Israel ha vuelto a atacar – y ya van cuatro- un edificio de Naciones Unidas en Gaza. Esta vez era una escuela. Han muerto seis personas, entre ellas una madre y su hijo pequeño. Catorce palestinos más han resultado heridos.

Un fotógrafo amigo me escribe desde Gaza: ??Acabo de fotografiar el cadáver de una madre y de sus cinco niños, muertos en su casa por un misil israelí?.

Un médico palestino que estos días aparecía en las televisiones internacionales describiendo la difícil situación que atraviesan los hospitales de Gaza acaba de perder a sus tres hijas, atacadas por la munición israelí.

Es evidente que Israel desea mostrar al mundo la impunidad con la que puede actuar. A estas alturas ya nadie puede dudar de que hace y deshace a su antojo, con el beneplácito de Washington.

Ahora el gobierno israelí estudia un alto el fuego unilateral, lo que demuestra que aquí el único que decide cuándo comienza algo y cuándo termina, es él, Israel. Tel Aviv no estaba esperando respuesta alguna de Hamás. En breve presentará su alto el fuego, que solo depende de su voluntad. Si hubiera querido lo habría presentado hace una semana, o hace dos. Se habría salvado la vida de quinientos palestinos, o de seiscientos.

Pero Israel quería dejar bien claro que tiene mano dura. Ha optado una vez más por el lenguaje bélico, por la masacre, por la perpetuación de la guerra, por la ausencia de diálogo.

El bombardeo de hoy se produce tan solo dos días después del ataque israelí contra un refugio de la ONU en Gaza, repleto de ayuda humanitaria -alimentos, medicinas- que ardió durante horas (mientras Ban Ki Moon estaba de visita en el país). Esa ayuda humanitaria la envió la comunidad internacional, es decir, nosotros. Pero los dirigentes occidentales siguen midiendo sus palabras y no se atreven a ofenderse.

Una gran mayoría de los estadistas estadounidenses y europeos está dispuesta a fingir y a participar en la danza del cinismo diplomático, en la que llevarse las manos a la cabeza o mostrar públicamente indignación sería políticamente incorrecto y se consideraría, erróneamente, ineficaz.

Y así van pasando los días y van aumentando los muertos.

Ningún país de la UE ha presentado una propuesta para llamar a consultas a los embajadores israelíes, para cortar relaciones comerciales con Tel Aviv, o, como ha pedido Turquía, aliado de Estados Unidos, para expulsar a Israel de la ONU, una propuesta que no debería herir la susceptibilidad de nadie, teniendo en cuenta que no han sido una, ni dos, ni tres, sino cuatro, las veces que los aviones israelíes han atacado las sedes del organismo internacional en Gaza. No creo que a Israel le importara mucho dejar de estar presente en un organismo al que, evidentemente, desprecia.

Flaco favor se le está haciendo a Israel al permitirle matar niños, civiles, periodistas, médicos, mujeres. Tanto Tel Aviv como todos sus aliados han perdido toda autoridad moral para poder exigir en el futuro que se cumplan las leyes internacionales que ellos pisotean.

¿Con qué derecho pediremos a nuestros enemigos que no ataquen nuestros hospitales, nuestros centros de prensa, las sedes de nuestras ong´s, a nuestros civiles, a nuestros niños? Con ninguno. He aquí los valores del mundo que nuestros dirigentes han elegido. He aquí los códigos que priman en este nuevo siglo.

De verdad que me he esforzado por entender que pretendía decir Soraya utilizando en ese contexto tan sensual la palabra retranca. No he sido capaz. Aunque para retrancas la de Pedro J. Pero vayamos por partes.

La fotografía no estaba tan mal, dejémonos de rollos. Algunos, incluso desde la izquierda, la han calificado de sexista de manera injusta. 

Una persona tiene muchas facetas, y entre ellas la intelectual -que esta foto no busca retratar- y la estética -que es una que nos acompaña a los seres humanos y para la que unos tienen más suerte de la que tenemos otros- . A  mi me parece muy atractiva la intelectual, aunque si nos ponemos exquisitos tampoco tiene porque ser edificante creer en la verdad absoluta de la meritocracia y el esfuerzo. Pero reconozco que también viene siendo una estupidez lo de decir eso de que uno no se fija en el aspecto exterior de las personas. A todo el mundo le gusta estar atractivo, pues eso ayuda, en ocasiones, a coronar en la cama o en la imaginación, ciertos dias de esta triste vida, si la cosa se da bien. Yo mas que sexista, calificaría la conducta como sexualista.

