El periódico alemán Süddeutsche Zeitung publica un texto sobre ETA y el nacionalismo de Sebastian Schoepp titulado: ??La ira de la ruina de un pueblo?. Según el autor, ??tras el nacionalismo del grupo terrorista ETA se esconde una ideología de sangre y tierra del siglo XIX […] reacción al miedo de los vascos a hundirse como etnia?. El texto recoge las tesis de Antonio Elorza.

El Süddeutsche Zeitung afirma:

??En el fondo, a ETA le da igual si se trata de democracia o de dictadura. Sea lo que sea lo que viene de Madrid, tiene que ser combatido. ??El odio a los españoles es el momento constituyente del nacionalismo vasco??, escribe el politólogo y especialista en ETA Antonio Elorza. ETA sería la ??focalización de las fantasías de violencia del nacionalismo vasco??. Estas fantasías tienen su origen a mediados del siglo XIX; son la reacción al miedo de los vascos a hundirse como etnia. Friedrich Engels denominaba en 1851 a los vascos como ??ruina de un pueblo?? que, al igual que los corsos, estaría condenada a desaparecer con el progreso. De ahí provendría la tendencia de los vascos a ser reaccionarios. Durante varios siglos, los pastores, pescadores y granjeros vascos habían sobrevivido como minoría obstinada en su lluviosa situación geográfica periférica entre Vizcaya y las montañas costeras. ??El aislamiento dio lugar a una sensación de superioridad??, sostiene Elorza, aunque por otra parte también sería el motivo de un cierto complejo de inferioridad. En realidad, los vascos no han encontrado nunca la unidad. Su zona de asentamientos siempre se ha encontrado en un vaivén entre España y Francia. La pobreza obligó a muchos a emigrar. Tan sólo su idioma arcaico y completamente independiente, el euskera, ha definido su identidad?.

??El planteamiento étnico ha puesto en descrédito el nacionalismo vasco al convertirlo en una ideología de sangre y tierra. Aún hoy en día se debate intensamente sobre el significado de la llamativa frecuencia del factor Rh negativo en el País Vasco. También resulta especialmente importante la relación con la naturaleza. En los años 20 surgieron los ??mendigoxales??, que practican un deporte que de español tiene muy poco: la escalada conjunta, considerada como foco de cristalización de los valores vascos. Aún hoy, ETA recluta a menudo a los futuros miembros de su cantera en campamentos clandestinos en las estribaciones de los Pirineos. En realidad, las ideologías tan solo han rozado el deseo vasco de ??estar a solas?? (Elorza). Este deseo es más antiguo que ETA y sobrevivirá a ella, puesto que es imposible de cumplir. Jorge Oteiza escribe que el alma vasca vive en una tensión continua entre polos opuestos complementarios como lo viejo y lo nuevo o lo rural y lo urbano. Para denominarlo emplea el término vasco huts: una especie de vacío interior, la falta de algo que se echa en falta pero a lo que no se puede poner nombre.?

Esa tesis bien podría aplicársele a todo pueblo del mundo que se resiste a ser fagocitado. Ejemplos hay millones -y ahora con la globalización veremos aún más-. Pero el problema del terrorismo no está relacionado con las ideas, sino con la abrumadora incapacidad por comprender el dolor que provocan sus acciones. El problema de ETA no es que defienda una identidad propia, una cultura propia o que desee que tal cultura permanezca en los tiempos. Todos los nacionalismos, -incluidos los nacionalistas españoles, que en Madrid los hay a patadas- creen que su cultura es grande, que merece permanecer.

El problema de ETA es que se ha autoconvencido de que para conseguirlo debe provocar dolor. Por tanto, no se trata de un ejercicio identitario. Se trata de la violación sistemática y sostenida de los derechos humanos.

Hoy, tras Internet, la carrera espacial, la revolución de las telecomunicaciones, de los transportes, la biotecnología, la nanotecnología y la realidad virtual, el nacionalismo tal y como lo conocemos parece primitivo. Además, el futuro pertenece a las culturas incluyentes, las que prometen acoger, dar calor y proteger a quien se suba, las que no desconfían del forastero.

Pero ni siquiera eso es importante. Si el pueblo vasco quiere algún día iniciar el camino de la independencia tendrá que empujar fuera de ese camino a ETA. No puedes permitir que nadie construya los cimientos de tu sociedad desde el desprecio a la vida, al dolor y a las lágrimas.

