Shutterstock / Piyapong89

Paloma Alonso-Stuyck, Universitat Internacional de Catalunya

Quien más quien menos, al hacer balance de este último año se habrá preguntado si a raíz de la pandemia hemos progresado o por el contrario nuestra creatividad ha quedado congelada. La corriente Zen aporta un sugerente significado del término crisis: peligro-oportunidad, muy similar a la conocida sentencia occidental que afirma que la virtud se fortalece en la dificultad, y al refrán popular: “a grandes males, grandes remedios”. Aun así, constatamos que en esta encrucijada, mientras unos se paralizan, otros se reinventan.

En parte se debe a que la creatividad fluye del balance inconsciente ante algo que no resulta tan fácil como para aburrir ni tan difícil como para abatir: en ese punto medio la sitúa Mihaly Csikszentmihalyi en su obra Fluir: Una psicología de la felicidad (2008). También remite a que la resiliencia, esa capacidad de mantenerse en pie frente a las dificultades, se distribuye en la población siguiendo la curva normal: un tercio de personas se rompe, otros simplemente sobreviven y al 30% restante le sirve para dejar aflorar su mejor yo.

Ante la tarea de reinventarse, la etimología creceré sugiere un germinar de ideas novedosas, recurso muy útil para navegar en nuestra sociedad líquida acelerada y cambiante, como explica Zygmunt Bauman en su obra Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos (2003). Y es que los factores que integran el proceso creativo: originalidad, fluidez, imaginación, flexibilidad, transformación, pensamiento divergente, etc. se van consolidando en nuestra biografía con distintos matices; en la infancia la imaginación, la transformación en la adolescencia y el pensamiento divergente en la madurez.

Tipos de creatividad y de bloqueo

Aun así, cada uno somos creativos a nuestra manera (como cantaba Sinatra en My way): unos cultivando la inteligencia –humanistas y filósofos– otros la sensibilidad –artistas– y la técnica –ejecutivos. Los bloqueos son también distintos: el temor ante una hoja en blanco, la insensibilidad o la repetición rutinaria. Como en cualquier miedo, su origen emocional exige superarlo con la emoción contraria: la experiencia serena de que, a pesar de la incertidumbre, es posible crear. La era de la imagen no lleva al sosiego que procede de la reflexión personal, de ahí el auge del mindfulness.

Un remedio sencillo para estimular la creatividad es agradecer el don de la vida, convencidos de que todos somos geniales de alguna manera. Así surge una sana inquietud por devolver algo de lo que hemos recibido; de alguna manera se lo debemos a nuestra familia y sociedad. Otro elemento de éxito es el sentido del humor, no tomarse a uno mismo demasiado en serio atenúa la ansiedad y fortalece el sistema inmunitario, reduce la realidad a su verdadera dimensión y quita dramatismo a los problemas. Así uno está en condiciones revelar todo su potencial, de amar lo que hace y descubrir su auténtico sentido.

También nos ayuda conectar con el niño que todos llevamos dentro y querer aprender de todos, fomentar una mirada apreciativa, como defiende Álex Rovira. Esa capacidad de admiración permite tunear creativamente lo recibido y mejorarlo. Ahí la perseverancia en el trabajo diario tiene un gran papel. Como le gustaba decir a Picasso: que la inspiración nos pille trabajando.

Equilibrio rutina-novedad

La sabiduría está en encontrar un equilibrio entre las pequeñas rutinas —que ahorran energía mental– y una apertura flexible a nuevos métodos. Siempre, pero más si cabe en los momentos difíciles, comprobamos que no seríamos los mismos sin nuestra gente. Estamos tejidos con hebras de amistades, decisiones, encuentros, sueños y expectativas… Esa urdimbre creativa es la aceptación personal. Cuando el centro de gravedad lo tenemos dentro, nos abrimos al encuentro profundo con la realidad, con los demás y su obra, emanando así una interacción creativa.

Trabajar de manera colaborativa, pedir opinión, escuchar… estimula el proceso creativo. Como expone Edward de Bono en su obra Seis sombreros para pensar, las sinergias del thinking group refuerzan el potencial individual y promueven soluciones más complejas. Hace ya algún tiempo que el ciberespacio –con sus redes, blogs, webs– amplía nuestro ámbito de comunicación y puede ayudar a reactivar el ritmo vital cuando se nubla de rutina o cansancio, siempre que no sea una evasión.

Para crecer en estas actitudes conviene conocer el perfil personal, descubrir el color del sombrero creativo: saber si se crea en blanco, buscando la verdad como un filósofo; en rojo, a través de las emociones; en negro, detallando el método; en amarillo, con una especulación variada y constructiva; en verde, por medio del movimiento y el pensamiento lateral; o en azul, buscando síntesis conclusivas que permitan controlar y seguir los proyectos. Partir de quienes somos nos permite aprender y crear con los demás.The Conversation

Paloma Alonso-Stuyck, Dra. Psicología, especialidad Relaciones Familiares, Universitat Internacional de Catalunya

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

A partir de septiembre, la caza del lobo estará prohibida en España al ser colocado este animal salvaje bajo una figura de especial protección en uno de los inusuales casos que evidencian la amenaza existencial hacia la que se enfrenta. Es lo que destaca el diario británico en un reportaje que firma Graham Keeley. Detalla que en la Península se calcula que hay unos 3.000 lobos y que existe una polémica entre ganaderos -algunos de los cuales han acusado falsamente a estos animales de haber matado a caballos o vacas para cobrar indeminizaciones- y las asociaciones de defensa del lobo.