La verdadera liberación de la mujer empezará el dia en que una mujer pueda tomar la decisión de posar así o incluso sin ropa, sin que eso tenga consecuencias de esta naturaleza. Eso es libertad. Lamentablemente, después de su insinuante posado, Soraya compareció en la rueda de prensa tapada hasta las orejas con una bufanda. Tres vueltas. O lo que es lo mismo: un paso adelante y dos atrás.

 Sobran las críticas pues lo que se ha demostrado es que la portavoz del PP tiene bastante gusto a la hora de elegir posado. Peor parado salió Rajoy cuando le fotografiaron los de Interviú -involuntariamente, claro- con dos tomates en los calcetines. Eso sí que retrata una conducta.

Ahora bien, para escándalo el de Pedro J Ramírez. Ahí tenemos la retranca. Primero convence a Soraya para hacerle una foto de dominical, luego la publica seriada en el periódico, y después se permite cascarle un bofetón por la contradicción que supone posar así en un partido conservador. En toda la línea de flotación. «Pasa, pasa, Soraya, que dentro tenemos más caramelitos…»

Esta vez, Pedro J eligió un video post para el azote:

«La decisión de posar a lo femme fatale, recostada en el suelo […] tiene la virtud de poner en evidencia las contradicciones […] de Soraya que mientras se hacía una foto que puede ser tachada de sexista también decía que a veces da  vergüenza ser mujer en la cámara» porque Rubalcaba no asistió el dia que ella quería hablar de violencia doméstica…

«Muchos van a interpretar esta imágen como una expresión del cacao mental de un partido, del caos político de un partido, que da la impresión de no sentirse a gusto dentro de su propia piel. De un partido al que le gustaría ser lo que no es. Y por eso se distancia de sus electores…-

Toma, toma, toma. Con un par.

Este es el manifiesto que se leerá en la concentración de hoy sábado en Madrid, a las 18:00 en la Puerta del Sol. Tras ello, habrá una lectura de poemas.

«No es una guerra, no hay ejércitos enfrentados. Es una matanza. No es una represalia, no son los cohetes artesanales que han vuelto a caer sobre territorio israelí sino la proximidad de la campaña electoral lo que desencadena el ataque. No es la respuesta al fin de la tregua, porque durante el tiempo en el que la tregua estuvo vigente, el ejército israelí ha endurecido aún más el bloqueo sobre Gaza y no ha cesado de llevar a cabo mortíferas operaciones, 256 muertos en los seis meses de supuesto alto el fuego, con la cínica justificación de que su objetivo eran miembros de Hamas. ¿Acaso ser miembro de Hamás despoja de condición humana al cuerpo desmembrado por el impacto del misil y al supuesto asesinato selectivo de su condición de asesinato sin más?

No es un estallido de violencia. Es una ofensiva planificada y anunciada hace tiempo por la potencia ocupante. Un paso más en la estrategia de aniquilación de la voluntad de resistencia de la población palestina sometida al infierno cotidiano de la ocupación en Cisjordania y en Gaza a un asedio por hambre cuyo último episodio es la carnicería que en estos días asoma en las pantallas de nuestros televisores en medio de amables y festivos mensajes navideños.

No es un fracaso de la diplomacia internacional. Es una prueba más de complicidad con el ocupante. Y no se trata solo de Estados Unidos, que no es referencia moral ni política, sino parte, la parte israelí, en el conflicto; se trata de Europa, de la decepcionante debilidad, ambigüedad, hipocresía, de la diplomacia europea.

Lo más escandaloso de lo que está pasando en Gaza es que puede pasar sin que pase nada. La impunidad de Israel no se cuestiona. La violación continuada de la legalidad internacional, los términos de la Convención de Ginebra y las mínimas normas de humanidad, no tiene consecuencias. Más bien, al contrario, parece que se premia con acuerdos comerciales preferentes o propuestas para el ingreso de Israel en la OCDE. Y qué obscenas resultan las frases de algunos políticos repartiendo responsabilidades a partes iguales entre el ocupante y el ocupado, entre el que asedia y el asediado, entre el verdugo y la víctima. Qué indecente la pretendida equidistancia que equipara al oprimido con su opresor. El lenguaje no es inocente. Las palabras no matan pero ayudan a justificar el crimen. Y a perpetuarlo.

