de Amnistía Internacional.

El Ministerio de Industria y Turismo acaba de hacer pública la encuesta Movimientos Turísticos en Frontera correspondiente a los dos primeros meses del año en la que se aprecia una caída del 1,2% en el número de visitantes con respecto al mismo periodo en 2009. Aún así, 5,3 millones de turistas viajaron a España y tres comunidades, Canarias, Andalucía y Valencia registraron un aumento con respecto a febrero de 2009.

Dos turistas en la playa

El descenso ha sido especialmente acusado en el mes de febrero. Los 2,7 millones de turistas supusieron un 3,8% menos que 2009. La nota del Ministerio achaca este mal dato a las «adversas condiciones meteorológicas que se produjeron durante febrero, tanto en España como en el resto de países emisores. No en vano, el mes de febrero de 2010 ha sido el más lluvioso de los últimos 30 años en España, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Esto ha provocado numerosas cancelaciones de vuelos, cortes en las carreteras de acceso a España y anulaciones de reservas.»

En cuanto a los mercados emisores, el Reino Unido aparece como el primero con más de 600.000 turistas británicos que viajaron a España. En segundo lugar figura Alemania y tercera Francia. En todos los casos se registra un descenso de visitantes, aunque según el Ministerio mucho más moderado que en meses anteriores. Entre los datos positivos, destacan la afluencia de británicos a las Islas Canarias (un 4,4% más) y la de turistas italianos en general alcanzando los 167.000, que suponene un 7,7% más que hace un año.

En cuanto al tipo de alojamiento, la encuesta refleja que el «no hotelero» registró un incremento del 4,4%, destacana la opción de «vivienda alquilada», en el mes de febrero de 2010 sedujo a un 20,2% más de turistas que en 2009. Por el contrario, el alojamiento hotelero registró una evolución inversa disminuyendo un 7,5%.

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Doce mandatarios de países iberoamericanos entre los que están Hugo Chavez, Alvaro Uribe, Evo Morales, Lula Da Silva y Cristina Kirchner, naufragan en un isla desierta y tienen que aprender a sobrevivir… es el argumento de «Isla presidencial», una nueva serie de animación que ya está triunfando en Internet. Sus autores son El Chigüire bipolar y han mezclado el argumento de la serie «Perdidos» con la política de Latinoamerica.

El primer capitulo ya está en la red y en Youtube.

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«Sale de la cárcel después de 15 años, un ex-jefe de policía español, condenado por malversar millones», titula Daniel Woolls -de AP- en los Ángeles Times. El artículo recoge el periplo carcelario de Luis Roldán, habla de la Guardia Civil como «una fuerza paramilitar» y del periodo de la transición durante el cual surgió «corrupción y codicial de la élite política y financiera»:

Un antiguo jefe de la policía española, culpable de malversar el equivalente a 10 millones de euros se convirtió en hombre libre elviernes después de cumplir 15 años de prisión. Ahora se enfrenta -y elude- la pregunta que está en la mente de muchos españoles: ¿dónde escondió el dinero?

Roldán se negó a comentar esa parte de la saga […] «He pagado por lo que hice», dijo Roldán […] el símbolo de un periodo de corrupción y codicia de la élite politica y financiera que surgió durante la transición de España a la democracia. […]

Roldán fue el primer civil al frente de la Guardia Civil, una fuerza paramilitar que depende del Ministerio del Interior. Incluso pudo haber sido nombrado Ministro del Interior hasta que cayó en desgracia y renunció en 1993, poco después de que un periódico informase de que tenía una fortuna oculta.

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington Buscando en el Google de mis entretelas por no tener nada mejor que hacer una tarde, decidí unir «sanidad» e «imponer» en la misma búsqueda para ver lo que pasaba. Lo que obtuve fueron alrededor de 9,8 millones de resultados, justo en la diana parte de ellos y reflejando el argumento conservador actual de que tras más de un año, varias votaciones, incontables discursos presidenciales y tener que ver la cara de Harry Reid unas 10.000 veces, el anteproyecto de reforma de la sanidad está siendo sometido a trámite «por imposición a toda prisa» en el Congreso – un absurdo que hoy es moneda de cambio a base de repetirse hasta en la sopa. No es exactamente la famosa Gran Mentira tan cacareada, sólo una miserable.