I News apunta que los lobos son habitualmente señalados como criaturas peligrosas que amenazan a personas y ganado. Pero enfatiza que «ahora son estos animales lo que están en riesgo». Destaca que España ha decidido prohibir la caza del lobo desde septiembre declarándolo «animal salvaje de especial protección» en lo que subraya es uno de los «altamente inusuales casos que evidencia el riesgo existencial» que vive el lobo. Recuerda que seis granjeros españoles están siendo investigados por haber presuntamente culpado falsamente al lobos de la muerte de caballos para reclamar indemnizaciones de 60.000 euros.

El reportaje detalla que la Guardia Civil cree que los investigados pudieron separar a potros de sus madres y luego culparon a los lobos de su muerte y cifra en 170 los caballos que habrían fallecido entre 2019 y 2020 con este esquema. Recuerda que la caza del lobo era legal en España en algunas regiones para controlar su población, pero a partir de ahora estará prohibida. Y menciona la polémica entre los ganaderos que aseguran que los 3.000 lobos que se calcula hay ahora en la Península Ibérica matan cada año a 15.000 animales de granja, mientras asociaciones de defensa de los lobos, como Lobo Marley, denuncian que los cazadores matan cada año a unos 300 ejemplares.

I News (conocido simplemente como I o I Paper) es un diario británico fundado en 2010 por el grupo Independent Print, propiedad del magnate Alexander Lebedev y como versión «hermana» y condensada del periódico The Independent. Aunque posteriormente se desligaron y desde 2019 pertenece al grupo Daily Mail and General Trust. Su línea editorial es liberal y de centro izquierda y el ex viceprimer ministro Nick Clegg es uno de sus columnistas. Su tirada en 2021 ronda los 145.000 ejemplares.  En 2015 ganó el National Newspaper of the Year y en 2019 obtuvo la medalla de oro en los British Media Award como mejor marca y superó a The Guardian para convertirse en la fuente de noticias digitales más fiable. 

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En 2020, los consejeros y altos directivos de las 35 principales empresas españolas que cotizan en Bolsa ganaron de media 4,37 millones de euros, mientras que el gasto medio por empleado fue de 50.693 euros. Esto supone que los responsables ejecutivos ganaron 86 veces más que los trabajadores. La desigualdad salarial se ha consolidado en el IBEX 35 (en 2019 fue parecida y ha aumentado con respecto a 2018). Pero además se da la circunstancia de que las plantillas de estas grandes empresas se han ido reduciendo en la última década, en la que se habrían perdido más de 115.000 puestos de trabajo, un 7% de la fuerza laboral.

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La brecha salarial entre ejecutivos y empleados en el Ibex 35 se ha consolidado o agrandado, incluso a pesar de la pandemia. Según un artículo de David Fernández en El País, en 2020 los ejecutivos mejor pagados de estas grandes empresas ganaron de media 4,37 millones de euros. Hubo incluso algunos consejeros delegados cuyos emolumentos fueron mucho más sustanciosos -en concreto el TOP 3 estuvo formado por José Manuel Entrecanales, Juan Ignacio Entrecanales (ambos de Acciona) e Ignacio Galán de Iberdrola, que recibieron 36,70 millones, 20,71 millones y 12,20 millones respectivamente.

En cualquier caso si se toman las cifras medias, 4,37 millones de euros por directivo frente al gasto medio por empleado de 50.693 euros que tuvieron estas mimas empresas, según la información enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la diferencia es de 86,3 veces más. Esta brecha salarial es parecida a la de 2019 (89,5 veces) pero ha subido con respecto a 2018 cuando fue 79 veces superior.

Y algunos informes incluso señalan que las diferencias podrían ser mayores. CCOO calculó en 2019 que el salario medio de la plantilla de las empresas del Ibex 35 fue de poco más de 47.000 euros, mientras que la retribución media de los responsables ejecutivos fue 118 veces superior.

Esta desigualdad en las retribuciones coincide además con una situación de recorte de personal en las principales empresas españolas. Según El Economista, en la última década se han perdido en las compañías del Ibex 35 un 7,13% de los puestos de trabajo. Recogen que en 2010, había 1.663.079 trabajadores, mientras que al cierre de 2020, esa cifra se había reducido hasta los 1.544.380 empleos.

Hay bastante disparidad en cuanto a empresas concretas, ya que las mayores pérdidas de empleo se han dado en Endesa (que tiene ahora un 61,2% menos de empleados que en 2010), Telefónica (-60,6%) y Repsol (-30,5%). Otras grandes compañías han aumentado sin embargo sus plantillas como CaixaBank (23,7%), Iberdrola (18,5%) o BBVA, (15,1%).

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Los cambios de color de la vegetación, desde el verde en primavera a los rojos y amarillos del otoño, tienen un efecto en la regulación del calentamiento y el clima. Hasta ahora el papel de la floración y las flores, con su rica gama de brillantes colores y su albedo muy distinto, no había sido estudiado, pero una reciente investigación, que recoge The Conversation, ha demostrado que existe una relación entre la presencia de flores en un terreno de montaña y la disminución significativa de la temperatura del suelo en el mismo terreno.