En Gaza se está perpetrando un crimen. Lleva tiempo perpetrándose ante los ojos del mundo. Y quizá dentro de unos años alguien se atreva a decir, como en otro tiempo se dijo en Europa, que no sabíamos.»

Fdo: Teresa Aranguren \\ Pedro Martínez Montávez \\ José Saramago \\Pilar del Río \\ Rosa Regás \\ Carmen Ruiz Bravo \\ Belén Gopegui \\ Constantino Bértolo \\ Santiago Alba

Tal y como señalaba en el post de ayer, la nueva realidad religiosa de nuestro país está provocando no pocos cambios. The Times precisamente lleva un texto firmado por Graham Keeley titulado: ??Unos padres ganan una batalla de tres años por un crucifijo en el aula?. En el texto se recoge la disputa entre la Iglesia católica y el Gobierno, que según The Times, «se ha reavivado después de que un juez prohibiera que se colgase un crucifijo en un colegio público».

Para ser honestos el asunto de los crucificos en las aulas es algo más complejo que eso. Lo cierto es que un chico musulman, nacido en España, por ejemplo, no tiene porque sentirse insultado por un crucifijo. Sin embargo su presencia en un aula le hace sentir que no cuenta, que él no es de allí. No se trata sólo de un asunto de respeto, sino también de convivencia. En todo caso The Times afirma:

La victoria judicial se produjo a finales del año pasado, y ha reabierto el debate sobre el lugar que deben ocupar los símbolos religiosos en el que en su día fue el país católico más devoto?. […] ??El descontento por la actitud derechista de la jerarquía católica en España ha hecho que mucha gente abandone la Iglesia.

The courtroom victory came late last year and has reignited a debate about the place of religious symbols in what was once one of Europe’s most devoutly Catholic countries. […] And amid discontentment with the right-wing stance of Catholic hierarchy in Spain, many people are leaving the Church

La confederación católica de padres de alumnos afirmó que la sentencia era sintomática de una ??fanática campaña laica contra los símbolos religiosos??. Los grupos laicos llevan años luchando por eliminar todas las huellas de la Iglesia, que la Izquierda ha considerado como una aliado político de la dictadura de Franco».

The issue is likely to remain because the Spanish Government is preparing to reform its Law of Religious Liberties to give an official voice to other religions. Secular groups have been campaigning for years to remove any trace of the Church, which was seen by the Left as a political ally of the Franco dictatorship. [more]

E. Robinson

Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

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Eugene Robinson – Washington. La capital de nuestra nación sobrevivirá a la debacle financiera, a la cada vez más acusada recesión y al abanico de crisis exteriores que van de Afganistán a Zimbabue. Que Washington vaya a sobrevivir a la investidura del martes, no obstante, es una cuestión que sigue en el aire.

Pocas veces una ciudad que tan engreídamente se considera el centro del universo político se ve cautivada por una combinación tan poderosa entre inquietud y vértigo. Barack Obama va a ser, después de todo, el presidente número 44 de los Estados Unidos; no es que no hayamos pasado este trago antes. Pero esta investidura parece haber sido amplificada por una espiral autoalimentada de importancia histórica, paranoia con la seguridad y acusada avalancha de cifras, una combinación que ha puesto a prueba la capacidad de capear las circunstancias que tiene Washington.

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Supe que las cosas se estaban poniendo feas hace semanas cuando me reuní con el alcalde de la capital Adrian Fenty y su saludo no consistió en desearme un buen día ni preguntar cómo me iban las cosas, sino «¿Tienes algún sitio libre donde pueda aparcar cuatro autobuses de línea??

Las cosas se pusieron mucho peor con el anuncio de que todos los puentes que cruzan el Río Potomac que separa la ciudad y los suburbios de Virginia iban a estar cerrados para vehículos particulares durante el Día de la Investidura. Cualquiera que necesite atravesar esos puentes para llegar a la ciudad — y esto incluye a casi todo hijo de vecino que llega desde cualquier sitio del sur — esto significa toda una nueva dimensión de angustia.

