Lo peor de la condición humana está escrito en nuestra huella genética y quizá por ello todos nos empeñemos ahora en concluir quién ha ganado y quién ha perdido tras la operación militar que Israel ha llevado a cabo en Gaza. Discúlpenme pero esa búsqueda de ganadores y perdedores me resulta equivocada. A mi entender, tras la muerte de cientos de inocentes, de más de cuatrocientos niños, de doscientas mujeres, de centenares de hombres, tras la destrucción de miles y miles de viviendas, aquí nadie ha podido ganar. Ni Hamás ni Israel. 

 Vayan a Gaza, visiten las morgues, contemplen los cuerpos inertes de los niños y digan, con esos cadáveres a sus pies: �??Tal parte ha salido ganando�?�. Suena ridículo. ¿Qué mas da quién haya ganado? La humanidad ha salido derrotada tras la masacre en Gaza. Los valores morales deben ser rápidamente restaurados. Eso es lo único que importa ahora.

Por ello, es fundamental el papel que juegan a partir de este momento las decenas de organizaciones no gubernamentales que se disponen a presentar denuncias por crímenes de guerra contra Israel por el empleo indiscriminado de fósforo blanco sobre localidades densamente pobladas, así como por la muerte de cientos de inocentes.

El único triunfo que importa verdaderamente -el de la decencia, el de la justicia, el que nos puede garantizar que en este mundo no impere solo la arbitraria ley del más fuerte- es el que se puede obtener en los tribunales, que deberían estudiar a fondo y con detalle lo ocurrido en Gaza.

Nosotros, como ciudadanos, tenemos el deber y la obligación moral de exigir que esas investigaciones sobre la masacre en Gaza prosperen. Para que la próxima vez, gobernantes y militares se lo piensen dos veces.

Ah! La Justicia! Cuántas heridas puede cicatrizar. Solo ella ayuda a las víctimas a poder volver a creer en el mundo, en los demás, en sus sociedades. Solo ella ayuda a amortiguar la rabia y el dolor.

En cuanto a qué va a ocurrir ahora en el plano diplomático, todo está por ver. Los más optimistas creen que esta vez será diferente. Que la imagen de Israel está malograda, que Tel Aviv ha cruzado la barrera, que ha ido demasiado lejos, y que por ello, algún plato roto tendrá que pagar en el plano político. Puede. Pero Israel lleva mucho tiempo yendo demasiado lejos:

En 1982, en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila participó en el asesinato de 1.700 civiles palestinos, en Qaná en 1996 bombardeó y mató a más de cien libaneses inocentes, en 2002 a través de la operación Muro Protector mató a más de 500 palestinos, asedió varias ciudades cisjordanas y aisló a Arafat en la Mukata,  en 2006 mató a más de 400 palestinos en Gaza en la Operación Lluvia de verano y así un largo etcétera. Hubo cámaras que captaron la muerte de niños palestinos. Y tras ello no pasó nada.

Algunas informaciones indican que la Unión Europea defiende el fin del bloqueo a Gaza a cambio de la formación de un gobierno de unidad palestino. Es una propuesta en la que los dirigentes europeos usan la situación de la población palestina de Gaza como moneda de cambio. Pero en fin. Parece que a eso se llama diplomacia.

Si esa propuesta siguiera adelante, se regresaría a la situación de 2007, en la que Hamás aceptó la formación de un gobierno de unidad nacional, con ministros de Al Fatah e independientes, y en la que incluso ofreció el control de los pasos fronterizos de Gaza a Al Fatah. Entonces fueron varios los actores extranjeros que se esforzaron por desestabilizar ese gobierno, y lo consiguieron. ¿Qué nos hace pensar que ahora será distinto?

La comunidad internacional se equivoca en sus planteamientos: El problema no es Hamás. El problema es la sistemática opresión a la que los palestinos están sometidos desde hace décadas, así como la ocupación de los territorios palestinos. Estas son las dos cuestiones que debería abordar cualquier estadista interesado realmente en resolver algo.