Intentando defender a Cospedal, Trillo se zambulló de nuevo en un jardín de dificil salida. Esta semana en Onda Cero dijo poseer la grabación que demostraría que el PP está siendo espiado ilegalmente por el gobierno. Hoy el diario EL PAIS desmonta una por una todas las acusaciones del ex ministro de Defensa y ahora coordinador de Justicia del PP:

La llamada policial a Camps. El ex ministro asegura que tiene una grabación de la conversación que mantuvieron a primeros de marzo de este año un inspector de policía y Francisco Camps. Eso, según Trillo, es una prueba de escucha ilegal aunque ayer no supo o no quiso decir quién había grabado la conversación y se limitó a sugerir que no fue el presidente valenciano porque �es un manazas�. �Le llamó a Camps] un inspector de la UDEF a las diez y media de la noche, cuando las notificaciones judiciales jamás se hacen por vía telefónica y jamás por la policía. Y Camps le dijo: �¿Por qué me llama? ¿Cómo tiene mi número?�. El inspector le respondió que era el responsable del caso y Camps le contestó: �¿Pero qué caso?�. Porque todo esto era al comenzar el caso Gürtel�.

Según Trillo, el presidente valenciano -Camps- no sabía nada. O tal vez se hizo el tonto, porque cuando recibió esa llamada (marzo de 2009), el caso Gürtel llevaba un mes en la vida pública y Camps conocía todos los detalles de su implicación desde, al menos, el 19 de febrero de 2009, cuando EL PAÍS reveló que la fiscalía le implicaba en la trama. Ese día, el presidente valenciano compareció ante la prensa para leer una declaración institucional. E incluso algunas semanas antes había llamado insistentemente por teléfono al sastre de Forever Young, José Tomás, para recabar información sobre las preguntas que le hacían los fiscales sobre el regalo de trajes. Así que cuando recibió la llamada del policía a las diez y media de la noche pidiéndole un número de fax para notificarle un auto judicial, Camps sabía de sobra de qué le estaban hablando. Trillo intentó colar ayer que su compañero lo ignoraba todo.

[…] Grabación ilegal de 2006. �A un presunto implicado�, contó ayer Trillo, �se le graba una conversación telefónica en 2006 que emite la Cadena SER mientras el sumario del caso Gürtel se inicia en agosto de 2008. Clara, manifiesta y rotundamente: escucha ilegal sin autorización judicial�. [y mas]

El ex ministro evita explicar, porque lo debe de saber dado que es el hombre del PP que ha leído todos los documentos judiciales sobre este asunto, que esa grabación es una de las muchas que hizo el ex concejal del PP José Luis Peñas cuando colaboraba con Francisco Correa, jefe de la trama corrupta. Las grabaciones de Peña, que se iniciaron el 7 de febrero de 2006 y concluyeron el 10 de octubre de 2007, fueron puestas en conocimiento de la Fiscalía, que investigó la veracidad de las mismas antes de actuar contra la red de corrupción vinculada al PP.

Nacho Escolar en escolar.net:

«… Nueva entrega de la serpiente telefónica del verano: Federico Trillo dice que tiene grabaciones que prueban las escuchas telefónicas de las que se ha quejado el PP. Por supuesto, lo ha contado en la radio, no en un juzgado, y la cinta a la que se refiere es bastante peculiar. Se trata de una conversación de hace unos meses entre Camps y un policía, que le filtra que su caso va a dejar de estar en manos de Garzón para pasar al Tribunal Superior valenciano. ¿No es más lógico pensar que Camps grabó la conversación? Trillo se anticipa y da ya la respuesta: Camps no fue porque ??es bastante manazas?. El pobre.

????????????

Rajoy habla al fin: ??Comparto todo lo dicho por la ??número dos?? de mi partido, aunque no he escuchado esas declaraciones concretas??. Es que estaba pescando…»

Ya. Desde luego la explicación de que Camps «es bastante manazas» serviría a cualquier Juez, claro, pero en todo caso ¿No estaría pinchado el teléfono de Camps? ¿No es acaso objeto de un proceso judicial por el asunto de los trajes? Pues eso.

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¿Que pasaría si en el 2012 se acabara la humanidad? ¿Como actuarían los gobiernos?¿Quien sobrevivirá en el 2012?. La respuesta llegará el 13 de noviembre con el estreno de la película 2012 del director Roland Emmerich (Independence Day y The day After Tomorrow). Entre los intérpretes John Cusack, Chiwetel Ejiofor, Amanda Peet y Danny Glober…

La película retrata el «cataclismo global que inicia el fin del mundo y las heróicas acciones de los supervivientes».