No es que vaya a ser fácil llegar al centro el martes desde alguna dirección, teniendo en cuenta el volumen de tráfico que se anticipa y el hecho de que tantas calles vayan a ser cortadas. Pocas opciones les quedan a aquellos que tengan un deber profesional que cumplir. Yo conozco unos cuantos periodistas afortunados destacados en Washington cuyas empresas de información han reservado y confirmado habitaciones de hotel para la noche del lunes. Muchos otros hacen planes para dormir en sus oficinas, lo que significa que van a interpretar su papel de testigos de la historia en un estado inusualmente ajado.

A unos cuantos días, el dispositivo de seguridad ya ha empezado a hacerse patente en el corazón federal de Washington — un viaje de 10 minutos puede costar el doble o el triple de tiempo del que debería. Pero el tráfico está lejos de ser lo único con lo que la ciudad debe estar inquieta. El discurso de investidura de Obama se espera que atraiga un récord de gente venida de toda la nación, y muchos de esos visitantes van a quedarse con amigos y parientes. Los anfitriones locales se ven forzados a estar al día con el aluvión de anuncios en materia logística — calles cortadas, horario durante el que va a funcionar el metro, restricciones muy a destiempo — con el fin de decidir cómo trasladar mejor a sus invitados del punto A al punto B y viceversa, eso en caso de asumir que el punto B vaya a ser accesible.

El mayor motivo de inquietud con diferencia para visitantes y residentes por igual, no obstante, puede ser imaginar cómo llegar a asistir a algo realmente. Es irónico, porque ésta debería ser la menor de sus preocupaciones.

Para el principal evento — el juramento en el Capitolio — hay apenas 240.000 entradas; los miembros del Congreso, cada uno de los cuales recibió un cupo de entradas que repartir, hablaba de un aluvión de demanda. En el caso de los VIP que van a disponer de un asiento cercano a la acción, y hablo de Oprah en esta categoría, tener una entrada significa algo. Pero aquellos con entrada para el gallinero es poco probable que vayan a ver nada más que las masas congregadas en el Mall.

¿El Baile de Investidura? Cualquiera que haya atravesado el problema de hacerse con una entrada, encontrar un traje nuevo y atravesar el laberinto de tráfico y barreras de seguridad ciertamente lo pasará bien, aunque sólo sea para justificar el gasto de fuerzas. El nuevo presidente y la primera señora sin duda alguna estarán radiantes. Pero aquellos que renuncien al baile pueden consolarse en el hecho de que estos asuntos no son algo que cualquier persona razonable describiría técnicamente como divertido.

Una vez más entonces, la diversión realmente no es el meollo de la cuestión. Hay un motivo de que Washington esté temblando con esta investidura en particular, un motivo de que tantas personas vayan a desafiar inclemencias y a los elementos para ser testigos de la llegada de esta nueva presidencia.

La administración Obama arranca en un momento de crisis, pero también quizá de oportunidades. La nación ha elegido a su primer presidente norteamericano. El gobierno que va a encabezar se ha visto obligado a tomar más cartas en el asunto de la vida económica de la nación que ninguna otra administración desde la Segunda Guerra Mundial. Si alguna vez ha habido un momento para poner a la nueva administración a trabajar con los mejores deseos de la nación, ese momento es éste. Esta investidura realmente sí importa más que la mayoría.

Por tanto, que empiece la fiesta. De alguna manera llegaremos al miércoles. ¿No?

Eugene Robinson 

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Ellen Goodman

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Ellen Goodman – Boston.  Mientras que soy consciente de que no hay investidura de la primera dama -ningún juramento que realizar, nada de discursos que pronunciar- sí tenemos lo que sería un rito de iniciación. De esta manera, Michelle Obama, licenciada de Princeton y la Facultad de Derecho de Harvard, abogada y madre, ha sido objeto de la mezcla usual de admiración desatada y novatadas paso obligado para llegar a la residencia ejecutiva de la Casa Blanca.

Todo se desmadraba esta semana con relatos inasequibles al desaliento de la Primera Fashionista apareciendo por doquier. El diálogo variaba desde las quejas de que «su imagen de picapleitos se ha estirado y secado mucho» hasta las opiniones entusiastas de ella como nueva Jackie Kennedy que va a rescatar talonario en mano a la industria estadounidense de la moda.

