En efecto, si la norma que quiere introducir el Ministerio de Cultura en la Ley de Economía Sostenible prospera, las autoridades podrán bloquear el acceso a una web sin intermediación judicial.

El anteproyecto de Ley de Economía sostenible ha incluido de rondón una vieja reivindicación de la industria audiovisual: la posibilidad de controlar e impedir el acceso a contenidos protegidos por los derechos de propiedad intelectual. Y no será un juez quien lo haga.

Ante las voces de alarma, la propia Ministra de Cultura Ángeles González-Sinde ha tratado de calmar a los internautas puntualizando hoy en el Senado:

     ? «No se criminalizará a los usuarios, ni cortará una sola conexión a Internet».

    ? «Sólo se actuará frente a los que se apropien y exploten los derechos ajenos».

    ? «Se hará de una forma compatible con los requisitos del Parlamento Europeo, dando lugar a un procedimiento administrativo con plenas garantías».

Pero lejos de lo que pueda parecer, las aclaraciones de la Ministra no son nada tranquilizadoras. La propia Ministra ha señalado que «el órgano designado para llevar a cabo esta labor es la Comisión de Propiedad Intelectual compuesta por expertos independientes».

Un nuevo órgano supuestamente independiente en cuyas manos estará la posibilidad de controlar el acceso a blogs, medios de comunicación, redes sociales y páginas personales.

De prosperar esta norma, cualquier blog que tenga un link a un vídeo de youtube, o una simple fotografía de un medio de comunicación publicada en un blog personal podría ser clausurado sin procedimiento judicial de por medio. Una prueba que no superaría ningún blog español y probablemente ninguno de los medios de comunicación en su versión digital. Un caramelo demasiado goloso para dejarlo en manos de un órgano administrativo.

Los internautas se están movilizando con una contundencia que no tiene precedentes:

«Involucionismo digital, la vergüenza de la democracia o el gobierno de Los Otros», -dice Enrique Dans

«Antes sin música y sin cine que sin libertad»- dice merodeando

«Legislando a garrotazos»- dicen en Moscas en la Sopa

«Insostenible», -titula Nacho Escolar – «La parte en la que la competitividad de nuestra economía pasa por mantener de forma artificial modelos de negocio obsoletos»

«El Lobby feroz»  -titula César Calderón.

«Sobran los jueces» -titula Mangas Verdes.

Actualización 2-11-2009: Cientos de webs, Blogs y páginas de Internet se han unido para publicar de forma conjunta el texto «Manifiesto: En defensa de los derechos fundamentales en Internet»

Recientemente visitaron la buhardilla de radiocable.com los de emprendedorestv. Hablamos de radio por Internet, de emprendedores, de futuros proyectos y de la pequeña historia de nuestra emisora.

Me gusta como quedó el reportaje y espero, -ójala-, que le sirva a alguien, algún día, como motivación para lanzar su proyecto personal.

Radiocable.com solo es posible gracias a las muchísimas ayudas y al cariño que ha ido recibiendo esta emisora desde que nació en 1997. Muchas gracias a todos, de verdad.