Ninguno de los representantes de Hamás a los que he entrevistado en estos años me ha dicho que el objetivo de su organización sea expulsar a los judíos al mar. Todos han insistido en que no tienen nada contra los judíos, pero sí contra la ocupación de las tierras palestinas. El propio Ismail Haniya ha dicho en alguna ocasión que estaría dispuesto a reconocer las fronteras de Israel previas a 1967. Y cuando asumió su cargo de primer ministro en febrero de 2006, tras ganar las elecciones por mayoría absoluta, no descartó la negociación por etapas con Israel.

Tras ello, sin embargo, Europa, Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas colaboraron con Israel en sus ansias por boicotear ese nuevo gobierno de Hamás. Así lo denunció el coordinador especial de la ONU Álvaro de Soto en su memorando de salida de su puesto.

Hamás nació tras el estallido de la Primera Intifada en 1987. Es un producto de la ocupación israelí. Y por lo tanto es evidente que si ésta terminara, Hamás tendría que redefinir toda su razón de ser.

La solución a todo es sencilla, pero lleva posponiéndose décadas porque Israel todavía no se ha dado cuenta de que el precio de no tener paz es más alto que el de tenerla. El papel que la comunidad internacional debería desempeñar sería ése: Atreverse de una vez por todas a hacer ver a los gobernantes israelíes que si devuelve los territorios ocupados y permite la creación de un Estado palestino, su Estado dejará de practicar la ilegalidad, podrá basarse en valores democráticos, y tendrá paz.

Todo lo demás serán rodeos innecesarios que traerán la muerte de nuevos inocentes y pospondrán la Justicia que tanto anhelan y necesitan los palestinos.

E. Robinson

Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

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Eugene Robinson – Washington. Barack Obama dramatizó su llegada a Washington para que evocara la de Abraham Lincoln, pero la resonancia histórica es tenue. El famoso viaje en tren de Lincoln hasta su investidura en 1861 atravesó un paisaje de amargura y distensión. Tuvo que acelerar al pasar por Baltimore «igual que un ladrón en la noche» por temor a disturbios y probable magnicidio. Obama, por el contrario, fue recibido por decenas de miles de habitantes de Baltimore que desafiaron temperaturas gélidas para apoyar al nuevo presidente. Mientras Obama hacía su recorrido hasta la capital, cruzaba un paraje de esperanza.

Pocas veces una nueva presidencia ha sido recibida con tamaño consenso de disposición y pocas veces un presidente nuevo lo ha necesitado tanto.

La importancia del avance histórico acusadamente emotivo de Obama a duras penas puede ser exagerada. La esclavitud disgustaba a los Fundadores de la Patria; si no hubiera sido por la férrea determinación de Lincoln, habría hecho pedazos a la nación. Casi un siglo después de que los afroamericanos fueran liberados de la esclavitud, la sociedad norteamericana seguía relegándonos a una esquina reservada a los ciudadanos de segunda categoría. Tener un presidente negro no elimina mágicamente las disparidades raciales en la renta o la riqueza; no repara los centros escolares del extrarradio, no restaura los vecindarios en estado de ruina ni cura a las familias disfuncionales. Psicologicamente sin embargo, lo cambia todo.

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Nuestro mobiliario mental está siendo redistribuido. El advenimiento de la presidencia de Obama coloca a la experiencia afroamericana en el centro de atención, pero lo hace de una manera que permite que la sociedad se felicite por haber llegado tan lejos. Las implicaciones para los americanos negros son aún más profundas, porque ver a Obama en la Casa Blanca borra cualquier lógica que pudiera haber detrás de los límites autoimpuestos a la imaginación y la ambición.

Estos impactos son enormes lo que hace irónico que, en último término, la raza sea probablemente un factor secundario a la hora de definir el lugar que ocupa Obama en la historia.

Desde la elección de Obama, he escuchado a más de uno bromear sardónicamente diciendo que la nación ha dicho que por supuesto que un negro puede dirigir el país, que vaya y coja turno ahora que la economía está tiritando, el sistema financiero es una ruina, estamos atascados en dos guerras, el calentamiento global está cociendo el planeta, el gobierno se ha visto obligado a gastar un billón de dólares o más sólo para la salvar la situación de la ruina total y que queda el dinero justo para financiar reformas desesperadamente necesarias de la sanidad, la educación, la energía, la infraestructura�?�

Las expectativas de que Obama sea capaz de solucionar este desalentador abanico de problemas son llamativamente elevadas. Una nueva encuesta del Washington Post concluye que el 61 por ciento de los estadounidenses tiene «bastante» o «mucha» confianza en que Obama tome las decisiones adecuadas para el país. Un notable 72 por ciento confía «bastante» o «mucho» en que el programa económico de Obama -cualquiera que éste resulte ser finalmente- mejore la economía.

