La última estrategia de los responsables de la candidatura de John McCain en los seis meses finales de campaña fue contratar a un blogger para tratar de atacar y presionar a los grandes medios de comunicación para que le dieran a las noticias el enfoque que ellos querían. Lo acaba de revela The Columbia Journalism Review que incluso ha entrevistado al periodista-blogger en cuestión: Michael Goldfarb.

John McCain
(Foto: Flickr/Mlynaugh)

El mismo cuenta que fue llamado por la campaña de McCain cuando trabajaba  en la publicación conservadora The Weekly Standard, ??buscaban a alguien que atacara a la prensa. Me pareció una mala idea, pero cuando una campaña presidencial te llama y te ofrece un trabajo, lo coges». Tecnicamente le designaron como el ayudante del director de comunicaciones.

Roger Simon, columnista de Politico, que se hace eco de la noticia recurre a la ironía y se pregunta para qué necesitaba la campaña de McCain contratar a alguien para atacar a la prensa,… si ya hacían un buen trabajo en eso ellos solos. Y recuerda que las campañas inteligentes saben que es inutil atacar a la prensa o prohibir el paso a reporteros, es mucho mejor tratar de seducir a los medios.

Pero Michael Goldfarb explica que a veces los republicanos le encargaban trabajos concretos. Por ejemplo, la gente de McCain barajaba expulsar al New York Times del avión de campaña y le pidieron que escribiera una nota explicando la medida al público. Aunque finalmente, la idea se desestimó.

Pero en general le dieron bastante libertad para ir buscando líneas de ataque a los medios: «Pensé que me pedirían acabar con el blog al terminar la convención, pero no lo hicieron. Y no fue hasta tres semanas antes de las eleccione cuando dejé de bloguear, porque me pareció que ya no era prudente».

Sin embargo el periodista y blogger se muestra orgulloso del trabajo que hizo durante la campaña: «Fui como un garrote. Cabrée a la prensa, estaban furiosos. Ese era el efecto que buscaba la campaña».

Goldfarb adquirió bastante protagonismo durante la campaña e incluso fue entrevistado en la CNN. Allí se dedicó a insinuar que Jeremiah Wright -el polémico reverendo de Obama- era anti-semita y eso demostraba que también lo era el candidato demócrata. McCain siempre se negó a utilizar a Wright durante la campaña, pero Goldfarb, -que era de la opinión contraria- trató de lanzar la piedra.

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Lo dice Le Point, con ese titular, y lleva el tema también el periódico francés Liberation  que publica un artículo de François Musseau con el título ??La derecha española se espía en Madrid?.  

Liberation explica:

??El alcalde de la capital habría sido vigilado por el número dos de la autonomía […] El Tribunal Superior de Justicia de Madrid también ha abierto una instrucción sobre este posible caso de espionaje cuyos protagonistas pertenecen a dos clanes de la capital […] Para comprender esta historia de espías que parece salida de una película policíaca, hay que imaginarse una lucha a muerte y fratricida en el seno del Partido Popular, moribundo tras su derrota en las elecciones legislativas de marzo de 2008 contra el socialista Zapatero. Insulso y sin consistencia, Rajoy, Jefe del PP, se encuentra en un asiento eyectable. Dos tenores pretender ocupar su lugar: el centrista Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de la capital y la representante del ala dura Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid. Una pareja que se congratula en público con tanto entusiasmo como se detesta entre bastidores?.

La repercusión del caso de espionaje político en la prensa extranjera está siendo tibia, todavía. Es cierto que el asunto no ha mostrado aún más que la punta del iceberg, y que todavía tendrán que hablar los jueces. Pero si se confirma que alguien montó con dinero público un grupo de expolicías para espiar rivales políticos, el caso podría salpicar a toda la cúpula del Partido Popular. Los ciudadanos no tardarán preguntarse si la dirección Nacional conservadora lo sabía. Si fuera así, las consecuencias políticas podrían ser devastadoras para el PP.

En 2008 por primera vez en la historia, había más población en las ciudades que en zonas rurales. Un tercio de esa población vive en tugurios o infraviviendas marginales, lo que en ingles denominan slum. Jonas Bendiksen, fotógrafo de la agencia Magnum ha retratado algunas de las más grandes barriadas de chabolas del mundo. El proyecto se ha llamado «The places we live» (los sitios en los que vivimos). Lo han editado como libro, pero en Internet se ha montado en forma de una impactante presentación multimedia que mezcla fotografías panorámicas con voces y sonidos de la gente que vive en esos lugares.