 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. La verdad es que si el Mayor Nidal Hasán, el presunto asesino de 13 personas en Fort Hood, hubiera entrado en el club de oficiales de allí con una bonita bolsa al hombro, un neceser de Gucci tal vez, habría salido del Ejército al final de la semana. Pero al no ser más que un antisocial, un inadaptado, un psiquiatra independiente y un probable fundamentalista islámico, fue contratado y ascendido. Esto dice algo de América. En la cuestión de los homosexuales, somos unos mojigatos.
Esa irracionalidad me abofetea casi a diario. Uno de los mandamientos más destacados y arraigados de la derecha del Partido Republicano – su único ala, me parece a mí – es la oposición al matrimonio homosexual. Sé esto a través de las diatribas de tertulianos como Bill O’Reilly.
En una reciente columna, O’Reilly nos invitaba a leer algo llamado ??La declaración Manhattan?, que era difundida a finales del mes pasado por una coalición de cristianos conservadores ?? católicos y protestantes por igual. Contiene 3 puntos. El primero se refiere al aborto, y no sorprende a nadie que los firmantes sean detractores de él. El tercero — ya lo sé, volveré al segundo en un momento ?? se refiere a la ??libertad religiosa? y los esfuerzos puntuales del gobierno por obligar a las instituciones religiosas a respetar la legislación pública. Es una noción que vale la pena considerar.
El punto 2 ?? y la sección más larga de la declaración ?? se refiere al matrimonio homosexual. Equivale, en la práctica, a una confesión de confusión, un grito de ayuda de los desorientados que han terminado pensando que el matrimonio homosexual es la piedra angular ?? la piedra podrida ?? de mucho de lo que aqueja a nuestra sociedad. Desde el divorcio a la promiscuidad, todo lo contenido en esta sección se afronta sin reconocer en ningún momento que el matrimonio homosexual, al igual que todo matrimonio, es una forma de contener la promiscuidad (o por lo menos inducir a la culpa) y que no tenerlos no va a reducir la promiscuidad a la mínima expresión. Esto lo doy por hecho.

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La declaración considera la natalidad al margen del matrimonio ??el indicador más alarmante y revelador? del derrumbe de ??la institución del matrimonio?. Sí. Pero ese colapso tuvo lugar mucho antes de que el matrimonio homosexual se pusiera de actualidad, por no hablar de hacerse realidad, y por tanto no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Sigue siendo cierto que la familia es el mejor lugar con diferencia en donde educar a los hijos. Siendo ese el caso, el matrimonio homosexual atendería el mismo objetivo. Sé de niños educados por parejas del mismo sexo y no parecen estar peor por la experiencia, aunque ?? ojo O’Reilly ?? carecen de la antipatía determinada hacia los homosexuales, las lesbianas, los transexuales y la gente del ramo de la sexualidad diferente.
Parte de la declaración está redactada en términos religiosos y con eso no puedo discrepar. Pero es su atractivo para el sentido común lo que encuentro tan decepcionante. Al abordar el matrimonio homosexual, la declaración se inventa un futuro en el que ??las uniones polígamas, los hogares polígamos, hasta hermanos, hermanas o hermanos y hermanas adultos viviendo relaciones incestuosas? serán legales. No es probable, pero no es ésta la intención del movimiento que pretende legalizar el matrimonio homosexual mucho más de lo que se suponía que el matrimonio entre un hombre y una mujer permitía a Enrique VIII tener seis esposas o a Elizabeth Taylor siete maridos, uno de ellos dos veces.
El razonamiento de la declaración es tan alambicado que recuerda a las crudas advertencias de antaño de lo que iba a suceder si se permitía el matrimonio entre negros y blancos ?? por no hablar de las referencias parecidas a lo que supuestamente tenía en mente el Todopoderoso. Este tipo de comparaciones irrita a muchos afroamericanos contrarios al matrimonio homosexual, pero yo no veo ninguna razón por la que el derecho civil ampliado por el Supremo en Loving contra el Estado de Virginia (unión interracial) sea diferente en algún sentido de lo que pretenden gays y lesbianas. El matrimonio conlleva ciertas ventajas económicas, e impedir el acceso a ellas basándose únicamente en los gustos religiosos o, en el fondo, en cierta repulsa envuelta de convencionalismos es claramente una cuestión de derechos civiles.
En último término, la justicia resolverá esta cuestión. Para eso está. No estaba mucho más claro que los electores de Virginia iban a permitir casarse a Mildred y Richard Loving en 1967 de lo que la opinión pública en general aprueba el matrimonio homosexual en la actualidad. Este caso, protagonizado por la extraña pareja política de David Boies y Ted Olson, es probable que llegue a la Corte Suprema en un futuro no muy lejano. Entonces, sospecho, las campanas de boda doblarán por todo el país ?? y tras una pausa, América se preguntará a qué venía tanto escándalo.