Una encuesta de Associated Press informa de que el 65 por ciento de los estadounidenses sostienen que Obama será un presidente «por encima de la media,» incluyendo un 28 por ciento que espera que sea �??excepcional.�?� Casi las dos terceras partes de los estadounidenses, descubre AP, están seguros de que su propia situación financiera mejorará durante la administración Obama.

La opinión generalizada es que Obama se arriesga a perder el apoyo de la opinión pública a través de la desilusión conforme la gente descubra que no puede agitar una varita mágica y mejorarlo todo. Pero la opinión generalizada se ha equivocado con Obama tantas veces durante el último año que yo la utilizaría más como guía para lo que no es probable que suceda.

La verdad es que nadie sabe si Barack Obama será un buen presidente, y mucho menos un gran presidente. De todo lo que cualquiera, incluyendo Obama, puede estar seguro es de que la suya será una presidencia consecuente -una certeza importante. Para mejor o peor, se necesitó de los ataques del 11 de septiembre de 2001 para ampliar el alcance y la ambición de George W. Bush. Obama asume el cargo sabiendo más allá de toda duda que no tiene otra elección que ir a por todas.

Hace dos años, mientras Obama iniciaba su campaña -a pesar de las objeciones de la dirección del Partido Demócrata, que seguía escuchando la opinión generalizada- yo le entrevisté en su oficina del Senado. Me sorprendieron su confianza y su convicción en que ésta era su ocasión, y en especial lo imperturbable que me pareció. Le vi la semana pasada, después de una campaña que nos tuvo con el corazón en un puño durante meses y meses, y temperamentalmente parecía  sin cambios.

Nuestro nuevo presidente es un hombre que sabe exactamente quién es. La nación, llena de esperanza, está a punto de descubrirlo.

Eugene Robinson.

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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

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Richard Cohen – Washington. La mañana de ese primer día, antes incluso de que despertara, los mercados a ultramar — el Nikkei, el DAX, el FTSE 100 — se habían desplomado y el mundo había cambiado. Besó a su esposa y se dirigió a la ducha. Mientras corría el agua, la situación en Citigroup siguió siendo espantosa, y cuando hizo el cálculo mental, se dio cuenta de que uno de los bancos más grandes América estaba en quiebra.

Alcanzó una toalla.

Mientras se vestía, las tribus de la cuenca inferior de Afganistán empezaban a avanzar hacia la frontera con Pakistán. En el Valle Korengal en la provincia de Konar, un helicóptero estadounidense había sido abatido y los Talibanes reivindicaban el ataque. Dentro del propio Pakistán, un grupo terrorista afiliado a al-Qaeda reclutaba científicos que infiltrar en el programa de armas nucleares de alto secreto del país.

Sus dos hijas irrumpieron alegremente en el dormitorio.

Durante el servicio religioso de costumbre, más niños fallecían de cólera en Zimbabue y Darfur se hundía más en la miseria. Se producían disturbios en Estonia, Latvia y Bulgaria, y hay quien sospecha de la instigación rusa. Pakistán. Afganistán. Estado fallido. Estado que falla. Armas nucleares.

El sacerdote concluía su sermón.

De vuelta en Blair House, miró a la Casa Blanca al otro extremo de la calle. En Nueva York, los mercados habían abierto y nada era lo que solía ser. Mientras miraba por la ventana, 2.031 estadounidenses eran informados de que habían perdido sus empleos, se declaraban más quiebras, más hipotecas eran ejecutadas y organizaciones de caridad a montones desaparecían, y en la fría calle la cifra de indigentes crecía uno a uno.

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�?l decidía cambiar de corbata.