Los espectadores asistirán a la destrucción de la Capilla Sixtina, a la devastación de Washington por un maremoto y verán la ciudad de Nueva York hundida bajo el agua. La producción lanzó un trailer de prueba que muestra un tsunami sobre los Himalayas con un mensaje: «Los gobiernos del mundo no prepararon al pueblo para el fin del mundo», y el trailer finaliza con un mensaje al público para que «averigüen la verdad» buscando en Google 2012. El diario inglés The Guardian criticó el método como algo «profundamente dañado».

La fecha no ha sido elegida al azar. 2012 es, según explica la wikipedia, una fecha retratada por diversas culturas como año de profundas transformaciones.

La wikipedia lo explica así:

2012 (MMXII) será un año bisiesto comenzando en domingo en el calendario gregoriano. Según algunas creencias New age el año 2012 estaría destinado a ser un gran año de transformación (o alternativamente un apocalipsis). Existe desacuerdo entre los creyentes sobre si en el año 2012 tendrá lugar el fin de la civilización, o si en cambio la humanidad se elevará a un nivel superior.[1] Numerosas fuentes esotéricas interpretan la finalización del decimotercer ciclo B’ak’tun en la cuenta larga del calendario maya (que ocurre el 21 de diciembre según la correlación más confiable) como indicación de que tendrá lugar un cambio importante en el orden mundial. El astrólogo John Jenkins ha afirmado que en esta fecha, se producirá una «conjunción muy cercana del Sol durante el solsticio de invierno del hemisferio norte con el punto de cruce del ecuador galáctico y la eclíptica«, un evento que no se volverá a repetir en miles de años.

Si esa fecha tiene un significado místico o solo forma parte de la promoción viral de la película es dificil de saber. Sea como fuere, la espectacularidad de las imágenes hablan por si solas.

«…Al declarar que España se ha convertido en un Estado policial, Cospedal se ha asegurado un puesto, ya sea en la pequeña pero muy honrosa lista de quienes han salvado nuestra libertad y democracia, […]. Si presenta pruebas de lo que acusa, tendrá todo mi reconocimiento, como patriota y demócrata; pero si mintió, no es que tenga dimitir sino que ha de ser echada con deshonor de su partido, que debe mostrar así no ser cómplice de esa infamia, y ha de caer sobre ella todo el peso de la ley….»

[sigue Diego Mas en 20minutos.es]

 

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington, ¿Podría ser por el calor que está haciendo que la gente ande tan caldeada e irracional con esas reuniones informales con legisladores en torno a la sanidad? Podría ser consecuencia de lo que Raymond Chandler describía tan brillantemente al inicio de su corta obra de 1938 «Viento del desierto»:

«El viento del desierto soplaba esa noche. Era uno de esos vientos áridos de Santa Ana que se cuelan por los desfiladeros de las cordilleras y te fríen el pelo y te crispan los nervios y cortan la piel. En noches así cada reunión con alcohol acaba en pelea. Esposas sumisas y menudas sienten el mordisco del filo del cuchillo y estudian detenidamente el cuello de sus maridos. Cualquier cosa puede pasar».

Lamentablemente, no es tan simple. Los jubilados se despachan fuera de sí contra la sanidad «gestionada por el gobierno» y la «medicina socializada» – con tarjetas de Medicare escondidas dentro de sus carteras. Se podrían haber quedado en sus casas y haberse quedado a gusto solos. Los rigores de agosto son de justicia, pero no lo bastante para inducir el delirio colectivo.

Sabemos que hay locos dentro de las turbas que revientan los actos – paranoides fabuladores que imaginan escuchar el ruido de las aspas de los helicópteros negros del Gobierno Mundial acercándose por momentos. Sabemos que gran parte de la acción se orienta desde las organizaciones de agentes políticos cínicos, siguiendo un guión escrito por los grupos de presión de Washington. Sin embargo, la gente a la que le falta una tuerta y los que protestan de manera profesional se ven desbordados y confundidos por estadounidenses preocupados y confusos que parecen realmente convencidos de que no se les está diciendo toda la verdad sobre la reforma sanitaria.

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Y tienen parte de razón.

Para que no haya motivo de error, yo soy un convencido. Es escandaloso e inmoral que la nación más poderosa y rica del mundo ignore cruelmente el hecho de que 47 millones de ciudadanos carecen de seguro médico. Creo firmemente que debe de haber una opción pública que garantice la honestidad de las aseguradoras, y quiero que el gobierno sea capaz de negociar los precios de los medicamentos con las farmacéuticas.