Shutterstock / Olga Gavrilova 

Alfonso Blázquez Castro, Universidad Autónoma de Madrid y Amy Iler, Northwestern University

Todos somos conscientes de que una de las maneras más eficaces de combatir el calor es vestir con ropa de colores claros. También sabemos que el asfalto está mucho más caliente al sol que la acera. Se debe a que el asfalto, o la ropa oscura, absorben mucho mejor la luz del sol y la convierten en calor. Y tiene que ver con una propiedad de los objetos llamada albedo.

Concretamente, el albedo es la cantidad de luz reflejada por un objeto en relación a la luz que le llega. Los objetos claros, como la nieve, tienen un albedo alto y reflejan mucho la luz. Los objetos oscuros, como el carbón, tienen un albedo bajo y absorben la mayor parte de la luz, convirtiéndola en calor.

El albedo, clave para comprender el calentamiento global

Es obvio que el albedo de distintas partes de la Tierra tiene un papel esencial en el calentamiento global. Los polos, con un albedo muy alto por las superficies heladas, se están viendo enormemente afectados por el calentamiento. Este fenómeno es conocido como amplificación polar. Al fundirse el hielo, el albedo disminuye mucho y aumenta la absorción de luz solar, lo que aumenta, a su vez, el calentamiento.

Exactamente igual ocurre con las plantas. Vastas regiones del planeta están cubiertas de vegetación. En función de su color más o menos claro, su albedo, también tiene un impacto enorme en el equilibrio energético del planeta.

Lo que no todo el mundo sabe es que los cambios de color de la cobertura vegetal, desde el verde en primavera a los rojos y amarillos del otoño, representan un cambio drástico en el albedo de muchas regiones del planeta. Estos cambios también regulan el calentamiento y el clima.

Sorprendentemente, el papel de la floración y de las flores, con su rica gama de brillantes colores y su albedo muy distinto de las partes verdes de las plantas, no había sido estudiado hasta el momento en relación con el calentamiento global.

Las flores reflejan la luz y disminuyen la temperatura

A raíz de un estudio científico en colaboración con ecólogos estadounidenses del Rocky Mountain Biological Laboratory (Colorado, EE UU) hemos publicado recientemente el primer estudio en el que se demuestra que existe una relación entre la presencia de flores en un terreno de montaña y la disminución significativa de la temperatura del suelo en el mismo terreno.

Como se observa en la figura, existe una diferencia importante en la cantidad de luz solar reflejada cuando hay flores (izquierda) y cuando no hay flores (derecha). Esta diferencia en la luz reflejada nos hizo sospechar que podía haber un efecto de “espejo” cuando las flores estaban presentes. Así, la presencia de las flores podía refrescar el terreno circundante al reflejar la luz del sol hacia el espacio.



Diferencia en el albedo del terreno donde se realizó el estudio
(Gothic, Colorado, USA). A la izquierda, con flores. A la derecha, sin
flores. Fotos tomadas en distintos años.

Author provided

Después de tres años de investigación, comprobamos que aquellos terrenos que tenían plantas pero sin flores presentaban una temperatura hasta 1,2ºC mayor que aquellos que sí tenían flores. Esto apoya la idea de que las flores reflejan luz del sol al espacio.

Para más inri, cuando no había flores, este efecto refrigerante no estaba presente. Además, la cantidad de humedad en el suelo, esencial para las plantas, era significativamente menor en ausencia de flores.

Las plantas en terrenos sin flores, más calurosos, no mostraron un estrés por falta de agua especialmente llamativo. Pero pensamos que esto puede deberse a que han puesto en marcha mecanismo para compensar la menor humedad del suelo. Esta es una de las líneas de investigación futura que ya estamos planificando.



Diferencias en el albedo de distintos cultivos extensivos. A la
izquierda, campo de girasoles. A la derecha, campo de soja.

Author provided

Círculo vicioso: flores, albedo y calentamiento

Estos resultados, junto a investigaciones previas del grupo norteamericano, señalan el posible círculo vicioso al que puede dar lugar el calentamiento en la región. Por una parte, el aumento medio de las temperaturas en la región del estudio provoca la floración demasiado pronto en la primavera. Por las noches, las temperaturas todavía son muy bajas, lo que lleva a que las flores se congelen y mueran. Esto disminuye la tasa de reproducción de las plantas.

Pero a la vez, debido a que ya no hay flores durante la primavera y parte del verano, aumentan la temperatura y la sequedad del suelo. Esto puede provocar un segundo estrés sobre las plantas. De hecho, las plantas muestran señales de estrés por sequía. La pérdida de las flores puede aumentar el estrés al disminuir el albedo.

Conexión con el calentamiento global

La presencia de las flores disminuye la cantidad de luz del sol que se convierte en calor. Dada la novedad del efecto, es necesario continuar los estudios para confirmar su conexión con el calentamiento global.

A partir de estos primeros resultados, sería relevante estudiar el impacto del albedo de las flores en otros terrenos y situaciones. La investigación muestra un efecto del albedo de las flores a escalas de 1-100 metros en periodos de semanas a meses. Está aún por estudiar si las flores pueden tener un impacto a mayores escalas.