El diálogo acerca de trapos y decoraciones planteaba la descorazonadora posibilidad de que hasta después de Hillary y, ejem, Sarah, vayamos a volver a la cantinela de la primera dama. Sí, a esas tardes de antaño en las que los medios se centraban en sus ojos solitarios puestos en las cuatro palabras que rigen el mandato de la primera dama: moda, mobiliario, comida y familia.

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Pero (¡hay esperanzas!) también cabe la posibilidad de que el cuarto sustantivo -la familia- se convierta en una agenda seria que cimente un vínculo entre la mujer de la Casa Blanca y la mujer de Cada Casa.

Michelle Obama enumeraba sabiamente su primera prioridad como cuidar que sus hijas no pierdan el rumbo durante la transición. Pero como decía ella en «60 Minutes,» «Las mujeres somos capaces de hacer más de una cosa al mismo tiempo.?

De hecho, Obama se presentó como una mujer que «durante mucho tiempo tuvo que hacer dibujos animados para ser madre del ejecutivo y tener una carrera.? Si, como decía rutinariamente durante la campaña, para ella es una lucha -una mujer con recursos y una abuela en jefe- imagine lo difícil que debe ser para las demás.

¿Qué pasará si esta madre en jefe de 45 años, y esposa de un hombre que «las pilla al vuelo,» convierte lo personal en su carrera política? ¿Cómo será una política de conciliación entre trabajo y familia seria?

Durante la mayor parte de una generación, tener que hacer dibujos animados para conciliar ambas vidas se ha enmarcado como un talento individual del Concurso para Ser Buena Madre. Como dice Ellen Galinsky, del Instituto Familias y Trabajo, «El trabajo y la familia se veían como mundos separados. Todo el mundo imaginaba que los demás lo hacían y sólo éramos nosotras las que no podíamos.?

La última muestra de importancia de legislación familiar fue la Ley de Bajas Médicas y Familiares aprobada hace 15 años. Sólo garantiza la baja no retribuida en los espacios de trabajo de 50 trabajadores o más. Mientras tanto, más o menos la mitad de los trabajadores de la nación obtiene el pago de un solo día por enfermedad y muchos menos tienen sueldo en caso de baja por maternidad. ¿Qué de aquello del horario flexible? Hasta entre aquellos que lo pueden reclamar, el 33 por ciento sostiene que al hacerlo se juegan su puesto de trabajo.

Y a propósito, mientras estamos en medio de ninguna parte, a las responsabilidades del cuidado infantil se suma el tsunami de la tercera edad.

Para volver a funcionar otra vez, necesitamos ampliar la baja por motivos familiares a las plantillas de 25 trabajadores o más. Tenemos que incrementar la cifra de estados con bajas remuneradas por motivos familiares más allá de California, Washington y Nueva Jersey, y sumar un grupo de distritos y ciudades con siete días al menos de baja remunerada por enfermedad.

Al mismo tiempo, podemos apoyar las leyes que garantizan unas escasas 24 horas al año para asistir a reuniones escolares. Y seguramente, cualquier puesto de trabajo nuevo generado a través de fondos de estímulo tendría que incluir políticas favorables a la familia.

En esta economía, muchos trabajadores tienen miedo de solicitar tales «volantes.? Cuando corren tiempos difíciles, explica Debra Ness, de la Sociedad Nacional de Mujeres y Familias, «nos dicen que supondría el desastre… no podemos ahora mismo.?

Pero la primera ley de salario mínimo, la primera ley de madres trabajadoras, y la ley que fija el número de horas fueron todas aprobadas durante la Depresión. No podemos salir de este lío poniendo las cosas a las familias aún más difíciles.

¿Qué hay de los Obama? Ellos han encontrado una forma única de resolver su propia dicotomía entre vida familiar y laboral. En palabras del presidente saliente, «?l estará a 45 segundos de una gran esposa y dos niñas pequeñas que le quieren con locura.?

La esposa de todo presidente tiene una lista de tareas incluyendo la de consejera de confianza, papel con frecuencia trivializado como conversaciones de cama. Pero qué oportunidad supone utilizar la atención centrada en la primera dama para arrojar luz sobre las demás familias. Qué oportunidad tiene Michelle Obama de convertirse en madre del ejecutivo de una nación que lucha por conservar la familia unida.