Al margen del paquete de reforma que salga finalmente de esto — tras ser amputado por esos virulentos Demócratas conservadores — probablemente no llegará lo bastante lejos. Pero casi seguro voy a apoyarlo, con la teoría de que algo es mejor que nada. Me preocuparé del gasto, pero razonaré que vale la pena salvar vidas de niños y alejar de la bancarrota a las familias de clase media.

Pero la reforma no solo se está vendiendo como una obligación moral, sino también como una forma de controlar el aumento del gasto sanitario. Ese debería ser un debate distinto. No es ilógico que los escépticos sospechen que si millones de personas van a disponer de seguro médico, o el coste se dispara o los servicios se limitan.

La realidad sin paliativos es que los servicios serán finalmente limitados al margen de lo que suceda con la reforma. Realizamos las exploraciones más caras, las operaciones más cuestionables y las pruebas de diagnóstico más punteras que nos podemos permitir. Cantidades insostenibles de dinero se gastan en pacientes en su último año de vida.

Sí, es cierto que algunos médicos realizan exploraciones para protegerse de demandas, para evitar ser objeto de denuncias judiciales. Pero culpar a los médicos o los abogados civiles no lleva a ninguna parte. Somos los que pedimos estas pruebas, exploraciones y cirugías. ¿Y por qué no? Si existe una tecnología que puede prolongar la vida o mejorar su calidad, hasta unas pocas semanas o meses, ¿por qué no pedirla?

Esa es la razón de que la gente esté tan asustada y enfurecida con las medidas propuestas que permitirían que Medicare abonara los gastos de los terminales. Si el gobierno dice que tiene que controlar los costes sanitarios y, a continuación, se ofrece a pagar a los profesionales de los cuidados paliativos, los ciudadanos no deliran al concluir que el objetivo es reducir el gasto en el que incurren al acabar sus vidas. Es irresponsable que los políticos, como Sarah Palin, afirmen – falsa y barrocamente – que se va a instituir una especie de «comité de muertos» que decidirá cuándo se desenchufa a la tía Silvia. Pero es comprensible que la gente asocie las palabras «reforma sanitaria» con la limitación de sus opciones durante los últimos días de la tía Silvia.

Deberíamos tener dos debates. Uno debe abordar la obligación de garantizar el acceso universal a la medicina, que beneficiará directamente a millones de familias que luchan y hacen de ésta una sociedad mejor. El otro — más complejo, difícil y doloroso — debe tratar el problema a largo plazo del gasto sanitario sin control, que sería una crisis inminente incluso si el Presidente Obama no hubiera pronunciado nunca la palabra «reforma.»

Conjurar ambos ha hecho que los nervios de la nación estén a flor de piel. Y ahora, cualquier cosa puede pasar.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Con un equipo tras otro rechazándole, la cuestión en torno a Michael Vick, lanzador de fútbol americano y asesino de perros, no es si va a volver a la NFL o no, o incluso si debe regresar, sino si estaría ya de vuelta si fuera un pelín más joven y destacara en la práctica del deporte. La respuesta, señoras y caballeros, es sí. Se habría encontrado la excusa.

El mes pasado, el Comisionado de la liga Roger Goodell levantó la expulsión de Vick, lo que le permite unirse a un equipo. Vick ha cumplido su sentencia de prisión, ha sacado todas las tarjetas de expiación y «pagó su deuda con la sociedad», y hasta agradeció el apoyo de Jesse Jackson, quien parece decidido a pasar su vejez haciendo de parodia de Jesse Jackson. Es difícil teclear esto para mis dedos, pero Jackson comparó los esfuerzos de Vick por volver a la NFL con Jackie Robinson intentando entrar en la Liga de Béisbol. (Puede buscarlo – New York Times, 8 de agosto.)

Según los testimonios de su juicio, los perros que carecían del adecuado espíritu de pelea eran ahogados, ahorcados o apaleados hasta la muerte. Siempre según los testimonios, Vick era testigo de los ahogamientos y ahorcamientos y palizas. Esto se considera rutina en el mundo de las peleas de perros. Si un perro de pelea se da por vencido durante una lucha, el perro es asesinado al día siguiente. De manera que lo que se hacía en la residencia de Vick no es sino de lo más tradicional.