Richard Cohen
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El Gobierno permitirá que se corten servicios de Internet por la ‘piratería’. La Ley de Economía Sostenible introduce la «salvaguarda de derechos de la propiedad intelectual» como motivo para la restricción -cuenta hoy EL PAIS.

Será siempre por orden judicial -afirma El Pais-, pero el gobierno parece haberlo colado de rondón en una ley que poco o nada tenía que ver con esto.

El artículo 8.1 de la LSSI sólo contempla hasta ahora cuatro causas para la restricción del acceso a Internet: la salvaguarda del orden público, la investigación penal, la seguridad pública y la defensa nacional; la protección de la salud pública; el respeto a la dignidad de la persona y al principio de no discriminación, y la protección de la juventud y de la infancia.

A esa norma se añadirá ahora la «salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual». Sea como fuere, es importante aclarar a algunos tertulianos que lo que el Consejo de Ministros aprobó el viernes es sólamente el Anteproyecto de Ley en primera lectura de la Ley de Economía Sostenible. Ahora deberá ser debatida y modificada con los agentes sociales, sindicatos, empresarios e incluso con las Comunidades autónomas. Se llevará a la Conferencia de Presidentes. Después es cuando se aprobará de forma definitiva por el Consejo de Ministros.

¿Quiere decir eso que el problema es menor? No. Quiere decir que aún estamos a tiempo.

Actualización- El debate en Internet crece y crece. Algunas informaciones apuntan a que esta modificación en la Ley permitiría incluso cerrar webs sin intervención judicial.

Imagen de previsualización de YouTube

Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: ??El referéndum en Suiza contra los minaretes nos demuestra que no salimos de las guerras de religión. Mucho internet, mucha nanotecnología, mucha biología molecular, pero la racionalidad nunca avanza lo suficiente para devolver las creencias al terreno de la intimidad, o directamente a las tinieblas.

El ser humano ha pasado de la rueda a la tecnología espacial, pero le está costando mucho conseguir que la fe religiosa ilumine la vida de los creyentes sin dar miedo a nadie ni tener miedo de nadie. En Suiza, donde toda neutralidad tiene asiento, los ciudadanos se han hecho beligerantes contra los minaretes de las mezquitas. En veintidós cantones de los veintiseis no pueden aceptar la visibilidad del islam.

Al mismo tiempo, personalidades de la Liga Norte italiana quieren que el crucifijo se incorpore a la bandera nacional. Rl mismo crucifijo que hace unas pocas semanas el Tribunal de Estrasburgo declaró que no debía presidir las aulas, para salvaguardar la libertad religiosa de los alumnos. Como vemos, la historia gira sobre sí misma. Henos aquí de nuevo defendiendo los muros de la católica Europa frente a la amenaza del Islam.

Como Carlos Martel en el siglo octavo, o como en la reconquista, o en Lepanto, o deteniendo a los otomanos en Viena en el siglo diecisiete. Nadie parece haber aprendido nada, porque, de haber aprendido algo, el laicismo se hubiera instalado de forma natural en nuestras sociedades. No ha ocurrido así. Y menos aun en las naciones que consideran que su identidad está asociada de forma indeleble a una determinada fe. Es el caso de España. Hoy, el Vaticano ha deplorado el referéndum helvético, por contrario a la libertad religiosa. Pero solo el laicismo puede asegurar una libertad religiosa verdadera.

Pero, ya ven. En suiza, no hay fronteras para el dinero, venga de donde venga, y proceda de la actividad que proceda, pero a los seres humanos le pedirán los papeles y a las mezquitas les cortarán la cabeza. Es el viejo terror al otro, que llenó de sangre la historia de Europa.?