El alardeado hombre razonable protestaría diciendo que una vida entera de tentativas de reforma sanitaria no equivale a someter un proyecto a trámite por embestida, pero las encuestas sí sugieren que el plan del Presidente Obama – y ahora es su plan – no cuenta para nada con el beneplácito de la opinión pública. Esto es todo el argumento contra el proyecto de ley. Más bien es algo totalmente fuera de lugar.

En nuestra cultura obsesionada con las encuestas parece raro que un presidente intente algo impopular pero acertado. Después de todo, el proyecto de reforma sanitaria no conlleva réditos para nadie que lo vote. Sus beneficiarios inmediatos son los no asegurados, que son los pobres y vulnerables, y los jóvenes y los delirantemente invencibles. Como bloque electoral, casi no cuentan.

El resto de América ve el anteproyecto y se encoge de hombros. No parece prometer nada, aparte de dificultades. Los ancianos tienen Medicare y la mayoría de los trabajadores tiene un seguro de un tipo u otro. Claro, muchos temen perder lo que tienen ahora y con razón odian a las aseguradoras, pero parecen preferir sus seguros actuales antes que lo que les han contado será un programa dirigido por hoscos ex burócratas soviéticos. El que ponga un pie en la calle, fulminado.

Como con casi todo lo demás que la administración Obama ha intentado hacer, los beneficios de la reforma sanitaria o son invisibles a las cámaras de televisión inmensamente importantes, o se esperan en el futuro. Nadie puede ver el ahorro – ni el sistema de salud, ni la economía en general – no porque sean ficticios, sino porque no se pueden grabar.

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Lo mismo sucede con los fabricantes de automóviles que no desaparecieron, con un sistema financiero que no se vino abajo, y con los empleos que fueron salvados junto a una tasa de paro que recientemente se ha reducido.

Como cualquiera del mundillo de la televisión le puede decir, es imposible grabar un descenso del paro o un banco rescatado – el «antes» y el «después» son idénticos – ni, a esos efectos, a los profesores que no fueron despedidos porque su sistema escolar tiene los fondos del paquete de estímulo. Son el equivalente visual del sonido producido por el árbol que cae en el bosque y que nadie escucha. No hay nada que mostrar en cámara. La guerra de Irak no acabará con Obama en la cubierta de un portaaviones, revolcándose en muestras horteras de patriotismo. La imagen simplemente se apagará. Se trata del dilema de las relaciones públicas y, en el caso de Obama, de una catástrofe política.

Grandes presidentes han marcado el paso. En cierto sentido, Lincoln «impuso» la abolición de la esclavitud igual que Roosevelt «impuso» la ley de apoyo a los países que combatían contra Alemania, Truman la des-segregación del ejército y Lyndon Johnson «impuso» la Ley de Derechos Civiles haciéndola tragar a un Sur con náuseas. ?stas podrían considerarse cuestiones más dramáticas que la mundana sanidad, lo admito – pero admita usted la excepción de la persona que se salta citas con el médico porque no puede permitirse el lujo de estar enfermo. Para esa persona, este proyecto de ley es tan dramático como la diferencia entre la enfermedad y la salud – el gran rasero de la humanidad.

El hecho funesto es que el país sufre de un exceso de democracia – un porrón de grupos de interés, un porrón de blogs, un porrón de debates, y todos ellos insistiendo en la transparencia para que tropecientos pares de ojos miren a los políticos por encima del hombro. El arcano pero imprescindible arte de la política rehúye la luz del sol. Poco se puede hacer. La trastienda se ha convertido en un plató y los encuentros en seminarios. Estamos condenados. Peor aún, estamos cansados.

Google no cuenta toda la historia. No responde a lo que la vieja creencia de que «la mayoría manda» – un mantra de la infancia virtualmente – tiene de malo. Nunca fue «la mayoría absoluta manda», y la presidencia nunca pretendió ser una veleta, girando hacia tal o cual sentido al más leve soplido de la encuesta más reciente. Lidere y el pueblo le seguirá — o no. De cualquier manera, imponga la maldita legislación, Señor Presidente. ¡Impóngala!

Richard Cohen
© 2009, Washington Post Writers Group
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