Demasiados niños no iban a la escuela y muchos sacaban notas por debajo del nivel para pasar curso. Los chinos no compran deuda estadounidense. Los indios están a punto de seguir la tendencia. La Canciller alemana Merkel no va a reforzar su plan de estímulo y sin él, la mayor economía de Europa no pondría de su parte. Los rusos habían vuelto a abastecer Ucrania de gas, pero podrían volver a cerrar la espita de nuevo. Tropas norteamericanas seguían muriendo en Irak y los niveles de efectivos se duplicaban en Afganistán. Esta guerra ya no es la de George Bush.

Es hora del café acostumbrado con el presidente saliente y la primera dama.

Mientras pasaba el mostachón, la Portavoz Pelosi seguía fijando su propia agenda, falta probablemente de la costumbre de seguir el liderazgo de un presidente. Estaba alterando la combinación de gastos y recorte fiscal. El rescate bancario no estaba teniendo éxito pero tampoco fracasaba, y el secretario del Tesoro entrante no había pagado todos sus impuestos. El país contraía una deuda tan abultada que era la versión monetaria de un agujero negro. Se podría arrojar el sistema bancario entero dentro y éste desaparecería.

Agradeció a los Bush el café.

Durante el paseo de un kilómetro y medio desde la Casa Blanca al Capitolio, el dólar perdió terreno frente al yen, el euro lo perdió frente al yuan de China y 1,2 millones de niños abandonaban la escuela a causa de algún incidente. Corea del Norte amenazaba de nuevo a Corea del Sur. Pyongyang decía haber preparado el suficiente plutonio para fabricar cuatro o cinco bombas nucleares. Los enfurecidos israelíes podrían no haber acabado en Gaza y gran parte del mundo trataba a Hamás como si de una organización de liberación nacional de los viejos tiempos se tratara. Instintivamente se echó la mano al cinturón: la Blackberry no está. Tanta información en tan poco espacio representaba una advertencia constante de lo que podría suceder. También las armas se pueden miniaturizar. No se necesita ninguna escuadrilla. Sólo fanatismo. Sólo el implacable odio.

El atril de la investidura es más grande de lo que esperaba.

El programa nuclear iraní había avanzado esa mañana. Enseguida el mundo árabe respondería con programas propios, una bomba sunita por cada bomba chiíta — un estado inestable tras otro con armamento nuclear. Mubarak es mayor; la Hermandad Musulmana espera pacientemente. Durante la noche en Washington, dos jóvenes más han sido asesinados. La tierra se calienta, se le agota el petróleo, y no hablemos de la paciencia. Sus hijas tuvieron que adaptarse a la escuela.

�?l se quedó de pie

Se podía introducir un arma nuclear en un barco con destino a Tel Aviv. Se podría meter en una mochila. Se puede meter ántrax en un frasco camuflado de aerosol matamoscas. Se podría provocar el caos en Washington con un ciberataque. Uno de los hijos mayores de Osama bin Laden, Saad, había pasado de alguna manera del arresto domiciliario en Irán a la libertad en Pakistán. ¿Qué significaba eso? ¿Qué se proponían los iraníes? ¿Qué se proponían los paquistaníes? Lo más deprimente de todo con diferencia era lo que la CIA le acababa de informar sobre�?�.

Era la hora.
Alzó su mano.

�??Yo, Barack Hussein Obama.�?�

Richard Cohen.

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La ex lider del Partido Socialista francés esta en Washington para asistir a la toma de posesión de Obama. Alli ha afirmado, según publica Le Monde, que no ve porque no se asume que «ella inspiró a Obama y que sus equipos les copiaron». Fue segun Segolene Royal durante su campaña a la presidencia de la república francesa. Entonces el hoy ya presidente de EEUU estaba todavía planteándose la posibilidad de presentarse. Envió un equipo a Paris para estudiar el website de la candidata socialista «Désir d’avenir» (Deseo de futuro).

Segolene Royal
(Foto: Flickr/Parti Socialiste)

«Con nosotros, asimilaron las ideas de «ganador-ganador» y de «ciudadano-experto» ha dicho Royal «después el señor Obama adaptó su «democracia participativa» a la moda americana, muy diferente de la europea. En Estados Unidos todo es comunidad: etnica, religiosa, cultural, urbana. En Europase habla más de colectividades, de movimientos, asociaciones, pero «la idea es la misma, refundar la forma de hacer política, la relación entre las élites y el pueblo.