Como decía su marido, «Creo en la teoría general de que si mamá está contenta, es que todos están contentos.? Suena a política nacional bastante razonable.

Ellen Goodman 

© 2009, Washington Post Writers Group

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Generalmente esta modalidad del paracaidismo deja impactantes imágenes donde cielo y suelo se mezclan a un ritmo de vertigo, pero la caída libre también se practica en interiores. Los tuneles de viento verticales son el escenario perfecto para vivir la experiencia del Indoor Skydiving. En el Reino Unido hay uno donde incluso han celebrado un campeonato internacional.

El tunel de Bedford fue construido en los años 50 por el gobierno británico, pero hoy pertenece a la empresa Bodyflight. Es el mayor del planeta y a él acuden paracidistas de todos los rincones, aunque también hay otros tuneles verticales en EEUU. En el World Indoor Skydiving Challenge que se celebró en Bedford se pudo ver competiciones en las categorias de formaciones de dos, de cuatro freestyle y lo que llaman freefly (vuelo libre).

La operación militar de Israel en Gaza está siendo estudiada al detalle por intelectuales y expertos en busca de las claves ocultas. Los Think tanks o laboratorios de ideas y pensamiento acogen la mayor parte de estos analisis, reflexiones y previsiones. En general, hay coincidencia en hablar de cálculos políticos por parte de todos los implicados y en considerar que la ofensiva acabará en breve. Alguno incluso cree que antes del 20 de enero.

Un bombardeo sobre Gaza
(Foto: Flickr/Saer)

En Athena Intelligence, José Luis Calvo detalla los objetivos israelies (pdf): «El primero es debilitar a Hamas, limitando su capacidad para atacar a Israel y dando una oportunidad a la Autoridad Nacional Palestina para recuperar el control de la Franja. […] En segundo lugar, y esto se está conviritendo en una peligrosa constante en la estrategia israelí, se ha emprendido una acción militar devastadora para provocar una reacción en la comunidad internacional. Ante las cifras de bajas y el escándalo en las opiniones públicas, sobre todo europeas, el habitualmente anquilosado proceso de paz se pone de nuevo en marcha con entusiasmo». También cree que la operación acabará antes del 20 de enero, cuando tome posesión Obama «para no quemar a su administración».

El Real Instituto Elcano acaba de publicar un análisis de Haizam Amirah Fernández en el que defiende que los ataques son una consecuencia de los cálculos políticos de todas las partes: «Interesaba que ocurriera a casi todos los estrategas de los bandos enfrentados y de las potencias y vecinos con capacidad de influir en ellos. El momento elegido responde al oportunismo político de los dirigentes israelíes que se presentan a las elecciones legislativas del 10 de febrero, y que han aprovechado la etapa de transición en EEUU antes de la llegada a la Casa Blanca del nuevo presidente, Barack Obama». Israel desea darle una lección contundente a Hamás, porque prefiere negociar con Fatah. Hamas, por su parte, atrapado por el bloqueo férreo ejercido por Israel y por el aislamiento internacional, quería romper el statu quo y atraer la atención.

En Safe Democracy, varios analisis defienden que la única solución al conflicto son las negociaciones de paz. Mario Sznajder considera que es casi imposible que Israel logre todos sus objetivos: «La asimetría entre Hamás, como víctima autoproclamada y autoeximida de toda responsabilidad por los hechos, en base a su debilidad, frente a Israel, el Estado fuerte y proclamado por Hamás y muchos otros como agresor ??al margen de lo que señale el examen objetivo de los hechos?? jugará en todo caso a favor de Hamás.»Y aunque lleguen a un acuerdo con Israel siempre habrán grupos más extremistas que decidan lanzar misiles u obuses de mortero […] Los dilemas de Israel, así como los de los palestinos, no tienen resolución de carácter violento o militar posible. La idea del conflicto de baja intensidad es sólo una base para estallidos de violencia que nada resolverán.»