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

Muchos periódicos extranjeros han llevado a sus páginas este fin de semana la nueva Ley de economía sostenible del gobierno. También, y por extensión, la situación económica española. Anne Cheyvialle en Le Figaro señala: ??Los españoles se encogen de hombres esperando la llegada de la recuperación económica?. El Financial Times pone el foco en que ??Los sueldos que reciban los directores españoles serán públicos? y Graham Keeley en el británico The Times explica: ??España baja el aire acondicionado para ahorrar energía? .

También el norteamericano The Wall Street Journal publica un amplio análisis de Irwin Stelzer titulado: ??España, enferma internamente pero con poderío exterior, ha de hallar una nueva base»:

??La impresión de los españoles de que el paro es una condición natural no es el único factor de la relativa tranquilidad con que se acepta una tasa del 20%. Hay un generoso sistema de prestaciones que paga durante dos años entre el 80 y el 90% del último salario percibido, lo que hace que los parados sean reacios a aceptar casi todas las ofertas de empleo. Lo que complica el problema: los patrones son reacios a contratar personas que han estado satisfechas de haber estado sin trabajar en los dos últimos años, sobre todo porque, si luego son despedidos, el empleador ha de pagar el equivalente a entre 30 y 40 días de salario por cada año trabajado?.

Por último, hay una economía sumergida que permite a muchos de los que están recibiendo la subvención por paro obtener otros tipos de ingresos. García-Legaz y otras personas con las que hablé calculan que la producción de la economía sumergida oscila entre el 20 y el 25% del PIB. […] Sin embargo, hasta que Zapatero supere la oposición de los sindicatos, que le apoyan, a la reforma del mercado de trabajo, algo por lo que no ha mostrado inclinación alguna, los continuos aumentos de los costes laborales seguirán poniendo fuera del alcance un robusto crecimiento. […] Si España desea evitar convertirse en el enfermo de Europa, hará falta algo más que deseos y discursos.

En realidad The Wall Street Journal está acogiendo los mitos más injustos. Dice que los patrones son «reacios a contratar personas» porque, si luego son despedidos, el empleador «ha de pagar el equivalente a entre 30 y 40 días de salario» por cada año trabajado. Es cierto que es un discurso recurrente entre quienes defienden esas teorías en público. Sin embargo dado que el sueldo de los españoles es paupérrimo, los empresarios confiesan sin pestañear que los 40 días por año no son un impedimento para contratar aunque tampoco tienen reparos en pedir que se reduzca esa indemnización. Por ganar que no sea.

Por otra parte es inquietante que el Wall Street Journal crea  que los parados son «reacios a aceptar casi todas las ofertas de empleo» porque tenemos un «generoso sistema de prestaciones». Eso supone instalar la idea de que los parados son unos parásitos cuando en realidad están recibiendo el dinero que un día ellos mismos cotizaron.

A nadie le gusta estar en el paro. A todo el mundo le gusta sentirse útil y ocupado. No hay más que ver  el efecto psicológico que provoca en una familia esa situación. Lo que pasa es que eso no significa que por el hecho de cobrar el desempleo, una persona tenga que cambiar de sector, de región, de sueldo y a menudo, aceptar todo tipo de aberraciones laborales, sólo por el hecho de no ser catalogado como «reacio». Se trata de tener un sistema laboral justo y fuerte; no un sistema laboral y punto.

El periódico francés Le Monde publica un texto de Suzy Rojtman y Maya Surduts titulado: ??Hay que luchar más eficazmente contra la violencia infligida a las mujeres. La ley española proporciona un convincente modelo de enfoque global?. No es la primera vez que la prensa francesa elogia el modelo español contra el maltrato. Le Monde afirma:

??España Y Suecia han demostrado una auténtica voluntad política de luchar contra este tipo de violencia. España aprobó en el año 2004 una ley orgánica contra la violencia de género que tiene como objetivo recoger, de manera coherente y global todos los aspectos de la violencia ya sean educativos, preventivos, relativos a la publicidad, a la salud, sociales, a los aspectos judiciales y financieros, a la formación de los profesionales, a la protección de las víctimas, a la acogida de las mujeres amenazas en su país, etc. Esta ley representa un auténtico avance cualitativo en la aprehensión del fenómeno. Y en su exposición de motivos, incluso menciona la opresión de las mujeres. En Francia tenemos necesidad de una ley semejante?.