Segolene Royal se ha desplazado a Washington para seguir la ceremonia a título particular, ya que perdió las primarias de su partido ante Martine Aubry. Pero ella está segura de que va a asistir a un «momento esencial en el siglo y a un vuelco hacia el futuro.

Claro que ella no es la única que ha tratado de «vicularse al tren» del nuevo presidente de EEUU. El alcalde de Niza, Christian Estrosi del partido UMP aseguró que el impulso dado a Obama por Sarkozy durante las ultimas semanas de la campaña, había pesado en el pueblo americano.

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[20-1-2009] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro:  ¿En que hay que tener ilusión y en que no hay que hacerse ilusiones?. Hay que tener ilusión porque es indiscutible que se despide un tiempo oscuro, miserable, la novena cruzada, tiempo de zafiedad e incompetencia, la era de Bush y de Cheney. Y es que lo que viene resulta luminoso, cargado de electricidad a lo largo de una campaña modélica en la que los Estados Unidos han sacado brillo a sus principios y a sus valores, hay que tener ilusión, pero no hay que hacerse ilusiones. Obama recibe de su país y de todo el mundo el catalogo completo de problemas, cada uno dificilísimo, todos juntos aplastante. Está llamado a defraudar a quienes esperan que Lázaro resucite y el agua se convierta en vino. En los Estados Unidos, una encuesta afirma que los ciudadanos están dispuestos a concederle dos años de margen. No será así, pero debería serlo, lo justo seria rebajar lo que se espera de la política, que puede menos de lo que hemos decidido creer. Sin embargo, ¡como rechazar el poder magnético de estas circunstancias históricas!. Su importancia no debe ser desdeñada, no son ensueños, no son espejismos, la corriente que sacudió al mundo con la llegada de Kennedy, sus frases redondas en su discurso del capitolio, no fueron ni son humo. Forman parte también de la realidad, la esperanza con que se saluda la llegada de Obama no disuelve los problemas pero puede actuar como una fuerza motriz de la sociedad, así que hay que tener ilusión pero no hacerse ilusiones, pero, igualmente, hay que tener ilusión.»

OPINION

Fernando Berlín the author of this blog, is the director of Radiocable.com and participates in various media in Spain.

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It has turned out that some of the mayors from the Popular Party in the coastland are getting in contact, discretely, with secular associations to question how Muslims should be buried. They say that they did not dare to ask openly to city council to avoid turmoil. The question makes sense.

After building a new cemetery one must anticipate how those who born and die in Spain should be buried after professing different religions, something that happens occasionally considering those who are given birth by immigrants. It could be simplified if the cemetery, or some niches of it, could be oriented towards the Mecca, since their coffins must be. The rest of us have never questioned the positioned geography of that niche�?�but of course, in this tiny country, so closed up, so narrow, how can one dare to ask publicly such thing.

It is foreseen that this year the new Law for Religious Liberty will be enforced and with consciousness as Vice President, Maria Teresa Fernandez de la Vega, announced. The vigorous law is more than 20 years old and portrayed as a reality that frankly, does not exist anymore in Spain. When that law was signed, religions were just legalized in this country. It was not that long ago that professing any other religion than the Roman Catholic was an offense.

The new one has to consolidate the plurality of our country, in which other religions coexist, and freely circulates citizens of the European countries, one that embraces new forms to understand life in the entire planet. It must be anticipated to the world so that its validity is not limited. It is being studied and there is a possibility that it incorporates secular and atheist associations in the distribution of the subsidization. It will be a very delicate subject but of certain logic, since they will be the only ones to be able to give the right response to the coexistence that they are also part of.

Another example. When a Public Institution assigns an announcement to a newspaper, this tends to be crowned with a Christian cross. Nobody asks if the deceased is catholic. The secretary assigns the announcement and between her and the person from the newspaper, with good intentions, come into an agreement about the text. Meaning, Spain not only lacks ground rules but also institutional processes to know the operations under these situations.

While discussing these topics one notices that it provokes a bit of friction. This is why, before the law is enforced, there is a need to do a pedagogic labor between the citizens. There is so much to learn to become good neighbors.