La presentación de The places we live

En concreto aparecen fotografías de Caracas, Jakarta y los suburbios de Kibera en Kenia y Dharavi en Bombay. La ONU define los «slums» o viviendas de barrios marginales como comunidades superpobladas que carecen de acceso a agua potable, servicios sanitarios y públicos, infraestructura básica y viviendas de calidad. Se desarrollan en las afueras de las ciudades sin ningún tipo de planificación ni sentido.

Ya hay más de un billón de personas que viven en esas condiciones y las previsiones hablan de que este número se doblara en los próximos 25 años. El trabajo de Bendiksen refleja diversos aspectos de la vida en estas barriadas y de las cosas que les suceden a sus pobladores. (Fuente: Boingboing)

El espionaje político convive desde siempre con la propia existencia de la política. Hace más de 2.500 años Sun Tzu ya daba en su libro El Arte de la Guerra instrucciones detalladas para organizar un sistema de espionaje. En principio se creó para recabar información sobre los enemigos exteriores, pero algunos se dieron cuenta también de su utilidad para hacer frente a las luchas internas, especialmente en el campo de la política. En la era moderna se han dado varios casos de estructuras más o menos ilegales que espiaron a rivales políticos -como la trama que se investiga ahora mismo en Madrid-, del mismo partido o de otros, simplemente por intereses personales o partidistas:

Seguimiento a Ignacio González

El Watergate es el más famoso de todos los casos de espionaje político. se secubrió una trama organizada dentro del Partido Republicano de EEUU para espiar -mediante escuchas telefónicas y robo de archivos-, a sus rivales demócratas. Las denuncias terminaron forzando la dimisión del entonces presidente Richard Nixon.

El Caso Clearstream en Francia comenzó en 2004, al salir a la luz acusaciones, falsas y anónimas, de que Sarkozy y otros políticos tenían cuentas en una entidad financiera llamada Clearstream y estaban relacionados con el pago de sobornos en una venta de fragatas a Taiwan. Posteriormente se vinculó al escándalo a Dominique de Villepin, entonces primer ministro francés, acusándole de ordenar a los servicios secretos espiar a Sarkozy.

Italia tiene una larga tradición de espionaje político. En 1994 varios agentes del servicio secreto italiano, Sisde, denunciaron haber sido expulsados por negarse a hacer un seguimiento y «fichas» de los partidos de derecha Fuerza Italia, de Berlusconi, y Alianza Nacional. Más recientemente en 2006, la denuncia fue en sentido inverso. El Gobierno de Prodi acusó a Berlusconi de estar detrás de una trama de espionaje a las cuentas de políticos y famosos. Se implicó a Francesco Storace, un ex ministro, y se detuvo a detectives privados, policías y funcionarios.

En México también ha habido numerosas denuncias de espionaje entre políticos. Una de las más recientes fue denunciada por Manlio Fabio Beltrones, senador del PRI, que acusó al presidente de la Republica Felipe Calderón, del PAN, de usar a los servicios secretos para elaborar dossiers sobre sus rivales políticos para chantajearles y recabar sus votos. Otro senador opositor, Ricardo Monreal, también denunció haber sido espiado. Y se habla asimismo de un dossier sobre Manuel Lopez Obrador.

En Paraguay, un diario acusó a Fernando Lugo de montar un servicio de inteligencia, al poco de ganar las elecciones, que espió a rivales políticos. En concreto cita la grabación de una conversación de Federico Franco, vicepresidente de la República aunque perteneciente a otro partido. Lugo ha negado el espionaje y la investigación parece haberse parado.

En Ecuador, el presidente Rafael Correa acusó a 12 diputados de intentar chantajearlo al exigirle prebendas y cargos burocráticos a cambio de sus votos para aprobar la Ley de Justicia Financiera, con la cual el gobierno pretendía disminuir las ganancias de los banqueros ecuatorianos. La prueba es una grabación clandestina entre un diputado y un funcionario gubernamental disfrazado de policía.