Lo que parece indiscutible es que la actividad humana puede alterar la cubierta vegetal de muchas maneras, entre ellas la agricultura, la expansión de especies de plantas invasoras o el propio cambio climático. Por ejemplo, distintos tipos de cultivo tienen albedos muy diferentes. Estas son áreas de investigación muy relevantes para el futuro.The Conversation

Alfonso Blázquez Castro, Profesor ayudante doctor en Genética y Biología Celular, Universidad Autónoma de Madrid y Amy Iler, Adjunct Assistant Professor, Plant Biology and Conservation, Northwestern University

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

El impacto social que está teniendo la crisis del coronavirus en España ha hecho que la desigualdad y la pobreza se hayan extendido rápidamente y estén en niveles no vistos en décadas. Es lo que pone de relieve un reportaje del influyente diario alemán que firma su corresponsal Hans Christian Rossler. Recoge los últimos datos del INE que señalan que un 7% de la población española estuvo en 2020 en situación de privación material severa y que aquellos en riesgo de pobreza o exclusión social han aumentado hasta un 26%. Apunta que la desigualdad ya era alta en España, pero subraya que la pandemia ha aumentado aún más la brecha.

Frankfurter Allegemeine asegura que la pandemia ha golpeado a España con más fuerza que a muchos otros países, también en términos sociales. Apunta que la desigualdad ya era alta incluso antes del coronavirus, pero ahora advierte de que la pobreza se ha extendido velozmente y caerá, únicamente si la economía, que dependen en gran medida del turismo, se recupera rápido. Menciona el caso concreto de Mallorca y el resto del archipiélago balear, donde según cálculos de la Universidad de Islas Baleares, más de una cuarta parte de la población vive en el umbral de la pobreza y las colas del hambre eran antes de empezar la temporada turística «cada vez más largas». Pero enfatiza que el problema es general en toda España, donde la pandemia ha provocado un nivel de pobreza «sólo visto en la gran crisis económica y financiera de hace una década».

El reportaje recoge los datos del INE de que 3,3 millones de españoles, el 7% de la población, estaba en 2020 en situación de «privación material severa», cuando el año anterior apenas lo estaba el 4,7%, y del aumento a más del 26% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social. Pone asimismo de relieve que muchos niños están sintiendo especialmente las consecuencias económicas de la pandemia y según Save The Children, un 14% de los menores de 18 años en España, un total de más de 740.000, entran en la categoría de pobreza. Recuerda que ya antes de la pandemia, la desigualdad social y el riesgo de pobreza eran mayores en España que en otros países de la UE. Pero subraya que la grave crisis económica provocada por la Covid19 ha aumentado aún más la brecha entre ricos y pobres y ha hecho que cada vez más españoles se muestren pesimistas sobre su futuro.

Frankfurter Allgemeine Zeitung o FAZ es un diario alemán fundado en 1949 y referencia para el mundo de los negocios y los círculos intelectuales. Es propiedad, en un 93% de la Fundación independiente FAZIT-Stiftung que no está vinculada con ninguna organización ni partido político. Su línea editorial es liberal-conservadora. En 2021 su circulación supera los 201.000 ejemplares en papel y las 56.000 suscripciones digitales, la segunda mayor entre los grandes diarios alemanes. Es además el periódico germano de mayor difusión en el extranjero, donde llega a 148 países. Cuenta asimismo con una de las mayores redes de corresponsales de prensa del mundo, gracias a la cual puede mantener una gran independencia de las agencias de prensa. En noviembre del 2012 provocó fuertes polémicas en España, por su postura contra la inmigración española hacia Alemania durante la crisis.

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La «fatiga pandémica» es «la sensación que experimenta la persona de estar ‘quemada’ de todo lo que supone la pandemia Covid-19″. Como explica Mar Echenique, psicóloga de Cruz Roja, «es la desesperanza (indefensión aprendida), la sensación de que haga lo que haga nada podré conseguir porque nada está bajo mi control».

soledad cuarentena

Para hacer frente a este tipo de situaciones Cruz Roja facilita el servicio de apoyo psicosocial ‘Te Escucha’, un servicio de atención telefónica gratuita (900 107 917) que ofrece apoyo y acompañamiento psicosocial.

También hacen una serie de recomendaciones para el cuidado de la salud y hacer frente a la fatiga pandémica. Empezando por ser conscientes y reconocer cuándo debemos pedir ayuda psicológica.

Debemos reconocer que los sentimientos ante esta nueva situación son naturales y normales. Porque, «ante una situación anormal, todo lo que ocurre es normal». Además de pensar que cuando sucede algo desagradable, no solamente nos sucede a nosotros y nosotras, sino que es el resultado de la situación que se vive actualmente.

Recomiendan, también, cuidar nuestro cuerpo mediante alguna actividad física, procurar dormir de 7 a 8 horas diarias, y cuidar nuestra alimentación, nuestro descanso y nuestro aseo personal.

A la hora de informarnos, seleccionar las noticias y la fuente que decidimos escuchar. Además, aconsejan establecer rutinas de bienestar como practicar diariamente relajación. Así como mantener hábitos y rutinas que incluyan la realización de actividades agradables.

También consideran importante mantener diariamente el contacto con nuestros seres queridos, realizar actividades y nuevas rutinas que nos permitan disfrutar junto a ellos. También, «recrearnos con las cosas sencillas y valorar las cosas buenas cuando las tenemos». Y, «recurrir a otras personas cuando se sienta la desesperanza acusada«.