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson  -Washington.  Dejad de entusiasmaros, revisionistas del cambio climático. La correspondencia electrónica sustraída difundida la pasada semana por los escépticos — que retrata a algunos de los principales expertos en el clima como personas petulantes, vengativas y enormemente impacientes por manipular sus datos para que encajen en las teorías aceptadas — no demuestra que el calentamiento global sea un fraude.

Si me equivoco, alguien tendría que explicar a los casquetes polares que pueden dejar de derretirse cuando les venga en gana.
Dicho eso, el episodio del correo electrónico es más que un importante motivo de vergüenza para los científicos aludidos. La mayoría de los estadounidenses está convencida de que el cambio climático es real — un prerrequisito imprescindible para el tipo de enormes ajustes en la economía y los hábitos que tendremos que realizar para empezar a limitar seriamente las emisiones contaminantes. Pero el consenso en la naturaleza y el alcance del problema se esfumará, y rápido, si los expertos intentan eclipsar el hecho de que hay mucho del clima que aún no sabemos.
Esto es lo que sucedió: alguien pirateó los servidores de uno de los principales centros académicos en la materia — la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia en Norwich, Inglaterra — y sustrajo un hilo de correos electrónicos y documentos que ha sido colgado en numerosas páginas web administradas por escépticos del clima.

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Phil Jones, director de la Unidad de Investigación del Clima, difundía una circular el miércoles diciendo que «Mis colegas y yo aceptamos que parte de los correos electrónicos publicados no parecen correctos.» Eso será un ejemplo de diplomacia británica.
En un mensaje enviado a una larga lista de colegas, Jones habla de haber rematado un «truco» en los datos recientes de las temperaturas «que oculta el descenso.» La palabra «truco» no resulta un indicio en absoluto — los científicos la utilizan para referirse a formas inteligentes pero perfectamente legítimas de analizar los datos. Pero la parte de «ocultar el descenso» se refiere a un asunto real entre los investigadores del clima denominado «el problema de la divergencia.»
Para situar en el gráfico temperaturas que se remontan cientos o miles de años atrás — mucho antes de que nadie estuviera recogiendo las medidas — se necesita un conjunto de datos que sirven de contraste preciso. El ancho de los anillos de los árboles se correlaciona bien con las lecturas de las temperatura observadas, y extrapolando esa correlación al pasado se obtiene la familiar gráfica «de palo de hockey? — temperaturas bastante estables durante millones de años, seguidas de un acusado incremento alrededor del año 1900. Esto se atribuye a la actividad humana, sobre todo a la quema de combustibles fósiles y el incremento consiguiente del dióxido de carbono en la atmósfera que impide que el calor se disipe.
Pero alrededor del año 1960, los datos de los anillos de los árboles divergen de las temperaturas observadas. Los escépticos afirman que esto cuestiona que los datos de los anillos de los árboles sean válidos para los períodos anteriores en la parte estable del palo — digamos hace 500 o 1.000 años. Jones y los demás reconocen que no saben lo que significa la divergencia, pero señalan las temperaturas reales: hoy hace más calor que hace 100 años.
Otro correo electrónico — enviado por Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Boulder, Colo. — resulta aún más esperanzador para los escépticos. Trenberth escribía el mes pasado acerca del otoño inusualmente frío que estaba sufriendo colorado, y proseguía: «El hecho es que no podemos justificar la ausencia de calentamiento en la actualidad y es una aberración que no podamos.»
?l parece estar reconociendo la afirmación de los escépticos de que durante la última década no se ha observado ningún calentamiento real. En realidad, no obstante, sería toda una concesión. En juego está la tendencia a largo plazo, y serían de esperar altibajos anómalos de vez en cuando.
De los que he leído, los correos electrónicos más dañinos son aquellos en los que los científicos parecen intentar aplastar la disidencia que se aparta de la ortodoxia del cambio climático — amenazan con dosificar los artículos que envían a las publicaciones especializadas si ellas publican trabajos de revisionistas, comprometiéndose a sacar la investigación de los escépticos del informe oficial sobre cambio climático que patrocinan las Naciones Unidas.
En su circular, Jones observa que el pirateo del correo electrónico sucedía justo días antes de la cumbre del clima de Copenhague. «Podría tratarse de un esfuerzo concertado para poner en tela de juicio la ciencia del cambio climático,» decía. Esa vuelve a ser una afirmación demasiado diplomática.
El hecho es que la ciencia del clima es tan diabólicamente difícil debido a la enorme cantidad de variables que interaccionan de formas que nadie entiende por completo. Los científicos deberían celebrar las opiniones discordantes de colegas respetados, sin intentar censurarlas. Deberían admitir lo que no saben.
Sería estupendo si todo esto fuera un gran malentendido. Pero sabemos que el dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero, y sabemos que el planeta es más cálido que hace un siglo. Los escépticos pueden haber convencido a los demás, pero hasta la fecha no han explicado la desaparición de los hielos polares.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.