La legendaria compañía acaba de estrenar consejera delegada, Carol Bartz en lugar de Jerry Yang, pero atraviesa un momento muy delicado. De hecho en su primera comparecencia, Bartz ha anunciado que Yahoo ha sufrido pérdidas por valor de 230 millones de euros en el cuarto trimestre de 2008. Sin embargo un analista de negocios en Internet cree que la empresa tiene salvación y que esta puede pasar por adquirir… el New York Times.

Sede del New York Times

En realidad las recomendaciones de Gene Munster, un analista de Piper Jaffray, son más amplias e incluyen cuatro puntos fundamentales. Pero el aspecto más llamativo del plan que propone a Carol Bratz para salvar Yahoo es adquirir «una de las principales empresas de impresión de medios con escala global y que conjuntamente con una compañía con experiencia en redes de blogs que permitiesen crear contenidos cortos que generen tráfico y visitas.»

Y en concreto cita al New York Times y a Gawker Media, una empresa que aglutina a algunos de los más populares blogs de Internet. Este conglomerado lograría, según Munster, que Yahoo tuviera en propiedad y pudiera distribuir una colección de los mejores contenidos de Internet y a la vez generar material en formato breve para maximizar las páginas vistas y la permanencia.

Los consejos de este analista también incluyen vender a Microsoft el negocio de búsquedas (aunque él habla de outsourcing), para tener liquidez y centrarse en el mercado de los contenidos; adquirir compañías que desarrollen tecnlogía de micro-blogging o agregadores sociales tipo Twitter o FriendFeed; y centrar su negocio en producir y compartir los mejores contenidos de Internet.

Otros expertos han tomado estas propuestas con bastante escepticismo y algunos sugieren que Yahoo necesita una compañía aún más grande que el NY Times y Gawker. Claro que Carol Bartz ya ha dicho que no desea demasiados consejos de analistas y expertos y ha bromeado sobre la posibilidad de adquirir el prestigioso periódico.

La tienda de muebles suecos suele destacar por hacer una publicidad innovadora y atrevida. El último ejemplo lo ha dado con su campaña «la portada de Ikea en 3D» en Alemania. Recrearon al detalle en varios de sus centros comerciales el salón que aparecía como foto-portada de su catálogo de 2008. Y dejaron que la gente se fotografiara en él. Finalmente editaron 4.000 catálogos personalizados. Han grabado un video para Internet mostrando todo el proceso.

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En total la campaña se llevó a cabo en diversas tiendas de Ikea de 24 ciudades alemanas. 7.120 personas se fotografiaron en el decorado y 4.039 volvieron a recoger la edición personalizada del catálogo en la que ellos se convirtieron en modelos. La campaña fue todo un éxito: recibió varios premiso, mejoró la imagen de la marca… y duplicó el tráfico a las tiendas. (Fuente: Alt1040)

OPINION

Fernando Berlín the author of this blog, is the director of Radiocable.com and participates in various media in Spain.

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Pilar del Rio, who always seems to appear like the light in times of darkness, tells me of the last article written by Jose Saramago in his blog, the title is, ??Clinton?? and truly revealing.

First an extract:

???the last name Clinton was not her birth name, to demonstrate that her last name is not Clinton and that adopting it, whether it is for social convention, or for political convention, does not alter the truth of things: her name is Hillary Diane Rodham or, in case one wishes to abbreviate it, Hillary Rodham, much more attractive, then the over used and tiring Clinton [?]

I speak directly to the secretary of State. Take away the last name of Clinton! Because it appears to be much more like an over worn sweater with holes in it, gain back your last name, Rodham, which I suppose is your father??s. If he is still alive, have you thought in the feeling of pride he would feel? Come on, be a good daughter, give your family the happiness. And by the way, to all women who consider that it is an obligation to take the husband??s last name as another form of diminishing personal identity ??

Here the complete article

North America??s Society -and also a great part of the world- have taken for granted the nature of loosing the last name of a woman and the anorexia of individual races, if these are hers.

I have no doubt that Hillary Clinton has at least put some thought into it. This is how many traditions are in their darkness. They wrap around us like air, from immemorial times, and we live with them like with contamination. They appear natural, without knowing why they were imposed, or in what way they cast a shadow over us. But the bad odor they bring about should leave us with a clue.