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Igual que Jackson defendió a Vick como la versión viva de Jackie Robinson, yo podría defender que la ex estrella de los Atlanta Falcons simplemente hacía a los perros lo que a menudo se hace a los atletas como él. Si bien es cierto que normalmente no se les ahoga, ellos son considerados mercancía de la que se puede prescindir cuando su vida útil toca a su fin. Este matiz «todo o nada» que se da en los deportes no es exclusivo – los concursos son parecidos – pero son contadas las empresas en esta vida en las que un mal paso significa la pérdida de toda una carrera. Este es el mundo de los atletas profesionales. ¿Por qué no debe ser igual con los perros?

Quizá porque los perros son criaturas inocentes y cándidas que no han elegido ser combatientes. Quizá porque su entrenamiento es brutal y sus vidas dolorosas. Tal vez porque morder duele. Quizá porque todo el espectáculo es repugnante y sórdido – un circo de gladiadores no entre hombres, sino entre sus mejores amigos en su lugar. Como era de esperar, Vick reconoció todo eso a su reunión con el comisionado. Ahora rezuma remordimiento. Es el hombre que susurraba a los perros.

No hay más corrupción en ningún rincón de la vida estadounidense como en los deportes – en particular el deporte amateur, porque con la posible excepción de la natación sincronizada, eso no existe. Cualquier niño de 5 años le dirá que un atleta con talento no tiene que seguir las normas. Se les perdonan las faltas a sus clases universitarias, sus exámenes y su solemne código de ética.

El deporte profesional, en contraste virtualmente refrescante, está libre de hipocresía. El dinero circula a lo grande y por adelantado, y con demasiada frecuencia también el comportamiento descarado. Los niños de cualquier parte aprenden que practicar un deporte puede acarrear una inmensa fortuna, por no hablar de un pivón o dos.

Por el momento, ningún club ha hecho una oferta a Vick. Pero sus rechazos no se han acompañado en ningún momento de una denuncia ni una expresión de escándalo. En lugar de ello, tenemos desapasionadas observaciones sobre el talento presumiblemente perdido de Vick o la opinión de que contratarle no pondría fin a la polémica. Juicios de valor nunca se hicieron. En este sentido, Ted Thompson, el dueño de los Green Bay Packers, fue prototípico. «Examinamos todas las opciones todo el tiempo», declaró a Associated Press.

A su debido tiempo, Vick jugará de nuevo. Su entrada ya se ha suavizado a través de la conmovedora preocupación de Jackson entre otros, por no mencionar una amplia variedad de artículos de cronistas deportivos que parecen haber programado en sus ordenadores «pagó su deuda con la sociedad» en una única tecla. Algunos de ellos han señalado que son amantes de los perros. Conmovedor. Pero todavía no hemos escuchado la versión de los perros.

Cuando Vick salga a jugar, por mi parte me imaginaré el castigo a cachorros inocentes mientras son ahogados o retorciéndose en el aire mientras son ahorcados. Y en todo el país cada niño sabrá – si no lo saben ya – que lo que más importa no es que Vick haya pagado su deuda con la sociedad ni que se haya arrepentido, sino que aún sabe lanzar la pelota. Tal vez un atleta no pueda salir impune de un homicidio, pero ahogar perros es harina de otro costal.

Richard Cohen
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Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston. Me alegran como a todos los signos de recuperación económica. Pero confieso tener opiniones confusas en torno a la reaparición de la industria de los chalados.Ahora tenemos a los «birthers» que inventan mitos de que el Presidente Obama no nació en Estados Unidos y por tanto encabeza ilegalmente la administración. Estos productos llegan a mi bandeja de entrada con más rapidez de la que puedo presionar el «bloquear al remitente.»

Simplemente están siguiendo el plan de aquellos primeros pioneros que vendían la idea de que Obama había matado a su abuela. Considere el escriba virtual propenso al miedo que redactó la memorable línea: «Obama vuela a Hawái a visitar a su abuela y apenas unos días después la diña. ¿Coincidencia?»

Pero ahora la industria ha saltado de acusar a Obama de matar a su abuela a acusarle de tratar de matar a su abuela.

La campaña del momento se basa en una pequeña provisión del proyecto de ley de atención sanitaria que autorizaría a Medicare a compensar a los médicos por el tiempo de consulta dedicado a los pacientes para tratar las opciones terminales que tienen.