 

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Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston. ¿Existirá la negligencia comunicativa? Si es así, tendríamos que considerar la demanda que interponen las mujeres contra el Grupo de Estudio de Servicios Preventivos de los Estados Unidos.
No estoy hablando de negligencias médicas . Los científicos que examinaron los estudios de las mamografías hicieron honorablemente su labor. Examinaron las investigaciones que lentamente y sin gran escándalo vienen cuestionando la importancia de realizarse mamografías rutinarias en el caso de las mujeres de 40 años en adelante que carecen de otros factores de riesgo. Concluyeron — igual que han concluido otros antes — que los beneficios de realizar los exámenes a las mujeres más jóvenes estaban exagerados y los riesgos eran subestimados.
A continuación pasaron a recomendar que las mujeres se hicieran mamografías a partir de los 50 años y sólo un año de cada dos en lugar de cada año. Pero a continuación soltaron la bomba de estas directrices a una opinión pública que no estaba mentalizada igual que si se tratara de panfletos desde un helicóptero de expertos que no comprenden las condiciones sobre el terreno.
La inocencia del grupo de estudio independiente tenía algo de encantadora. ¿Dieron por sentado los científicos de la opinión pública iba a aceptar por las buenas la información? ¿O debería decir aceptar por revisada? Cualquiera que hubiera pasado cierto tiempo en una sala de espera en compañía de mujeres enseñadas a equiparar detección temprana con prevención podría haberles advertido.