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La covid-19 ha golpeado a la práctica totalidad de los países del mundo. El desconocimiento ante la nueva enfermedad y las altas tasas de mortalidad y contagio generaron incertidumbre e inquietud en la población. Pero además han provocado la aparición de malestar psicológico, incluyendo síntomas depresivos, angustia emocional, insomnio, ansiedad y sentimientos de soledad. Y ahora se esté viendo que el daño ha sido desigual en función del género y las mujeres podrían sufrir un mayor impacto emocional negativo durante el confinamiento por la covid-19 que los hombres, debido a la enorme carga de trabajo físico y mental que  asumieron.

Shutterstock / Alejandro Ivan Suarez

Carlos Ruiz-Frutos, Universidad de Huelva; Carmen Rodríguez-Domínguez, Universidad Loyola Andalucía; Juan Gómez Salgado, Universidad de Huelva; Juan Jesús García Iglesias, Universidad de Huelva; Mónica Ortega-Moreno, Universidad de Huelva y Regina Allande Cussó, Universidad de Sevilla

La covid-19 ha afectado, con mayor o menor intensidad, a la práctica totalidad de los países del mundo desde su primer caso en Wuhan (China) en noviembre de 2019. El desconocimiento ante la nueva enfermedad, así como las altas tasas de mortalidad y contagio, han provocado un aumento de la preocupación por el contagio en la población. Todo esto ha provocado la aparición de malestar psicológico. Además, la situación excepcional de confinamiento ha conllevado importantes implicaciones psicológicas, incluyendo síntomas depresivos, angustia emocional, insomnio, ansiedad y sentimientos de soledad.

Por otro lado, la propia evolución epidemiológica también ha aumentado considerablemente la necesidad de atención y cuidados en salud, tanto dentro como fuera de los hogares. Aquellas personas que trabajan formalmente fuera del domicilio familiar y que tienen personas dependientes a su cargo pueden ser consideradas como uno de los colectivos más afectados por la sobrecarga durante el confinamiento.

Generalmente esta dualidad de roles recae sobre la mujer, por lo que estas podrían sufrir un mayor impacto emocional negativo durante el confinamiento por la covid-19 que los hombres, debido a la enorme carga de trabajo físico y mental que podrían estar asumiendo.

En este contexto, algunos estudios ya han informado sobre las diferencias entre hombres y mujeres en relación al impacto psicológico de la pandemia y la presencia de síntomas de ansiedad y depresión. A este respecto, el impacto emocional de la pandemia por la covid-19 debe estudiarse bajo la perspectiva social y de género.

El 70 % de las tareas de cuidado recae en las mujeres. Con el estado de alarma y el confinamiento, y el consiguiente cierre de los centros educativos, esta cantidad se vio incrementada. Dicha situación, sumada al teletrabajo en el propio domicilio, provocó una sobrecarga emocional en la población. En este sentido, no se puede obviar que del total de profesionales sanitarios que prestan asistencia en hospitales, centros de salud y centros sociosanitarios, que en España son en un 84 % mujeres.

El sentido de la coherencia

Por otro lado, es conocido el papel de ciertas variables moduladoras o amortiguadoras del impacto psicológico en situaciones de emergencia o catástrofes. Por ejemplo, las estrategias de afrontamiento, resiliencia y recursos y mecanismos personales y del entorno. Una de estas variables es el “sentido de coherencia”, que es la capacidad del ser humano de responder de forma adaptativa ante situaciones estresantes, así como una predisposición a evaluar las circunstancias de la vida como significativas, predecibles y manejables.

Ante una pandemia como la que nos ocupa, es necesario atender tanto al impacto de la misma en la salud mental de la ciudadanía como la posible mediación de factores como el sentido de coherencia, muy relacionado con afrontamiento y el bienestar psicológico, a fin de mostrar una visión más completa del afrontamiento de tales circunstancias estresantes en hombres y mujeres.

Los resultados han demostrado que las mujeres presentan un mayor nivel de malestar psicológico durante la pandemia en comparación con los hombres (5,35 puntos sobre 10 entre las primeras y 3,80 puntos sobre 10 entre los segundos). En esta línea, los hombres ofrecieron mayores niveles de sentido de coherencia, lo que podría reflejar una mayor capacidad de respuesta a situaciones estresantes que las mujeres.

No obstante, cabe pensar en la posibilidad de que otros factores como la “doble presencia” de la mujer pudiera estar influyendo. Factores como el tener que compatibilizar las demandas de cuidado de la familia junto con las del trabajo pudieran incidir sobre este resultado más desfavorable para el grupo de las mujeres. Además, ellas presentan una mayor preocupación por enfermar e infectar a otras personas y menores niveles de salud autopercibida.

En este sentido, tanto el confinamiento como las circunstancias que rodean la pandemia provocada por la covid-19 podrían tener un fuerte impacto sobre el nivel la salud mental de la población general y de las mujeres residentes en España, en particular. Además, también refleja que las mujeres, cuyo grupo se encuentra al frente de los cuidados a personas menores, mayores y dependientes, están padeciendo en mayor medida los efectos de esta crisis sanitaria, social y económica.