Esta modesta idea era distorsionada a propósito por personas como Betsy McCaughey, la ex teniente de la gobernación en Nueva York, que decía que la ley «obligaría incondicionalmente» a recibir consejo sobre cuidados terminales «que consistirá en que los desconecten cuando antes.» El líder Republicano John Boehner ofrecía el mismo producto cojo, diciendo: «Esta disposición puede despejar el traicionero camino hacia la eutanasia auspiciada por el gobierno.»

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Sus opiniones también fueron distribuidas por las franquicias de la derecha. Laura Ingraham advirtió que los burócratas del gobierno «se presentarán en las casas de los ancianos» – sí, visitas a domicilio – para tener siniestras conversaciones acerca de la muerte. En analista de Fox News Peter Johnson lo llamaba «una especie de ‘Un mundo feliz’ versión 2009″. Y Randall Terry, el camaleón del movimiento antiabortista, decía que era un intento de «liquidar a la abuelita.»

El pánico es su producto más importante. El proyecto de ley no promulga realmente nada parecido. Simplemente garantiza que la planificación anticipada de la atención estará cubierta en el caso de los pacientes y las familias que así lo soliciten. Como dijo Obama a una mujer en un foro de la asociación del jubilado AARP, «Me sorprende que esa sea una cosa sensata pendiente.» ¿Pero quién confiaría en alguien que liquidó a su abuela?

En resumidas cuentas, Fanáticos S.A. juega con la noción de que las directivas de planificación son una forma astuta de reducir los costes mediante la reducción de la vida.

Bueno, esto es lo que sabemos: La cuarta parte de todas las pensiones de Medicare se consumen en el último año de vida, la mayoría en el último mes. No sabemos todavía si va a costar menos (y cuánto menos) que los pacientes elijan los cuidados paliativos punteros. Seguramente no será barato atajar la espiral de gasto sanitario.

Sin embargo, tenemos algunas otras sugerencias. En un estudio realizado con pacientes terminales de cáncer del Instituto Oncológico Dana-Farber de Boston, aquellos que tuvieron conversaciones acerca de la atención a terminales consumieron una tercera parte menos en su última semana que los que no hablaron. Y tuvieron una mejor calidad de vida y de muerte.

Sí, los que no hablaron de opciones llevaban tratamientos más agresivos. Acabaron en cuidados intensivos y / o con respiración artificial o fueron reanimados. No sólo tuvieron una peor calidad de muerte se mire por donde se mire, dejaron a sus familias con más dificultades, y esta es la diferencia clave: No vivieron más tiempo por eso.

Como decía la autora del estudio, Holly Prigerson, «Por lo general el ahorro de dinero pasa factura a la sociedad o al paciente y su familia. En este caso parece no perder nadie». Los pacientes que recibieron tratamiento más caro, añadió, «no adquirían nada que deseara un consumidor informado.»

Las conversaciones sobre la muerte nunca son fáciles.

Las familias pueden pensar que si no están haciendo «todo lo posible», es como si no hicieran nada. Los pacientes pueden entender la alternativa a la atención médica como no tener atención.

Confundimos los cuidados que alargan la esperanza de vida con los tratamientos que prolongan el sufrimiento. No siempre oímos hablar de cuidados paliativos y unidades de atención. Esta es precisamente la razón de que tengamos que alentar a tener estas conversaciones.

Algunas personas eligen «todo.» Otras eligen la atención cómoda. Pero si formamos y compensamos a los profesionales en concepto del refinado arte del diálogo, tomaremos una decisión con base. Y eso es lo que hace esta minúscula cláusula del gran debate sanitario. Pone los medios para que la abuela y el abuelo y nosotros digamos cómo queremos morir.

¿Podemos por tanto declarar zanjado el asunto del susto?

Oh, no, ¿qué es lo que veo en el horizonte? «El Obamacare regulará por ley el cambio de sexo gratuito.» Hala, más chaladuras.

 Ellen Goodman

© 2009, The Washington Post Writers Group

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James May es conocido en el Reino Unido por ser uno de los presentadores del programa Top Gear de la BBC. Escribe además una columna semanal en la sección de motor de The Daily Telegraph‘s .

A May, según la wikipedia, se le conoce también como «Captain Slow», -capitan lento- por su prudente estilo de conducción. Recientemente logró ser aceptado como pasajero de excepción en el interior de un avión espía U2 en un impresionante viaje hasta la frontera entre la atmósfera y el espacio.

«Todo el mundo debería poder hacerlo al menos una vez -dijo al bajar del avión impresionado por las vistas de la tierra- . Cambiaría completamente la cara de la política, de la religión, de la educación …todo!

[Visto en meneame.]