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En cuestión de horas, proliferaban como setas las historias de mujeres totalmente convencidas de que «mi vida se salvó gracias «a una mamografía a tiempo. A continuación llegaban las sospechas de lo que significaban las nuevas directrices para sus aseguradoras. Las mujeres se escandalizaban también por un análisis en el que la «ansiedad» figuraba como factor de riesgo de las primeras mamografías — como si las mujeres fueran incapaces de controlar un poco de ansiedad en aras de detectar un cáncer.
Si los expertos no se dieron cuenta de cómo iban a reaccionar las mujeres, además estaban totalmente desconectados de la venenosa atmósfera política que rodea a la reforma sanitaria. Rápida y deliberadamente, los políticos convirtieron «recomendaciones» en «medidas de racionamiento». Como advertía siniestramente la Representante Marsha Blackburn, «Así es como empieza el racionamiento. Así es como se empieza a colar un burócrata entre su médico y usted».
Como era de esperar, la administración Obama se distanció de las recomendaciones antes de lo que tarda en decir ??este panel fue elegido por la administración anterior» la titular de Salud Kathleen Sebelius.
Siendo justas, la entidad independiente de expertos estaba a cargo de alejar ciencia de política. Y no tenía competencias para tener en cuenta el gasto. Pero el resultado final fue una especie de muestra de ingenuidad totalmente sorda a los acontecimientos.
Como decía la doctora Diane Petitti, integrante del grupo, con clásica modestia, «Probablemente, en perspectiva, pudimos haber sido más claros».
Lo que hicieron los científicos, afirma Baruch Fischhoff, experto de la Carnegie Mellon en el refinado arte de los riesgos de la comunicación, «es dar una opinión externa de lo que a nivel de la opinión pública es cierto». En otras palabras, contaron el relato estadístico desde las conclusiones asépticas.
«Lo que quiere la gente es una opinión interna — ¿qué significa esto para mi vida?» decía Fischhoff. «Se aislaron en su propio mundo».
Esto no va a ser nunca un lenguaje fácil. La investigación del cáncer de mama es más compleja y polémica que la investigación del cáncer de cérvix que fue dada a conocer apenas días más tarde con recomendaciones de retrasar y reducir las citologías. Pero no obstante, esta tormenta perfecta dio lugar al perfecto ejemplo de cómo no trasladar un mensaje a la opinión pública.
Es importante porque — y digo esto como alguien cuya madre, tía y hermana han sufrido cáncer de mama — el grupo de estudio tenía un mensaje importante que dar a conocer. Los beneficios de las mamografías en el caso de las mujeres jóvenes han sido exagerados. Como explica Laura Nikolaides, de la Coalición Nacional del Cáncer de Mama y superviviente de un cáncer, «La gente viene haciéndose mamografías como la panacea: Si te haces una mamografía, no vas a morir de cáncer de mama. Ojalá fuera cierto». La biología del tumor — la agresividad con la que se desarrolla — se considera hoy un factor más importante que el tamaño en el momento de ser descubierto. Y la terrible realidad es que no hemos hecho mucho por alterar la estadística de supervivencia de las mujeres jóvenes que desarrollan esta enfermedad.
También es importante porque todos formamos parte de un sistema médico empírico — ¿cuál es la alternativa? — y tenemos que aceptar que las pruebas siguen cambiando. No es únicamente el caso de las mamografías y las citologías. Hemos descubierto la faceta negativa de prevenir el cáncer de próstata en el caso de los varones mayores. Y seguimos revisando los consejos de todo, desde la colonoscopia virtual al tratamiento de la osteoporosis pasando por el cáncer de mama.
Nadie quiere que los científicos cedan a la política ni que alteren las investigaciones para proporcionar una tranquilidad falsa. Pero los hechos no hablan por si solos. Han de ser transmitidos por gente que sepa escuchar, enmarcar el mensaje, y preparar el terreno.
De manera que ahora tenemos un análisis de coste frente a beneficio para la negligencia médica en la comunicación. Las pruebas hasta el momento apuntan a una reacción de desconfianza. Memorando al próximo panel de expertos: recordar el viejo juramento hipocrático, ante todo no causar daño.

Ellen Goodman

 

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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. En mi círculo, se me conoce como el tipo que albergaba ciertas reservas hacia Barack Obama. Claro que le apoyé en las primarias frente a Hillary Clinton y yo le voté, con alegría y entusiasmo en la misma medida, sobre todo después de que John McCain pronunciara las palabras más impactantes de la política estadounidense ?? ??Sarah Palin?.

Pero tenía tantos reparos acerca de Obama que incluso desprecié su famoso discurso sobre la raza, que casi todo el mundo pensó era el mejor pronunciado en la materia nunca. Lo acabo de releer ?? y me censuré un poco (fui demasiado severo) pero en general me quedé triste. ¿Qué ha sido del caballero que pronunció ese discurso?
El discurso, pronunciado en Filadelfia en marzo de 2008, fue forzado por los desvaríos del Reverendo Jeremiah Wright, que había sido el pastor de Obama y su consejero espiritual. Wright, un caballero de cierta edad con las cicatrices emocionales propias de una vida en una sociedad duramente racista, había dado rienda suelta a su temperamento – y había sido grabado por sorpresa y saltado al mundo en YouTube. Un sermón que había tenido un contexto y un público agradecidos parecía pura demagogia y demencia senil en la pequeña pantalla.