Finalmente, estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de promover políticas sociales e intervenciones específicas en salud pública, bajo la perspectiva de género, con el objetivo de intervenir desde una perspectiva multidisciplinar sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de la población, y evitar con ello exacerbaciones y situaciones de riesgo psicosocial.The Conversation

Carlos Ruiz-Frutos, Profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Huelva; Carmen Rodríguez-Domínguez, Profesora Ayudante Doctora. Departamento de Psicología, Universidad Loyola Andalucía; Juan Gómez Salgado, Profesor de Salud Laboral del Departamento de Sociología, Trabajo Social y Salud Pública, Universidad de Huelva; Juan Jesús García Iglesias, Profesor del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Huelva; Mónica Ortega-Moreno, Dra. Estadística, Universidad de Huelva y Regina Allande Cussó, Profesora Asociada en el Dpto. de Enfermería, Universidad de Sevilla

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.




Gente esperando para recibir alimentos en una calle del centro de Sao Paulo (Brasil) el 12 de mayo de 2021.
Shutterstock / Nelson Antoine

José Carlos Sánchez de la Vega, Universidad de Murcia

Los elevados niveles de desigualdad, en términos de renta, esperanza de vida o educación, son un importante lastre en el proceso de desarrollo de las economías, e inciden negativamente en el bienestar global de la sociedad.

La evidencia previa confirma que una consecuencia de las crisis es, precisamente, el aumento de la desigualdad. Por ello, cabe preguntarse cómo puede estar afectando a la desigualdad la crisis provocada por la expansión global del SARS-CoV-2.

Entre los múltiples trabajos que analizan los efectos de la pandemia, cobran relevancia los que estudian la incidencia que tiene y tendrá la covid-19 sobre la desigualdad en el mundo.

Así, recientes publicaciones de Naciones Unidas (PNUD), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertan del aumento de la pobreza y la desigualdad, sobre todo en las economías emergentes y en los países en vías de desarrollo.

Desigualdad en el impacto

En el corto plazo, cualquier crisis afecta en mayor medida a los hogares más vulnerables a la vez que, en el medio y largo plazo, su recuperación suele ser más lenta. Dado el carácter asimétrico de esta crisis, es lógico pensar que también la carga económica será dispar entre los distintos colectivos sociales.

El necesario recurso al teletrabajo se ha mostrado más limitado en actividades como la restauración, el transporte o el comercio (mayorista y minorista), donde predomina el empleo de personas con baja cualificación y bajos niveles de renta. Por tanto, el consiguiente mayor riesgo a perder el puesto de trabajo habría deteriorado las condiciones de los hogares con menores ingresos.

Además, e independientemente de la actividad en la que estén ocupados, quienes perciben bajos salarios tienen más riesgo de perder su puesto de trabajo que quienes tienen salarios más elevados.

Partiendo de la base de una caída generalizada de los ingresos en 2020, parece evidenciarse un efecto desigual por niveles de renta, que vuelve a penalizar a las personas con menores ingresos y acrecienta tanto la desigualdad entre países como la interna.

La experiencia de crisis anteriores confirman la hipótesis de que su incidencia es mayor en los hogares con menores ingresos (y la recuperación es más lenta).

Además, el hecho de que estos hogares afronten las crisis mediante estrategias que merman su capital físico y humano (menor consumo de alimentos, venta de activos…) provoca que la desigualdad también quede reflejada en la diferente capacidad para atravesar dificultades según el estrato social.

Por otra parte, el aumento del desempleo de larga duración provoca la obsolescencia y depreciación como fuerza de trabajo de estos trabajadores, normalmente poco cualificados, lo que dificulta su reincorporación al mercado laboral.

Educación, pandemia, desigualdad

La interrupción del desempeño normal de las actividades escolares provocará pérdidas importantes en el aprendizaje, particularmente en los niños de familias vulnerables, que se intensificarán en el medio y largo plazo.

Según estimaciones de la Unesco (2020), alrededor de 1 600 millones de alumnos en el mundo se han visto afectados por los cierres, totales o parciales, de centros educativos (actualmente son más de 900 millones).

Las menores oportunidades de aprendizaje afectan particularmente a aquellos estudiantes cuyas familias tienen menos recursos y menos posibilidad de ofrecerles una educación complementaria.

Dada la relación entre menor tiempo de escolarización y menores ingresos a lo largo de la vida, es posible que, si no se toman medidas, estas disrupciones educativas tengan consecuencias duraderas, tanto económicas como sociales, para estos niños y adolescentes.

¿Qué hacer ante este panorama?

Las pérdidas de ingresos por el cese de actividades, el incremento del desempleo, las limitadas oportunidades de teletrabajo, las disrupciones escolares y las inadecuadas redes de seguridad son algunos de los factores que explican el deterioro en las ratios de desigualdad y en los indicadores de pobreza a nivel mundial. Todo esto podría revertir los avances logrados por las economías menos avanzadas desde la crisis de la Gran Recesión.

A tenor de experiencias pasadas, aunque la respuesta a este proceso puede ser sencilla, su puesta en práctica no lo es tanto. Así, compatibilizar la reconstrucción de las economías con medidas de inclusión y equidad se convierte en un reto crucial.

Estos son algunos de los ejes que deberían ser prioritarios en los planes de recuperación, fundamentalmente en los países menos avanzados:

  • Reforzar la inversión en salud y educación.

  • Promover medidas de reinserción en el mercado laboral.

  • Mejorar el acceso a los servicios financieros y a las tecnologías digitales.

  • Invertir, más y mejor, en redes de protección social.