En la Fundación CIDOB, Eduardo Soler sostiene que el de Gaza no es «El conflicto» en Oriente Próximo, sino «una matriz de conflictos que incluye también a Cisjordania, la situación en el Líbano, las relaciones entre Siria e Israel o el tema de los refugiados. La solución al conflicto sólo será duradera si se solucionan todas y cada una de estas cuestiones. Asimismo, una escalada de la violencia como la que estamos viviendo en una de sus dimensiones (en este caso en Gaza) tiene un impacto negativo directo en el resto de frentes. En otras palabras, la ofensiva israelí está dinamitando todo intento de disminuir de la tensión entre Líbano e Israel, añade nuevos focos de tensión en el propio Líbano y aparca, quizás durante varios años, una perspectiva de acuerdo de paz entre Damasco y Tel Aviv.»

En la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Dialogo Exterior, FRIDE, reflexionan sobre la necesidad de que la Unión Europea revise y cambie el enfoque de su polítca hacia Gaza. Habla de reconocer que «la estrategia de derrotar a Hamas en Gaza mientras se proseguía con las negociaciones de paz con Fatah ha empeorado la situación y no es una vìa hacia la paz.»

Resulta que de un tiempo para acá, algunos alcaldes del PP de la costa, están poniéndose en contacto, discretamente, con asociaciones laicas para preguntar cómo deben enterrar a los españoles musulmanes. Dicen que no se atreven a preguntarlo en el Pleno del Ayuntamiento para evitar revuelo. Y tiene sentido su pregunta.

Al construir un nuevo cementerio hay que prevér como enterrarán a gente nacida en España, que muere aquí pero que hayan profesado otras religiones, cosa que sucede a menudo si tuvieron padres inmigrantes. Simplificaría mucho que el cementerio, o por lo menos algunos nichos del mismo, estuviera orientado hacia la Meca, porque sus tumbas deben estarlo y el resto nunca hemos preguntado por la posición geoestratégica del nicho…pero, claro, en este país tan pequeñito, tan cerrado, tan estrechito, cualquiera propone públicamente una cosa de esta naturaleza.

Está previsto que este año salga adelante la nueva Ley de Libertad Religiosa y de conciencia, tal y como anunció la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. La Ley en vigor tiene ya más de 20 años y retrataba una realidad que, francamente, ya no existe en España. Cuando se firmó aquella ley, las religiones acababan de ser legalizadas en este país. No hacía tanto que profesar otra más allá de la católica era un delito.

La nueva tiene que recoger la pluralidad de nuestro país, en el que ya conviven otras religiones, por el que circulan libremente ciudadanos de los paises europeos; y donde se abrazan nuevas formas de entender la vida, de todo el planeta. Debe anticiparse al futuro para que su vigencia no sea limitada. Pero se está estudiando y cabe la posibilidad, además, de que incorpore a las asociaciones laicas y ateas en el reparto de subvenciones. Será un asunto altamente espinoso pero de cierta lógica, pues solamente ellos podrán dar la respuesta adecuada a la convivencia, y son parte de ella.

Otro ejemplo. Cuando una Institución Pública encarga una esquela a un periódico, ésta suele aparecer coronada con una Cruz cristiana. Nadie pregunta si el fallecido era católico. La secretaria encarga la esquela y entre ella y la persona que le atiende en el diario se ponen de acuerdo, con buena voluntad, sobre el texto y el grafismo. Es decir, a España no sólamente le falta una normativa, le faltan también procedimientos en las Instituciones para saber cómo se debe operar en estas situaciones.

Al comentar estos asuntos uno se da cuenta de que provoca no pocas fricciones. Es por eso que, antes de que la ley salga adelante, se necesita hacer una labor pedagógica entre los ciudadanos. Tenemos tantas cosas que aprender para convertirnos en buenos vecinos.

La frase es de Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz del PP es hoy protagonista de la portada de EL MUNDO, periódico para cuyos fotógrafos posa de manera sugerente. El diario califica la entrevista como insólita. La entrevista se difunde completa el domingo pero el diario ya ha publicado algunas de sus declaraciones: «Yo me casé con un hombre que tiene una retranca bárbara. Tenemos una complicidad especial para reírnos de las mismas cosas», A las mujeres en edad fértil se nos mira como sospechosas. Piensan que cuando te embarazas vas a dejar de rendir. Ellos, en cambio, pueden tener hijos y las mismas responsabilidades». El Plural se pregunta ¿es la nueva imagen del PP? . La verdad es que yo también me lo estoy preguntando. Sobran los comentarios.