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Obama tuvo que liberarse del lastre de Wright.
Lo hizo con elegancia y dignidad. Pero aparte de eso, releer el discurso es quedar impresionado una vez más por la fluidez de la mentalidad de Obama – su lógica, su razonamiento y su inmenso talento para escribir, que causaron sensación entre los sugestionables de mi gremio.

Pero releer el discurso es también encontrarse frente a frente con un Obama de claridad moral meridiana. Había presente un hombre que conocía el motivo para postularse a presidente y sabía, también con precisión, lo que encarnaba. Podía dirigirse a América como blanco y como negro en la misma medida — habiendo vivido dentro de ambos mundos. Podía explicar — y lo hizo — a América cómo es haber sido negro en la época de Wright y cómo es ser un negro de cierta edad incluso a estas alturas.
De alguna manera sin embargo, aquella claridad moral se ha esfumado. El Obama que encabezaba un movimiento de pureza política expresa es la misma persona que como presidente no encontró tiempo para reunirse con el Dalai Lama por temor a molestar a los muy sensibles chinos. Es el mismo caballero que hizo la reverencia ante el emperador de Japón cuando, que yo sepa, el presidente de los Estados Unidos no debe de hacer reverencias ante nadie. Es el mismo presidente que durante su visita a China hizo de maniquí del gobierno chino, compareciendo en conferencias de prensa y comparecencias públicas orquestadas — y siendo censurados parte de sus comentarios. Cuando le vi en esa foto solo en la Gran Muralla, parecía estar diciendo: ??¿Qué demonios estoy haciendo aquí?? Como tal, era una buena pregunta.
El Barack Obama del discurso de Filadelfia no dejaría que su fiscal general, Eric Holder, anunciase la nueva política para juzgar a Jalid Sheik Mohammed y a otros cuatro imputados por el 11 de Septiembre con un jurado popular, como si se tratara de una mera cuestión sectorial y no de un asunto político del mayor calado. Y el Barack Obama del discurso habría respetado los principios del Derecho en lugar de un sistema traído al pelo en el que algunos presuntos terroristas son juzgados en tribunales civiles y otros ante tribunales militares. Cuál es el principio de eso — ¿lo que vale, vale? Pruebe a añadirlo a la campana de la libertad.
Por supuesto que hay diferencias entre hacer campaña y gobernar. No hay ninguna realidad cuando se hace campaña. Si se quiere cerrar Guantánamo, di que tú lo cerrarás. Si como presidente quieres echarle el cierre, de la nada surge una crisis política que te cuesta tu asesor de la Casa Blanca, un caballero con experiencia y principios llamado Gregory Craig. Gobernar es duro.
Pero el ejercicio de la administración debe de ser sabedor de la claridad moral, de la impresión de que siempre conocemos la vida interior del presidente ?? sus pilares básicos. La carrera política de Obama ha sido demasiado breve para que conozcamos sus ideas básicas por los votos que depositó formando parte de cualquier entidad legislativa o cualquier decisión tomada como administrador. Tenía escasos antecedentes pero montones de retórica — moralmente emotiva y hermosamente redactada gran parte de ella.
Como presidente, no obstante, ha intentado ser el anti-George Bush con tanto ahínco que la arrogancia del moralismo del ex presidente — su insistencia en ver las cosas blancas con negras — se ha convertido en el gris de Obama. Los derechos humanos en general han sido tratados como si fueran una idea Republicana. Obama debería volver a leer su discurso de Filadelfia. Encontrará un buen hombre en él.

Richard Cohen
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