Todo ello sin dejar de lado la aplicación de medidas que restañen las heridas provocadas por la crisis en el tejido productivo de muchos países y eviten, en la medida de lo posible, que queden huellas permanentes en sus economías.

Para concluir

Tras afrontar la crisis sanitaria más importante de la historia moderna, y a pesar de no haberla superado plenamente, el mundo se enfrenta ahora al reto de recuperar el pulso económico previo a la pandemia. Para afrontarlo se deberán tener en cuenta, más que nunca, los persistentes problemas de desigualdad y pobreza que se han visto agudizados por la pandemia.

Si se quiere fortalecer la economía global es preciso tomar medidas audaces, que refuercen dos de los pilares básicos del bienestar, actual y futuro, de cualquier sociedad: la salud y la educación.

Igualmente, se debe incidir de manera decidida en superar los problemas de inserción laboral de los colectivos vulnerables, así como en reducir la brecha digital, particularmente importante en los países menos avanzados.

Todo ello sin descuidar la necesaria recuperación del tejido productivo dañado, en algunos casos de manera irreparable.The Conversation

José Carlos Sánchez de la Vega, Profesor de Economía Aplicada, Universidad de Murcia

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Las «dark kitchen» o «talleres» para restaurantes virtuales fundamentados sobre la entrega de comida a domicilio, son a la vez un «jugoso negocio para los inversores inmobiliario y una pesadilla para los vecinos». Así explica el primer diario francés en un artículo de su corresponsal Sandrine Morel la polémica y las protestas que están suscitando las llamadas «cocinas fantasma» en España, que están viviendo un auténtico boom con la pandemia.

Le Monde detalla el caso concreto de la aparición de «cuatro gordas chimeneas» de la noche a la mañana en un local industrial abandonado desde hacía más de 20 años al lado del colegio público Miguel de Unamuno en Madrid. Añade que «ante el estupor de los padres», se confirmó que se trataba de un nuevo local de «dark kitchen»-las cocinas fantasma para restaurantes virtuales que se fundamentan en la entrega de comida a domicilio y que han conocido un boom con la pandemia-.

El reportaje apunta que las familias de los estudiantes del colegio temen que la calle, de sentido único y tranquila, se convierta en una «pesadilla», ya que las salidas de humo están justo delante del patio de infantil y temen que los olores, el humo del aceite, la circulación de riders y los ruidos perturben tanto al centro escolar como la vida de los vecinos. Y enfatiza que si bien en otros lugares, las cocinas fantasma se suelen establecer en antiguos restaurantes, en España se están multiplicando por doquier porque se han convertido en un «jugoso negocio» para inversores inmobiliarios. Pero advierte de que están también provocando protestas ciudadanas.

Le Monde es un diario vespertino francés fundado en 1944 y considerado el periódico de referencia del país. Está editado por el Grupo Le Monde que tras dificultades económicas es controlado desde 2010 por los empresarios Pierre Bergé y Xavier Niel y el banquero Matthieu Pigasse. Prisa posee también un 15% del diario que además ha recibido subsidios estatales, en torno a 17 millones de euros en 2010. Su línea editorial está considerada como de centro o centro-izquierda. Su difusión en 2020 supera los 400.000 lectores -combinando papel y abonos digitales- y vende un promedio de 40.000 ejemplares fuera de Francia. Su website recibe más de 40 millones de visitas al mes y es el principal sitio de información en francés en Internet. En 2008, Le Monde fue condenado a pagar 300.000 euros de indemnización por haber publicado un artículo sobre prácticas dopantes en el FC Barcelona.

Sandrine Morel es corresponsal de Le Monde en España desde 2010. Anteriormente escribía para Le Nouvel Observateur y otros medios francófonos, como La Depeche du Midi o Les Nouvelles caledoniennes, y fue además redactora jefe de Le Courrier D´Espagne de 2007 a 2010. En 2019 recibió el Premio a la mejor corresponsal extanjera del CIP. Es además la autora de algunos artículos que han dado mucho que hablar como un perfil sobre Belén Esteban y sobre Emilio Silva, “el hombre que quiere acabar con Franco, o la advertencia de la “engañosa” eficacia en la frontera de Melilla junto con textos que resaltan el papel de la economía sumergida para evitar una revolución o las acusaciones de manipulación en TVE. Y en junio de 2018 publicó “En el huracán catalán”, un libro que ha tenido un gran eco, en el que detalla cómo ha vivido todo el proceso independentista en Cataluña y donde revela aspectos como el trato preferencial que dio a los corresponsales extranjeros la Generalitat o la sugerencia de que podían “influir” en sus artículos comprando  publicidad.

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Shutterstock / Naypong Studio


Javier Martínez Moronta, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

El reciente cambio en la factura de la luz ha hecho que nuestro consumo eléctrico haya cambiado en poco tiempo. Sin embargo, durante el verano no podemos prescindir de estar fresquitos en los ratos de mayor calor.

Para tratar de ajustar nuestro consumo, y de paso reducir la factura de la luz, le facilitamos algunas claves para que puedan ayudarle a ahorrar, y no pasar tanto calor.

Lo primero, ajustar la temperatura

Durante el verano, las temperaturas superan con creces los 30℃ . Esta sensación de agobio y calor puede hacer que reduzcamos demasiado la temperatura de frío de nuestro aire acondicionado. Es mejor evitar temperaturas como los 21℃ o 22℃, buscando mejor una temperatura de equilibrio de entre 24 a 26℃.