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «En un incendio, el lugar más seguro para un responsable político es cerca de las llamas. Zapatero lo confirmó ayer noche. Lo prudente es acercarse, lo imprudente no hacerlo; en la crisis, con la gente, aunque te saque los colores. Puede no ser cómodo, pero es de eficacia probada. El reproche más duro, si se encaja con humildad en la distancia corta, no resta sino que suma. Cuando a los problemas no se les ve solución, aceptamos que los políticos -como los médicos- nos administren placebos. Pero que estén cerca. El presidente disfruta, además, de una comodidad inesperada. El principal partido de la oposición se halla embarcado en una aventura suicida. La batalla por el poder en la familia. Antes no pero ahora sí, el PP nos recuerda a la UCD. A la UCD terminal de democristianos, azules, liberales y socialdemócratas, de dossiers de todos contra todos, de sospechas y zancadillas. Con Suárez, como ahora Rajoy, desbordados. Aquella UCD podía alegar que era víctima de su heterogeneidad y que su capitán, Suárez, se había vaciado en una transición agotadora. Pero este PP, ¿que puede aducir ante sus militantes y sus diez millones de votantes?. Nada. Es lucha de poder en estado puro. Ni siquiera la proximidad de dos citas electorales a un mes vista les devuelve la cordura. Están haciendo astillas a sus argumentos más queridos. ¿Resolver la crisis económica si no saben gestionar su propia crisis?. ¿Defender la familia si no saben defender su familia política?. ¿Garantizar la unidad de España si no son capaces de lograr la unidad de su partido?. Mientras, Aznar acecha y se deja adorar. Rato sonríe y se deja fotografiar. Ante ese panorama, la imagen de un Zapatero luchador, fajándose con los ciudadanos en un momento de enormes dificultades, no puede sino reforzarle.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

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Richard Cohen – Washington. ??El pasado es un país diferente. Las cosas allí se hacen de manera distinta.? Eso reza un aforismo muy inteligente que es necesario aplicar al presente debate de si aquellos que autorizaron y utilizaron la tortura deben ser procesados o no. En el país muy diferente llamado 11 de septiembre de 2001, la respuesta sería un rotundo no.

Allá por entonces, una encuesta del Washington Post daba a George W. Bush un índice de aprobación popular del 92 por ciento, lo que significaba que casi nadie pensaba que estuviera siguiendo el rumbo equivocado. Por la misma época, las dudas acerca de la viabilidad de la tortura estaban en gran medida en el aire. Alan Dershowitz sugería la creación de órdenes judiciales de tortura el permiso de la justicia para, en la práctica, romper algunos huesos.

Dershowitz, que conste, no se decantaba en favor de la tortura sino que argumentaba que si se iba a torturar, lo mejor era hacerlo de manera legal. En una línea parecida, el reflexivo columnista de Newsweek Jonathan Alter sopesaba la legalidad, la moralidad y la eficacia de la tortura.

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Al final, Alter la descartaba aunque no el pentotal sódico (el suero de la verdad) ni despachar a los sospechosos de terrorismo «a nuestros aliados menos delicados.? De hecho, el gobierno enviaba ya a sospechosos a ser interrogados en el extranjero.

El ensayo de Alter despertó gran polémica y para su monumental sorpresa, una gran cantidad de apoyo discreto por parte de los izquierdistas. Por la misma época, el historiador Jay Winik escribía acerca de la utilidad de la tortura, cómo agentes filipinos obligaron a un tal Abdul Hakim Murad a revelar un complot para volar 11 aviones comerciales estadounidenses sobre el Pacífico y enviar otro aparato más, cargado este de gas nervioso, a empotrarse contra el cuartel general de la CIA en Langley, Va. Tras ser apaleado casi hasta su muerte, lo que finalmente quebró la voluntad de Murad fue la amenaza hueca de entregarlo a la Mossad israelí.

El ejemplo filipino apareció mencionado por doquier por aquel entonces, hasta por parte de aquellos contrarios al uso de la tortura. La opinión generalizada de que la tortura no funciona nunca -tan antiintuitiva como para ser una estupidez- no era doctrina aún. Tampoco lo era a esos efectos la creencia en que la inminente guerra en Irak era un absurdo práctico y moral. El Congreso aprobó la guerra de manera aplastante y el pueblo estadounidense la apoyaba de manera masiva.