Fernando Berlín

Las nuevas generaciones ya no leen periódicos y en general tienen una forma diferente de la habitual de seguir las noticias. Internet y los nuevos dispositivos móviles tienen buena parte de culpa de esta situación, pero además recientemente han surgido una serie de herramientas digitales y websites que están revolucionando aún más el sector, sobre todo en cuanto a visualización de la información. El blog 10.000 words ha recopilado seis de las propuestas más interesantes.

La herramienta Track this now
(Foto: Flickr/Search Engine Line)

Track This Now es una herramienta que permite la localización geográfica de los acontecimientos. Tanto de donde se han producido, como sobre todo de donde se está hablando de ellos. Se introducen las palabras claves en su web y un mash-up de Google Map muestra qué medios y desde donde están cubriendo esa información.

Spreed es un servicio pensado para el lector de internet con atención dispersa y que valora la velocidad casi por encima de las noticias. Muestra los artículos de diferentes fuentes en muy pocas palabras. A veces incluso resumen los titulares, reduciendo drasticamente la cantidad de tiempo necesaria para leer las historias.

Meme Tracker es un programa que analiza casi un millón de noticias cada día para determinar que declaraciones y frases aparecen con más frecuencia en los medios y blogs durante un periodo de tiempo. Durante la campaña electoral de EEUU hicieron un seguimiento espcial a frases que dieron pie a la polémica como la referencia de Obama al «Lipstick on a pig» (Pintalabios a un cerdo) o la de McCain «The fundamentals of our economy are strong» (los fundamentos de nuestra economía son fuertes). La herramienta es obra de un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell y permite también comprobar la popularidad de otras frases según alguna palabra clave.

Stitcher es una aplicación nueva para el iPhone que permite a los usuarios escuchar noticias. Pero más allá de los servicios de radio para móviles que ya existen y que se limitan a conectarse a la emisión 24 horas de las cadenas, Stitcher permite acceder a las noticias de medios concretos bajo demanda y «moverse» por los archivos (detener el audio, rebobinar o adelantar).

DiggGraphr es un mapa que ramifica la visualización de las últimas noticias publicadas en Digg, el Menéame norteamericano. Es una aplicación parecidal al Marumushi newsmap pero sólo con noticias del agregador comunitario. Cada historia está representada por un rectangulo de un color determinado por su categoría y un tamaño que varía en función de su popularidad en Digg.

El NewsMap de News is free es también una herramienta que monitoriza las últimas noticias en un mapa de manera similar al DiggGraphr, pero de muchos de los medios más seguidos de EEUU, segmentando aún más las historias. Las más recientes se señalar en rojo y las noticias se agrupan según sus fuentes. Y además este mala permite seguir, enviar por mail o incrustar en un blog los artículos directamente desde su web.

El madrileño Museo del Prado se ha convertido en el primero que muestra algunas de sus mejores obras a través de un paseo virtual en el servicio Google Earth. Hasta 14 cuadros, entre los que figuran «Las Meninas» de Velazquez, «Tres de mayo» de Goya o «Las Tres Gracias» de Rubens, están accesible y se pueden explorar en detalle y ultra alta resolución navegando desde el ordenador.

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Según explica el blog de Google, fotografiaron las pinturas con 14 gigapixels de resolución, lo que significa que contienen 14.000 millones de pixels. Gracias a ello se pueden ver detalles como «una pequeña abeja en una flor en Las Tres Gracias, delicadas lágrimas en los rostros de las figuras de El Descendimiento de Rogier van der Weyden así como figuras complejas en El Jardín de las Delicias de Hieronimus Bosch»

Las 14 obras maestras que se han incluído en este experimento son: La Crucifixión, Juan de Flandes; El caballero de la mano en el pecho, El Greco; La familia de Felipe IV o Las Meninas, Velázquez; El sueño de Jacob, Ribera; 3 de mayo, Goya; La Anunciación, Fra Angelico; El Cardenal, Rafael; El emperador Carlos V a caballo en Mühlberg, Tiziano; Inmaculada Concepción, Tiepolo; El Descendimiento, Roger van der Weyden; El jardín de las Delicias o La pintura del madroño, El Bosco; Las tres Gracias, Rubens; Autorretrato, Durero; Artemisa, Rembrandt. (Fuente: Alt1040)