Poner al aire entre 24℃ y 26℃ es una medida eficiente

Evita reducir en exceso la temperatura. 24℃ está muy bien.


Como regla general, recuerde que la diferencia máxima recomendada entre el exterior y el interior no debe superar los 12℃. Esto supone que en los peores días del verano (34-38℃) estaríamos cubiertos con la horquilla de 24 a 26℃.

Si bajamos más la temperatura, corremos riesgo incluso de afectar a nuestra salud, al cambiar tan bruscamente entre el interior y el exterior.

Trata de refrigerar espacios estancos

No necesitamos que toda nuestra casa esté fría 24 horas al día. Pasamos largos ratos en las mismas habitaciones y por ello debemos intentar que no se pierda energía enfriando más espacio del necesario.

Para ello, trate de cerrar las puertas, cortinas o separadores entre habitaciones, para que el volumen de aire a enfriar sea menor. Con ello conseguirá reducir el tiempo de funcionamiento de su equipo de aire acondicionado y favorecer la eficiencia.

En caso de que tenga un único punto de frío, trate de abrir y cerrar las puertas para configurar el flujo de aire hacia las zonas que le interesen en cada momento. Priorice los espacios vivideros, ya que cocinas o baños no requieren climatización, dado su uso.

Además, el aire frío puede afectar a nuestra salud. Por ello, recuerde contar siempre con algún tipo de calzado, aunque sean unas chanclas, y una vestimenta adecuada a la temperatura de nuestra casa. De este modo también podemos ajustar mejor la temperatura del hogar a nuestra sensación térmica.

La ubicación de los elementos de frío

En los aires acondicionados de pared, su ubicación viene determinada por la distancia a la máquina exterior. Si ya los tiene instalados cerca de ventanas o espacios de entrada de luz, trate de protegerlos con cortinas o estores.

Recuerde también que los equipos de aire acondicionado deben inspeccionarse al menos una vez al año para mantener los motores y filtros en buen estado de limpieza y funcionamiento.

En caso de que esté pensando en instalarlos, una buena ubicación es encima de las puertas, o en paredes que no reciban directamente la radiación solar. De este modo protegemos los equipos del calor y funcionarán de manera más efectiva.

Equipo de aire acondicionado portátil

Equipo de aire acondicionado portátil.


Si opta por equipos portátiles (ventiladores con hielo/agua, pingüinos, etc) trate de buscar la mejor ubicación, siempre recordando que estos equipos precisan de un conducto para sacar el aire caliente que producen, o un pequeño desagüe.

Ni todo el tiempo, ni hasta el último momento

Otra buena recomendación es la de no obligar a nuestros equipos a funcionar más tiempo del necesario. Si puede programar o temporizar su funcionamiento, notará una mejora en el consumo.

También podemos tratar de apagar los equipos entre 20 y 30 minutos antes de abandonar la estancia que hemos climatizado. De este modo aprovechamos el frío residual, y ajustamos un poco la temperatura de nuestra casa con respecto al exterior al que nos dirigimos.

Esta recomendación es igualmente válida para cuando vamos a dormir. Es recomendable, si tenemos aire en nuestro dormitorio, encenderlo entre 15 y 20 minutos antes de irnos a descansar y que quede apagado antes de dormirnos.

Complemente el aire acondicionado con la ventilación

Aunque los días sean calurosos, el amanecer y las noches suelen darnos un respiro. Por ello es bueno aprovechar este momento más fresco y aprovecharlos para ventilar y enfriar nuestras habitaciones mientras dormimos.

Puede también proteger las ventanas con mosquiteras, o cortinas, para permitir la entrada de aire y la ausencia de insectos (siempre será una solución más económica que malgastar energía).

Fachada con toldos de protección en Madrid

Fachada con toldos de protección en Madrid.


Las temperaturas más suaves de la mañana permiten la renovación de aire, y el ajuste de la temperatura de confort. De este modo, refrigerando gratuitamente la casa no necesitaremos tanto consumo de aire acondicionado, ni durante tanto tiempo.

Equilibrio con las fases ‘pico, valle y neutro’

En muchos casos, coincidirá que los momentos de consumo eléctrico más alto sean los de más calor. Para poder ajustar nuestro consumo es importante que tenga en cuenta que los enchufes temporizados y la domótica básica le ayudan a controlar mejor el encendido y apagado de aparatos.

No obstante, para estas horas de mayor calor puede contar también con protecciones solares, como toldos, estores, cortinas… y persianas. Estos elementos reducen la entrada de calor desde el exterior y evitan la pérdida del aire frío que tanto nos cuesta conseguir.

Conseguir ahorrar en aire acondicionado siendo eficiente

Ahorrar y ser eficiente.


En definitiva, no hay una receta mágica para pagar menos en la factura cuando usamos aire acondicionado, pero sí podemos conseguir mucho ahorro evitando el despilfarro. De media, dejar encendido el aire acondicionado de noche puede suponer un sobrecoste de entre 2 y 3 euros por día.

Implementando estas medidas, verá como consigue reducir el consumo en su factura y no tener que pasar un verano tan acalorado. Ni por el calor, ni por el coste.The Conversation

Javier Martínez Moronta, Profesor Universitario en UNIR. Arquitecto BIM. Especialización en Eficiencia Energética., UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.