Eso, no obstante, sucedía en el otro país llamado El Pasado. En el país llamado El Presente, cierta gente exige que los torturadores y aquellos que se lo permitieron sean rescatados de fronteras temporales y llevados ante la justicia. Existen muchas dificultades prácticas en juego, pero la iniciativa es comprensible: una nación que con anterioridad se presentaba al mundo como civilizada y respetuosa con la ley resultó ser brutal e indiferente al derecho internacional. Torturamos. Eso dice el fiscal general entrante, Eric Holder. Torturamos. Eso dice la persona a cargo de decidir esos asuntos en Guantánamo. La pregunta ha sido contestada. Ahora surge otra: ¿qué vamos a hacer al respecto?

La inclinación del Presidente Obama, al parecer, es no hacer gran cosa. «No creo que haya nadie por encima de la ley,» decía recientemente. «Por otra parte, también sostengo la creencia de que necesitamos mirar hacia adelante en lugar de mirar al pasado.?

Esta es una hábil formulación que ignora la realidad; para seguir adelante hay que saber dónde se ha estado. Es decir, si no descubrimos cómo llegó exactamente nuestro gobierno a torturar mediante ahogamiento a tres sospechosos al menos y a maltratar a otros, no sabremos cómo garantizar que el futuro no acaba pareciéndose mucho al pasado.

Al mismo tiempo, tenemos que ser respetuosos con aquellos que se habían quedado en la mentalidad del 11 de Septiembre, que pensaron estar salvando vidas -y tal vez lo estuvieran haciendo- y que, en todo caso, hacían lo que la nación y sus líderes querían que hicieran. Es imprescindible que nuestros nuevos agentes de Inteligencia no teman que un esfuerzo sincero acabe con sus huesos arrojados ante algún comité del Congreso o gran jurado. Queremos a las personas más capaces en esos puestos no a funcionarios de ventanilla sin ninguna iniciativa.

La mejor sugerencia de cómo proceder la da David Cole, de la Facultad de Derecho de Georgetown. Escribiendo en el New York Review of Books del 15 de enero, propone que el presidente o el Congreso designe una comisión bipartidista, la dote de capacidad para llamar a declarar, y la ponga en marcha para descubrir lo que salió mal, lo que salió bien (si es que salió bien algo) e informar no sólo al Congreso, sino a nosotros. Nosotros fuimos los que, recordará, quisimos ser protegidos a cualquier precio. Así pues, es tan importante como justo no castigar a aquellos que hicieron lo que nosotros quisimos que hicieran allá por entonces cuando vivíamos, aterrorizados hasta la médula, en un lugar llamado El Pasado.

Richard Cohen.
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Pilar del Río, que siempre aparece como una luz cuando los tiempos se tornan oscuros, me da cuenta del último artículo que ha publicado José Saramago en su blog. Se titula «¿Clinton?». Es enormemente revelador.

Primero un extracto:

«….el apellido Clinton no le vino dado por nacimiento, para mostrar que su apellido no es Clinton y que haberlo adoptado, ya sea por convención social, ya sea por conveniencia política, en nada altera la verdad de las cosas: se llama Hillary Diane Rodham o, en caso de que prefiera abreviarlo, Hillary Rodham, mucho más atractivo que el gastado y cansado Clinton […]

Le hablo directamente a la secretaria de Estado. Deje el apellido Clinton, que se parece mucho a una chaqueta rozada y con los codos rotos, recupere su apellido, Rodham, que supongo que será el de su padre. Si él todavía vive ¿ha pensado en el orgullo que sentiría? Sea una buena hija, dé esa alegría a la familia. Y ya de paso, a todas las mujeres que consideran que la obligación de llevar el apellido del marido fue y sigue siendo una forma más, y no la menos importante, de disminución de identidad personal …

[Aquí el artículo completo]

La sociedad norteamericana -y una gran parte del mundo también- ha asumido como natural la pérdida de los apellidos de la mujer y, como derivada, la anorexia de las raices individuales, si estas son de ella.

No me cabe duda de que Hillary Clinton apenas ha reparado en el asunto. Así son muchas tradiciones cuando son oscuras. Nos envuelven como el aire, desde tiempos inmemoriales, y convivimos con ellas como con la contaminación. Nos parecen naturales, no sabemos porque se impusieron, ni en qué nos ensombrecen. Pero debiera servir como pista el tufillo que desprenden.